«Una puta 😔»Laura, al entrar a la habitación, encontró los documentos que Amanda le había llevado a su hijo y como sentía curiosidad, empezó a investigarlo y leer cada detalle.Ella sentía inquietud hacia aquella mujer, ya que noches atrás había tenido una pesadilla que había sentido muy real y después de enterarse de quién era su familia, estaba casi segura de que no era un sueño, más bien una premonición como en muchas ocasiones ya la había tenido.Gema durmió por mucho rato y Laura aprovechó para pasear por el jardín, pero una voz la asustó e hizo que prestara toda la atención hacia esa mujer.—¿No me recuerdas, Laura?—Sí, usted es la abuela de Gema.Ella se acercó y abrazó a Laura, esto hizo que ella se sintiera extraña, pero igual disfrutó del abrazo.—Te conocí la misma noche de tu accidente y pude presenciar cómo regresaste a la vida.—¿Sí?—Sí. Yo conozco perfectamente a la persona que te donó su corazón.Estas palabras hicieron que todo el cuerpo de Laura se estremeciera y
Una tristeza acompañada de dolor profundo había llegado a la vida de Laura y no entendía por qué la dominó con tanta rapidez. Las palabras ofensivas se repetían una y otra vez en su mente y ella se preguntaba si era una advertencia para terminar con lo que sea que tenía con Gabriel.Le había entregado su vida y aunque él la trataba como a una dama, escuchar la realidad la había golpeado fuerte.«Ring, Ring, Ring».Limpió las lágrimas de sus ojos y sintió alivio al ver que Ángela era quien la llamaba. Apretó los ojos fuertes y al colocar el celular en su oreja y percibir su respiración agitada, olvidó todo en un segundo.—¡Estoy muriendo! —Escuchó la voz débil de su amiga y todo su mundo se oscureció.—¿Qué sucede, amiga? Me estás asustando.—Él estuvo aquí y me ha dejado herida. ¡Tengo mucho miedo, amiga, no quiero morir!Su voz se estaba debilitando con cada palabra y Laura sintió un terrible miedo ante lo que sucedía. Su respiración se agitó y quedó totalmente inmóvil, pues no sabía
Laura se mantuvo al lado de su amiga inconsciente en todo momento, sosteniendo su mano y rezando para que pudiera abrir los ojos y regresar a su lado.Mientras, Gabriel tenía un dilema en su cabeza, ya que Sara le había informado que la pequeña Gema se había despertado llorando y después de pensarlo mucho, decidió no informarle a Laura para restarle compromisos y sin deseos de hacerlo, se marchó.—¡Hijo mío! —lo recibió Amanda a su llegada con la pequeña en brazos.—No sabía que estabas aquí, madre.—Tengo una junta mañana en la empresa. ¿Lo has olvidado?Gabriel rascó su cabeza y empezó a quitarse el chaleco para ingresar a la casa. Fue de gran alivio encontrar a Gema jugando con la abuela, pues pensaba que la encontraría en medio del llanto como siempre, cuando no estaba cerca Laura.—Hoy ha sido un día muy difícil para mí.—¿Qué ha sucedido? No te ves para nada bien.Después de un gran suspiro, tomó asiento junto a su madre y le contó lo que había sucedido. Le detalló el horror que
«Un sueño»Un estruendo y un cristal roto fueron el resultado que dejó la brisa cuando se coló por la ventana en donde se encontraba durmiendo Laura. En ese mismo instante abrió sus ojos, estaba agitada e incrédula por lo que acababa de soñar.Miró todo su alrededor para poder convencerse de que había despertado.—¡Qué tonta! —expresó burlándose de sí misma, pues acababa de tener un sueño que le parecía imposible. —¿Cómo puedo ni siquiera pensar que un hombre tan poderoso como lo es Gabriel Wilson podría llegar a invitarme a su cama?—¡Se vale soñar! —escuchó la voz de Ángela. Su mejor amiga y compañera de apartamento.Después de tan jocosa respuesta, ambas rieron. Laura se puso de pie y observó al vecindario por su pequeña y rota ventana.—¡Basta de soñar estupideces hora de seguir buscando empleo!Tomó un baño y luego en pijama preparó su café y se sentó en su laptop. No pasó mucho tiempo cuando una hermosa noticia encontrada en su computadora la hizo saltar de emoción.—¡No lo pued
“Contratada” Todo se volvía un caos cuando Gema empezaba a llorar. Gabriel se ponía nervioso y salía de la casa, pues el llanto de la pequeña era frecuente y muy irritable.—Permiso, señor. —¡Qué quieres! —se dirigió a la baby-sitter con mirada contundente y enloquecido por el llanto de su hija. Ella dio dos pasos al frente, colocó a la niña al lado de su padre y se dirigió a él. —Vengo a renunciar. Yo no fui contratada como baby-sitter y esta niña parece enferma. —¿Enferma? —Sí. Ella necesita un padre, ya que no tiene a su madre y también necesita amor. No solo a alguien que se encargue de ella. Después de esas palabras se marchó sin mirar atrás. Ella era la tercera persona en ese mes que le renunciaba al señor Wilson, pues entre su mal genio y el llanto frecuente de la niña, todo parecía un caso perdido. Él, después de que la mujer se marchó, observó a la pequeña y en ese momento también su hija lo miró a él. —Ya te entendí, ahora iremos a hacer la única cosa que te suele t
«Polos opuestos» —¡Buenas noches! Regresó Gabriel y al abrir la puerta y sentir tanto silencio a su llegada, le parecía increíble. En ese momento Sofía se acercó a él. —Buenas noches, señor. —¿Está todo bien? —Está todo bien y con la misma calma que encuentra su casa ha pasado desde la mañana, increíblemente la pequeña Gema no ha llorado y en las ocasiones que ha despertado ha comido muy tranquila, al parecer le gusta su nueva baby-sitter. —¿Cómo ella puede lograrlo? Ayer la conoció en la empresa y se recostó en sus brazos como si la conociera. —Hay personas que tienen un aura pacífica y eso los niños lo detectan, vamos a cuidar de ella y trate de no maltratarla para que permanezca en casa. Aunque le costara el empleo, Sofía decidió hablar, pues conocía las actitudes de su jefe y no eran para nada buenas, pues Gabriel estaba acostumbrado a gritarle a sus empleadas en la desesperación y los llantos de la pequeña Gema. Él subió las escaleras y encontró a Laura cantándole a la p
«El dolor»De regreso a la mansión, Laura encontró a la abuela de la niña intentando calmar su llanto, pero sin éxito aparente.—Buenas tardes. —Laura se presentó con la señora y de inmediato la niña abrió sus brazos para recibirla.—¿Eres la nueva niñera? —preguntó mirando a la joven de pies a cabeza.—Así es. —Se acercó y tendió su mano. —Mi nombre es Laura, un placer conocerla.Ella se quedó pasmada al ver que la niña tomó el tetero, la arrulló en sus brazos para que se lo tomara e hizo silencio inmediatamente.—¡El placer es mío! —respondió aún impactada. —¿Hoy no era tu día libre?—Así es, pero el señor Wilson me pidió que regresara para cuidar de la pequeña, ya que no paraba de llorar.La señora Amanda tenía muchas preguntas. —¿Sabes que Gabriel está a punto de perder a la niña?—¿Qué? No sabía nada.—La familia de su esposa insiste en que él no cumple con los requisitos pautados para cuidar de la pequeña, incluso alegan que la niña no está bien de salud. —¡Oh no! Imagino que h
Laura no podía conciliar el sueño por más que lo intentó. La conversación con su jefe la hizo ir en retroceso y los rostros de sus padres y su pequeña hermana llegaron a su mente.Los extrañaba y le dolía solo pensar en ellos. En ese momento observó a la pequeña Gema mientras dormía en su cuna y entendió el porqué de su llanto, pues aunque era muy pequeña, podía sentir la ausencia de la mujer que le dio la vida.—Eres tan pequeña para vivir una ausencia tan dolorosa, pero te entiendo bastante y quizás por eso sientes tranquilidad en mi compañía. Pues estamos conectadas por un sentimiento y una gran pérdida.Para no despertarla, ella decidió salir a caminar al jardín e intentar terminar de leer un libro, así que lo tomó y se marchó de puntillas para no despertar a Gema.Mientras Gabriel por fin estaba teniendo un sueño junto a su amada Sandra.—¡Mi amor! ¡Estás aquí!Él la abrazó fuerte y se quebró a llorar en sus brazos. Ella estaba vestida de blanco y en su cabeza llevaba una corona