5.

La parte buena de las fiestas es que te diviertes bastante, la mala, es que si bebes más de la cuenta terminas con una resaca de muerte y eso es exactamente lo que me pasa en este instante. Tirada en el suelo del baño, aun con la ropa de la noche anterior y hecha un asco.

—Por última vez Danielle ¡Abre. La. Maldita. Puerta! —grito Olivia como por décima vez.

—¡Vete a la mierda! —espeté antes de que otra arcada me hiciera encorvarme frente al retrete

—¿Qué me valla a la mierda? ¡¿QUÉ ME VALLA A LA MIERDA?! Bien, me iré a la mierda pero estoy muy segura de que te irás conmigo ¿Crees que al consejo le guste saber que una estudiante becada se está emborrachando por ahí? 

Gruñí.

—Ohh por favor Olivia ¿Qué acaso nunca te has emborrachado en tu vida? —solo obtuve silencio como respuesta—. Exacto

—Necesito una ducha Danielle ¡Maldición! —dio un golpe a la puerta y luego silencio total.

No sé cuánto tiempo pasó, no escuchaba a Olivia, no escuchaba nada. Solo el silencio que me recordaba mis días de resaca en la secundaria. Alguien golpeó la puerta.

—¿Danielle? Soy Diana ¿Estás bien? —me levante y quite el cerrojo de la puerta.

—No 

Diana paso y me encontró sentada en el retrete.

—Demonios, te vez fatal

—Me siento fatal —concordé.

Ella se acercó a mí y quito parte de mi cabello del rostro.

—Necesitas una ducha ¿Cuánto tiempo llevas aquí? 

—No tengo ni idea 

Ella sonrió.

—Debió ser mucho, para tener a Olivia en mi baño 

Blanqueé los ojos.

—Me estaba volviendo loca 

—Ya lo creo —bajo la cremallera de mi vestido—. A ver, levántate —lo hice y ella quito mi vestido—. Demonios Danielle si fuera lesbiana en este momento estaría a punto de violarte 

—Ja. Ja —me di vuelta y entre en la ducha.

—Te espero afuera, grita si me necesitas 

Cuando termine de vestirme luego de la ducha definitivamente me sentía mejor, Diana me llevo al cafetín junto con Serena y me hicieron comer algo.

—Diana ¿Cómo demonios me dejaste beber tanto? —pregunté enojada.

—Oh no, eso sí que no —levanto un dedo—, ni se te ocurra culparme a mí, te vi muy bien acompañada como para meterme allí

—Tiene razón —concordó Serena—. ¿Cómo es que terminaste con Justin el resto de la noche después de todo?

—El chico fue amable en acompañarme mientras ustedes perras me abandonaron por hombres —me gire hacia Diana—. Por cierto nena, trata de ser menos ruidosa cuando estés con Ryan, no vive solo por lo que se —no lo pude evitar, reí cuando sus mejillas se tiñeron de rosa porque eso rara vez ocurría.

—Tu, maldita ¿Cómo es que sabes? 

—Comparte apartamento con Justin y antes de que te vayas a matarlo yo le saque la información, por lo que no arremates contra el ¿De acuerdo? 

Diana resopló.

—Nadie lo tenía prestando atención y además ¿No ha hecho él lo mismo? Se supone que es novio de Susan 

—Ya no —Serena acomodó su cabello en su hombro—. Terminaron hace varias semanas, al parecer ella era un poco fuera de onda —nos hizo un gesto como de loca—, en todo caso creo que el ya paso página lo vi coqueteando abiertamente contigo

—No estaba coqueteando conmigo —aseguré.

—No claro que no, eso es tan falso como que… —Diana lo pensó un momento y luego señalo a Serena— como que Serena no tuvo sexo con Bruce anoche 

—Muy cier… ¡Oye! —Serena le envió una mirada de odio y no pude evitar reír.

—Como sea chicas él no me estaba coqueteando, nos conocemos de secundaria supongo que por eso se me acerco 

Ambas me miraron.

—¿Cómo es que yo no tengo esa información? —preguntó Diana.

—¿Por qué les interesaría? —di otro sorbo a mi café.

—Oh no lo sé quizás porque anoche estuviste toda la noche con uno de los chico más cotizados de por aquí —dijo Serena haciéndome rodar los ojos.

—Vamos chicas, exageran. Él no es tan guapo —ni yo misma me creía eso.

—¿Qué? ¿Diana la estás escuchando? —Serena me toco la frente—. ¿La borrachera de anoche te afecto la vista?

—Déjalo ya Serena —me quite su mano de encima. 

—No hasta que admitas que es guapo, aunque sea un poco te debe gustar Danielle, tú no eres ciega 

—Serena tiene razón —murmuró Diana—, el hombre es jodidamente caliente

—Y si les parece tan sexy ¿Por qué no salen ustedes con él? —pregunté.

—Estoy feliz con Ryan lindura, después de todo lo que hizo por mí no lo voy a dejar ir tan fácilmente

—Aja ¿Cuál es tu excusa? —señalé a Serena.

—Mmm esperé mucho a Bruce nena y obviamente Justin está interesado en ti —le dio un codazo a Diana quien asintió y me miro.

—Serena tiene razón —concordó.

—¿De dónde demonios…?

—Hola Danielle 

Me congelé.

Por favor que no sea él, que no sea él. Pero esa voz, reconocía esa voz. Lentamente me voltee.

—Hola Justin 

Demonios. ¿Por qué tenía que volverlo a ver cuando estaba tan destrozada?

—No estaba seguro de que eras tú, justo estaba por enviarte un texto cuando entre pero Ryan reconoció a Diana por lo que supuse… —Diana literalmente saltó de su asiento.

—¿Dónde está Ryan? 

—En el mostrador —respondió Justin.

La cara de Diana se iluminó como navidad y se alejó de la mesa.

—¿Así que estabas por enviarle un texto? —ambos miramos a Serena—. Lo siento, no nos conocemos, soy Serena —ella le extendió su mano.

Justin asintió y la extrechó.

—Soy Justin

—Ohh ella sabe quién eres ¿Cierto Serena? —sonreí maliciosamente—. Justo ella y Diana te describían como un hombre jodidamente caliente 

Ella no se inmuto para mi sorpresa, en cambió miro a Justin de vuelta.

—Es cierto, me pareces sexy y los tatuajes te dan ese aire de chico malo que para muchas es irresistible, en otra circunstancia posiblemente estaría abiertamente interesada en ti pero ahora realmente me gusta Bruce —me miro—. Danielle por otro lado…

—¡SERENA! —grité.

.—No, no —Justin se sentó junto a mí deslizando su brazo por el respaldar de mi silla—. Me interesa lo que tenga que decir 

Jadee.

—No creo que…

—Tú y yo nos llevaremos muy bien —Serena me interrumpió—. Verás, aquí la chica dice que no eres atractivo pero en el fondo tu y yo sabemos que eso no es cierto —le guiño un ojo.

—¿Eso es cierto Danielle? —preguntó Justin.

Estaba cerca, muy cerca y aquí con la luz del día el hombre era divinamente atractivo. El cabello perfectamente peinado, su mirada profunda, sus labios… mmm carnosos. Quiero besarlos.

—¿Danielle? —me llamó Justin haciéndome reaccionar.

—Lo siento, me perdí ¿Qué? 

Serena rió.

—Te lo dije 

La mire.

—¿Dijiste que? 

Ella río aún más.

—Lo siento nena, sigue perdida en su mirada que yo me voy 

Mi ceño se frunció.

—¿Te vas? ¿Por qué te vas? 

La vi recoger su bolso, mierda ¿Por qué se va?.

—Ryan y Diana más Justin y Danielle. Creo que sobro aquí —la fulmine con mi mirada, lo hacía a propósito—, además quede con Bruce —se levantó y sacudió su mano—. Adiós chicos, Justin no olvides lo que te dije —volvió a guiñarle un ojo y se alejó de la mesa.

—¿Qué demonios…? —la mire alejarse.

—Me agrada ella —susurró Justin en mi oído

Su aliento cálido hizo que la sensible piel de mi cuello se erizara.

Me gire y esta vez tuve a Justin aún más cerca que la vez anterior, tan cerca que pude sentir su aliento mentolado.

—¿Qué pensabas escribirme? —pregunté en un susurro. 

Sus cejas se levantaron en un gesto divertido. 

—¿Mmm? —lo pensó un momento—. Hola 

De algún modo, a pesar de toda la tensión, me reí.

—¿Hola? ¿Solo hola? —asintió—. Increíble 

—¿Increíble de sorprendente o increíble de simple?

—Solo increíble, no me esperaba esa respuesta 

—…entonces dijo que —me gire para ver a Diana llegando junto con Ryan, ella nos miró—. ¿Interrumpimos? 

Sacudí la cabeza. 

—Se tardaron —musitó Justin alejándose de mí, sin embargo su brazo quedo en el respaldo de mi silla. 

—Planeábamos algo —dijo Diana sentándose con Ryan.

—¿Qué cosa? —pregunté.

—Vamos el fin de semana a la playa, dentro de dos semanas —dijo Ryan—. Mis padres tienen una cabaña donde podemos pasar la noche, así no tenemos que manejar de vuelta 

—¿Por qué no este fin de semana? —preguntó Justin. 

—Mis padres estarán allá y la idea es que solo seamos nosotros —respondió Ryan.

—Yo me anoto, amo esa cabaña —sonrió Justin.

—¿Entonces qué dices Danielle? —Ryan me miro—. ¿Te animas?

—Sería divertido —dije con una sonrisa.

La tarde fue genial, Ryan es bastante atento con Diana y era realmente divertido ver como casi babeaba por él. Justin no retiro su brazo del respaldar de la silla en todo el rato que estuvimos ahí y en ocasiones sus dedos rozaban mi hombro, a pesar del sweater que cargaba sentía la calidez de su piel igual. 

Pero tan increíble cómo fue todo, tuvo que acabar. Diana necesitaba ir por unos víveres y me pidió que la acompañara. Estuvimos bastante rato en el súper mercado y no paso una sola oportunidad de que sacara a relucir el tema de Justin y la cabaña. Si soy sincera estaba bastante nerviosa, solo esperaba tener un cuarto para mí.

Estábamos subiendo las escaleras para entrar al complejo de habitaciones cuando escuche mi nombre, me gire para ver a Nathan bajando del auto. Diana tomo todas las cosas y me dijo que me veía más tarde mientras entraba. Baje los escalones para encontrar a Nathan a medio camino.

—Tengo suerte de encontrarte, t e estuve llamando

Mi ceño se frunció.

—Mi teléfono se quedó sin batería ¿Algo va mal? Tu mamá, Lucy ¿Están bien?

Él sonrió.

—¿Por qué siempre asumes lo peor? 

—La última vez que llagaste así fue cuando se cayó tu mamá 

Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Yo no había pensado en eso —se movió de un pie a otro—, lo siento

—No pasa nada —reí—. Entonces ¿Qué pasa?

Lo que ocurrió a continuación me sorprendió sobremanera, en un momento Nathan estaba frente a mí y al otro acortaba la distancia entre nosotros y juntaba nuestros labios. De verdad no me lo esperaba pero en ningún momento intento hacer más, sin embargo nuestros labios permanecían juntos por unos cuantos segundos en los cuales mi mente no reaccionaba. ¿Por qué Nathan me besaba? ¿Y porque yo no lo apartaba? En ese instante se separó.

—Eso pasa —susurró contra mis labios.

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