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Capítulo 33— Riesgos Narrador La noche apenas iniciaba, y el frío parecía no dejar de azotar aquella inolvidable cabaña. Eira se estremeció apenas. El fuego del hogar lanzaba reflejos danzantes sobre su piel, pero no era eso lo que la hacía temblar. Killian se acercó en silencio, como si supiera. Como si aún pudiera leerla. Eira ni lo miró cuando le puso la manta sobre los hombros. La aceptó en silencio, sintiendo el roce de sus dedos en la nuca, tan leve como una amenaza. El fuego del hogar lanzaba sombras anaranjadas sobre su piel. Sabía que él la estaba mirando. Como antes, como siempre, como si pudiera verla desnuda sin quitarle la ropa. —Estás temblando, Eira. Murmuró Alde, sin necesidad de acercarse más, pero sin poder dejar de verla. —Ya pasará, no te preocupes. Pero Killian no era de los que se quedaban quietos. Se sentó junto a ella. Tan cerca que pudo olerlo. Ese maldito aroma que le nublaba el juicio, como si su piel aún lo recordara mejor que su memoria. Él no pr
Capítulo 1— Una más del montón Narrador Con sus ojos cristalizados y su boca ligeramente abierta, Eira no podía creer lo que veía sus ojos en ese instante. —Cásate conmigo. Desviando la vista a la mujer ante ella, la misma que observaba a Killian con sus ojos repletos de amor, la realidad golpeó a Eira. Por más que ella hubiese deseado que este momento no llegara, lo hizo y de peor forma, cuando ella menos lo esperaba, frente a un montón de personas como testigos. Bajando su mirada al suelo, mientras que por su mejilla rodaba una lágrima, Eira escuchó como Sofía accedió a unir su vida a la de Killian para siempre, y escuchando los gritos a su alrededor que celebraban tal unión, supo que lo perdió para siempre. —Eira, ¿estás bien? Hija te juro que no sabía que esto pasaría. Sintiendo la ligera opresión de la mano de su madre que reposaba sobre su hombro, regresó a la realidad. Ella mejor que nadie sabía que Killian y Sofía en algún momento tendrían que casarse, su unión estaba
Capítulo 2— Mantener distancia NarradorAl llegar a casa tras abandonar la nefasta fiesta de aniversario, Eira cerró la puerta tras de sí y apoyó la cabeza en la fría madera.El simple hecho de ver a Killian arrodillado frente a Sofía pidiéndole matrimonio le dolió, le quemó hasta el punto de sentir que su corazón sangraba. Tener a Alde de esa manera era lo que ella más anhelaba en la vida, y ahora, después de esto, de comprometerse oficialmente sería imposible.Soltando un ligero sollozo, Eira se lo tragó casi de inmediato al ver que él no se lo merecía, y empezando a despojarse de los zapatos, los tomó entre sus manos antes de caminar al armario para deshacerse del vestido que empezaba a molestar.Arrojándose sobre la cama una vez se metió en su vestido para dormir, Eira se mantuvo en silencio observando el techo mientras pensaba ¿Qué podría hacer de ahora en adelante? Lo mejor para los dos era mantener la distancia, destruir cualquier lazo que la atara a él, lo cual era casi impos
Capítulo 3— ¿Qué había sido eso?NarradorEira jadeó contra sus labios, con las manos presionadas entre sus cuerpos, sin saber si salir, si empujarlo o aferrarse a su camisa. El aire se volvió denso, irrespirable, y cada roce de Alde sobre su piel encendía las brasas que tanto había intentado apagar.Él no le dio tregua. Sujetó su cintura con fuerza, pegándola aún más a la pared, haciendo que el frío del concreto contrastara con el calor abrasador que él le provocaba. Bajó una mano hasta su muslo, alzándoselo con brusquedad para acomodarse entre sus piernas, como si le perteneciera, como si ese derecho jamás se hubiera puesto en duda.— Vas a dejar de decir estupideces, Eira. No me alejaré de ti, ni hoy, ni mañana, ni nunca.Murmuró ronco contra su cuello, mordiendo despacio, dejando su marca como si quisiera tatuar su nombre en su piel. Eira cerró los ojos, buscando cordura, esa que estaba a punto de perder, pero él se la arrebataba con cada palabra. Intentó hablar, replicar, aunque
Capítulo 4— Una condición Narrador Al llegar a la empresa el lunes muy temprano, Eirá caminaba por el lobby del lugar rumbo al elevador. Esa mañana, después de lo vivido en la fiesta de aniversario, lo último que deseaba era encontrarse con Killian, quien la tarde del dia anterior había atiborrado su teléfono con llamadas a las que no respondió. ¿Por qué lo hacía? ¿Para restregarle en la cara lo bien que se sentía junto a Sofía? Al ingresar al ascensor, Eirá saludó a un par de empleados que se dirigían a su lugar de trabajo, y viendo cómo las puertas de este se cerraban, se mantuvo en silencio hasta llegar a su destino. Sinceramente, si por ella fuera, no regresaría a ese lugar que cada rincón le recordaba a Killian y al inicio de su relación. Si es que a eso se le podía llamar relación. Pero sabiendo que no tenía otra salida y que esa empresa también era su responsabilidad, fue que se armó de valor esa mañana para regresar. Al llegar al piso superior, apenas salió de este se di
Capítulo 5— Un honor Narrador —¡Osito! Moría por verte. Rodeando el cuello de Alde con sus manos, Sofía se aferró a él como si se tratase de una sanguijuela, ignorando por completo la presencia de Eirá, quien estaba frente a ella. Tensando cada músculo de su cuerpo, Killian permaneció rígido sin responder al abrazo ya que no la esperaba alli, y liberándolo al fin por un breve instante, Sofia agrego con una amplia sonrisa —Encontré la planificadora de boda perfecta… Me la recomendó mi amiga, Katy, dice que es la mejor de toda la ciudad ¿No te parece una maravillosa noticia? Me iba a volver loca si me encargaba de todo sin ayuda. Sin poder apartar la mirada de Eirá, quien se veía incómoda frente a él, Alde se mantuvo de la misma forma sin decir palabra alguna. Él en ningún momento citó a Sofía allí para hablar, mucho menos sobre una planificadora de bodas, por lo que la situación lo tomó por sorpresa. —¿Eirá? Discúlpame, con lo emocionada que llegue, no había notado que es
Capítulo 6— ¿Cómo quieres que me sienta?NarradorCaminando por el amplio lobby de la empresa, Eirá pretendía regresar a la oficina. La visita al taller de orfebrería no había salido como esperaba, pero al menos la producción de algunas piezas había iniciado, y aunque esperaban la llegada de materiales faltantes, esperaba que esto no afectara el proceso de las mismas.Al llegar al elevador, Eirá permaneció por un instante a la espera de este mientras revisaba su teléfono, y viendo cómo las puertas se abrían de pronto, Iker Vael salía de su interior.— Eirá.Con una amplia sonrisa, musitó su nombre alegre de verla al fin, y permaneciendo en silencio, un poco descolocada por la extraña visita, Eirá permitió a las demás personas que esperaban ingresar a la caja metálica para poder hablar con su ex novio.— Iker... Qué extraño verte aquí. No me digas que has venido a buscarme.Pensando que el motivo de su inesperada visita era ella, Eirá centró la mirada en él, quien negó estrechando el p
Capítulo 7— Solo tu eres el culpableNarrador Permaneciendo de la misma manera imperturbable y con la misma maldita sonrisa en su rostro, Iker siguió sin moverse siquiera un poco, y perdiendo la paciencia, Killian volvió a preguntar, esta vez en ese tono filoso que tanto detestaba, Eirá — ¿Que es lo que pretendes, Iker? ¿Que haces aquí con Eirá hablando de negocios? Señalándole a su compañera mantener la calma quien se veía cada vez mas intranquila, Vael se removió en su lugar, y recargando el codo en la mesa respondió al fin tras un enorme silencio incomodo — ¿Y que te haces pensar que hablamos de negocios, Killian? Eirá y yo somos viejos amigos, por lo que podemos salir cuantos veces queramos. Por supuesto también le conté sobre la conferencia de Moscú, como tu socia tiene derecho de saberlo ¿No es así? Pero la principal razón de nuestra salida no es esa Observando por sobre sus hombros a Eirá, quien aun se notaba molesta, Killian apretó un puño deseando cerrarle la boca d