Amine frunció el ceño, confundida por las palabras de Emma. —¿Qué quieres decir, Emma? —preguntó Amine, tratando de mantener la calma—. ¿Acaso te vas a casar con Ader? ¡Estás de manicomio! Y piensas que estoy pintada en la pared si haces eso.Emma se quedó en silencio, sintiéndose sin fuerzas para hablar, llevó las manos a la cabeza en un gesto de desesperación, la noticia de la muerte de su padre había sido un golpe devastador, sumado a la traición de Justin, todo era demasiado confuso para ella.—Siento que no tengo nada más que perder —dijo Emma, finalmente—, perdí a mi padre, el hombre de quien me enamoré me traicionó, siento que no tengo razones para seguir —pronunció con los ojos humedecidos.Amine frunció el ceño, sintiendo la preocupación y el miedo creciendo en su interior.—No digas eso, Emma —dijo Amine, tratando de sonar reconfortante—. Tienes a tus hermanos.Ella hizo una mueca de burla.—Ni siquiera los he visto más en los últimos tiempos.—Mira, el dolor te nubla la ra
En la iglesia, Ader ya esperaba ansioso la llegada de las mujeres hasta que su teléfono timbró, no dudó en responderle.—Aló, ¿Quién habla?“Señor, lo siento, la organizadora me dio su número, es que hay un problema” dijo la mujer al otro lado de la línea armándose de valor “el chofer de la limusina fue golpeado y abandonado, alguien tomó su lugar y fue a buscar a las chicas ¡Las han secuestrado!”—¡¿Qué diablos?! Más les vale que mi hermana y mi prometida aparezcan sanan y salvas, porque ustedes no encontrarás dónde meterse y su chofer me va a decir con detalles lo que ocurrió, porque voy para allá —gritó cortando la llamada, dejando a los presentes sorprendidos—, no va haber boda —informó, se dirigió a los hombres de seguridad—, vengan conmigo, debemos ir a un lugar.Subió al auto con ellos de acompañantes, para ir hasta la sede de la empresa.Horas antesEl hombre había llegado en horas de la madrugada a la casa del político, donde se quedó viendo cómo ocurría todo, investigó que
Emma se quedó atónita al escuchar las palabras de Loras. Justin, le había pedido a alguien que la buscara. No podía creerlo.—¿Qué estás diciendo? ¿Por qué Justin te pidió que vinieras por mí? —preguntó Emma, confundida y temerosa.Loras miró a Emma con una sonrisa y respondió su pregunta.—Porque te ama, y no podía dejar de preocuparse por ti, desde que salió de Columbus quiso regresar a buscarte, sin embargo, le aconsejé que era peligroso y que mejor arreglara unos asuntos personales que tenía pendiente.A pesar de la animadversión que había surgido en Emma hacia Justin por lo que había descubierto sobre su estado civil, no pudo evitar que su corazón saltara en su pecho emocionada de saber que la había mandado a buscar, sin embargo, enseguida se dio cuenta que era una idiota por creer en un hombre que la había engañado, por eso retrocedió y respondió de mala manera.—No tengo nada que hablar con él, ya descubrí que solo fui una burla que mientras me decía que era especial, estaba ca
Todos observaban la escena en silencio, sorprendido por la repentina reacción de la chica. La mirada de Justin pareció desconcertada por un momento, no se esperaba el ataque de Emma, apretó la mandíbula con una expresión de rabia, y luego la sostuvo por los brazos.—¡¿Qué carajos te pasa Emma?! ¿Por qué la agresión? —Justin la miró y vio que de sus ojos comenzaban a brotar gruesas lágrimas.—¿Por qué? ¡Me engañaste! Me sedujiste e hiciste que me acostara contigo y eras un hombre casado, eso me hace una mala persona, una rompe hogares, una amante, una mujer que se mete en la relación de otra para destruirla, me convierte en alguien que odio —concluyo con pesar y en con la voz entrecortada producto de los sollozos que empezaron a salir de su boca.—Emma, por favor, déjame explicarte —rogó Justin, pero la ira en los ojos de la chica no disminuyó, por el contrario parecían avivarse.—¿Explicarte? ¿Para qué? ¿Para que sigas mintiéndome? Ya tuve suficiente de tus mentiras, Justin. No puedo
—¡¿Qué noticia tienen?! —preguntó Ader molesto.Los hombres se pusieron nerviosos, cruzando mirandas sin saber qué hacer.—¡Están sordos! Le hice una pregunta ¿Dónde están ellas? —exigió saber.—Lo siento, señor, pero no dimos con ella, al parecer al hombre que las había secuestrado, fue secuestrado por otro más, y fue este quien se llevó a las chicas.—No sé qué van a hacer, pero quiero a mi hermana y a mi prometida ¡Aquí ya! —exigió molesto—, Emma tiene dos hermanos, quiero la dirección de ellos, yo mismo iré hasta allí.Minutos después apareció el hombre con la dirección, uno de ellos vivía en la ciudad de los Ángeles y el otro en Dallas, decidió que lo mejor era ir a casa del que vivía allí.Caminó al auto, sentándose en el asiento trasero, se pasó la mano por la cabeza en un gesto de impotencia, la rabia se agitaba en su interior, apretó los puños, mientras su corazón palpitaba con fuerza.No podía creer que ninguna mujer era confiable, se soltó los primeros botones de la camisa
—¡Abuelo! —exclamó Emma, sorprendida y emocionada al mismo tiempo al reconocer al anciano y olvidando la última discusión entre ellos corrió a abrazarlo, por un tiempo estuvieron fundidos en un abrazo, lleno de emoción y alegría.—¡Emma! ¡Mi niña! —exclamó y vio a la otra chica con curiosidad— ¿Qué haces aquí? —preguntó igualmente sorprendido de ver a su nieta.—Abuelo, esto es increíble —dijo Emma con lágrimas en los ojos—. No sabía que estabas aquí, y mucho menos que conocieras a Justin — tomó la mano de este y la entrelazó con la suya—, abuelo, él es mi novio —articuló la chica con el rostro teñido de carmesí.—Las vueltas que da la vida, ¿verdad? —respondió Aníbal con una sonrisa nostálgica—. Y pensar que mi nieta y el nieto de mi viejo amigo se conocieron de manera espontánea y nosotros queriéndolos unir.Emma se volvió hacia Justin, quien todavía estaba procesando la sorpresa. Los dos jóvenes intercambiaron una mirada que mezclaba asombro, alegría y cierta ironía.—Así que mi Em
—Ader, ¿qué haces aquí? —preguntó Aimé, visiblemente sorprendida y afectada al verlo parado en la entrada de su casa, no pudo contener el golpeteó emocionado de su corazón.Ader también estaba sorprendido, los recuerdos se despertaron dentro de él, mezclado con la rabia de ver a la mujer que había amado tanto y ella le había hecho tanto daño.—No te preocupas que no vengo por ti, vengo por Youssef, necesito hablar un asunto personal con él —expresó cortante.—¿Qué asunto? Él no está… será mejor que vengas después —dijo nerviosa, sin dejar mirar hacia la entrada.—No es nada que sea de tu interés y no te preocupes que no voy a atacarte… hace tiempo que las mujeres como tú no me interesan —expresó con amargura.Ella miró al niño a su lado y luego de nuevo a Ader, había que ser ciego para no darse cuenta, apartó la mirada y suspiró temerosa, frotándose una mano con la otra.—Si quieres… espera en el despacho que llegue mi esposo, por favor —señaló ella y él asintió.Lo llevó al despacho
Emma y Justin decidieron partir hacia el lugar donde Justin había dejado la carta de su abuelo. Mientras caminaban juntos, Emma mira a Justin con curiosidad, sintiendo una mezcla de emociones, le encanta sus facciones dura, pero esa dulzura en su mirada que hace que su corazón salte emocionado en el pecho. Por un momento sintió miedo, de que las revelaciones contenidas en la carta puedan cambiar su relación con él.Llegaron a la habitación donde Justin había dejado la carta. Después de un momento de tensión, se dirigió a un libro, lo abrió y tomó la carta entre sus manos, por leves segundos, la miró con una mezcla de ansiedad y expectación; se sentaron en la cama y él la miró como si fuera un animal venenoso, mientras la giraba entre sus dedos.—¿Qué pasa? ¿Por qué no terminas de abrirla? —interrogó ella sin poder contener su ansiedad.—Estoy muy nervioso de leer esa carta, temo que lo que está aquí pueda cambiar todo como lo conozco —confesó Justin con sinceridad.—Yo también lo est