Lo sé, soy consciente que todo lo que acaba de decir es algo que él puede hacer realidad y por ello, lamento lo que mi boca dijo sin mi respectiva autorización. Porque Arnold se inclina sobre mí para atacarme tan fuerte, que él envuelve sus brazos en mi cuerpo para poder estar pegado a mi cuerpo a pesar de los ataques que amenazan con sacarme de la cabina.
Su ataque salvaje está a otro nivel, porque por mucho que yo me preparara psicológicamente a su respuesta, esto va más allá de lo que esperaba, por eso, no puedo evitar gemir mientras imploro que no nos escuchen.‘Si no lo hacen, será un milagro.’ Me digo mentalmente.Intento decir algo, pedirle que sea más gentil, pero de mi boca salen sonidos cortados que son casi silenciados por los gemidos que salen de lo más profundo de mi garganta. Arnold, deja de abrazarme con uno de sus brazos, para cubrir mi boca mientras éSus palabras deberían alertarme, porque por mi decisión abrupta no pensé en las consecuencias de ello, pero, estoy tan perdida en las sensaciones que experimento que ni siquiera soy capaz de pensar en algo cuerdo ahora.Pero, no puedo culparme por eso, porque el cuerpo atractivo de Arnold esta frente a mí mientras su fuerte y grande mano se aferra a la punta de su polla de la que todavía parece salir ese semen que estuvo a nada de entrar en mi cuerpo.‘¿Acaso quieres un hijo de Arnold? ¿Cómo pudiste ofrecerte así cuando las consecuencias pudieron ser enormes?’ me pregunto mentalmente.— Habla, Eva, porque no quiero que me culpes por un embarazo cuando te estoy avisando que esta maniobra que he hecho, no va a repetirse. No tengo suficiente control para usarlo una segunda vez.— Buscaré el método anticonceptivo y después de eso retomaremos esto. — digo
Los chicos fingen no verme y yo tensiono mi cuerpo, porque es evidente que ellos se han dado cuenta que no estábamos hablando cuando estábamos en la noria, mi vestido arruinado y nuestros rostros después del sexo nos impide vernos de forma diferente.‘Ese sexo fue intenso y dudo que sea el final.’ Me digo mentalmente.A Arnold le importa lo que sus hombres puedan pensar, pero yo me avergüenzo un poco porque me opuse a relacionarme con él y terminé dándole sexo como regalo de cumpleaños. Un regalo que él nunca rechazaría.— Deja de darle importancia.— Están con sus familias, es vergonzoso que ellos se hayan dado cuenta de ello. — digo avergonzada mientras Arnold continúa caminando rápido sin dejar de soltarme.— No te preocupes, no se dieron cuenta.— Fingen no notarlo.— Eva, ellos tienen sexo y mucho.&mdas
No sé si estoy arriesgando mi propia vida en esto, lo que sí sé es que este hombre me excita y mucho, por eso, me muevo un poco intentando contabilizar mi resistencia sexual, porque con Arnold iré a deportes extremos.— Querida, no lo pienses tanto, te recuerdo que todo lo que vamos a hacer será placentero. — dice Arnold sonriéndome de forma pervertida.— Eso es cierto, pero, debo pensar las cosas, es mucho tiempo de desgaste y no quiero sufrir de un infarto o herir mi intimidad por tu perversión.— ¿Mi perversión? Querrás decir nuestra perversión. — dice Arnold sonriéndome.— No tengo tanta excitación como tú, Arnold. Así que, yo sí sé cuándo detenerme. — digo y Arnold me observa divertido.Es como si en estos momentos se determinara a hacerme tan pervertida e insaciable como él. Pero,
Mi corazón se acelera y no es por la excitación que pueda sentir, si no, porque Arnold se ve muy molesto debido a lo que hemos hablado, por eso, ese hombre no hace preguntas y habilita la primera habitación que está disponible para abrirnos la puerta al punto que Arnold pueda pasar sin problemas.— Espera un momento, por favor. — imploro preocupada por mi propia seguridad.— No, Eva. No voy a darte ni siquiera un segundo, me has dejado en claro cuáles son tus miedos y yo voy a mostrarte que eso es lo que menos te debe preocupar.— Arnold, no sé cómo ayudas a superar tus miedos pero…— Estamos solos, Eva. Así que, hablemos bien las cosas. — dice Arnold lanzándome a la cama.El material de la cama me hace rebotar mientras yo siento que mi corazón está a punto de estallarse, sobre todo, porque la mirada de Arnold es tan terrorífica que
Mi corazón se acelera, lo reconozco, pero, sé que no puedo involucrar las emociones con Arnold, cuando mi vida es incierta. Ha sucedido antes, un hombre me ha aparentado ser bueno para mí y cuando le entrego todo mi amor, soy desechada.Ya he sido lastimada por promesas similares, así que, lo mejor es que me aleje tanto como sea posible de cualquier sentimiento que Arnold me haga sentir. Porque quizás ahora sea valioso para él, pero, ahora que hemos tenido sexo, las cosas pueden cambiar.— No hagamos las cosas demasiado serias cuando sé que vamos a aburrirnos. Nosotros somos tan diferentes que no vamos a durar.— ¿Por qué tienes que ser tan negativa?— Solo estoy contando los hechos, vamos a aburrirnos y…— ¿Eres así porque incluso las mujeres que aseguraron ser tus amigas te han fallado, Eva? ¿Crees que yo te haré eso?— No lo
Si antes existía la posibilidad de que terminemos juntos amándonos plenamente, sin miedos, ataduras o preocupaciones, esas se han ido completamente al olvido con las palabras que ha mencionado.— ¿Qué has dicho?— ¿No has escuchado que nadie sale del negocio? Uno solo muere y ya.— Espera un momento… yo no tengo un punto de referencia para tener ese conocimiento, yo no me relaciono con mafiosos, pero, si ese fuera el caso, ¿Por qué estaría yo en el negocio si no vengo, compro o hago algo que me haga ser parte activa de eso?Arnold me sonríe e incluso se queda a mi lado disfrutando del impacto que su respuesta va a causarme, porque este hombre, parece guardar sus mejores armas en un lugar donde un solo toque lanza el disparo a una región sensible que deja a uno al borde de la muerte.— Porque eres mi mujer, eso lo has sellado al permitirme entrar en ti.&
Arnold no bromea con tenerme completamente sin importar el método, porque aun sabiendo que no quiero ser parte de su negocio ni mucho menos ser su obsesión, continúa narrándome todas las cosas que sería capaz de hacer por mí.Unas que son tan violentas que me angustian mucho. Porque Arnold solo ha empezado con el secuestro, su experiencia causando tanto dolor, le ayuda a tener un repertorio tan amplio que temo por cualquier cosa que puede usar en mi contra.— Por favor, no me hagas daño. — susurro.— No lo haré si no me haces perder la cordura, Eva. Porque esta vez, no voy a conformarme solo con tus tratos a medias.— Yo… puedo ser una buena empleada. Si me lo permites, te cocinaré y cuidaré si es eso lo que deseas, pero por favor, no me involucres en esto, te lo pido. — digo llorando.Arnold usa sus dedos para enjuagar mis lágrimas, solo p
No puedo entender como puede ser posible que yo me oriné cuando el control de mis esfínteres lo aprendí siendo una niña. Sin embargo, aunque eso es importante, no creo que sea tanto como lo que estoy aceptando cuando debería odiar al hombre que acaba de confesarme que solo muerta voy a librarme de él.‘Esto es vergonzoso.’ Me digo mentalmente mientras cubro mi rostro completamente agotada.Con vergüenza espero el olor a orina y las recriminaciones de Arnold, pero, ese olor no llega y las quejas de Arnold son reemplazadas por risas mientras retoma sus ataques salvajes que no me ayudan en lo absoluto.— Parece que no quieres estar conmigo, Eva. Pero, no es así.— Claro que no deseo estar contigo, ¿acaso tanto sexo te ha hecho olvidar que estoy aquí en contra de mi voluntad?— Si no te gusta el hotel puedes decirme, lo cambiaremos ahora mismo para que no estes en c