El siguiente par de días fue un completo calvario para ambos.Buscaban cada vez estar más lejos del otro, y si había algo que pudiesen resolver a través de Sophie, lo hacían sin miramientos, y cuando no, se limitaban a decirse estrictamente lo necesario y evitaban a todo pronóstico mirarse las caras o permanecer demasiado tiempo a solas.Las reuniones grupales seguían siendo un careo constante e insoportable. Jack la provocaba y ella no se quedaba callada. Eran una bomba de tiempo… y cualquiera de los dos, en algún momento, iba a estallar.El jueves por la mañana, ella tuvo que ir personalmente a su oficina porque Sophie estaba en una consulta médica y no regresaría hasta el día siguiente. Jack estaba más enojado que de costumbre, y se debía a que ella iba por allí actuando con naturalidad y sonriendo como si tuviese un buen día, como si nada le afectara, mientras a él el diablo se lo llevaba.Cuando Kira salió y cerró la puerta tras ella, Jack soltó toda esa tensión acumulada de días
Kira fingió no oírlo y siguió adelante. Había pedido un auto por la aplicación del móvil hace segundos.— Kira — su nombre volvió a sonar en la boca de Jack a sus espaldas, pero ella no tenía ni la mínima intención de encararlo y hablar con él. No era muy maduro de su parte, pero él tampoco era un niño y así era como se había estado comportando con ella la última semana.Jódete, neoyorkino arrogante. Pensó a medida que cruzaba el enorme jardín de la casa y evitaba a toda costa sentir el fulguro cosquilleo que provocaba ese hombre ahora a menos de medio metro cerca de ella.Jack la capturó delicadamente del codo y la instó a mirarlo. Para él, ninguna mujer merecía el esfuerzo de ir tras ella y comportarse como si estuviese necesitado de atención, o un poco más que eso, pero tratándose de Kira, todo se salía de su clásico comportamiento… no lograba entender del todo por qué, aunque empezaba a sospecharlo y no le gustaba nada ese hecho.¿Qué tenía ella que no pudiese conseguir en otra mu
Kira no protestó, al menos no al principio, y dejó salir una suave exhalación cuando el sabor de esa boca fiera le adormeció todos y cada uno de los sentidos.Jack deslizó su lengua por los pliegues sensibles de la boca femenina y tomó ese rostro perfilado entre sus manos porque necesitaba poseerlo todo de ella. Kira se deslizó y se afincó intuitivamente a esa caricia, mientras sus labios se movían en consecuencia de los suyos.— Nos están viendo, vayamos a casa — le pidió ella con la respiración contenida.Jack se alejó un par de centímetros y la miró con ojos chispeantes, después asintió y pidió a Kiliam que ellos y sus hombres podrían retirarse a casa.El camino estuvo trazado de completo silencio. Kira oteaba su ventana con la mente en blanco y Jack la observaba de reojo cuando se detenían en un semáforo; fascinado.Tan pronto llegaron y ella introdujo la llave en su puerta, se dio la media vuelta y colocó la mano contra el marco, al mismo tiempo que Jack se topaba con su mirada g
Jack consideró que esa noche no necesitaba guardaespaldas, salvo a Kiliam, que lo seguía a sol y a sombra sin importar lo que este le ordenara.— ¿No tienes familia? — le preguntó desde el asiento del copiloto. Y eso no era algo que él no supiera, es que simplemente había pasado un tiempo desde que lo contrató y no estaba del todo seguro si su situación sentimental había cambiado con los años, aunque lo dudaba.— No, señor — respondió el joven, al volante, que no cruzaba los veintisiete.— ¿Y has considerado alguna vez tenerla?Kiliam lo miró de reojo.— ¿Quiere mi aprobación respecto a sus propias dudas, señor?Jack sonrió y negó con la cabeza.— Me conoces.— Como la palma de mi mano — concordó — Y si todavía quiere mi respuesta, sí, espero tener pronto una familia… cuando llegue la indicada, por supuesto.— ¿Cómo sabes cuándo es la indicada? — preguntó, curioso. Él jamás había experimentado esa sensación con ninguna mujer… hasta hace poco.Kiliam aparcó el auto frente al bar y se g
Sabía que estaba completamente fuera de lugar lo que estaba haciendo, y no era propio de él, en lo absoluto. ¿Cuándo se había visto que Jack Akerman rompía todos los protocolos y cruzaba el límite de la decencia por una mujer? Jamás… hasta que tuvo que conocerla a ella y todo lo que solía ser se fue por el retrete, por eso, cuando vio a una chica salir y entró despacio para asegurarse de que no había nadie más allí, salvo ellos dos, pasó el pestillo de la puerta y se plantó firme frente a ella.Kira se retocaba el pintalabios cuando lo advirtió y abrió los ojos de par en par.¡Este sí que estaba loco!— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó, enojada, y lo miró con esas dos gemas que parecían querer atravesarlo en cualquier momento — ¡Tienes que dejar de actuar por impulso!Cuando se giró, él ya estaba casi sobre ella, acorralándola contra la superficie de mármol y tomándola firmemente de la cintura porque sabía lo escurridiza que era.— Y tú tienes que dejar de provocarme — gruñó en vo
Las cosas en el bar no terminaron como Jack había planeado que acabaran, pues Kira era demasiado orgullosa y por esa misma razón no permitió que la llevara a casa, aunque la oferta de Damián no la declinó y ese idiota fue el último en estar con ella esa noche.Se sentía celoso de manera exorbitante, incluso rabioso, y de haber sabido que el castigo iba a ser así de grande, se habría mordido la lengua y hubiese esperado a que ella se explicara, pero, contrario a eso, sacó conclusiones apresuradas y allí estaban las consecuencias.¿Las merecía? Sí, rotundamente.Esa misma noche, de regreso a casa, mientras le auto serpenteaba la ciudad, Kira estaba absorta en su lado de la ventana, y no fue hasta que Damián la sacó de sus cavilaciones que supo que ya había llegado.— Lo siento, Damián, pero tenía la cabeza en otro lugar. ¿Qué me decías?El apuesto joven sonrió con nostalgia.— ¿Ese lugar tendrá quizás el nombre de una persona? — preguntó, aunque esa respuesta ya había sido más que evide
Con el pulso disparado y una ira casi incontenible apoderándose de él, Jack se plantó en la puerta de Kira cuando pasaban las once y tocó varias veces, pero en el interior solo se escuchó el maullido del gato y nada más, así que marcó a su número, a la espera de una respuesta… y nada, ella no contestaba; sin embargo, sabía que estaba allí porque podía escuchar el aparato sonar.SuspiróEso no pintaba nada bien.— ¿Estás seguro de que ella se encontraba en perfecto estado? — preguntó a su jefe de seguridad, que aguardaba a un paso detrás de él.— Físicamente, sí, señor… aunque — en seguida, Jack giró la cabeza, alertado — la señorita Raleigh casi se desvanece en el tocador por un leve mareo que tuvo. Le dije para llevarla al hospital, pero se negó.El pecho de Jack se contrajo.— ¡Carajo! — gruñó — ¡Busca al conserje, necesitamos abrir esta puerta ahora!Su escolta obedeció sin chistar, mientras él insistía en la puerta con seria preocupación.Cuando Kiliam regresó minutos más tarde, c
Llegó a casa sintiendo una impotencia descomunal. No solo se había comportado como un cobarde con ella, sino que había huido así, sin más, como si sus sentimientos le valieran tres atajos, y como si no fuese suficiente, el recuerdo de su niñez llevó de forma abrupta, lo sacudió y le hizo revivir aquella noche, cuando su madre le dijo lo mucho que lo amaba y al día siguiente lo abandonaba sin más.¿Eso era lo que Kira también haría? ¿Lo abandonaría? Ah. ¿Por qué tuvo que hablar de sentimientos? ¿Por qué diablos tuvo que complicar las cosas de esa forma? Se preguntó con coraje y se metió bajo el grifo de agua helada, sin saber qué carajos debía hacer a partir de entonces.La mañana siguiente, a primera hora, envió a alguien para que reparara su puerta, también ordenó a Kiliam que se pusiera a su entera disposición para lo que sea que ella necesitara: transporte para movilizarse y dinero para cubrir cualquier gasto médico.— No hace falta, Kiliam, pero dile a tu jefe que muchas gracias.