Cuando Robert regresa de verse con su hermano, los hombres de seguridad le dicen que Zoe ha recibido la visita de Daryl y corre para ver cómo está, porque sigue en ese limbo de no saber qué demonios pasa entre ellos dos. Se la encuentra mirando al jardín, mientras Hope duerme entre sus brazos toda desparramada. A Robert le basta ver los ojos de Zoe para saber que algo malo pasó. Con lágrimas en los ojos ella le cuenta lo que Daryl le fue a decir, por un momento cree que llora desconsolada por la historia entre ellos, pero en realidad es porque la empresa cuyo abuelo tanto cuidó, deberá desaparecer para que Francesco no pueda hacer nada para salir de la cárcel. Robert sólo la abraza, le quita a Hope de los brazos y se las lleva a las dos a descansar. Después de eso, todo se vuelve revelaciones, cada una más dolorosa que la otra. En este momento, Zoe recuerda todo aquello que ha salido a la luz mientras se come una manzana. Su padre se sienta a su lado, le toma la mano libre y ella
Zoe no deja de pensar en el momento adecuado para decirle a Daryl la verdad, pero ahora que quiere hacerlo no parece ser tan sencillo después de todo. Y la actitud distante de Robert no le pone las cosas más sencillas, porque finge trabajar hasta tarde en algo sólo para no tener intimidad de nuevo con ella. Las cosas son más complicadas cada vez y sabe que pronto todo va a reventar, por eso quiere atesorar esos momentos que la hacen sentir feliz. Como cada mañana, Zoe se levanta y lo primero que hace es ir por Hope. La pequeña, como si tuviera un radar, en cuanto su madre pone un pie en la habitación, abre los ojos y comienza a moverse por todos lados. Zoe se pregunta cada día de dónde saca tanta energía para ser como es ella. —¡Mami, mami! —le salta encima y se deja amar por Zoe, que la llena de besos por el rostro, la cabeza y el cuello. Luego de eso, Zoe se dedica a vestirla, le da la mano y ambas caminan a la cocina para su desayuno. Esta vez, antes de cualquier escándalo, Zo
Robert puede ver que él no tiene nada que ver y también que está dispuesto a todo por la pequeña, aun creyendo que es hija de la mujer que ama con otro hombre. En verdad ha cambiado, pero eso Zoe no lo nota ahora producto del miedo y la desolación que la desaparición de su hija le ha dejado, por lo que arremete contra Daryl. —¡No te hagas el estúpido, Marchetti! —le grita Zoe desesperada separándose de él porque ese contacto no le pasa desapercibido—. ¡¡El único que sabe de esa puerta eres tú y está abierta!! —No tengo idea de lo que están hablando —interrumpe Alessia matando a Zoe con la mirada—. Pero Daryl ha estado conmigo en toda mi práctica, desde hace más de una hora. Zoe se queda impactada, pero no les cree, no… su hija debe estar allí. Le dedica una mirada de molestia absoluta a Daryl y corre a las escaleras, llamando a su hija mientras sube los peldaños de dos en dos. Los hombres la siguen, mientras ella abre las puertas del segundo piso, no reconociendo mucho de lo que a
Todo en la mansión Amato es un revuelo, la gente moviéndose, buscando a Hope en cada rincón con la esperanza de que las sospechas de que Anabet se la hubiese llevado no sean ciertas.Pero Robert ya sabe la verdad, por eso en cuanto Daryl corta la llamada, Robert se gira para organizar a su gente con toda la rapidez que la situación lo amerita, pero la figura estoica de Zoe en el pasillo hacia la salida con los brazos cruzados lo detienen en seco.—¿Quién era? —pregunta ella con seriedad y sin perder ni una de las expresiones de Robert porque sabe que así no le puede mentir, por eso mismo él no le miente y porque tampoco considera a Zoe frágil para no hacerle cara al asunto tal como está.—Marchetti.—¿Qué quería?—Llamó para decirme que Anabet tiene a Hope y lo llamó para negociar con él.—¿Por qué con él? ¡Yo soy su madre! —dice Zoe completamente alterada, pero la respuesta de Robert le baja la histeria en dos segundos.—Y él su padre… aunque no lo sepa, está dispuesto a entregarse a
Cuando logra separarse de la mujer, consiguiendo no limpiarse el beso para no alterarla, puede ver que se le ha caído la capucha de la sudadera, así consigue ver el cabello de la mujer hecho un desastre. Evidentemente, no ha logrado tintarlo, por lo que una raíz castaña es visible, va sin maquillaje y sus uñas son del terror. Siempre fue así de falsa y él no se dio cuenta antes. O tal vez sí, pero estaba cegado con una parte incompleta de su memoria, aferrándose a ella con todas sus fuerzas para recobrar parte de su vida perdida en este mismo lugar. Escucha unos ruidos afuera y sabe que Robert está allí, nadie más podría ser. Eso lo pone más alerta de lo que debería hacer. Anabet gira la mirada a la puerta, pero Daryl la atrae a su cuerpo y le da un beso corto, distrayéndola de lo que en realidad sucede afuera enseguida, ella sonríe y pasa su manos por el pecho del hombre, sin soltar el revolver. —Déjame sacar a la niña de allí para hacerla dormir y luego podemos buscar un lugar má
Durante todo el trayecto fue tratar de salvarle la vida a un hombre que no quería vivir. Robert iba tras la ambulancia, conduciendo como si la vida suya fuera delante y Zoe no dejaba de llorar desconsolada, mientras se aferraba a Hope. La policía se había hecho cargo de todo, pero lo mejor de todo fue que una vez levantaran a Daryl del suelo, su teléfono había quedado tirado allí y quedó la evidencia de que grabó todo lo que allí se habló. Las pruebas eran suficientes para demostrar que Robert había actuado a consecuencia, Anabet quería matarlos a todos y la bala en la pierna la detuvo. Pero, ahora mismo, nada de eso importa, al menos a Zoe sólo le alivia tener a su pequeña entera y sin más que los daños emocionales, esos ella ya se encargaría de quitarlos. Sin embargo, Daryl se está llevando toda su atención en este momento, no se siente capaz de enfrentar su muerte, menos de esa manera. «Mi vida… por la de tu hija.» —No te puedes morir… no nos puedes dejar —repite silenciosamen
«Al bajarse del auto, para caminar por aquel pasillo, no puede evitar recordar cuando hizo el mismo recorrido para casarse con el hombre al que está a punto de despedir. Los sentimientos que ahora la embargan son muy diferentes. En aquel momento sentía rabia, miedo, ganas de salir corriendo, pero ahora sólo la embarga una profunda desolación. Cerca del altar, en lugar de aquel hombre que amó toda su vida parado observándola con desprecio, vestido con el traje que lo hacía ver magnífico, estaba él… en un ataúd. Su pies le pesan y nada de lo que haga los hace más livianos, de su mano va prendida su hija, que no entiende por qué su madre está así, desolada y llena de lágrimas. Las personas que allí están son pocas, comparadas con las que fueron a ver aquel matrimonio forzado, porque ante la algarabía de su humillación la expectativa era mayor que su dolor. Ahora puede ver cuántas son las personas que en realidad lo amaban y estaban allí para su último adiós. La melodía desde un violín
Nicholas se acerca para sacar a Hope del lado del hombre que está reaccionando y la toma entre sus brazos, pero Daryl emite un quejido porque no quiere que la alejen de su lado, sin embargo esto alerta a Zoe. —Amor… estamos aquí, no nos iremos —le dice ella y al fin Daryl puede abrir sus ojos con algo de dificultad—. ¡Papá, el doctor, ve por él! —¡Papi! —grita emocionada Hope y mira a Zoe—. ¡Mami, funcionó beso! Puede ser que para todos la reacción de Hope con Daryl es muy rápida, pero en secreto Robert le enseñó que tenía otro papá y que a ese debía quererlo tanto como a él o mucho más, sólo debía esperar a que Zoe le dijera quién era. Sí, Robert siempre fue un sol, que tendrá su amor muy pronto. Cuando el doctor entra, lo examina minuciosamente, al parecer está bien con varias de sus funciones motoras y es cuestión de tiempo que pueda recuperarse del todo, para que luego se vaya a casa con su familia. Al salir el hombre, Zoe vuelve a acercarle a Hope y él no puede evitar llora