61.

Abro mis ojos con lentitud, cerrándolos al instante por la cantidad de luz que había. Gemí por el insistente dolor punzante que sentía en mi cabeza y por el sabor amargo que sentía en mi boca. Quería vomitar y me sentía sin fuerzas. Y por lo poco que había visto en los segundos que abrí los ojos, no estaba en la habitación de Nathan.

Entonces ¿Dónde estaba?

Volví a abrir los ojos con lentitud, la luz seguía siendo una molestia pero necesitaba saber dónde estaba. Examine mí alrededor con cuidado de no mover de manera brusca la cabeza, porque el dolor realmente era insoportable. Había una puerta cerrada y un sillón a mi derecha, este último se encontraba debajo de una ventana con las persianas abajo. Aun así podía ver a personas caminando afuera, frente a mí había una pequeña tv apagada y a mi izquierda un

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