Capítulo 28
Eros desplegó lobos rastreadores para buscar al lobo que acechaba a su hija. Gina no logró ver el rostro del hombre y Eos no dijo quién era porque hizo una promesa. Para la mentecita de niña, las promesas no se rompen. No encontraron pista de quién podía ser.

En la hora de la cena, no quisieron presionar a la niña, y fue silenciosa. Estaban preocupados por su hija. Danna y Eros salieron a hablar con sus guerreros para reforzar la frontera sur. La seguridad de la manada era su prioridad. Los guerreros de Danna llegarían en dos días y el Beta de Eros lo estaban esperando.

Danna y Eros llegaron tarde y se dirigieron a la habitación de su hija. Ella abrió la puerta y con el corazón en un puño expresó.

—¿Dónde está Eos? Diosa Selene, no permitas que le pase nada.

Eros, que estaba detrás de ella, le colocó las manos en los hombros.

—No te alarmes, vamos a tu habitación. Seguro te fue a buscar.

Salieron de esa habitación; Hércules estaba inquieto. Eros trataba de mantener la calma. Al l
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