Ava se encontraba en la sala de espera de la clínica de obstetricia, nerviosa y ansiosa por su primer ecograma. La sala estaba decorada con tonos suaves y relajantes, con revistas sobre maternidad esparcidas por las mesas auxiliares. Ava hojeó una de ellas, pero apenas podía concentrarse en las palabras. Sus pensamientos se centraban en que Ethan no había llegado.El asistente del médico llamó su nombre, y Ava se levantó con cuidado. En ese momento Ethan atravesó las puertas del centro médico mirando hacia todas partes hasta que la vio.—¡Ava! —dijo caminando hacia ella con rapidez. —Lo lamento fue casi imposible deshacerme de tu equipo directivo para llegar a tiempo.—Está bien, apenas me van llamando, además los conozco a todos y sé cómo se comportan.Siguieron al asistente por un pasillo hasta una pequeña sala de ecografía. Al entrar, Ava vio la máquina de ultrasonido y una pantalla que esperaba mostrar una imagen de su bebé.. —Señora Anderson, ¿cómo se siente? —preguntó el médico
Seis meses despuésLa casa resonaba con el eco de risas y el sonido de pasos de pies pequeños. Diana corría por el pasillo, radiante de emoción, mientras Ava intentaba mantener el paso con su abultada barriga. Había roto fuente unos minutos antes por lo que había decidido irse de una vez a la maternidad. Le aterraba que su parto fuera rápido y que el médico no pudiera ponerle la epidural.—¡Mamá, mamá! —chilló Diana, corriendo hacia Ava—. ¡Ivette me dijo que el bebé está por llegar!Ava la abrazó con ternura, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Ethan miraba la escena con una sonrisa nerviosa, lleno de anticipación.—Sí, cariño, el bebé está muy ansioso por conocernos a todos —dijo Ava con una sonrisa.Bárbara se acercó, con una expresión de pura alegría en su rostro. —Estoy tan emocionada por ti, Ava. Vas a tener a tu pequeño en brazos muy pronto.Ethan ayudó a Ava a bajar las escaleras y llegar al coche. Diana no podía contener su entusiasmo y corría de un lado a otro, com
Ava quedó sorprendida por el descaro de su suegra, aparecer en el hospital para conocer a su nieto después de que le pusiera un cordel a las escaleras para que ella se cayera y perdiera el bebé, además de la trampa que le montó a su hijo para separarlos. Era inaudito.Durante los meses anteriores había desaparecido, con la única que intentó mantener el contacto fue con Bárbara y su hija se había negado a encontrarse con ella.—No eres bienvenida, madre —informó Ethan mirándola fijamente.Ethan se sorprendió al mirarla, a pesar del maquillaje impecable se veía que tenía ojeras y había perdido peso, su ceño se frunció ligeramente cuando la vio titubear, estaba tensa y apretaba el oso con fuerza.Quitó la mirada de su madre y la dirigió a su esposa que sostenía al bebé con desconfianza, en los ojos de Ava también vio una mirada de desconcierto al ver a Tamara.—Mama, ¿estás bien? —preguntó Bárbara levantándose de su silla, preocupada por la apariencia y la actitud de su madre.—Sí, no qu
Ethan se bajó del coche con prisa y miró el hospital con un poco de inquietud, estaba en su casa leyéndole un cuento a Diana cuando un presentimiento lo hizo dejar el libro a un lado y marcharse al hospital.Corrió hacia la entrada, pero se detuvo al ver varios coches de la policía aparcados en la puerta. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso habían herido a algún policía en el cumplimiento del deber y sus compañeros esperaban por noticias? No tenía tiempo para averiguarlo, solo quería ver a su esposa y asegurarse de que estaba bien.Cuando se acercó a la puerta, su corazón se paralizó al ver que traían a un hombre esposado. Era Samuel, el exesposo de Ava, el hombre que la había metido a la cárcel y que jurado vengarse de ella cuando se comprobó que era él el culpable. Ethan sintió un escalofrío al reconocerlo. ¿Qué hacía allí ese monstruo? ¿Le había hecho algo a su esposa?Samuel levantó la cabeza y vio a Ethan. Le dirigió una sonrisa perversa y medio desquiciada, como si disfrutara de su sufr
El día del funeral de Tamara Anderson llegó con un cielo encapotado, como si la misma naturaleza compartiera el pesar que envolvía a sus seres queridos. La capilla estaba adornada con lirios blancos, las flores favoritas de Tamara, y una atmósfera de reverencia llenaba el espacio. Ava, vestida en tonos oscuros, se mantenía firme al lado de su esposo, apoyándolo en ese difícil momento. Tamara no había sido una madre amorosa, vivía atormentada por sus propios demonios y su amargura llenó la mayor parte de su vida y de las personas que estaban alrededor. Al otro lado de Ethan, estaba Bárbara, los hermanos compartían un gesto de apoyo silencioso, intercambiando palabras en voz baja sobre los asuntos que requerirían su atención en los próximos días. El sacerdote comenzó la ceremonia con palabras de consuelo, resaltando el acto heroico de Tamara al enfrentar a Samuel para proteger a Ava y a su familia. Las palabras del sacerdote resonaron en el corazón de todos los presentes, ofreciendo un
—¿Es cierto, Ethan? ¿Es verdad que esa mujer espera un hijo tuyo? —preguntó Ava con un hilo de voz.Ava, con el corazón apretado, había visto el video que circulaba por las redes sociales, una amiga le había pasado el link de este, informándole que rápidamente se estaba convirtiendo en viral.Ellos nunca habían profundizado en el asunto de Cristina, Pero ella, en su confianza en Ethan, nunca había sentido la necesidad de abordar ese oscuro episodio del pasado. Después de todo, él no tenía ningún recuerdo de esa noche.Ethan, movido por un torrente de emociones, se aproximó a Ava y se arrodilló ante ella. Sus ojos se encontraron, y en ellos, Ava pudo ver la sinceridad, la confusión y el pesar.—Hasta esta mañana te hubiese dicho que no, al salir de la habitación de esa mujer lo primero que hice fue revisarme y de verdad pensaba que no me había acostado con ella, pero hoy me hizo dudar...Ava asintió, las lágrimas deslizándose por sus mejillas. Entre la tristeza de la pérdida de Tamara,
Cristina sintió una oleada de satisfacción cuando el chofer de Ethan abrió la puerta del coche para que subiera. Era el mismo que la noche anterior la había dejado en la puerta del edificio donde vivía. Se había vestido con un traje recatado y femenino, queriendo imitar el estilo de Ava. Pensaba que así podría manipular su mente para ganarse su confianza y simpatía, y hacerle creer que era la madre de su futuro hijo.La noche anterior, mientras se preparaba para dormir, había recibido una llamada de Charles. Había visto el video por las redes sociales y la llamó para burlarse de ella con crueldad.—¿Crees acaso que son tontos? No tienes ninguna posibilidad de conseguir nada de Ethan. Él es demasiado inteligente y astuto como para caer en tu trampa. Te aseguro que tarde o temprano descubrirá la verdad y te echará a la calle sin un centavo.Sus palabras burlonas resonaban en su mente, haciéndola dudar de su plan.Cristina salió de sus pensamientos cuando llegaron a imponente edificio do
—Lamento que tengas que ayudarme en esto —dijo Bárbara con tristeza, abriendo la puerta del apartamento de su madre. Había pasado un mes desde que Tamara había muerto y Bárbara tenía que encargarse de vaciar su apartamento. —El servicio limpió la cocina y el baño, les pedí que desecharan toda la comida y los productos de aseo personal, pero queda toda la ropa, zapatos, joyas y documentos y de eso tenemos que encargarnos nosotras.—No te preocupes, hermanita. Estoy aquí para apoyarte —respondió Ava con cariño.Bárbara y Ava se adentraron en la habitación de Tamara y comenzaron a meter en cajas la ropa interior y pijamas de Tamara. Era una tarea difícil para Bárbara, que sentía una mezcla de dolor y resentimiento hacia su madre.Tamara había sido una mujer egoísta y manipuladora, pero estuvo a su lado cuando perdió a su bebé. Bárbara pensaba que la quería a su manera porque el cariño de su madre dependía del dinero y en ese aspecto siempre le dio todo lo material que podía desear.—¿Qu