─Ya la cabaña está casi lista ─anunció─. ¿Tienes hambre?Leslie separó los labios para negar, puesto que había comido demasiado en casa de los padres de Duncan antes de salir y no quería abusar de su hospitalidad, pero el rugido de su estómago le quito la posibilidad de decidir. Con una sonrisa, Duncan tomó su mochila y se sentó a su lado. Su cercanía de sentía tan agradable que la idea de protestar por ella ni siquiera pasó por la mente de la chica, quién más bien se acurrucó inconscientemente en su contra en búsqueda de calor. La noche empezaba a ser gélida y su chaqueta y pantalones no parecían ser lo suficientemente gruesos para mantenerla en calor.Duncan, por su parte, empezó a preparar panecillos de atún y de jamón y queso en un pequeño plato de plástico que le tendió. Leslie miró el extraño material antes de llevar uno de los sándwiches a su pequeña boca, la cuál Duncan no pudo dejar de ver ni por un solo segundo mientras masticaba a pesar del nudo en su estómago.Una vez term
Al día siguiente, Leslie se despertó más temprano que él para darse un baño en el agua del riachuelo, cambiar su atuendo por la muda de ropa que Duncan había puesto en su mochila para ella y adornar su cabello con algunas flores silvestres que encontró cerca. Regresaron a casa de los padres de Duncan después de otra jornada de búsqueda en la que tampoco obtuvieron resultados, por lo que este iba decaído durante el camino. Leslie se sintió orgullosa de sí misma cuando no sintió náuseas, solo un leve dolor de cabeza, al estar a bordo de su auto.Era un gran paso para ella.Sintiéndose mal por cómo Ducan andaba, con los hombros hundidos y la expresión decaída, puso su mano inconscientemente en su antebrazo mientras caminaban hacia las puertas abiertas de la mansión, a lo que él la vio con impresión, su cuerpo tenso al sentir su toque, pero no se apartó. No quería hacerla sentir mal distanciándose de golpe.─¿Están bien? ─preguntó la madre de Duncan a penas los vio llegar, corriendo hacia
PasadoIsobel perdió la cuenta de la cantidad de veces que Graham y ella estuvieron juntos. Después de que le saltara encima e hiciera que ambos nuevamente se estremeciera de placer, lo cual obligó al highlander a admitir que era algo más que buena en la cama, fue ella la que le dijo que no estaba impresionada con sus habilidades, lo que lo hizo enfurecer y animarlo a demostrar lo contrario. Al final, ambos cayeron agotados, Graham más que Isobel porque a él le costó mucho más hacerla retractar de sus palabras.Así que los dos se estremecieron cuando el líder del clan MacAllister abrió abruptamente la puerta y corrió las cortinas, mirando con una ceja alzada el conjunto se botellas de vino vacías junto a la cama de su nieto. No le impresionaba que se hubiera acostado con Isobel tan rápido, se había dado cuenta de la química fluyendo entre ellos a penas los vio juntos la primera vez, pero sí que su nieto confiera lo suficiente en ella como para perder el conocimiento a su lado.Eso era
Pese a su advertencia, todo en Isobel se contrajo al ver cuán apuesto lucía con un traje de época y el cabello ordenado y peinado hacia atrás. También había sido afeitado y pulido. Se veía como un hombre completamente diferente. Uno diferente y furioso.─Si vuelves a acercarte a Isobel, Mary, tendremos problemas. Tu hija no era tan inocente como para no saber en qué se estaba metiendo cuando decidió ir a mi cabaña cada noche. ─Isobel se tensó ante sus palabras, pero se dejó arrastrar por él hacia el pasillo debido a la incomodidad que le ocasionaba la situación. Cuando llegó a él y dejaron a la sirvienta atrás, sin embargo, se soltó de su agarre y lo enfrentó con expresión sumamente enfurecida. Graham la miró con la mandíbula apretada. Estaba enojado con Mary por molestar a Isobel con problemas estúpidos cuando toda la vida de esta se había destruido y estaba enojado con Isobel por no apreciarlo por ayudarla. También con su abuelo y con su padre, con todos, por haber escondido algo ta
PresenteLeslie despertó cinco minutos después en la habitación que habían dispuesto para ella con un rápido aleteo de párpados, el cual Duncan inmediatamente comparó con el de las mariposas al despegar. Se incorporó y giró el rostro hacia él al darse cuenta de que estaba de vuelta en su alcoba. Intentó incorporarse, pero Duncan la detuvo con un movimiento de su mano, la cuál presionó contra su hombro para mantenerla acostada. Estaba genuinamente preocupado por ella y sus constantes desvanecimientos, por lo que el doctor de confianza de la familia ya venía en camino, sumado el hecho de que estaba intrigado por todo lo que giraba en torno al misterio de su identidad.Leslie no tenía ningún tipo de documento de identificación.Era nadie, literalmente.─¿Cómo te sientes? ─le preguntó con inquietud, obligándose a sí mismo a dejar de lado sus dudas y a enfocarse en su salud─. ¿Estás bien? ¿Tienes hambre o necesitas algo? ¿Te puedo ayudar, princesa?Aunque sentía su cabeza dar vueltas y lo
Leslie se acomodó en una de las habitaciones de huéspedes de Duncan, en la cuál él tuvo que manipular el sistema de persianas corredizas porque las paredes de todas las habitaciones de su casa eran de cristal, exceptuando las que dividían las habitaciones entre sí, y la vista mareaba a la rubia, al igual que la sensación de estar tan arriba. Prácticamente podía sentirse en el cielo. ─¿Necesitas algo? ─le preguntó, sus brazos cruzados sobre su pecho mientras permanecía bajo el umbral de la puerta, ya desesperado. Leslie no había comido desde que llegaron a su casa y eso había sido un par de días atrás. Se había pasado todo ese tiempo acurrucada en la cama o sollozando en el baño, a dónde Duncan tuvo que entrar a sacarla porque se había desplomado sobre las baldosas. Aunque no le prestó atención a la desnudez de su cuerpo en ese momento, la forma, color y textura del cuerpo de Leslie se había grabado a fuego en su mente y no había podido dejar de pensar en ello, junto a la desaparició
Regresando a la conversación, Graham se forzó a sí mismo a concentrar sus pensamientos en la situación y no en la exquisitez del cuerpo de Isobel y vio a su abuelo afirmar con una sonrisa divertida, la cual sacaba de juego a sus acompañantes. Era más que obvio que el anciano tenía experiencia en esto y que encontraba entretenida la situación.─Por suerte para todos nosotros, eres un hombre sumamente humilde. Si no te ha molestado vivir tantos años en un exilio auto impuesto, estoy seguro de que no te va a molestar servir a una jovencita tan hermosa e interesante. ─Graham volvió a gruñir cuando Sean le guiñó un ojo a Isobel, pero esta no hizo más que fruncir el ceño, esta vez más interesada que antes en conocer la razón por la que Graham no vivía en el castillo MacAllister, sino en una cabaña en medio de la nada, pero no le daría el gusto al highlander de insultarla por entrometerse en su vida─. Así que mañana partirás a Edimburgo en su compañía. Iría yo, pero ya estoy viejo y cansado
Presente El día del funeral de Isobel llegó y no tenían ningún cuerpo para velar. En la capilla a las afueras de Edimburgo en la que la misa se auspició, había una urna vacía repleta de elaborados ramos de flores negras. Duncan a penas podía mantenerse de pie. De no ser por Leslie, quién estaba tímidamente situada a su lado con un brazo sobre el hombro, se habría desplomado. Esta estaba usando un vestido negro manga larga de encaje de flores y una falda que le llegaba hasta los tobillos, además de zapatos cerrados con un minúsculo tacón que a duras penas podía manejar. Duncan, por su parte, llevaba un traje negro de tres piezas y gafas oscuras sobre los ojos. Sus padres estaban por alguna parte de la Iglesia, probablemente ofreciéndole sus condolencias al señor y la señora Blackstone, pero Duncan no se había movido de su lugar desde que llegó. Ni siquiera sabía cómo sería capaz de subir al podio a leer el papel en el que había escrito sus palabras hacia Isobel.La mujer con la que ha