Sara se mira en el espejo para comprobar que todo está perfecto. Coloca una daga en una de sus piernas y una pistola en el bolsillo falso de su vestido.
Sabe que tiene que estar preparada, su exmarido no permanecerá inmóvil cuando ella le haga pasar mal el momento.
—Llego la hora, por fin te veré de igual a igual Aarón, mi verdadera prueba está por comenzar, ¡Cuento contigo, tío! —Charlie sonríe al ver, la belleza que tiene al frente.
—Estaré a tu lado, solo que esta pelea es solo tuya, no interferiré en tu decisión. —Los dos se encuentran en un avión privado que Charlie contrató para regresar a Dinamarca.
—Gracias, tío. Me siento bien de estar de regreso, por lo que veo nada ha cambiado por aquí, aunque no tuve la oportunidad de conocerla, ya que el idiota me mantuvo prisionera.
—Bienvenida de nuevo a tu pasado, solo espero que no hagas ningún tipo de locura. En este hotel nos hospedaremos, así que disfruta de la belleza que posees, ya quiero ver la cara del idiota de Aarón.
—Únicamente quiero que él pueda percibir esta belleza. Ni siquiera te imaginas las ganas que tengo de verlo.
Charlie y Sara se encuentran en el lugar en el que experimentó los peores momentos de su vida, lo que hace que sus heridas ardieran y la ira controlara sus sentimientos. Se instala en la habitación junto con Lucia, quien ha viajado con ella para ser su asistente y maquilladora personal.
—Señora, qué vestido va a elegir.
—El dorado, el de la abertura atrás, quiero ser la mujer más atractiva de la fiesta y para eso necesitaré tu ayuda.
—Desde luego, la dejaré bellísima. Tome un baño de leche y rosas, señora, eso le relajará el cuerpo.
Sara se dirigió a la bañera, donde una tina la espera, preparada con leche, para que la piel se le hidrate. Se desnuda completamente, se mira al espejo. No puede creer lo que sus ojos ven. Su cuerpo ideal, el que jamás se imaginó tener ahora, era una realidad. Unas pequeñas cicatrices que apenas se ven, le recuerdan por todo lo que tuvo que ocurrir para verse de esta manera.
Lucia la ayuda a vestirse, Sara se acomoda su pistola y la navaja en su pierna sujeta con un estuche parecido a una liga. Lucia trabaja en su peinado y el maquillaje, se ve hermosa e irreconocible, realmente ni siquiera se reconoce. Se pone los lentes de contacto de color azul, dándole un aspecto europeo.
—¿Está usted lista, sobrina? — Charlie, toca la puerta.
—¡Lo estoy, tío!
Sara abrió la puerta, Charlie sonrió al verla bella de pie a cabeza, le tomó la mano y la besó como todo un caballero, Sara le sonrió con sinceridad por última vez, porque una vez frente a su verdugo no le dará ni siquiera una sonrisa fingida, tomó el brazo de Charlie, se despidió de Lucia, diciéndole que se durmiera temprano. Subieron a una limusina que los llevara a la gala.
Sara se dio cuenta de que sus nervios la quieren traicionar. Su corazón late con rapidez al saber que están por llegar. Pero ya no se puede hacer para atrás. Se preparó tanto para este momento, no lo echará a perder. Cada paso que da más cerca está de él. Al entrar en el salón, los presentes se dirigieron a la pareja elegante que está entrando.
De inmediato ella atrae su mirada. Aarón se siente atraído a la mujer que llama la atención de todos los hombres del sitio. Al extenderle la mano para saludarla, Sara lo ignora, y lo deja con la mano extendida, mirándola fijamente, sin bajar la mirada en ningún instante. Su mirada está llena de odio, y al verla él, no tiene ni la más mínima idea de quién es ella.
Aarón no puede quitarle la mirada de asesino, lo ha enfurecido, está furioso por su acción, nadie en su sano juicio le ha dejado con la mano extendida, y esa mujer se atrevió a humillarlo delante de su gente, que algunos por disimular desviaron sus miradas y eso no lo puede dejar pasar. La gala fue todo un éxito, Aarón fue reconocido como líder nato para la nueva organización, dio unas palabras a sus nuevos socios, de los cuales unos solo estaban ahí por sacar información, ya que la muerte de Braulio no se quedaría sin venganza.
—¡Está bien, tío! —Charlie centra su atención en Fabricio, quien evade la mirada de él.
—Desde luego, quieres algo de tomar, sobrina.
—Algo liviano, no quiero perder la cordura.
Charlie se levantó de su asiento y camino hacia la barra de bebidas. Fabricio pidió permiso para retirarse, dejando a Sara sola en la mesa. Ella sacó de su bolso de mano el celular y le mandó un mensaje a Lucia, para que se durmiera temprano.
—Por fin te dejan sola. —eso le erizo la piel, Aarón está respirando en su cuello.
—No necesito que nadie me acompañe, sé tratar con hombres de tu calaña. —escondió su nerviosismo.
—¿Crees que eres tan valiente para retarme? Ni pienses que lo que me has hecho quedará impune. ¡Maldita sea! No sabes de lo que soy capaz.
—Tan hombre eres que ahora amenazáis a las mujeres, ¡Ja! —ella usando su acento español. Aarón le cogió del brazo y simuló que iba de su voluntad, mirando a todos lados, la sacó a la fuerza del salón, llevándola a un pasillo solitario.
—¿Quién te supones que eres para hablarme así? No me conoces mujer, no tientes tu suerte. —la tiene entre su cuerpo y la pared, apretándole la quijada. Ella mira a su alrededor, nadie interviene.
Sara lo deja actuar, sabe que el hombre está a su límite, baja su mano hasta su pierna y toma su navaja especial de doble filo, después de que él termina de amenazarla, lleva la navaja hasta la vena yugular de él.
—No me amenazáis a mí, no soy tu esposa para que me sometas de esta manera. —Aarón de inmediato soltó su agarre y se alejó un poco de ella, quien no quito ni un instante la navaja de su cuello.
—¡Cálmate! No es para tanto, suelta la navaja, mujer.
—No me conocéis, no sabéis de lo que soy capaz, te aconsejo que andéis con cuidado, porque no soy de las que amenazo.
—Suelta la navaja, me puedes herir, y eso no te conviene ni a ti ni a tu tío, no seas una mujer imprudente.
—¡¡Imprudente!! Por si se te olvidó tú iniciaste. No te equivoquéis, si me buscan me encuentran, solo te advierto que no te metáis conmigo, porque no perdonaré a basuras como tú.
—Me llamas “basura” tienes una lengua muy afilada, mujer. Si querías mi atención, te puedo asegurar que la tienes toda, la próxima vez no seré tan confiado, dejándome engañar por una carita de ángel y un cuerpo de infarto.
Aarón levantó las manos en señal de paz junto con su famosa sonrisa burlesca. Sara retiró la navaja de su cuello. Ella no tenía por qué sonreírle, si con solo tenerle cerca le hervía la sangre de ira. Al verle que él se retira señalándola con su dedo en forma de arma, se acomodó su vestido y depósito.
«Lo has hecho bien Sara, nada más cálmate» se dijo así misma. Aclaro su garganta, porque hasta seca la siente, deseaba que su tío ya estuviera en la mesa.
Sara entró con elegancia al salón, cuando fue abordada por un misterioso hombre, de unos cuarenta años, buen mozo, y por lo visto muy caballeroso, con una sonrisa moja bragas, lástima que ella ya está curada para ese tipo de personajes. Venía de una relación tormentosa.
—Hola, preciosa, que raro ver una linda rosa en medio de tanta maleza, le gustaría ser mi pareja de baile para esta pieza. —Sara miro a la mesa y Aarón estaba tomando un trago sin quitarle la mirada de encima, eso le eriza la piel, era momento de enfadarlo.
—¡Será un placer, caballero! —al extenderle la mano, él se la besó, como todo un galán de cine— Creí que los caballeros se habían extinguido.
—No se crea que todavía hay algunos.
Ella se dejó guiar por aquel hombre que hasta el momento solamente cosas buenas le ha visto, pero algo que ha aprendido es no dejarse llevar por las apariencias, en ese negocio nadie es inocente y mucho menos un buen samaritano.
—Por su acento, señorita, deduzco que es española, me encanta la suavidad de su voz.
—Pues no os habéis equivocado, y que me dice de usted.
—Aburrido, soy un simple servidor suyo, turco de nacimiento, pero tengo años de vivir en estas tierras, siguiendo el negocio familiar. ¿Qué hace una linda española, en un lugar como este?
—¡Negocios, puros negocios! Muy pronto sabrá de mí.
Ella mira a Aarón a espaldas de su acompañante, su cara no se ve nada feliz, le toca el hombro y él se da la vuelta para ver de quién se trata, al verlo no manifiesta ninguna expresión, como de igual a igual poder. Ahí ella se da cuenta de que el personaje con el que baila no es cualquier hombre.
El turco mira a Aarón sin parpadear, mientras que Sara se divierte con la situación, ahora ella es una mujer que hace que los hombres babeen por ella, algo que jamás reflexiono. Sonreía de manera coqueta para ellos, quería sacar de sus casillas a su idiota exmarido. —Hola, Aarón, a que tengo el gusto de que vengas en persona a saludarme. —No estoy aquí por ti, sino por ella. —¡¡Acaso ella te pertenece!! ¿Es tu mujer? — «yo solamente los observó, esto se está volviendo interesante». Medito. —Ella está conmigo, así que con tu permiso me la llevo. —Tú y quien más, la estoy pasando rico con él. Mi querido turco en que nos quedamos. —Sara intervino, introduciendo sus manos en el antebrazo del buen bailador. El turco sonrió, en ese momento se dio cuenta de que su acompañante de baile, no era cualquier mujer. Le tomo de la cintura para seguir bailando, ella movió de manera más sensual sus caderas provocando a Aarón, quien quedo parado como un estúpido en medio de la pista. Él no tuvo de
Como toda madre, quisiera estar junto a su bebé y verlo crecer día a día, pero la venganza la ha segado por completo, solo vive para hacer pagar a Aarón por todo lo que le hizo en el pasado. Solo necesita una pequeña provocación para volarle la cabeza, aunque ahora que es líder de la mafia, le será imposible hacerlo, pero él no huirá de su ira, esta vez se enfrentará a su peor pesadilla. *Al día siguiente* —¿Me podrías encontrar un conjunto que sea blusa y pantalón? Solo llevaré mi arma pequeña. ¿Me guardas la navaja? Después de lo de aquel día no creo que se atreva a algo conmigo. —Tenga mucho cuidado, aunque sepa defenderse, recuerde que es mujer, y las fuerzas de un hombre lo superan. Le recomiendo que nunca permanezca sola con ese tipo. —No te preocupes, voy a cuidarme. Después de que se vistió, Lucia le hizo una coleta alta y le maquillo de forma natural. Al verse al espejo, muchos pensamientos cruzaron por su mente. Uno de ellos es volverlo loco con el juego de la seducción.
Charlie le había hablado de la amazona, sin embargo, le oculto que era su propia sobrina, Aarón sentía que esa mujer era como un carbón encendido en su trasero. No la soporto en la fiesta, mucho menos teniéndola a su lado en todo momento, a menos que le diera lección que la sometiera.—¡Tu nueva socia! —Sara lo analiza, su cerebro trabaja rápidamente.—Deja de pendejadas, sé que me conoces de antes, ¿acaso me has investigado? —ella se burla.—Tan importante te consideras, no te equivoques, mi tiempo es oro para perderlo en cosas de poco interés. —ella sabe darle donde más le duele. Su ego.Aarón tenía ganas de írsele encima, esa mujer necesita una buena lección, dijo entre sí, sabe que ella está armada, la mujer es peligrosa, pero la tentación es más fuerte, él se dirige a la barra y sirve dos copas, en una de las copas, hecho un polvo sin que ella lo notara.Sara siempre va a un paso delante de él. Sabe que él planea algo, así que no baja la guardia en ningún momento, al verlo venir c
Charlie no podía imaginarse como fue que ella terminó en la clínica, se imaginaba el peor de los escenarios, maquinaba que si Aarón la lastimó de nuevo no se lo perdonaría. —Aquí es. —dijo Fabricio al estar cerca del hospital privado. —¡Vamos a ver qué barbaridad hizo tu hermano! Entraron al hospital buscando información en recepción, le indicaron que esperaran en la sala de espera hasta recibir información por el médico que la atiende, en eso Aarón los vio y se les unió. —¿Qué demonios, pasó? —indaga Charlie, molesto. —Tu sobrina tuvo una convulsión. —¿Por qué? —Charlie está a punto de irse a los golpes. —Por culpa de una droga. —Qué carajos estás diciendo, ella no es ninguna drogadicta. —Le di ketamina. —se rasca la cabeza. —Pedazo de basura, como te atreviste. —Fabricio lo retiene para que no golpee a su hermano. —Ella me retó, es una malcriada, crees que me voy a dejar insultar por una mujer y que no reciba su merecido. —Imbécil. —Charlie le dio un izquierdazo que aven
Al llegar al club exclusivo, Charlie se sentó en la barra y pidió un trago, mientras degustaba su vino mirando fijamente el cristal de la copa, él no se sacaba de la cabeza a Fabricio, toma de un sorbo el contenido de la copa, cuando alguien se le sienta a la par. —Me costó dar contigo. —Charlie queda helado al oír esa voz, era tan familiar. —¿Qué quieres? —A ti. —¡Lárgate! Antes de que mis hombres te den un tiro en la cabeza. —Dame una oportunidad de explicarte. Te juro que si me escuchas… —¡¡Explicar qué!! Que te desapareciste con casi todo mi dinero, estás loca con presentarte ante mí. —No tuve opción. —Charlie golpea la barra llamando la atención de los que los rodean, mira a todos lados, tira el dinero sobre la barra y se marcha, la mujer que se ha presentado ante él es nada más que su amante por cinco años. Quien un día sin decir nada tomo su dinero de la caja fuerte, quien ella le robó la clave y se marchó desapareciendo. —Charlie, por favor, escúchame, solo eso te pido,
Aarón está ansioso para verle la cara de la amazona, para él esa mujer es todo un enigma, no la investiga porque es familia de Charlie y por código no es bueno meterse a problemas con la familia de algún socio, pero esa mujer saca lo peor de él. La ve a través de las cámaras de seguridad que está entrando en el edificio completamente sola, eso lo ve raro, pensó que Charlie le montaría todo un show reclamándole y todo eso, pero en vez de eso ella entra sola a su edificio. —Hermano, la sobrina del señor Charlie, ya llego. —Que entre, déjame a solas con ella. —Hermano, no vayas a hacer ninguna tontería. —No lo haré, solamente quiero hablar con ella. Fabricio solo hizo un ademán con la cabeza negativamente, abrió la puerta y Sara está parada del otro lado, ella le sonrió al verlo, a lo que él le devolvió el gesto, se hizo a un lado para cederle el paso. —¡Buenos, días, señorita! —Hola, Fabricio. —¿El señor Charlie no la acompaño? —Hoy no, tuvo una emergencia personal. —¿Él está
Una semana ha pasado desde que Fabricio vio por última vez a Charlie y su supuesta familia, desde ese día no se deja ver y cuando por casualidad se encuentran, él solamente lo saluda con respeto sin darle oportunidad de hablar a solas, quiere olvidarse de todo y tratarlo como un socio más de su hermano. Aarón se ha portado cordial con Sara, ahora que ella se está metiendo en lleno al negocio es más participativa, y al parecer las opiniones de ella tienen peso entre los demás, lo único que no le gusta es el acercamiento del alemán hacia ella. —Me enoja ver a ese alemán que parece perro detrás de ella. —¿De quiénes hablas, hermano? —Fabricio está con Aarón en la oficina, Charlie y Sara se acaban de ir. —De la amazona. —Ah, Christine, desde cuando tú la tratas como si fuera una desconocida y porque te interesa su relación, es una mujer atractiva, tiene derecho a dejarse cortejar. —Esa mujer me tiene intrigado, hay algo en ella que me es familiar, no sé qué, pero juro que lo voy a av
De inmediato él obedeció sin decir nada, Fabricio bajo las escaleras y se asomó por uno de los ventanales, Sara se mantuvo en el segundo piso, resguardada por Paolo. —¿Qué está pasando? —Paolo se comunica vía comunicadores. —Nos están disparando de diferentes direcciones, aún no sabemos quién. —Sara escuchó, no puede ser Aarón pensó. —Son los hombres de Albert, no supuse que la atacaría tan pronto, la vio vulnerable. —Fabricio subió hasta donde está ella, de inmediato le envió un mensaje a Aarón, mientras que Sara le notificó a su tío— Esta casa tiene alguna salida trasera. —Si la hay. —Paolo de inmediato les mostró el camino— Les haré tiempo para que se alejen, trataré de resistir hasta que vengan los refuerzos. —¡¡No, tú vienes conmigo!! —Señora, el joven Fabricio la ayudará, si nos vamos todos nos alcanzarán más rápido, mientras que si ellos creen que aún estamos en la casa los retrasaré un poco y eso les dará ventaja, joven Fabricio proteja a la señora. —No te preocupes, con