Cuando Ava y Ethan llegaron al despacho de abogados se encontraron que Harris los estaba esperando. Después de las presentaciones, entraron a la ofician donde firmarían el acuerdo para discutir las cláusulas.―Después de haber tenido la noche para pensar, ¿aún crees que esto es lo que más te conviene, Ava? ―preguntó Jonathan con su semblante serio y mirándola a los ojos.Ethan levantó una ceja, pero se mantuvo callado, era Ava la que debería responder esa pregunta.―Sí, Jonathan, es mi mejor oportunidad.―Respeto tu decisión, Ava ―afirmó su abogado con un suspiro resignado ―. Ahora, si el acuerdo prenupcial está listo me gustaría revisarlo antes de la firma, por favor.El abogado de Ethan puso el documento en sus manos y él comenzó a leer.―Es un acuerdo muy favorable, Ava, puedes firmarlo.Ava y Ethan firmaron los documentos y Harris se levantó para despedirse.―Llámame si necesitas algo ―dijo Jonathan a Ava antes de girarse hacia Ethan ―. Y tú cuídala mucho, señor Anderson, que esta
El almuerzo fue un poco tenso después del arrebato de la familia de Ethan, durante los primeros minutos él permaneció callado y Ava se preguntó si se estaría arrepintiendo del haberse casado con ella. Cuando la señora Gibson trajo la botella de champán y la puso en la cubitera al lado de Ethan él se levantó. ―Permítame, señora Gibson, yo lo abriré y serviré, puede retirarse. ―Sí, señor Ethan. Con pericia Ethan abrió la botella con un sonoro pop lo que hizo que sonriera un poco, llenó las copas y le pasó una a Ava. ―Porque nuestro acuerdo logre tu redención y el crecimiento de la compañía Anderson. ¡Salud! ―Y porque pueda recuperar a mi hija. ¡Salud! ―respondió ella chocando las copas. Ava se levantó para servir los platos de las fuentes que estaban dispuestas en las mesas y le pasó el primero a Ethan. ―¿Por qué nunca te has casado, Ethan? ―preguntó Ava cuando comenzaron a comer. Ethan la miró dudando si responder o no, más el genuino interés que vio en el rostro de Ava hizo qu
Ava se puso el camisón con rapidez y huyó al aseo, cerró la puerta con cerrojo, abrió la ducha y rompió a llorar. Se despojó de la ropa y se metió bajo el agua tibia, después de unos minutos se calmó, odiaba llorar, no le gustaba demostrar debilidad ante nadie.Al salir se lavó la cara con agua fría sacó su ropa interior de la maleta de mano y tomó un pantaloncillo y una camiseta sencilla de la pila de ropa. Se maquilló para disimular sus lágrimas.Se preparó mentalmente para enfrentarse a Ethan, dos podrían jugar al mismo juego y no había mejor defensa que el ataque.―Así que, ¿qué sigue en nuestro itinerario de matrimonio por negocios? ―preguntó Ava con sarcasmo, rompiendo el silencio incómodo.Ethan la miró con una ceja arqueada, evidentemente, poco impresionado por su comentario.―Si estás buscando algo emocionante y apasionado, lamento decepcionarte. Nuestro acuerdo es puramente pragmático ―respondió con frialdad.Ava soltó una risa amarga.―No tiene por qué recordármelo a cada r
―Podemos ser rivales, pero no significa que usaré mi posición para humillarte, no soy ese tipo de hombre ―replicó Ethan un poco molesto por que ella asumió que era un patán.―Gracias... esa era la palabra que la mujer que me atacó repetía cuando comenzó a cortarme. No soporto escucharla.―Te prometo que nunca te llamaré de esa manera, Ava ―dijo él suavizando su mirada.Ava se removió inquieta, podía manejar más su indiferencia que su compasión. Bajó sus ojos y el hecho de que ambos estuvieran desnudos le trajo una idea a la mente.―Creo que me gusta la idea que traías en mente cuando entraste al baño.Él sonrió con una sonrisa de esas que podían bajar las bragas de cualquier mujer y ella no era inmune.―Sí, más si quieres podemos dejarlo para más tarde y atenernos al plan original de ir a nadar.―Podríamos hacer las dos cosas si te apresuras ―respondió ella sintiendo una ola de calor recorrer sus entrañas. Lo quería de nuevo, no podía negarlo.Él se acercó con los ojos fijos en ella,
El crepúsculo cubría la casa cuando Ethan finalmente regresó. Al cruzar la puerta del salón, de inmediato percibió la tensión en el ambiente. Su madre y su hermana parecían agitadas y enojadas, como si hubieran desencadenado una tormenta.―¿Qué está sucediendo aquí? ―inquirió Ethan, dejando escapar un suspiro de exasperación.Tamara lo miró con ojos acusadores, mientras Bárbara, con una expresión desafiante, cruzaba los brazos con gesto teatral.―Esa mujer nos amenazó con un cuchillo ―anunció Bárbara con exagerada dramatización.―Está completamente desquiciada y es peligrosa, Ethan. Exijo que la expulses de inmediato ―ordenó su madre con la voz temblando de furia.Ethan se apresuró a intervenir para calmar los ánimos:―Tranquilícense las dos. ―Fijó su mirada en cada una de ellas. ― Ahora, explíquenme con calma lo que ha ocurrido, no omitan ningún detalle.Era evidente para Ethan que su madre y su hermana estaban inflando la situación, como solían hacer.―Fuimos a su habitación para ac
Ava entró al vestíbulo de la empresa Construcciones Miller acompañada de Ethan y de uno de sus abogados. Los trabajadores que se encontraban en la recepción se quedaron callados al verla entrar, todos los ojos estaban sobre ella, algunos con resentimiento, otros con compasión, la mayoría con curiosidad.La joven lucía imponente en su vestido negro, sus zapatos de tacón y un maquillaje perfecto que cubría las ojeras de una noche sin dormir. Con un movimiento de cabeza, Ava saludó a la chica de recepción, y siguió su camino al ascensor sintiendo sobre sí todas las miradas.Un guardia de seguridad se acercó con rapidez, su cara reflejaba la incomodidad que sentía.―Señorita Miller ―dijo el hombre ―lo lamento, pero no puede pasar.―Soy accionista de esta empresa, tengo todo el derecho a pasar ―replicó Ava con la frente en alto y un dejo de arrogancia.Su corazón palpitaba con fuerza de los nervios y sus manos estaban un poco temblorosas, pero no se dejó amedrentar.―Es la orden que el dep
―¡Te casaste con el enemigo! ―exclamó Samuel con sorpresa, su voz retumbando en la lujosa sala. El tenso silencio que siguió fue roto por la respuesta desafiante de Ava, quien sostuvo la mirada de Samuel sin titubear. ―¡Oh! Te aseguro, Samuel, que Ethan y yo no somos enemigos. De hecho, nos hemos vuelto muy cercanos, ¿no es cierto, amor mío? ―preguntó dirigiendo una mirada ardiente a su esposo, su voz adquiriendo un tono ronco que llevaba consigo un toque de complicidad. Ethan, de pie junto a ella, le devolvió la mirada con el mismo ardor. ―Eres una desvergonzada, Ava... ―No te atrevas a insultar a mi esposa, Evans, o te juro que te arrepentirás ―intervino Ethan con voz gélida, sus ojos destilando una promesa oscura y amenazadora. La habitación se llenó de una tensión palpable mientras Ava se ponía en pie con decisión, enfrentando a Samuel con valentía. ―¿Qué creías, Samuel? ¿Qué me iba a quedar muy tranquila mientras tú te quedabas con mi hija, mi casa y mi compañía? ―No iba a
―Realmente lo hiciste muy bien, Ava ―observó Ethan mientras viajaban en el automóvil, al salir del edificio de la compañía. Ava asintió satisfecha, el tesoro que llevaba escondido en la maleta la había puesto de muy buen humor y no quería que Ethan se lo estropeara con alguno de sus reclamos. Desde el día del enfrentamiento con su madre, su relación estaba sumamente tensa. Después de guardar el preciado abrecartas de su esposa, Ethan se dirigió a conversar con su madre. Ava lo siguió, manteniéndose a cierta distancia para escuchar la conversación. Con discreción, se aproximó lo suficiente como para escuchar las voces que emanaban de la habitación de Tamara, la madre de Ethan, que se encontraba entreabierta. ―Sabía que las cosas no eran como las contaron tú y Bárbara, mamá. El supuesto cuchillo era simplemente un abrecartas antiguo que pertenecía a su abuela ―habló Ethan con un tono imperturbable. ―Pero me amenazó con él ―insistió Tamara. ―Tú comenzaste al llamarla zorra, mamá, un