Los días pasaron muy rápido y la organización del evento estaba lista, solo estaban ultimando detalles, ya que esa misma noche se llevaría a cabo una gran celebración en donde todo el mundo iba a conocer a las mujeres que habían robado el corazón de dos hombres importantes y respetados. Gabriel, estaba orgulloso de todo lo que veía en ese lugar, pues antes de que la celebración iniciara se presentó en compañía de su amigo para estar seguro de que todo había quedado como así lo habían pedido.—No puedo creer que ha llegado uno de los días a los que voy a nombrar el más feliz de mi vida.—“Nuestro día más feliz” De solo ver este lugar se me arruga el corazón, pues estoy muy seguro de que mi prometida lo va a disfrutar.—¿Te puedo hacer una pregunta, Gabriel?—Claro que sí.—¿Con la llegada de Laura a tu vida salió por completo el recuerdo de Sandra o tu amor por ella creció más cuando supiste que había un pedazo de tu esposa latiendo en su pecho?Gabriel adelantó unos pasos hacia el fre
Las horas no se detenían y la celebración se había iniciado. Todo parecía marchar a la perfección, los invitados, los paparazzi y los encargados de farándulas no se dieron a esperar.Ambas mujeres embarazadas eran el alma de la fiesta y quienes captaron todas las miradas, pues los ojos de enamorados de sus prometidos convertían la fiesta en puro romance.—¡Auch! —se quejó Laura y Ángela de inmediato se preocupó.—¿Te sientes bien?—Sí, al parecer los gemelos han crecido mucho y al más mínimo movimiento pueden estremecer todo mi cuerpo.—¿De verdad te sientes bien? Aun con el maquillaje en tu rostro te veo algo desmejorada.—¡Shhh, no digas esas cosas! Si Gabriel te escucha, es capaz de enviarme a casa para permanecer en reposo. Creo que las ojeras y demás signos de cansancio es porque ya no he podido dormir en la noche debido al gran peso de mi vientre.—Si las molestias aumentan me dices y nos vamos a descansar un poco.—Prometo informarte…Aun con las molestias, ella decidió disfrut
Las cámaras y toda la atención del público invitado al gran evento se dirigieron al centro del salón, justo en donde se encontraban las escaleras que daban acceso al segundo nivel… Todos estaban sorprendidos, anonadados y de manos atadas, mientras la prometida de uno de los magnates más importantes rodaba por las escaleras sin que nadie pudiera hacer nada al respecto. Aunque lograron captar el accidente, ya que en todo momento estuvieron grabando, no era algo que estaban animados a postear, no sabiendo que está tragedia podría llevar a Gabriel directo al abismo de cuál pensaron que no saldría jamás cuando años atrás también perdió a su esposa quien estaba en estado de gestación…Mientras ella rodaba escuchó la voz de sus padres que le decían «—Tú puedes rendirte, aún no es momento de reunirnos» Pero a pesar de las voces sentía un miedo abrupto de despertar del gran hermoso sueño que estuvo viviendo en los brazos de quien en ese momento era su prometido.—¿Tan rápido se ha acabado la f
«Un mal sueño»—¿Cuándo se detuvo la brisa? ¿Por qué la vida se ensaña en hacerme sufrir? ¡Por favor, que esto sea una pesadilla! A pesar de verme fuerte, soy débil, muy débil…Gabriel cayó de rodillas y no quiso ver en las condiciones en las que había quedado su prometida después de caer de las escaleras. No era dolor, porque el dolor no podía describir lo que estaba sintiendo en ese momento. Más bien, era un fuego que quemaba todo su interior.La luz se apagó y todo su mundo se derribó dejándolo solo una vez más, pero en esta ocasión no quería luchar, no quería pelear, no quería persistir. Su mundo oscureció y perdió todo tipo de sentido. «Sonidos de las sirenas»—¡Ayuda!—¡Qué alguien haga algo!Los sonidos y las palabras se calaban hasta lo profundo de su ser y en ese momento solo deseaba morir junto a su familia…—Gabriel, debemos ir al hospital hacia donde trasladaron a Laura.—No quiero, no quiero volver a pasar esa horrible sensación por segunda vez. —Se negó de inmediato.—¿E
«Riiin, Riiin»—¿Dónde estabas? Te he llamado muchas veces y no respondes.Sabrina quería compartir su alegría con su amigo y despedirse de él, pues como había llevado a cabo lo que tenía planeado en contra de Gabriel y ya estaba determinado que se marcharía muy lejos.—¿No viste las noticias? Todo es un caos y estoy atento a mi celular en caso de que necesiten refuerzos.—¡Los millonarios y sus espectáculos públicos! —dijo con ironía. —No creo que necesiten más policías… Esta noche quiero verte y despedirme.—¿Despedirte?—Sí. Deseo iniciar lejos de todo y todos… ahora que ha llegado el momento, no pienso desaprovecharloEl corazón del hombre empezó a latir con fuerzas, pues ella se marcharía una vez más y no le hablaría sobre sus sentimientos. Esa historia de amor no era algo que se podía llevar a cabo y al parecer había llegado el momento de aceptarlo…—¿Estás ahí?—S, sí…—¿Debo interpretar ese silencio como una negativa? Sí, es así, lo puedo respetar, aunque tengo muchos deseos d
La brisa de la tranquilidad había tocado las puertas de la vida de Laura, eso lo confirmó en el momento en que conoció los pequeños y angelicales rostros de sus gemelos. Ellos eran perfectos y con solo su mirada podía hacerla olvidar cualquier tiempo difícil. Al tocar sus frágiles manos fue como conoció el amor más puro y sincero que jamás había imaginado que existiera en el mundo.—Gracias por hacerme el hombre más feliz de este mundo.Ella sintió un fuerte abrazo que la reconfortó y la llenó de una manera casi mágica. Era él, el hombre que la hizo sentir nuevas sensaciones y esa palabra que tanto escuchaba llamada amor.—Yo soy quien está verdaderamente agradecida. Gracias por darme la oportunidad de entrar a tu vida, gracias por no mirar mi pasado, gracias por aceptarme tal como soy, sin prejuicios, sin estatus sociales, sin protocolos. Simplemente, me amaste y, gracias a tu amor, mi vida dio un gran giro.El abrazo fue permanente y allí ella pudo sentir cómo Gabriel temblaba y llo
«Un sueño»Un estruendo y un cristal roto fueron el resultado que dejó la brisa cuando se coló por la ventana en donde se encontraba durmiendo Laura. En ese mismo instante abrió sus ojos, estaba agitada e incrédula por lo que acababa de soñar.Miró todo su alrededor para poder convencerse de que había despertado.—¡Qué tonta! —expresó burlándose de sí misma, pues acababa de tener un sueño que le parecía imposible. —¿Cómo puedo ni siquiera pensar que un hombre tan poderoso como lo es Gabriel Wilson podría llegar a invitarme a su cama?—¡Se vale soñar! —escuchó la voz de Ángela. Su mejor amiga y compañera de apartamento.Después de tan jocosa respuesta, ambas rieron. Laura se puso de pie y observó al vecindario por su pequeña y rota ventana.—¡Basta de soñar estupideces hora de seguir buscando empleo!Tomó un baño y luego en pijama preparó su café y se sentó en su laptop. No pasó mucho tiempo cuando una hermosa noticia encontrada en su computadora la hizo saltar de emoción.—¡No lo pued
“Contratada” Todo se volvía un caos cuando Gema empezaba a llorar. Gabriel se ponía nervioso y salía de la casa, pues el llanto de la pequeña era frecuente y muy irritable.—Permiso, señor. —¡Qué quieres! —se dirigió a la baby-sitter con mirada contundente y enloquecido por el llanto de su hija. Ella dio dos pasos al frente, colocó a la niña al lado de su padre y se dirigió a él. —Vengo a renunciar. Yo no fui contratada como baby-sitter y esta niña parece enferma. —¿Enferma? —Sí. Ella necesita un padre, ya que no tiene a su madre y también necesita amor. No solo a alguien que se encargue de ella. Después de esas palabras se marchó sin mirar atrás. Ella era la tercera persona en ese mes que le renunciaba al señor Wilson, pues entre su mal genio y el llanto frecuente de la niña, todo parecía un caso perdido. Él, después de que la mujer se marchó, observó a la pequeña y en ese momento también su hija lo miró a él. —Ya te entendí, ahora iremos a hacer la única cosa que te suele t