Aarón está ansioso para verle la cara de la amazona, para él esa mujer es todo un enigma, no la investiga porque es familia de Charlie y por código no es bueno meterse a problemas con la familia de algún socio, pero esa mujer saca lo peor de él. La ve a través de las cámaras de seguridad que está entrando en el edificio completamente sola, eso lo ve raro, pensó que Charlie le montaría todo un show reclamándole y todo eso, pero en vez de eso ella entra sola a su edificio. —Hermano, la sobrina del señor Charlie, ya llego. —Que entre, déjame a solas con ella. —Hermano, no vayas a hacer ninguna tontería. —No lo haré, solamente quiero hablar con ella. Fabricio solo hizo un ademán con la cabeza negativamente, abrió la puerta y Sara está parada del otro lado, ella le sonrió al verlo, a lo que él le devolvió el gesto, se hizo a un lado para cederle el paso. —¡Buenos, días, señorita! —Hola, Fabricio. —¿El señor Charlie no la acompaño? —Hoy no, tuvo una emergencia personal. —¿Él está
Una semana ha pasado desde que Fabricio vio por última vez a Charlie y su supuesta familia, desde ese día no se deja ver y cuando por casualidad se encuentran, él solamente lo saluda con respeto sin darle oportunidad de hablar a solas, quiere olvidarse de todo y tratarlo como un socio más de su hermano. Aarón se ha portado cordial con Sara, ahora que ella se está metiendo en lleno al negocio es más participativa, y al parecer las opiniones de ella tienen peso entre los demás, lo único que no le gusta es el acercamiento del alemán hacia ella. —Me enoja ver a ese alemán que parece perro detrás de ella. —¿De quiénes hablas, hermano? —Fabricio está con Aarón en la oficina, Charlie y Sara se acaban de ir. —De la amazona. —Ah, Christine, desde cuando tú la tratas como si fuera una desconocida y porque te interesa su relación, es una mujer atractiva, tiene derecho a dejarse cortejar. —Esa mujer me tiene intrigado, hay algo en ella que me es familiar, no sé qué, pero juro que lo voy a av
De inmediato él obedeció sin decir nada, Fabricio bajo las escaleras y se asomó por uno de los ventanales, Sara se mantuvo en el segundo piso, resguardada por Paolo. —¿Qué está pasando? —Paolo se comunica vía comunicadores. —Nos están disparando de diferentes direcciones, aún no sabemos quién. —Sara escuchó, no puede ser Aarón pensó. —Son los hombres de Albert, no supuse que la atacaría tan pronto, la vio vulnerable. —Fabricio subió hasta donde está ella, de inmediato le envió un mensaje a Aarón, mientras que Sara le notificó a su tío— Esta casa tiene alguna salida trasera. —Si la hay. —Paolo de inmediato les mostró el camino— Les haré tiempo para que se alejen, trataré de resistir hasta que vengan los refuerzos. —¡¡No, tú vienes conmigo!! —Señora, el joven Fabricio la ayudará, si nos vamos todos nos alcanzarán más rápido, mientras que si ellos creen que aún estamos en la casa los retrasaré un poco y eso les dará ventaja, joven Fabricio proteja a la señora. —No te preocupes, con
Robert arribó a su hogar de seguridad en el área de la playa, en un monumento de rocas, cuyo trayecto es sumamente difícil de alcanzar, a pesar de que posean conocimiento de las cuevas ocultas para alcanzar una rápida y sin estar escalando entre rocas filosas. El individuo hizo que las mujeres que atienden su hogar se trasladaron a su habitación a Lucía, quien no dejó de llorar en ningún momento. Ella optó por establecer una conversación con las damas que la acompañaban, sin embargo, no tenían la habilidad de hablar su idioma. La hicieron que se quitara la camisa que llevaba, para meterla en el jacuzzi. Lucía miraba a todos lados queriendo ver algo con que defenderse, porque ese baño sabe a dónde la va a llevar. Las chicas la empiezan a enjabonar y usar fragancias relajantes. Por un momento, olvidó su situación al oler y sentir lo tibia que está el agua. —¡¡Por favor ayúdenme a salir de aquí!! —las chicas sonreían y asentaban con la cabeza— ¿No me entienden? —No entendemos lo que e
Sara y Aarón llegan a la mansión, ella se baja apresuradamente. Era una tortura venir junto a él y no golpearlo. Su mirada lascivia la molestaba, pero lo que más le preocupa es la situación de Fabricio y Paolo. Casi al mismo tiempo llega el auto de Charlie, quien mostraba una expresión de inquietud. —¿Dónde están? ¿Tú estás bien? ¿Cómo fue que paso ese ataque? —Charlie revisa Sara. —¡Ella está bien, no exageres! —Aarón pasa en medio de ellos, separándolos, con un poco de molestia. —¡Tú siempre con tu mal humor! ¿Dónde está Fabricio? —Ha de estar siendo atendido por el médico, aún no sé su estado. —Él miró a Sara para que avanzara, ella solo le da una mirada asesina, no se va a doblegar con él. —Vamos tío, quiero ver a Paolo, para que me cuente qué le pasó a Lucía. Ellos entraron a la mansión, Aarón solamente volteo los ojos, y los siguió, enseguida buscaron a los heridos, uno de los trabajadores les indico la habitación de cada uno, Sara le dijo a Charlie que iría primero con Pao
Aarón se fue muy pensativo después de la reacción de la mujer, algo en ella le hizo recordar a Sara, pero se sacude la cabeza, porque ellas son muy diferentes de cuerpo y carácter, no tienen nada en común, se estaba volviendo loco de siquiera imaginárselo.—¡¡Con su permiso!! Me mando a llamar, patrón.—Ten esta llave, abre la habitación para la mujer que está con Charlie.—No comprendo, usted tiene prohibido la entrada a esa habitación, y ahora se la quiere dar a esa mujer.—Te he dado una orden, obedece.—¡¡Disculpe!! Haré lo que ordena. —la empleada salió de su despacho, dejándolo viendo hacia el ventanal, perdido en sus pensamientos.«No creo haber escuchado mal, dijo que no volvería a ser mi mujer, pero qué demonios está pasando, esa mujer hasta hace poco la conozco, y la única que reconocí como mi mujer fue a Sara».En eso escuchó pasos en el pasillo, se apresuró hacia la puerta para asomarse, sus miradas se toparon sin ni siquiera darse cuenta, él está confundido, porque esta mu
Ella subió la camioneta de mala gana, él no le dice nada, simplemente se sienta a la par de ella y da la orden para avanzar. Llevó un mapa en el que Charlie le reveló que se refugiaba Albert. Mientras el auto avanza, él examinó el terreno mirando detenidamente el mapa. —¿Conoces el terreno al que vamos?—Sí, aunque escalarlo está difícil.—¿Tenemos que escalar? ¡¡Demonios!! Nunca he escalado nada.—Te conviene quedarte en el auto. Deja esto a los hombres.—A mí no me dejas atrás, yo voy contigo.—¿De dónde sacas tanto coraje, mujer?—Si te lo dijera, eres hombre muerto. Mejor dejemos las cosas quietas.—Me intrigas mujer. —Aarón sonríe sarcásticamente—Una recomendación, no te apartes de mi lado, Albert tiene varios, francotiradores y te aseguro que no se detendrá para usarlos, mis hombres saben su forma de hacer las cosas.—No te preocupas si algo aprendí es a cuidarme sola. —él entre más cerca la tiene, más es atraído a ella, no es por su belleza, ni su cuerpo, sino algo más que lo t
Entro a la habitación, tomo su ropa y se vistió, entro al baño, tomo por sorpresa a Lucía suspendiéndola en brazos y la deposito en la cama. —Vístete, cariño, tenemos visita. —¿Qué visitas? —Creo que la amazona viene por ti. —en ese momento ella se puso a llorar— ¿Qué pasa? —Albert se sentó a la par de ella cubriéndola con la tolla. —Le he fallado a ella. Está mal lo que he hecho y sentirme bien. —¿Qué dices, mujer? —Me siento mal, ella arriesgándose por mí y yo aquí disfrutando lo que usted me ha hecho, me siento miserable… —¡Disfrutando! Me alegra escuchar eso de ti. —ella asiente con la cabeza, la vergüenza la envuelve— Me alagas, lamento que las cosas se dieran de esta manera, pero no pienso entregarte a ella, ahora eres mi mujer. Ella abrió los ojos y lo miró fijamente, no hay mentira en ellos, pero ella no se puede quedar con él, tienen una madre enferma por quien velar, además la vida que él lleva, ella no la conoce, ni siquiera lo conoce a él, son tantas interrogantes q