39. Hablemos, por favor

Ariel

Los latidos lánguidos de mi corazón comenzaron a recobrar una marcha casi impresionante cuando le vi, palpitando desbocado dentro de mi caja torácica.

Máximo lucia como si cinco años hubiesen pasado por encima de él en cuestión de horas. Llevaba el mismo traje que el día anterior y todo de él olía a perfume y alcohol entremezclado. Se miraba muy diferente al hombre que yo conocía muy bien, este que estaba en frente de mi con una mirada rota y casi suplicante, lo había suplantado.

—Sirena… —Su voz fue apenas un audible susurro, pero estalló dentro de mi como un eco.

Sentí como comenzaba a perder el equilibrio en ese momento, sentí la ausencia del aire y la poca fuerza con que se sostenían mis piernas fue disminuyendo. Cada segundo que pasábamos frente a frente y mirándonos de ese modo, era

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo