Sonríe mientras puedas

Esta etapa de mi vida la podría llamar descontrol, euforia y risas, muchas risas. Cuando le das a un niño un nuevo juguete, jugará con él todos los días hasta cansarse, una vez saciado, lo tirará y esperará a que le den uno nuevo y así el ciclo volverá a tomar su curso.

Todo comenzó cuando estaba sentada en el centro de la cama de Alejandro, con las piernas cruzadas, dándole círculos a mi celular con una mano. La psicóloga estaba al otro lado, en un extremo de la cama sentada, observándome.

—¿Por qué no buscaste ayuda? —inquirió.

—No quiero ser una molestia —expliqué—, creí que podría soportarlo.

—Y hasta cierto punto lo has hecho bien, Rousse, pero también debes abrir la opción de recibir ayuda de otros —arguyó—. Y no es porque quieras ser una moles

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo