El día del funeral de Tamara Anderson llegó con un cielo encapotado, como si la misma naturaleza compartiera el pesar que envolvía a sus seres queridos. La capilla estaba adornada con lirios blancos, las flores favoritas de Tamara, y una atmósfera de reverencia llenaba el espacio. Ava, vestida en tonos oscuros, se mantenía firme al lado de su esposo, apoyándolo en ese difícil momento. Tamara no había sido una madre amorosa, vivía atormentada por sus propios demonios y su amargura llenó la mayor parte de su vida y de las personas que estaban alrededor. Al otro lado de Ethan, estaba Bárbara, los hermanos compartían un gesto de apoyo silencioso, intercambiando palabras en voz baja sobre los asuntos que requerirían su atención en los próximos días. El sacerdote comenzó la ceremonia con palabras de consuelo, resaltando el acto heroico de Tamara al enfrentar a Samuel para proteger a Ava y a su familia. Las palabras del sacerdote resonaron en el corazón de todos los presentes, ofreciendo un
—¿Es cierto, Ethan? ¿Es verdad que esa mujer espera un hijo tuyo? —preguntó Ava con un hilo de voz.Ava, con el corazón apretado, había visto el video que circulaba por las redes sociales, una amiga le había pasado el link de este, informándole que rápidamente se estaba convirtiendo en viral.Ellos nunca habían profundizado en el asunto de Cristina, Pero ella, en su confianza en Ethan, nunca había sentido la necesidad de abordar ese oscuro episodio del pasado. Después de todo, él no tenía ningún recuerdo de esa noche.Ethan, movido por un torrente de emociones, se aproximó a Ava y se arrodilló ante ella. Sus ojos se encontraron, y en ellos, Ava pudo ver la sinceridad, la confusión y el pesar.—Hasta esta mañana te hubiese dicho que no, al salir de la habitación de esa mujer lo primero que hice fue revisarme y de verdad pensaba que no me había acostado con ella, pero hoy me hizo dudar...Ava asintió, las lágrimas deslizándose por sus mejillas. Entre la tristeza de la pérdida de Tamara,
Cristina sintió una oleada de satisfacción cuando el chofer de Ethan abrió la puerta del coche para que subiera. Era el mismo que la noche anterior la había dejado en la puerta del edificio donde vivía. Se había vestido con un traje recatado y femenino, queriendo imitar el estilo de Ava. Pensaba que así podría manipular su mente para ganarse su confianza y simpatía, y hacerle creer que era la madre de su futuro hijo.La noche anterior, mientras se preparaba para dormir, había recibido una llamada de Charles. Había visto el video por las redes sociales y la llamó para burlarse de ella con crueldad.—¿Crees acaso que son tontos? No tienes ninguna posibilidad de conseguir nada de Ethan. Él es demasiado inteligente y astuto como para caer en tu trampa. Te aseguro que tarde o temprano descubrirá la verdad y te echará a la calle sin un centavo.Sus palabras burlonas resonaban en su mente, haciéndola dudar de su plan.Cristina salió de sus pensamientos cuando llegaron a imponente edificio do
—Lamento que tengas que ayudarme en esto —dijo Bárbara con tristeza, abriendo la puerta del apartamento de su madre. Había pasado un mes desde que Tamara había muerto y Bárbara tenía que encargarse de vaciar su apartamento. —El servicio limpió la cocina y el baño, les pedí que desecharan toda la comida y los productos de aseo personal, pero queda toda la ropa, zapatos, joyas y documentos y de eso tenemos que encargarnos nosotras.—No te preocupes, hermanita. Estoy aquí para apoyarte —respondió Ava con cariño.Bárbara y Ava se adentraron en la habitación de Tamara y comenzaron a meter en cajas la ropa interior y pijamas de Tamara. Era una tarea difícil para Bárbara, que sentía una mezcla de dolor y resentimiento hacia su madre.Tamara había sido una mujer egoísta y manipuladora, pero estuvo a su lado cuando perdió a su bebé. Bárbara pensaba que la quería a su manera porque el cariño de su madre dependía del dinero y en ese aspecto siempre le dio todo lo material que podía desear.—¿Qu
Ava y Ethan entraron a la corte familiar con Diana, la niña iba en medio de los dos tomada de la mano de cada uno de sus padres, porque para ella, no existía otro papá que no fuera Ethan. Después del secuestro, Ava había obtenido la custodia total y absoluta de su hija. Diana y Ethan se profesaban un amor genuino y se consideraban padre e hija por lo que una noche él le pidió a Ava su autorización para adoptar a la niña. —Nada me hace más feliz que ames tanto a mi hija que quieras que sea tu hija también —respondió Ava con los ojos llenos de lágrimas de ternura y alegría —. Por supuesto que puedes adoptarla, mi amor. —Somos la familia, Anderson Miller, y creo que algún día para Diana será importante que todos llevemos el mismo apellido. No quiero que algún día ella piense que la amo menos que a Albert o a alguno de sus hermanos —dijo Ethan con una sonrisa orgullosa. —¿Hermanos? —preguntó Ava en broma, aunque su expresión era de sorpresa. —¿No quieres tener más hijos? —preguntó Eth
El juicio contra Samuel fue un torbellino de emociones y tensiones. Cuatro meses que parecieron una eternidad para todos los implicados. Las acusaciones pesaban sobre él como una losa, y cada día su semblante se volvía más sombrío. Ivette Mendoza, la valiente niñera de Diana, fue una pieza clave en el proceso. Su testimonio desmontó los intentos de Samuel por culparla y demostró su compromiso con la pequeña. Nadie creyó la farsa inventada por él de que ella había sido la instigadora del secuestro y la que había solicitado el dinero para entregar a la niña. La sala respiró con alivio al ver a la fiel niñera relatar los hechos con entereza. Ava, por su parte, afrontó su turno con nerviosismo contenido. Tantas adversidades habían marcado su camino hasta ese momento. Desde el oscuro entramado de fraude urdido por Samuel para enviarla a prisión y adueñarse de su compañía hasta el tormento del parto, la separación de su bebé y, sobre todo, el intento de asesinato que casi le cuesta la vida
Bárbara despertó esa mañana pensando que le gustaba su nueva vida. Se había mudado a un bonito apartamento, había comenzado a trabajar como arquitecto, la carrera que terminó con mucho esfuerzo después de que su vida se viniera abajo, y había comenzado a salir con Henry White, uno de los socios del prestigioso bufete Simmons & White y abogado de su hermano Ethan.Esa mañana tenía una reunión de trabajo con la empresa de paisajismo que participaría en el proyecto de un conjunto residencial de lujo que el consorcio Anderson Miller, del cual poseía el veinticinco por ciento de las acciones, desarrollaría en New Jersey. Bárbara llegó a la obra y se dirigió al lugar donde se reuniría con los representantes de la empresa de paisajismo. Estaba ansiosa por conocer sus propuestas y ver cómo podían integrarlas con el diseño arquitectónico del conjunto residencial. Quería que el proyecto fuera un éxito, tanto por su prestigio profesional como por su orgullo personal. Era su primera obra grande
La visión de Bárbara tomó a Nathan completamente desprevenido. A lo largo de los años, trabajó con los Miller, primero con el señor Albert, luego con Ava y, por último, con el impresentable de Samuel. Cuando la compañía se fusionó con el consorcio Anderson, tras la muerte de Tamara, se puso un poco nervioso, pero pensó que era improbable que se encontrara con Bárbara porque ella nunca trabajó en la compañía, había dedicado su vida a ser una mariposa social, por lo que nunca se imaginó que la fusión lo enfrentaría a la mujer a quien más despreciaba en el mundo. Bárbara fue su primer amor, una historia que marcó su corazón de por vida. En el pasado la amó como nunca quiso a nadie más, y en ese momento la odiaba como jamás había odiado a nadie. No podía perdonarla, no después de lo que le hizo a Gabriel. Durante un breve instante, pensó en dar media vuelta y mandar todo al diablo. Sin embargo, no podía. Había invertido una gran parte de su capital en ese proyecto, contratado a más traba