El día en que sea posible para la mujer amar no por debilidad sino por fortaleza, no por escapar de sí misma sino para encontrarse a sí misma, no para humillarse sino para reafirmarse; ese día el amor será para ella, como es para el hombre, una fuente de vida.Simone de BeauvoirChilló como rata cuando él se inclinó depositándola en su cama. En el tiempo que le tomó mirar alrededor de la habitación extraña para ella, él ya se había quitado la camisa y el saco del traje, presionó una rodilla en la cama entre sus piernas. Adara a pesar de la situación no pudo evitar que sus ojos vagaran sobre su pecho desnudo, su mirada se volvió hambrienta, ese hombre estaba verdaderamente hecho un pastel. Yummy yummy. Cuando la mirada de la pelinegra bajó a la tensa erección del mafioso, lentamente él comenzó a desabrocharse los pantalones perfectamente planchados, dejándolos caer al suelo, sin importarle si se ensuciaban o no.Un deslizamiento de la pequeña y rosada lengua sobre los labios de su ah
Qué hombre más aterrador y más hábil. Adara se mojó los labios con anticipación y algo de ilusión. El tan temido líder de la mafia rusa, de la Bratva, le acababa de dar un orgasmo casi literalmente de fuera de este mundo, y ahora también necesitaba cuidar de él, no por obligación o compromiso, sino porque a ella le nacía hacerlo. Ella lo deseaba. Porque él aún no se había venido. O al menos creía que no lo había hecho.Con sus manos ahora ya libres por fin, se sujetó de sus musculosos hombros y se hizo cargo, moliendo y golpeando contra su increíble miembro. Empujando sus caderas hacia adelante y hacia atrás con sus manos, se inclinó hacia adelante, era su turno de lamer, saborear y chupar los botones de su nuevo esposo con su boca. Al parecer él había dejado libre a su bestia porque su boca comenzó a vibrar ligeramente con los gruñidos de satisfacción que salían de su pecho. Adara ya podía sentir un espiral en su núcleo tensándose de nuevo, preparándose de nuevo ante la inminente ba
Cuando no tienes amor, le pides al otro que te lo dé. Eres un mendigo. Y el otro te está pidiendo que se lo des a él o a ella. Dos mendigos extendiendo sus manos uno al otro y ambos con la esperanza de que el otro tenga amor para dar… Naturalmente, ambos se sienten derrotados y engañados. Esta es la paradoja: aquellos que se enamoran no tienen amor, por eso se enamoran.Osho—Почему ты даешь мне это?{¿Por qué me estás dando ésto?}El hijo mayor movió los dedos para que el anillo Jade girara entre ellos. El color blanquecino del anillo que una vez su madre había usado en el día de su propia boda y que lo siguió usando cuando Alexei era pequeño, le trajo muchos recuerdos. Algunos deseados, algunos no tantos.No quiere recordar la paliza que su madre le regaló cuando robó un dulce de la cocina para su hermano menor, Alek, quien estaba muy mal enfermo. Tuvo la espalda sangrando por cinco días, no pudo decirle nada a su padre, sino sería considerado indigno como futuro líder de Bratva, per
Buscamos la felicidad pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa sabiendo que tienen una.François Marie Arouet Voltaire.De alguna manera había logrado esconder el tiempo suficiente su mano de sus doncellas y en algún momento dado, cuando le pidió a Clara que le trajese su "zapato alto gris" y a Meredith le pidió su vestido azul rey, pudo colocar un poco de base en su mano y esparcirla uniformemente en poco tiempo.Al volver, ella estaba fingiendo maquillarse.—¿Es este, señora?—Meredith trajo un vestido azul muy bonito que no había visto en su vida. Asintió fingiendo conocerlo.También apareció Clara con unos zapatos altos blancos, ya traía una nota en la mano.—Lo siento, señora. No hay ninguno de color gris, lo único parecido es este—leyó.Adara aplaudió una vez.—¡Es este! Lo siento, me habré confundido de color por las luces el otro días. Gracias Clara—Miró a la otra mujer por encima del hombro, que ya estaba en su espalda, comenzando a ponerle el vestido azul—. Y a
La belleza seduce a la carne con el fin de obtener permiso para pasar al alma.Simone Weil.Adara se desliza con la espalda apoyada en la puerta de su dormitorio del hotel y descansa su cabeza en sus manos, apretándose, luchando con su mente que quiere encontrarse en cualquier otra parte, los dedos masajeando sus sienes para mermar ese dolor palpitante. Todo se fue al carajo en un santiamén.Por primera vez está agradecida de que el mafioso que tiene por esposo la haya dejado a cargo de la llave inteligente para abrir su cuarto. ¿Cómo haría él para poder ingresar al dormitorio? No le interesa. Dios sabe, que ese hombre tiene el dinero suficiente para darse la opción de comprar otra habitación por una noche. No le hará falta en la que ella se encuentra ahora.En su interior estaba decaída y se sentía más como una niña engañada por su padre adulto que como una adulta hecha y derecha, pero más que tristeza o decepción, la pelinegra sentía una increíble molestia clavada en su corazón.¿Có
El interior estaba oscuro, la luz del día no se notaba dentro ya que la ventana estaba completamente cerrada, la luz tampoco encendida y ni siquiera la televisión plasma de una de las paredes parecía presente, los músculos de su espalda y cuello se tensaron en ansiedad y preocupación, cuando la latinoamericana con carácter de gato salvaje, lo recibió con la espalda en vez de atacarlo verbalmente o quizás lanzándole algún objeto por entrar sin tocar o anunciar su llegada e invadirsu preciada privacidad.—маленькая мышь—llama para anunciar por fin su presencia, la única respuesta que obtiene es el crudo e insensible silencio del dormitorio. Incluso el cuerpo de la mujer paraguaya no da ninguna señal de movimiento en la silla reclinable que daba una vista al impresionante horizonte con el cual el hotel Premium se hizo famoso.Alexei maldijo y gruñó internamente al pensar o tratar de imaginar que chingados le había dicho su mejor amigoa la pelinegra para que cuando regresara de su llama
—¡Entonces por qué no me lo dices! ¿¡Por qué no me lo dijiste desde un principio!? ¿¡Tanto te gustó reírte de mí y considerarme tu bufón personal?— grita mientras da un paso hacia el líder de la Bratva.—¿Crees que si te decía en ese momento que yo era el prometido al cual tu padre te vendió te quedarías quieta? ¿Crees que estarías a salvo si te lo decía desde un principio? ¿Que no intentarías escapar apenas pisaras tierra firme?—responde Alexei alzando su voz, el tono de voz que estaba utilizando en ese instante y su forma de hablar corta, bruta, letal, alertaba a Adara de que no era bueno seguir probando los límitesdel hombre, pero no podía dejar eso pasar, no cuando se sentía tan pisoteada, tan humillada, tan herida.—¿Sabes qué? —Hace una mueca al probar el sabor metálico y cobrizo de la sangre en su lengua. Se estaba mordiendo con tanta fuerza el labio inferior que sin darse cuenta se sacó sangre—. No es necesario que me expliques nada de nada, no me importa, ¡vete!—señala la pu
Desde el lugar más alto y de uso exclusivo para ellos, Alexei veía toda la diversión que la humanidad podía tener en la privacidad de su vida. Diversión que él claramente no compartía en ese momento, no podía ni siquiera disfrutar del whiskey irlandés de siglos de añejamiento que había pedido tomar.Observó en silencio a un grupo de mujeres semidesnudas, una tela minúscula en sus pechos y otra tela aún más pequeña en sus glúteos. No dejaban casi nada a la imaginación.Las mujeres en las mesas vip se percataron de su presencia en el piso de arriba, a pesar de la música escandalosa, los gritos y conversaciones de toda la gente, pudo oír los gritos de coqueteo de todas las féminas del grupo que le dirigieron, para después tirar un beso, un guiño o unos gestos sugerentes desde abajo.Todas dieron un chillido de emoción cuando les obsequió un ligero movimiento de lengua sobre su labio inferior, para luego terminar mordiendo suavemente. Se volteó con irritación,