Ahora nadie me resulta confiable, ningún plan que haya mencionado delante de mis hombres es buena idea de realizar, ni siquiera esta camioneta debo usar para transportarme. No sé quién es sincero y quien solo me toma como broma.
Por eso, apenas entro a la autopista, busco calles donde no haya cámaras de seguridad para poder hacer el cambio. Con rapidez, salgo de la autopista y espero un auto común que pueda usar sin llamar la atención.Desesperado por salir de todo este caos, salgo del auto y muevo mis brazos para que el conductor se detenga.— Tengo un negocio para ti, quiero tu auto y te daré el mío.— ¿Esta ebrio?— Se lo daré, es mío, pero, necesito cambiar de auto.— No, seguramente está en problemas y…El hombre se baja del auto y yo le apunto con el arma, porque no tengo tiempo para perder. De inmediato, él palidece y yoHe hecho muchas cosas incorrectas de las cuales no me siento orgulloso, pero, si hay algo que me hace sentir feliz, es saber que Eva está conmigo, que esta mujer que me salvó sin conocerme, sigue a mi lado y seguirá hasta el final de mis días.— No me importa lo que tengas en tu cuerpo, si estás herida, si envejeces o pasa cualquier cosa, te quiero a ti y sí, amo como eres, pero, lo que más amo de ti es tu forma de ser y eso n se daña cuando eres físicamente herida.— Arnold…— Menos pienso dejarte cuando fue por mi culpa que sufriste tanto. — digo molesto por permitir que salga herida y angustiado por su reacción.Eva no es una chica dócil y nadie estaría feliz con lo que ha acabado de suceder. Pero, eso no justifica que nos dejemos. Yo no pienso dejarla por mucho que insista en ello.— A eso quiero llegar, esto es demasiado para mí
Chris es molesto, siempre está con sus quejas sobre lo que hago o dejo de realizar, por eso, cuando se levanta sonriente, sé que es para joderme la vida como siempre lo hace cuando quiere quejarse de mis acciones.— Rayos, hermano, no espero algo de ti y aun así logras sorprenderme con tus tontas acciones, eres alguien increíble. — dice Chris.— No voy a divorciarme de ti, demanda todo lo que desees, si me casé contigo es hasta el final de nuestra vida. — le respondo a Eva.— Arnold, no puedes ser irracional.— Sí, no lo seas, Arnold. — dice mi hermano cruzándose de brazos mientras se fija en mi reacción.No quiero que mi esposa discuta delante de mi hermano que solo se burla de mí, así que, me levanto para llevarla lejos de aquí, pero, ella retrocede apenas me le acerco.— Entiende que esto no está bien, me has secuestrado
Duele, realmente siento dolor por sus palabras, demostrando que estoy enamorado de mi esposa, quiero a Eva y no por un capricho, realmente amo a mi esposa y por eso, me duele la frialdad con la que me habla.— ¿Realmente no sientes nada por mí? ¿No has experimentado algo durante todo este tiempo? — pregunto y ella suspira profundo.— Arnold, no es lo mismo. — dice ella y yo niego.— No te estoy diciendo que me ames intensamente, Eva, solo reconoce que me quieres.— Yo no quiero esto. — dice ella y yo suspiro profundo.‘No me quiere… no, se niega a quererme porque prefiere eso a reconocer que siente algo por mí y es feliz teniéndome a su lado.’ Me digo mentalmente.— ¡Mierda, tampoco quiero esto! ¡Yo busco contigo tener una vida pacifica porque estoy cansado de todo el caos de mi mundo y no lo estoy teniendo contigo!— Esa es otra
Narra EvaQuiero tener el poder de lanzar todo al demonio, de imponerme y decirle a Arnold que no puede someterme porque no soy alguien con quien puede meterse, pero, la realidad es que estoy en sus manos.Por eso, con impotencia regreso a la cama implorando que las heridas del último ataque sanen… del último hasta ahora, porque para mí desgracia, Arnold vive constantemente en enfrentamientos donde siempre termino herida de una u otra forma.— ¡¿Dónde está ese idiota?! — grita una mujer y yo solo me quedo en la habitación esperando que si van a matar a alguien, lo hagan sin molestarme.— Que no sea un problema para mí. — digo y casi de inmediato se abre la puerta de la habitación.— ¡¿Tú eres su nuevo juguete?! — grita la mujer enojada.‘Ay, no, lo que me faltaba, ¿Qué sucede ahora? ¿Me van a mete
Es verdad, no es buena señal que reaccioné tan despreocupada cuando estuve al borde de la muerte varias veces y sé lo angustiante que es eso aunque hayas vivido bien todo este tiempo.— Eso no parece muy buena esposa de mi parte.— Sí, sin duda, no lo pareces. — dice ella sonriéndome.— No está bien, ojalá espero que se encuentre bien.— Dilo hasta que te lo crea. — dice ella levantándose.La mujer cuyo nombre no sé, se marcha dejándome con varias dudas existenciales respecto a como soy, porque aunque sea por no saber que pasará conmigo, debería preocuparme por Arnold.— ¿Cómo estará él? — pregunto sin atreverme a llamarlo.He peleado con Arnold antes de marcharse, seria hipócrita de mi parte llamarlo cuando está en medio de un enfrentamiento donde no sé si está c
La llamada parece colocarse en pausa, pero, sé que no se ha caído porque escucho los disparos claramente al punto que pareciera que estuviera allá y eso me estremece, porque me hace recordar las veces que he estado presente.— Eva, detente.— Yo…— Tus palabras tienen una gran influencia en mí, así que, por favor, si no sientes lo que dices, no lo menciones.— Quiero que los asesines, son ellos o nosotros y la verdad, prefiero tener una vida pacifica con o sin ti.— Sigues pensando en dejarme.— Pero, para eso debes estar vivo, mantente con vida hasta que volvamos a hablar. — digo sin saber que más decir.Quiero a Arnold, sería tonto de mi parte decir que no me interesa en lo absoluto, pero, no me siento segura de lo que siento en estos momentos por el hombre que parece quererme con cada fibra de su ser.— No sé si quiera seguir con v
Dos meses despuésNo he hablado con Arnold para discutir, solo nos decimos los buenos días, si hemos comido y ya, son mensajes de rutina… como único propósito de no perder la comunicación porque sé que Arnold sabe todo lo que hago gracias a la vigilancia que tiene hacia mí, pero, al menos se esfuerza por saber si estoy viva escribiéndome.El problema es que nuestra relación no se ha definido, es decir, sigo siendo la esposa de Arnold Krick sin que yo aceptará ello. A veces incluso he pensado que él se ha marchado para no enfrentar la situación de nuestro divorcio.Pero los comentarios de las disputas que está teniendo mi aún esposo por el territorio y la limpieza de los espías que a veces escucho de Chris cuando sin él notarlo, me acerco a donde él se encuentra conversando con su hermano, me dice que no es mentira.— Eva, espero que
No lo dudó un solo momento y agarró la mano del hombre para poder llevármelo lejos de la vista de mi esposo, porque sé perfectamente que si Arnold nos ve juntos, los dos estaremos muertos.— Oye, pequeña, ¿Qué estás haciendo? — me pregunta el hombre cuyo nombre aún no sé.— Salvándote la vida. — digo intentando que las personas que están bailando sean nuestros escudos para escapar.— ¿De qué rayos estás hablando?— Arnold Krick ha llegado y si no quieres perder la vida hoy lo mejor es que me ayudes a escapar.— ¿Qué mierda estás diciendo? Se supone que ese hombre no está aquí.Yo más que nadie desearía que Arnold no estuviera aquí, porque yo no quiero dar explicaciones innecesarias que evidentemente podrían ser malinterpretados.— Yo ta