Cuando te enamoras, hay una cosa en la que piensas, no es ¿seré feliz? O tal vez si; eso puede ser lo que piensan todos. Pero yo, cuando supe que estaba enamorado, lo primero que pensé fue ¿me romperán el corazón? Y admito que tuve miedo, porque sabes que si te partes un brazo, te va a doler, si te caes, te va a doler, si te golpean, te va a doler, pero cuando te rompen en el corazón, no sabes exactamente donde es que te duele, porque te duele en todos lados, incluso respirar es doloroso, pensar en esa persona es doloroso y cada cosa que te recuerde a ella, por mínimo que sea, también será doloroso. No hay nada que puedas tomar para calmar ese dolor, ni si quiera puedes ir al hospital. Pero yo aún no sabía eso, todavía no. Mi corazón seguía intacto y aún no sabía reconocer el sonido de algo que se estaba quebranto, a punto de partirse en mil pedazos. Besar a Ana, se estaba volviendo un deleite y era increíble la rapidez co
Podía observarla sentada, mirando desde allí el enorme salon. Indeciso, con la idea de presentarse ante ella, aunque con miedo a su rechazo. Se quedó allí de pie, justo detrás del marco de la puerta, pensando en que decir. Ella se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro, observando los cuadros que habían en el salon. Pasó por el lado de el, la puerta los separaba, observó su rostro, se veía tan adulta, su pelo había cambiado y aquella expresión era mas dura, no tenia la misma mirada risueña y aquellos ojos tan curiosos o la hermosa sonrisa que siempre adornaba su rostro, pero sin duda alguna, aquella era su Ana, Ana Olsen. Salió de detrás de la puerta quedando detrás de ella, aun no tenia pensando que decir pero no le importaba, Ana estaba justo frente a el, después de tantos años y no perdería un solo minuto mas sin estar cerca de ella. Tocó su hombro despacio, Ana al notar que habia alguien
Me sentía realmente horrible, pero entre Jamie y Tom, tenia que elegirlo a el, habia sido algo sucio de parte de Jake, pero ¿que podia hacer? Me tenia en sus manos, contra la pared. Aun podia escuchar la voz de Jamie cortando el aire al gritar mi nombre de forma tan desesperada. Esta vez si lo habia herido y ya no había marcha atrás ni ninguna posibilidad de nada entre nosotros. – Por favor, solo espéreme unos cinco o diez minutos, le aseguro que saldré lo antes posible. –No se preocupe, señorita. Aquí la espero. – Salí del taxi ya mas calmada, la enorme puerta se cernía sobre mi. – Hola. – dijo Christine después de que yo tocara el timbre.– ¿quien es? –Soy Ana, abre por favor. –Ana, querida, quisiera hacerlo, pero sabes que no tienes permitido entrar. –Ya lo se, no vendría aquí si no fuera por algo, Jamie esta en el hospital y Jake esta con el
–Entonces, ya saben los métodos a utilizar en el concurso, solo participará quien quiera, tendrán la oportunidad de trabajar de pasantes en mi buffet, a pesar del poco tiempo que tenemos dando clase. – dijo el profesor Perez, quien había sido mi abogado y resultó ser también uno de mis profesores de universidad. Habíamos algunos emocionados con esta nueva iniciativa, nos daba una oportunidad única de trabajar con el profesor, aprender mas cosas y tener experiencias en casos reales. No podría ser mejor. Y encima nos pagaban. Definitivamente iba a concursar. La custodia de Tom era o podría decirse compartida, ahora vivía conmigo pero Jake podia verlo cuando quisiera y las vacaciones eran con el, verano, navidades y todo lo que se llamara vacaciones, para asegurar que el niño vivía en optimas condiciones y que no perdiera su ritmo de vida actual, le habían asignado un chofer que corría por cuenta de Jake, adem
–Buenos días. – dijo Jake, cuando Tom le abrió la puerta. Teníamos que ir a un cumpleaños de un amigo de Tom, Jaden. Había que pasar todo el día allí, desde las diez de la mañana hasta la hora que terminara este, se celebraría en una finca que tenían sus padres y desde la casa eran dos horas conduciendo allí. Saldríamos a las ocho, pero eran las siete y quince de la mañana y ya Jake estaba aquí. –Buenos días, papá. Ya yo estoy listo, falta mamá y que desayunemos. ¿Ya has desayunado? –No, salí muy temprano. –Ven, desayuna con nosotros. –Buenos días, Jake.– Dije secamente, todavía no le perdonaba muchas cosas y menos que haya intentado quitarme a Tom a base de engaños y mentiras. –Salgo en unos minutos, casi estoy lista. –Pero frente a Tom, era como si nada pasara. –¿Te importa si desayuno con ustedes?– me preguntó. –No. Fui de regreso a mi habitación para
La relación de Nicol y Jake, pendía de un hilo. Nada había estado bien después de aquella cirugía en la que Jake no le dio participación, sin embargo, seguían estando juntos. Aquella noche, mientras estaban en la cama, después de una insípida, ¿como llamarlo?, acto sexual, después de un insípido acto sexual, Jake encendió las luces y tomó el control de la tele, ella estaba pegada a su celular nada más terminar. Si era que había terminado… o aquellos gemidos habían sido fingidos. No había forma de saberlo y el mismo Jake de vez en cuando se planteaba la duda. Sobre todo, porque su satisfacción no era la misma y lo mismo podia ser de parte de ella. Resultaba ser un poco aburrido, monótono. Para nada excitante. Los jugosos pechos de Nicol seguían al aire libre mientras ella posaba con las piernas cruzadas a lo largo de la cama. Jake subió el volumen del noticiero y se acostó a su lado. De vez en cuan
“Estaré allí en una semana, ¿crees que podamos vernos?” Jamie me había enviado aquel mensaje de texto después de no parar de llamar durante toda la noche de ese día, yo no había respondido ni a las llamadas ni al mensaje. Pero ya había pasado una semana. –¿Crees que me vea bien si me tiño el pelo a color verde?– Ya Jeff no sabia que hacer con su apariencia. Acabábamos de terminar las ultimas secciones de la colección de otoño, ya no tendría que hacer mas por un tiempo, básicamente eran vacaciones, pero tenia que estar disponible para cualquier evento al que me solicitasen. Eso no era un problema. Solo se trataba de sonreír y platicar con una persona o dos. Un poco de socializar. No me venia mal. Íbamos saliendo del edifico. –Creo que seria algo exagerado. Te queda bien el rubio. –Yo soy exagerado, todo de mi es exagerado. –No se para que me pre
Angelo Amato parecía bastante enojado, tomó un trago de su vino y me miró fijamente a los ojos, por lo visto ya se había tomado una copa o dos. Pedí un trago, esta reunión no tenia sentido, nada tenia sentido. Desde que Angelo me había pedido que fuera el fotógrafo de Ana para la siguiente colección de invierno, todo en mi mente empezó a descontrolarse, ¿por qué haría eso si el estaba saliendo con Ana? ¿Por que me pondría a mi en su camino cuando el era consciente que ya habíamos tenido algo? Y esas eran las respuestas que yo venía a buscar y de las que obtuve algunas mientras venia en el avión. Ellos no tenían nada. A esa conclusion había llegado, aun así tuve que hacerle la pregunta a Ana y cuando ella me dijo que solo había visto a Angelo aquella vez en la casa de Alessia, también pude confirmar que Ana ni si quiera sabia que aquella marca de ropa era exclusiva para ella o que Angelo estaba detrás de tod
Eran las dos de la madrugada cuando escuché mi teléfono sonar, de todos modos no estaba dormido. Era Ana. –Hola. ¿Esta todo bien? – Si, eso creo. ¿Te estas quedando muy lejos de mi casa?–habló con voz apagada. –Unos veinte minutos, quizás menos. A estas horas no hay tráfico . ¿Pasa algo? –No, esta bien. Nos vemos mañana. – Y colgó. Me vestí con prisa, poniéndome lo primero que saqué de la maleta y salí. Si Ana llamaba, era porque algo pasaba. Algo le pasaba. Al final llegué en doce minutos. Saqué mi móvil y le marqué. –Estoy aquí, ábreme. –Me quedé de pie junto a la puerta, a la espera de que ella abriera. –¡Jamie! ¿Por que has venido? ¿A caso te desperté? Llevaba puesto un pijama de mangas largas, no tenía cara de haber estado dormida, mas bien de tener mucho rato ll