Devanie abrió los ojos horrorizada al ver lo que estaba sucediendo.Ella había estado tratando de liberarse del agarre de aquel macho desconocido antes de escuchar el grito mental de su gemelo.—¡Devanie!Ella pudo sentir enseguida la preocupación de su hermano sobre ella y enseguida se giró buscándolo pero se horrorizó al ver lo que estaba pasando.Otro híbrido estaba ahí y había mordido la piel de Kieran ocasionando que este sangrara demasiado.Un grito ahogado salió de sus labios mientras que ella sentía la culpa recorrerla.Todo aquello era su culpa.—¡No! ¡Kieran! —sollozó intentando liberarse del agarre del macho pero este la sostuvo con más firmeza gruñendo.—Para —advirtió el macho mientras ella sollozaba con más fuerza.A penas podía ver algo por sus ojos llenos de lágrimas, pero su mirada se mantuvo enfocada en Kieran transformándose otra vez en humano al quedar inconsciente. En aquella ocasión ella no se había transformado como él, de hecho, había algo en su interior que n
Dana sentía que su corazón se iba a salir de su pecho mientras corría en forma de lobo hasta donde habían escuchado a Kieran.Se detuvieron abruptamente cuando el aroma de su cachorro desaparecía en aquel lugar.Kian la miró con preocupación mientras Dana sollozaba inquieta.—¡¿Por qué se pierde su rastro aquí?! —estalló Dana convirtiéndose en humana.Había un aroma a especias que camuflajeaba el olor de su hijo, alguien estaba cubriendo su olor.—Se lo llevaron —gimió en voz alta Dana mirando hacia los lados. Estaba al borde de la histeria.—No puede ser...—¡Kieran!Ambos comenzaron a llamarlo una y otra vez sin obtener respuesta alguna.—Debe estar adentro, sí. Con Devanie, él está bien —afirmó ella caminando rápidamente al interior de la casa siendo seguida por Kian quien no solo estaba preocupado por Kieran, sino también por el estado de Dana.A ella no le preocupaba en el más mínimo su desnudez, lo único que le importaba era saber que sus cachorros estaban a salvo.—¡Kieran!—Ki
La racionalidad había abandonado a Dana por completo.Su loba estaba herida no solo por la pérdida de sus cachorros una vez más sino por las palabras que ella misma le había dedicado a su compañero. Lo había alejado cruelmente porque necesitaba desquitar su dolor con alguien.No había sido justa con Kian y definitivamente él no se merecía su trato.Cuando un rayo de racionalidad la golpeó era demasiado tarde porque Dimitry se había marchado dejándola sola.Recordó sus palabras. Que él no la dejaría, que él traería a sus cachorros y el dolor la dominó.Estaba dejándose llevar por sus impulsos lobunos.Por eso había ido a la celda de su tío en busca de respuestas, sabía que Owen tendría que saber lo que les había pasado a sus cachorros. Era un macho antiguo, sabía demasiado.—¡¿Dónde están mis cachorros?!Owen miró a Dana con una expresión de burla y curiosidad.—¿Volviste a perderlos? Eso no te hace una buena madre querida sobrina.Estaba provocándola.Sabía que no podía escapar de es
LA MANADA DEL OESTE—Antes de morir, ¿Cuáles son tus últimas palabras, mi querida sobrina?Veo ese brillo asesino en sus pupilas mientras levanta sus garras tratando de encajarlas en mi piel para robarme mi último suspiro, como lo hizo con mis padres. Y pronto, una sonrisa maliciosa se extiende por su cara.—¡Vas a pagar por esto, haré que te arrepientas!—¿De verdad?Está burlándose de mí, pero no le respondo. Sin que lo espere, levanto mi pierna golpeándolo fuerte con mi pie justo en la garganta logrando dejarlo sin respiración por unos segundos. Enseguida ruedo mi cuerpo por la tierra apartándome de él mientras me pongo de pie en el acto sin volver a mirar en su dirección.Esta puede ser mi última oportunidad y no voy a perderla.Estás cerca de tu destino, Dana.—¡Voy a matarte!El vello se me eriza sabiendo lo cerca que está.Soy débil en comparación a él. Un Omega que ha ido a la guerra más veces de las que soy capaz de contar mientras que yo ni siquiera tengo a mi loba aún. Sin
El Alfa completamente tenso por aquel atrevido toque y todos se congelaron mirando las manos que agarraban con fuerza la bota del Alfa.Todos sintieron pena por el atrevido intruso.Pues nadie podía tocar a su peligroso líder, ni siquiera una bota, y mucho menos una mujer.El Beta fue el primero en reaccionar, agachándose para retirar las manos de la mujer y comprobar sus constantes vitales, pero pronto negó con la cabeza.—Alfa, se está muriendo.Alfa Kian bajó los ojos mientras escrutaba fríamente a la intrusa, una mujer moribunda que había cruzado sus límites.Levantó la mano dispuesto a que el Beta se deshiciera de ella, pero con la mano congelada en el aire se quedó inmóvil al notar que aún inconsciente ella se movió y su cabello se apartó de su rostro mostrando sus rasgos femeninos.Los machos que lo acompañaban quedaron paralizados ante la belleza majestuosa de la hembra, pero el Alfa frunció ligeramente el ceño sin apartar aquellos ojos de la intrusa.No era la primera vez que
—Ni siquiera pudiste defenderte de un lobo de clase baja y aún así planeas gobernar —bufa las palabras deslizándose detrás de mí.Después de que me trajera a esta habitación es lo único que ha dicho, estoy frustrada pues sé que tiene algo de razón.La tensión entre nosotros es palpable pero aumenta de nivel al sentirlo rozar la piel de mi espalda. Intento girarme para mirarlo. El siguiente movimiento de su parte me eriza la piel provocando que me detenga en el acto. Rompe mi vestido dejando mi espalda desnuda ante sus ojos.—No te muevas —ordenó con voz de Alfa.Está acostumbrado a mandar y por más que yo sea una Omega no estoy acostumbrada a obedecer pues crecí en la realeza Omega, alejada de los Alfas. Sin embargo, estoy paralizada tal y como si él hubiera puesto un hechizo sobre mí.Siento su poder y es inquietante.La yema de sus dedos roza mi carne vulnerable por el ataque de Owen y luego siento que vierte algo en mis heridas.—¿Alfa? ¿Estás curándome?La sangre de Alfa era curat
Empujo mis manos en su pelaje pero él me gruñe enterrando su húmeda nariz en mi cuello. Contengo un gemido asustada al sentirlo lamer mi piel.—¡No!El lobo no tarda en cambiar a su forma humana quedando completamente desnudo encima de mí.Sin poder evitarlo examino sus abdominales marcados pero me apresuro a subir la mirada a sus orbes las cuales me miran fulminantes.—¿Qué demonios pretendías, Omega?¡¡¡ALFA KIAN!!!—Solo estaba caminando…—¡¿Crees que soy un idiota?! ¡Puedo oler tu malditas feromonas como cualquier macho que esté cerca! ¡Estás provocándonos!Golpea el suelo a mi lado causando que salte jadeando por la sorpresa y nuestros cuerpos se tocan enseguida.El Alfa aprieta la mandíbula, puedo ver un músculo palpitando en esta. Pero lo que me desconcierta es la dureza que siento contra mi vientre. Al darme cuenta de lo que es mis mejillas enrojecen irremediablemente y mis ojos se dirigen a esa zona pero él no me deja mirarlo sosteniendo mi rostro con su inmensa mano.—Jamá
—Alfa Kian ¿Dejarás que me vaya? —susurro acostada a un lado de él.Miro hacia el cielo estrellado y siento que él me observa de una manera tan inquietante pero aún así no me giro a verlo.—Nunca.Su respuesta gélida es algo que ya me esperaba, aún así la odio tanto como a él.O eso es lo que me digo para mantener mi orgullo intacto, sin embargo, es ridículo pensar que me queda algo de orgullo cuando me he convertido en la amante de mi captor.—Vístete, tenemos que irnos.Él ya se había levantado mientras divagaba así que no me quedó otra que obedecer.Ni siquiera sabía cómo actuar a partir de ese momento pero el Alfa me enseñó mi lugar nada más llegar a la manada.—Lidia, dale a mi doncella lo que te pedí.Su doncella.Al menos es un título más honroso que el de amante.Pensé con amargura.La mujer asintió con efusividad pero cuando él se desapareció por el pasillo su expresión cambió. Ya no era la mujer dócil de hace segundos.Las otras mujeres que quedaban en la cocina me miraban y