Emma y Justin decidieron partir hacia el lugar donde Justin había dejado la carta de su abuelo. Mientras caminaban juntos, Emma mira a Justin con curiosidad, sintiendo una mezcla de emociones, le encanta sus facciones dura, pero esa dulzura en su mirada que hace que su corazón salte emocionado en el pecho. Por un momento sintió miedo, de que las revelaciones contenidas en la carta puedan cambiar su relación con él.Llegaron a la habitación donde Justin había dejado la carta. Después de un momento de tensión, se dirigió a un libro, lo abrió y tomó la carta entre sus manos, por leves segundos, la miró con una mezcla de ansiedad y expectación; se sentaron en la cama y él la miró como si fuera un animal venenoso, mientras la giraba entre sus dedos.—¿Qué pasa? ¿Por qué no terminas de abrirla? —interrogó ella sin poder contener su ansiedad.—Estoy muy nervioso de leer esa carta, temo que lo que está aquí pueda cambiar todo como lo conozco —confesó Justin con sinceridad.—Yo también lo est
El niño se asomó por la rendija de la puerta, esperando que todo estuviera en silencio, cuando no escuchó nada salió con cuidado, caminó hacia la habitación de sus padres y vio a su padre durmiendo y roncado. Enseguida se regresó, corrió hacia la habitación donde escuchó que su padre había encerrado a su madre. —Mamita ¿Cómo estás? —preguntó a través de la puerta, al mismo tiempo que le daba unos golpecitos. Colocó su oreja en la puerta para ver si escuchaba algo, pero todo era silencio, caminó hacia el porta llaves, como no alcanzaba, colocó una silla, se subió y tomó las llaves de las habitaciones, regresó de manera sigilosa, y fue probando llave por llave, con cada desacierto, se iba sintiendo angustiado, pensando que el tiempo se agotaba, las lágrimas asomaron a su s ojos y se deslizaron por su rostro. Finalmente, dio con la llave correcta y abrió la puerta, sintió la oleada de frío, golpear en su cuerpo, se estremeció, pero no se detuvo, miró a la cama y se quedó sin aliento,
“¡Oh por Dios! ¡Es mi hijo!”, exclamó en su interior, sentía una opresión en el pecho y no podía respirar.—Tu mamá, estará bien… te lo prometo.—¿No nos echará? —interrogó nervioso y con los ojos aguarapados producto de las lágrimas que pugnaban por salir, Ader negó con la cabeza.—¿Por qué huyeron?—Mi papá, siempre golpea a mamá, y hoy la encerró en la habitación… desnuda y con el aire a temperatura muy bajo… tenía miedo que terminara matándola—dijo el niño con un sollozo.Al oírlo hablar, extendió la vista al rostro de la mujer y vio los rastros de golpe.“¡Eres una tonta! Preferiste engañarme con ese hombre y vivir una vida miserable, cuando conmigo pudiste tener el mundo a tus pies”, pensó con amargura, mirándola con rabia.El niño se dio cuenta y corrió hacia su madre abrazándola.—¿Por qué la mira así con tanto odio? Mamá no le ha hecho nada —pronunció de manera protectora.—No le haré nada… no te preocupes.Se quedó esperando que apareciera el médico, sin poder contener su an
Mientras Ader apretaba el cuello de Youssef, este se reía burlesco, provocando más rabia en el hombre y como si eso no fuera suficiente, comenzó a incitarlo con saña. —¡Basta! —rugió Ader, soltando a Youssef de repente, pero dejándolo tambaleándose—. ¡Cierra tu maldit4 boca!Youssef, momentáneamente aturdido, intentó enderezarse y recuperar su compostura. Ader lo miró con una expresión amenazante, sus ojos irradiaban una intensa ira.—Llama a mi esposa —recalcó la palabra esposa—, y a mi hijo, porque si no lo haces voy a acusarte de secuestro… ¿Qué va a decir la gente cuando escuche que uno de los políticos más prominentes de este país y que es candidato al senado de los Estados Unidos secuestró a la familia de un honorable militar? —inquirió amenazante.—¿Honorable tú? Creo que careces de eso, es que pienso que ni siquiera el significado de la palabra debes conocer… y si quieres llamar a la prensa y denunciarme ¡Hazlo! Pero de aquí, no te los vas a llevar, tendrás que pasar por enci
—¿Está vivo? ¿Es en serio Justin? ¿No me estás mintiendo? —preguntó sin poder contener su emoción, sintió su corazón golpeteando en su pecho.—Por supuesto que no te miento mi amor, fue Loras quien lo encontró —respondió Justin y ella se giró hacia Loras.—¿Dónde está? ¿Cómo lo salvaste? Debes contarme todo con detalles, por favor, rogó en tono suplicante.Loras asintió y enseguida comenzó a narrar como habían ocurrido los hechos.“Loras había llegado a la casa de los Peterson, su primer plan era esperar para poder ingresar a la casa, sin embargo, tuvo una extraña sensación, un presentimiento, un sudor frío le recorrió la espalda, y sabía claramente que ocurría cuando eso le pasaba.No pude ignorarlo y sin pérdida de tiempo, golpeó la puerta principal de la casa, como no recibió respuesta, decidió entrar, y cuando lo hizo recorrió la casa y encontró el hombre herido en muy mal estado, a punto de colapsar, pero la única palabra que salió de su boca fue.—Emma… ayuda… en Los Ángeles en
Justin vio el rostro de Emma palidecer, y sin pensarlo dos veces la acercó a ella, sosteniéndola en su pecho, en señal de protección. Había algo en la forma en que se había quedado quieta, inmóvil, que le dijo que estaba asustada, le hizo señas a Loras para que no saliera de la oficina, al mismo tiempo de que hablaba con su tío.—Tío, lo siento mucho, pero en este momento no puedo atenderte, lo mejor es que vengas otro día —señaló con firmeza.—¿Le ocurre algo? ¿Qué tiene? ¿Puedo ayudar? —se ofreció con aparente amabilidad, tratando de acercarse, sin embargo, Justin lo detuvo..—No te preocupes, tío Kelvin, de mi novia me encargo yo —expresó con firmeza.—¿Novia? ¿Acaso no me dijiste que era tu mejor amiga? —preguntó el hombre con interés.—Sí, es mi mejor amiga y también es mi novia, las dos cosas.—Sabes que no puedes casarte con ella, de hacerlo perderías la herencia de mi padre —dijo con aparente preocupación, aunque por dentro estaba sonriendo de satisfacción.“Eres un idiota Jus
—Harrison, ven para llevarte a tu habitación —pronunció Ader y el niño abrió los ojos sorprendido.No quería irse a otra habitación, porque temía que a su madre le pasara algo, deseaba quedarse junto a ella y cuidarla.—No quiero dejar sola a mamá por si llega a necesitar algo —expresó con preocupación.—No te preocupes, puedes quedarte en la habitación del lado para que puedas estar al pendiente de ella.Aunque al final terminó aceptando, la duda permaneció en su interior.Ader le mostró la habitación, le sacó sábanas nuevas y aunque podía haber enviado a una empleada a hacer eso, estaba tan emocionado de saber que tenía un hijo, que quería atenderlo personalmente, por eso se encargó de todo.Harrison se sintió extraño con sus atenciones, porque jamás las había recibido de quien creyó era su padre, por lo cual se sintió un poco cohibido.—Si necesitas algo no dudes en llamarme —expuso Ader.—Muchas gracias —respondió el niño.Fue en ese momento que Ader se dio cuenta de que el niño n
Al día siguiente Aníbal Moreau se levantó, buscando a su nieta, bajó al comedor, pero solo vio a Amine.—Hola, señorita, buen día, ¿Has visto a mi nieta? ¿Ella durmió contigo? —interrogó preocupado el anciano.Amine se quedó en silencio, sin tener idea que responder, si decía que si y el señor la descubría la llamaría mentirosa y si decía que no y su amiga decía que sí, quedaría mal ella, estaba en ese dilema cuando justo apareció Emma con Justin, por sus cabellos húmedos era notorio que acababan de bañarse.—Buen día —saludaron al unísono sonrientes, pero sus sonrisas se congelaron en sus rostros cuando vieron a su abuelo girarse y mirarlos con reprobación.—¡¿Qué diablos significa esto Justin, Emma?! Te voy a decir algo, yo le tenía mucho afecto a tu abuelo, más que un amigo, era mi hermano y a través de él incluso aprendí a quererte, porque me hablaba mucho de ti, pero no voy a permitir, que estés viviendo con mi nieta sin el sagrado vínculo del matrimonio, estoy seguro que de su p