Pasó una semana y Ángela, en la mañana temprana, había recobrado la conciencia. Laura estaba muy contenta al ver que tenía nuevas esperanzas, aunque sus ojos estaban llenos de tristeza.—¡Gracias, gracias…! Te agradezco tanto que no me hayas abandonado. —Laura, estás aquí.—He estado aquí desde la noche que me llamaste y jamás me he apartado de tu lado.—Tenían que haberme dejado morir.—No digas eso amiga.Ángela se quedó mirando fijo en dirección hacia la pared y en ese momento de sus ojos salieron lágrimas gruesas, lágrimas de dolor. —¿Cómo voy a vivir con tan espantosos recuerdos en mi mente? ¿Cómo voy a olvidar sus palabras mientras ponía fin a nuestro bebé?—Siendo fuerte. En alguna ocasión tú misma me dijiste que la vida nos prueba pasándonos por fuego. —¿Por qué pasar por fuego a un pequeño bebé inocente? Cuando él no tenía la culpa de nada.—La vida solo se encargó de que no hubiera ninguna conexión entre tú y ese hombre. La doctora también nos informó que el bebé venía con
«Ring, Ring, Ring»—Hello.—Hola, suegrita ¿cómo se encuentra el día de hoy?—Bien. —respondió Amanda con rostro severo y exageradamente serio.—Aunque entiendo que aún sigue molesta conmigo, es muy importante para mí que reciba mis llamadas.—He visto la galería de imágenes que me enviaste y he comprobado lo que me dijiste.—Si no lo le hablé para explicarle todo desde un inicio, fue porque sabía que estaba enojada y cuando una persona está enojada no piensa con claridad, pero yo no quise usurpar el lugar de nadie, todo fue una terrible confusión que cada día me torturaba al no saber salir de ella.—Pero igual debemos mantenernos alejadas.—¿Por qué, señora Wilson? ¿Por no tener la misma clase social a la que pertenece su hijo?—En el amor no se manda Sabrina, y él desde un principio te ha rechazado. Yo te he perdonado y he seguido hablando contigo porque te tomé cariño en poco tiempo, más no puedo mandar en los sentimientos y tampoco puedo ordenarles hacerlo.—Me enamoré. —empezó co
Había llegado el día de la fiesta y con tanto estrés posterior, mientras se probaba el vestido, peinado, los zapatos y accesorios, Laura sentía un fuerte dolor de estómago. Esa mañana solo tomó té de manzanilla y al mirarse al espejo se veía terrible, pues incluso tenía bolsas de ojeras en su rostro, cosa que casi nunca experimentó y no sabía cómo lidiar con ellas.—Nana, comida. Comida…Gema esa mañana se había despertado con hambre, así que, repitiendo bostezos y con sus ojos realmente cansados, se presentó en la cocina. Los bostezos eran constantes y el ánimo que la caracterizaba había desaparecido. Esto de inmediato, Sara pudo notarlo.—¿Continúa su dolor de estómago?—Sí. Anoche ha aumentado y no me ha dejado descansar para nada. Tengo suerte de que Gabriel se durmiera cansado y no se haya percatado.—Cuando terminen de desayunar, te voy a preparar una infusión y unas almohadillas de hielo para que las coloques sobre las bolsas que traen tus ojos. Es recomendable que intente desc
Mientras Laura iba en el auto totalmente en silencio, esto llamó mucho la atención de Gabriel y de inmediato se dirigió a ella, mirándola a los ojos y acariciando su mano. En ese momento se percató de que estaban sudorosas y temblando.—¿Estás incómoda? Te lo pregunto porque te ves tensada y muy seria.Ella negó con la cabeza y apretó su mano. —Estoy nerviosa, realmente muy nerviosa.—No entiendo por qué lo estás, si solo eres mi invitada especial de esta noche.—Igual no he visitado un lugar como este, no sé cómo actuar, qué decir y me pone muy nerviosa pensar que todos me estarán mirando, ya que llegaré de la mano de un importante y prestigioso hombre de negocios.—Tu trabajo aquí es irradiar la belleza que posees junto a la paz y la tranquilidad que siempre le brinda a este importante y prestigioso hombre de negocios. Con eso estoy más que satisfecho, así que olvida las miradas de los demás y solo céntrate en la mía; de esta manera siempre te sentirás tranquila. —terminó con un bes
«Amor a primera vista»—Una pregunta, señor Wilson.Se acercó un periodista con mala intención y dispuesto a terminar la agradable y mágica noche.—Sí.—¿Es cierto que la mujer que hoy se ha convertido en tu prometida es la baby-sitter de la hija de su difunta esposa?El corazón de Laura cayó al piso y todos los lentes de las cámaras estaban apuntando hacia ella. Aunque intentaba tener un rostro calmado, todo su cuerpo le gritaba salir corriendo o desaparecer en ese momento, pero Gabriel sostuvo más fuerte su mano y respondió la pregunta con toda firmeza.—Esta mujer que tengo a mi lado, es mi baby-sitter, mi amante, mi amiga, mi confidente, la persona que me escuchó y me enseñó a hablar sobre mis problemas. Es por esta razón que la he convertido en mi prometida y muy pronto será mi esposa, pues en ella encuentro todo lo que necesito para seguir adelante después de más de tres años viudo.Después de una respuesta contundente, nadie más se atrevió a preguntar nada al respecto y aunque
La fiesta había terminado para los invitados, pero para Gabriel y Laura apenas había iniciado, pues las sorpresas parecían no terminar y Gabriel decidió ir conduciendo su auto, mientras los escoltas lo acompañaban a distancia para su protección, pero deseaba estar solo con su prometida.—¿Qué fue todo eso? Ya estoy convencida de que no es un sueño, pero aún no lo creo.—Creo que ya he dicho que eres una mujer maravillosa, que eres perfecta y única. No hay ningún cambio, hoy decidí proponerte ser mi prometida, por miedo a perderte. Porque yo también siento miedo, sabes.—Entiendo que te sientes bien en mi compañía, pero siento que es muy rápido.Él solo acarició su mano y no quiso repetir la misma respuesta que le había dado desde el primer beso, así se mantuvo hasta llegar a una mansión que se veía abandonada. Laura nunca la había visitado ese lugar y su apariencia llamó por completo su atención. Gabriel se desmontó y luego tendió la mano para que caminaran juntos.Sentía mucha curios
Después de cerrar la puerta, Ángela no pudo contener una gran sonrisa, pues de solo pensar en aquel hombre y sus payasadas le resultaba chistoso.—Buenas noches. —escuchó la voz de Sara y saltó por el gran susto que recibió. —Hola —respondió con rostro de susto.—¿Estás bien, señorita? —S, sí… Solo me asusté un poco cuando escuché su voz. Perdón, Sara, pero no esperaba encontrarte.—Qué alegría saber que todo está bien¿También ha regresado con usted el señor Wilson y la señorita Laura?—Creo que ellos no van a regresar. ¿No has visto las noticias? —No —respondió algo curiosa. —Buenas noticias, Sara. —Quién respondió fue la señora Amanda que en ese momento iba entrando a la mansión. —Mi hijo por decisión propia, después de su madre habérselo pedido en tantas ocasiones, hoy decidió rehacer su vida y esta fue una noche maravillosa, ya que frente a todos los presentes le pidió a Laura que se convirtiera en su esposa.La reacción de Sara fue natural y de inmediato llevó las manos a su
Al parecer, la espera había terminado y Raúl estaba más cerca de cumplir su objetivo. Estaba más ansioso que nunca después de ver a Ángela en compañía de otro hombre, pero también, sabía que la venganza era un plato que se servía frío y que debía esperar. En su cabeza estaba claro que al final no tendría ningún cambio, ya que no solía cambiar de opinión bajo ninguna circunstancia. En cambio, Ángela, después de años de amarlo con todos sus defectos, por fin se había quitado la venda de sus ojos, se había realizado un hermoso lazo para decorar su cabello y al observarse en el espejo se veía radiante. Tras la cirugía para quitar las marcas de heridas de su piel, su cuerpo se había transformado de manera positiva y todo lo que veía le encantaba. Solo que su mente le estaba mandando señales y todas eran con referencia al apuesto y gracioso hombre que la acompañó la noche anterior. —¿Qué me hiciste? No podía parar de pensar en aquel hombre que se acercó a ella, pero se cuestionaba de toda