Por la mañana los dos se despiertan con una sonrisa, pero cuando oyen unos toques en la puerta saltan de la cama para vestirse.—¡Es mi mamá! —susurra Antoine—. Me dijo que ella se vendría a la casa.—¡Escóndete en el baño! —se gira a la cama y se lleva la mano a la boca—. ¡Mi3rda, mierd@!—¿Qué pasa…? —mira la cama y se queda helado al ver aquella mancha carmesí, ve a Violet asustado, pero ella lo empuja al baño.—Yo la llevaré al cuarto de Franco, dejaré la puerta abierta, tú corres al tuyo rápido —le da un beso rápido, cubre la mancha y se dirige a la puerta para abrirla—. Señora Marchetti, buenos días.—Hola, cariño, venía a ver si necesitas algo…—No, estoy bien, ¿ya fue a ver a los chicos?—No, sólo fui a ver a Caroline, ahora quiero ir a ver a Antoine.—Mejor vamos por Franco, anoche estaba muy nervioso y triste, a Antoine le costó hacerlo dormir y… —la voz de Violet se pierde por el pasillo, Antoine sale del baño con cautela y se asoma un poco para ver cuándo las dos entran en
Por la mañana cuando todos se levantan se puede sentir la tensión, Caroline mira a su hermana con reprobación, porque le ha contado lo que pasó y se molestó mucho con ella por no haberle confiado algo tan importante y porque habían prometido perder su virginidad al mismo tiempo.Esa mañana la esposa de Robert está en casa para cambiarse de ropa y ver a sus hijas, se sienta a la mesa y nota algo extraño, pero lo atribuye a lo que está pasando con su hijo.Cuando todos terminan, Violet se pone de pie, pero Zoe le dice a los demás que se vayan, excepto a ella y a Antoine.—Lamento tener que darte problemas ahora, pero esto es algo que no puede esperar —la mujer la mira sin entender y Zoe se arma de valor para decirle la verdad—. Anoche encontré a mi hijo… —dice con el labio temblando y Antoine se siente mal porque es su culpa—, en el cuarto de la tuya, teniendo intimidad.—¡¿Quéeee?! —la mujer se pone de pie, levanta de su silla a Violet y le da una fuerte bofetada—. ¡¡¿Cómo pudiste?!!—
Violet respira más calmada, la entrevista que está esperando definirá su futuro, no es sencillo cambiar sus planes, porque por tres años pensó que lo mejor era regresar a Italia y poder seguir con su relación con Antoine.Sin embargo, en el último año se dio cuenta de que algunas de sus aptitudes podrían abrirle camino y tal vez sería bueno que pudiese tener una base para que así pudiese desarrollarse profesionalmente y no llegar de manos cruzadas a vivir su amor.Con dieciocho años, Violet sabe que debe definir muy bien los pasos a seguir, ya no es una niña y, aunque todavía está profundamente enamorada de Antoine, sabe que tiene que hacer más cambios en su vida, tomar riesgos y decisiones que en verdad la hagan feliz.Sabe perfectamente que el amor es primero, pero también el poder realizarse ella como mujer y llega a su mente las veces que le dijeron que debía pensar muy bien acerca de su relación con Antoine.Por eso está allí, esperando la entrevista con el rector de la universid
Aunque su madre no estaba muy de acuerdo con lo que está decidiendo Antoine, se sube de todas maneras a aquel vuelo comercial que lo llevará a Londres. Aún sin decirle nada a Violet, parte con su maleta y muchos sueños por cumplir.A medida que el avión va despegando, siente cómo mariposas revolotean en su estómago. Hace varios meses que no la ha visto, sólo han podido escribirse y hacer videollamadas. Pudo haberse quedado en Italia estudiando, pero sabe que Violet prefiere quedarse en Londres. En el último verano lo conversaron y a él le pareció que era una excelente idea., así podían mantenerse alejados de sus padres, quienes siguen siendo muy críticos con su relación.Pero también porque sabe que allí hay muchas más oportunidades para su chica. Siente que Italia todavía sigue siendo un poco retrógrado y que no está suficientemente preparado para la mentalidad de su novia.Al llegar a la ciudad, lo primero que hace es irse a la casa de los Sanders, que es donde ella se mantiene. Al
Violet mira a Antoine a los ojos y sonríe feliz porque al menos él no está enojado. Ya han aclarado las cosas y las razones que ella tuvo para decidir mudarse de ciudad y comenzar a estudiar allí en Inglaterra.Antoine busca su boca y ella sabe qué es lo que se viene ahora, es algo que durante cuatro años dejaron de hacer. En parte porque siempre estaban vigilados cuando ella viajaba a Italia y también porque ellos mismos decidieron frenar esa intimidad.—¿Quieres conocer mi habitación? —le pregunta él con voz ronca y ella asiente con sus ojos muy abiertos, expectante de lo que sucederá a continuación.Sin dejar que ella se ponga de pie, Antoine lo hace por los dos y se la lleva así hasta la habitación. Allí la recuesta en la cama y lentamente comienza a despojarla de la ropa. Las manos de Violet van recorriendo su cuerpo al tiempo que también le va quitando las prendas de encima.—Supongo que tienes protección —le dice Violet y él sonríe.ÉL se baja de la cama y se mete a uno de sus
En cuanto Violet le corta la llamada de esa manera tan grosera, se va directo al despacho de Robert para preguntarle si él sabía que su hija se había ido de la casa.—¡Esposa mía…! Ya estás enojada, ¿y ahora qué hice, mujer?—¡¿Tú sabías que Violet se fue a Oxford y peor…?! ¡¡¿Qué está con Antoine en su departamento en Londres?!!—Lo primero sí, hace unos meses habló conmigo cuando fui a verla y me dijo que quería quedarse en Inglaterra, quiere estudia ingeniería biomédica, hoy la llamaron para decirle que fue aceptada en la universidad de Oxford.—¿Por qué no me dijo nada? —la mujer se deja caer en una silla, se lleva las manos al rostro y comienza a llorar desconsolada.—Porque está molesta contigo y esa manía tuya de privarle estar con el novio lo vuelve todo peor. Violet tomó una mala decisión en un momento de hormonas alborotadas, pero tú la castigaste todo el resto de su adolescencia… y de paso a mí.—¿Qué quieres decir?—Mujer, para tener el coeficiente más alto que el mío, se
Para la madre de Violet no es sencillo todo lo que está pasando con su hija, porque está llena de miedos que no tienen fundamento, pero allí están. Al llegar a Londres, pide que la lleven directo al departamento de Antoine, porque está segura de que allí los encontrará juntos.—Cálmate, mujer —le advierte Robert—. Si no lo haces, te llevaré a la casa y allí te daré tu merecido, para que te duermas hasta mañana y te relajes.—¡No vengas a amenazarme, Sanders, que te corto los servicios!—Quentin, cambio de ruta, llévenos a la casa por favor.—¡No te atrevas…! —pero Robert la calla con un beso, sube la separación del vehículo y allí se encarga del preámbulo.Sabe que, si su mujer llega así de alterada al departamento del muchacho, será el peor error que cometa.Esa noche Robert se lleva varias mordidas, pero para él valen la pena si con eso logra hacer gritar a su mujer su nombre en medio del orgasmo y lograr que se relaje de una vez.Por la mañana, los dos se levantan más tranquilos, s
Violet se mira al espejo, se alisa el vestido y luego posa sus manos en su vientre con una sonrisa.—¿En verdad no le has dicho a Antoine? —le pregunta Caroline mientras termina de colocarle unas flores en su cabello.—No, sólo ustedes dos saben, no quiero que nadie piense que nos casamos por esto —le responde Violet.—A mí parece espectacular —le dice su madre, quien la ayuda a colocarse el velo—. Y haber sido la primera en enterarme fue muy lindo… ya quiero ver la cara de tu padre.—¡El viejo va a llorar! —se burla Caroline y las tres se ríen cómplices.—¿De qué se ríen el trío de brujas Sanders?—Oye, que no se te olvide que Hope también es Sanders ahora.—Sí… pero ella es un ángel.—Sí, cómo no —dicen las tres y vuelven a reírse.—¿Sabías que tuvo a Daryan durmiendo una semana en el sofá porque se olvidó del aniversario de noviazgo? —le dice Caroline.—¡Se lo merece por pendejo! Yo le enseñé que esas cosas no se olvidan, allá él si corre el riesgo.Las tres ruedan los ojos, Robert