La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos; la más fácil es hablar mal de los demás (Tales de Mileto)Alexei muy a su pesar tenía que admitir una cosa: Odiaba las manchas de sangre.No es que sea asqueroso, incómodo ni nada por el estilo, prácticamente todo eso era la comida del día a día, sin embargo, desde pequeño su madre le había enseñado modales perfectos como también su padre disciplina y por lo que más lo castigaban era por las manchas. Su ropa siempre tendría que estar limpia, ordenada y de buen ver, por lo que esa maña o toc como solían decirle en la Bratva, lo arrastró consigo hasta convertirlo en un hábito.Eso sin contar con el hecho de que por algún extraño motivo su nariz es mucho más sensible que cualquier otro y por más que haya un leve aroma a hierro en el ambiente, él lo podía sentir hasta en los huesos, razón de más para que sus subordinados mantengan impoluto todos los lugares a los que iban.Sin perder más tiempo, disparó el arma al ya muy moribundo hombr
El amor inmaduro dice: “te amo porque te necesito”. El maduro dice: “te necesito porque te amo” (Erich Fromm)Como si todos hubieran ordenado al mismo sastre, seis hombres vestidos con trajes negros de alta calidad bajaron de las demás camionetas, todos desenfundando armas de buen calibre hacia su cuerpo. Dos de ellos parecían lo suficientemente horribles como para que ella reconociera, incluso para un perro que pasaba, no tenían que decir 'Soy un mafioso'. El primero que bajó era una persona que se sentía más elitista que un mafioso. Una figura amenazante que se cierne sobre ella.En general todo lo que rodea al hombre más esbelto es notable, desde las fuertes y bien cinceladas líneas de su oscuramente hermoso rostro hasta el poder y la seguridad en sí mismos que se hacen evidentes de su postura engañosamente indiferente.De forma instintiva, sabe que a ese es al que debe temer.Adara abre la boca para gritar, pero no puede más que soltar un ruidito antes de que una enorme mano cubr
Me he dado cuenta que incluso las personas que dicen que todo está predestinado y que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino igual miran antes de cruzar la calle. (Stephen Hawking)Realmente, realmente cómo es que una persona puede ser tan arrogante. El llamado Alexei la amenazó con dormirla de nuevo si es que no cerraba la boca y como Adara lo tomó literal, se quedó callada mientras intentaba escapar por quincuagésima novena vez.Como resultado tuvo que él la llevó al camarote privado y la ató, literalmente la ató al poste de la cama. Tuvo que morderse la lengua para evitar gritar de frustración. ¿Desde cuándo los secuestros son así?Después de unas horas de vuelo ya tenía el brazo y las piernas entumecidas, el muy maldito ni siquiera le dio soltura para que pueda subirse a la cama, solo la dejó en la mullida alfombra como un perro cualquiera.Al segundo grito apareció de nuevo Alexei, esta vez con el rostro sereno pero con una vena en la frente a punto de explotar."Me
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que crean y los que disfrutan. Friedrich Nietzsche. La belleza y la elegancia del interior hace que Adara abra la boca hasta el piso. Se siente como en una película de época anterior, azulejos, flores, cuadros e incluso una pintura de la Mona Lisa se extiende en una pared.—Señor, señora—dos mujeres aparecieron a su costado, se animó cuando vio que una de ellas era Clara.—Ellas te servirán a partir de hoy. Puedes pedirles lo que sea, ellas se encargarán.Adara arruga el ceño.—Dijiste que solamente tendría a guardaespaldas al salir.—Ellas no son guardaespaldas, son sirvientes. No dijiste nada sobre personal doméstico—respondió serio el mafioso—. Tengo cosas que hacer, volveré de noche—asintió a las mujeres y la miró de nuevo—. No intentes nada tonto. Nos vemos.Antes de que pudiera decir nada, Alexei ya estaba en la puerta de la mansión, con todos
Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión (José Ortega y Gasset)Cuando Alexei llegó a casa, lo primero que hizo fue intentar captar el ambiente y el aroma de su falsa prometida, por primera vez agradecía tener un olfato sensible y mejor desarrollado que los demás. Olfateó el espacio y cuando reconoció el aroma de los tulipanes, suspiró aliviado de que la mujer estuviera allí y segura. Se dirigió al grupo de hombres que le acompañaban —Повысьте безопасность на границах дома. Крыло, где сейчас живет хозяйка дома, будет лучше охраняться. Никто не выходит и никто не входит без меня. это понятно?{Aumenten la seguridad en los límites de la casa. El ala donde se aloja la ahora señora de la casa será mejor custodiado. Nadie sale y nadie entra si no estoy yo. ¿Está claro?}No esperó a que sus hombres le dijeran nada, ya sabía que corrieron a tomar sus puestos y si según lo que le dijo
De repente había un ambiente tenso en toda la mansión.—Tu nombre—exigió sin ninguna pizca de amabilidad e incluso parándose más recta.—Adara—la pelinegra respondió en el mismo tono. No se iba a dejar pisotear por nadie y menos por una extraña.Ella pudo oír la sorpresa en prácticamente los presentes por la inflexión de sus palabras. Vio que los ojos de la mujer se volvían dudosos. Pudo sentir más que ver cómo la suegra la estudiaba con recelo y duda.Mirando dentro de sus ojos.Y en su alma."A la mierda los modales", se dijo a sí misma.Adara, aquí o en casa, nunca bajó la mirada.Mirará fijamente a cualquiera que la quiera hacer sentir menos que los demás, incluso si esa persona es la Reina Isabel de Inglaterra, que por cierto ya había pasado a mejor vida hace poco.No le entristeció en lo más mínimo ese hecho.La observó, pero con el rabillo del ojo tuvo a su prometido en su línea de visión, su prometido que ahora tenía una ligera sonrisa en su rostro.¿Alexei sonriendo divertid
Frecuentemente hay más que aprender de las preguntas inesperadas de un niño que de los discursos de un hombre (John Locke)—El doctor ya llegó, Миссис—anuncióuna voz un poco menos mandona que la de Alexei, Adara ya lo reconocía, era Maverick.Extrañamente ya no le parecía aterrador, sino más bien peculiar, el hombre era encantador cuando no estaba en su papel de subordinado mimado del jefe de la mafia y sus dientes ya le parecían algo graciosos, todavía no sabía porqué se había hecho esas modificaciones y si Maverick confiaba en ella se lo diría algún día, sin embargo, muy a su pesar había soltado una enorme carcajada cuando él le dijo que podía pelar naranjas con su colmillo. Y sí, ese dato fue cierto.—Adelante, pueden pasar—indicó la mujer, ignorando la sensación retorcida de sus entrañas en su estómago. Probablemente solo sea acidez por la ansiedad de todos los días.Los dos hombres entraron con pasodudoso, palpando el territorio de la mujerpara saber que estaba bien entrar a
Siendo sincera consigo misma y con su interior, tiene sentimientos encontrados: está ansiosa y entusiasmada por encontrarse de nuevo después de varios días sin verse. Por primera vez, pudo elegir el lugar del encuentro y la hora de la comida, no es un logro mayor pero con el tiempo, asegura poder convencer al mafioso para hacer lo que ella quiera.Ojalá ese día llegue más pronto que tarde.Adara tiene que admitir que siente algo de fascinación por él, curiosidad algo enferma por parte de ella. Síndrome de Estocolmo le llaman. Ya se acordó del nombre.Siente una curiosidad irremediable hacia él, por mucho miedo e intimidación que le dé.« ¿Quién es? ¿Qué quiere de mí? ¿Por qué me escogió a mí? ¿Por qué decidió ayudarme en vez de matarme?» Es lo que los mafiosos hacen ¿No?No había pasado un minuto cuando Alexei entró en la habitación.Adara finge estar tranquila, sentada en los bordes del duro material, mirando por la ventana.No es la primera vez que siente su presencia incluso ante