El turco mira a Aarón sin parpadear, mientras que Sara se divierte con la situación, ahora ella es una mujer que hace que los hombres babeen por ella, algo que jamás reflexiono. Sonreía de manera coqueta para ellos, quería sacar de sus casillas a su idiota exmarido.
—Hola, Aarón, a que tengo el gusto de que vengas en persona a saludarme.
—No estoy aquí por ti, sino por ella.
—¡¡Acaso ella te pertenece!! ¿Es tu mujer? — «yo solamente los observó, esto se está volviendo interesante». Medito.
—Ella está conmigo, así que con tu permiso me la llevo.
—Tú y quien más, la estoy pasando rico con él. Mi querido turco en que nos quedamos. —Sara intervino, introduciendo sus manos en el antebrazo del buen bailador.
El turco sonrió, en ese momento se dio cuenta de que su acompañante de baile, no era cualquier mujer. Le tomo de la cintura para seguir bailando, ella movió de manera más sensual sus caderas provocando a Aarón, quien quedo parado como un estúpido en medio de la pista. Él no tuvo de otra que regresar a su mesa, ya la fiesta no le parecía tan grata, se sirvió una copa y se la bebió de un sorbo, sin quitarle la mirada de encima a ella.
Entretanto, Charlie nunca llegó a la barra de bebidas, al ver que Fabricio, que paso cerca de él, lo siguió, dirigiéndose a un pasillo y caminando hasta el fondo, entro a una habitación, dejando la puerta media abierta, se quitó el saco y se enrolló la camisa hasta los codos. Se sentó a esperar a su presa.
—¡Me extrañaste! —expreso Charlie, entrando a la habitación a oscuras, iluminados por el resplandor de la luna, cuando sintió los pasos del joven.
—¿Eso mismo me pregunto? —Fabricio cerró la puerta y se acercó a él.
—No piensas contestarme, pues te confesaré que yo sí te extrañe mucho.
El corazón del joven se aceleró al escucharle decir eso, sentía cómo la piel se le eriza cuando unos brazos lo rodean por detrás, cierra sus ojos para calmar a su corazón, pero le es imposible, un silencio los rodea a ambos, la respiración se les acelera. Sienten sus cuerpos calientes, y un sentimiento extraño se les aloja en su interior.
—Me atraes mucho, jovencito. —le susurra al oído.
—¿Cómo es eso posible? —Fabricio no hacía ningún movimiento por soltarse del agarre de él.
—No lo sé, y tú que sientes cuando hago esto.
La mano de Charlie se dirigió a los botones y desabotona dos botones de la camisa de él, adentrando su mano hasta llegar a su pecho izquierdo, acariciándolo, mientras lleva el lóbulo de su oreja a su boca, haciendo gimotear al joven, eso le provoco una sonrisa lobuna.
—¡¡No sigas!! —logra decir Fabricio a murmullo, en medio de muchas sensaciones que su cuerpo está experimentando por primera vez.
—¿Quieres realmente que pare? Tu cuerpo me dice lo contrario.
—Estoy confundido, esto no puede ser, no comprendo este sentir. —Fabricio, como pudo, se suelta de él y corrió fuera de la habitación, dejando a Charlie muy necesitado, pero con una gran sonrisa de satisfacción, sus dudas fueron despejadas, el joven es receptivo a sus caricias.
Mientras que, en el salón, Aarón está que no para de beber, copa tras copa, su mirada está en ella, la mujer que lo ha desafiado. Nunca pensó que en su m*****a vida se toparía con una mujer como esa, fue ahí donde recordó lo sumisa que era Sara, que hacía lo que él quería y a la hora que se lo pedía, ahora más que nunca desea encontrarla.
—¿En qué reflexionas, hermano?
—¿En dónde estabas? —Aarón, de mal humor, y lo descarga contra su hermano, que viene más rojo que la sangre.
—¡¡Qué mosca te pico, porque tan amargado!! —se empinó una copa de vino, Fabricio, disimulando un poco el calor que aún siente en el cuerpo.
—Y tú porque tan colorado, acaso paso algo inusual.
—¡Que me va a pasar! Nada me ha pasado, solamente me quiero ir, no me siento bien, creo que se me subió la bebida.
—Considero lo mismo, ya el ambiente se puso pesado. Ve y trae a la sobrina de Charlie.
—¿Por qué yo? ¡Ve tú si quieres, ni conozco a la chica!
—¡¡Porque te lo estoy ordenando!! ¿Dónde demonios se metió Charlie?
—¡Iré por ella, no hagas escándalo! —el joven se levantó al estilo resorte, el humor de su hermano está de los mil demonios.
Al llegar hasta donde Sara baila con el turco quien no ha dejado de reír al igual que ella de las anécdotas que él le cuenta, situaciones incómodas por cosas de la vida que le han pasado.
—Disculpen —el joven apenado los interrumpe, aclarándose la garganta— Señorita, me podría acompañar. —Sara miro que era Fabricio, al verlo ella se alegró, se dio la vuelta de inmediato.
—Hola. —recordó que Fabricio tampoco la reconoce, por una parte, es bueno— Hasta aquí llegamos, señor turco. Hasta la próxima.
—Fue un verdadero placer, bella española, le aseguro que habrá otra próxima vez.
Sara le extendió la mano a Fabricio para dirigirse a la mesa, solo de ver a su verdugo sentado con su cara de pocos amigos, su estómago le duele, en ese momento hace su aparición su tío, quien les sale al encuentro.
—Nos vamos, sobrina. —su mirada directa a Fabricio.
—Desde luego, tío, fue un placer jovencito. —dándole un beso en la mejilla a Fabricio, Charlie sonrió ante la acción de su sobrina.
Él le dio la mano a al joven para despedirse, acerco su boca a su oído —Quieres uno mío. —eso hizo que el joven reaccionara nervioso, y se alejara de él. Sara sonrió al ver lo que está pasando frente a sus ojos.
Sara tomó del brazo a su tío porque tiene muy nervioso al pobre joven, no podía creerlo, compadecía al joven en caer en las manos de su tío.
—Nosotros nos marchamos, Aarón, la velada fue muy interesante. —Charlie se despidió, mientras que Sara miraba con indiferencia a su cruel ex marido, mientras que él deseaba domarla y hacerla gemir debajo de su cuerpo.
—Es mejor que se vayan, tu sobrina no mide consecuencias, ni te imaginas con quien coqueteaba.
—¡¡Que le interesa a quien le coqueteo!! No es de su incumbencia, ¡Vámonos tío, el aire se está volviendo pesado!
—Mañana llego a tu casa, tenemos asuntos que tratar, Vete tú también con Fabricio, estás muy alcoholizado, no te ves muy bien que digamos.
—Agradécele a tu querida sobrina, te espero, mañana.
Sin más, Charlie y Sara abandonaron la fiesta, a ella le faltaba el aire, deseaba salir volando de ese lugar, ahora más que nunca está decidida a demostrarle a su ex pareja que no le teme. Aún no se la cree que se le reveló, y no se dejó de él
—¿Te sientes bien? —Charlie indago al ver a su sobrina callada.
—Estoy mejor que nunca, el desgraciado no me reconoció. No sé si alegrarme o enojarme. Solo quiero que sufra en carne propia todo lo que me hizo. Podrás creer que el imbécil me insulto. Ni te imagina la satisfacción que me dio cuando no me humille. Al contrario, le enseñé que no soy tan indefensa como antes. Su pesadilla apenas comienza.
—Ten cuidado, Aarón es inestable, es un hombre violento y su ánimo cambia como las estaciones del año, nunca sabes con qué te vas a topar, ¡Mañana me acompañarás a su casa!
—Eso es un hecho, ni te imaginas, tengo mi adrenalina al cien.
—No sé qué pensar de todo esto, únicamente ten cuidado, no puedo estar siempre contigo.
—Lo tendré. Ahora cuénteme ¿Qué hay con ese joven?
—¿Cuál joven? —Charlie quiso evadir la curiosidad de ella.
—No tienes mal gusto. Solamente eso diré.
—El chico es adorable y me atrae. —solo necesitaba una pequeña ayuda para que sus sentimientos hacia él se volvieran más fuertes.
—¡Caíste, sabía que te gustaba!
—Eres maldad pura sobrina, ya estoy compadeciendo a tu ex pareja.
—Contigo siempre seré un amor, ahora dime ti, siempre te han gustado los hombres.
—Digamos que soy bisexual, ¡El chico llamo mi atención!
—Comprendo, No te confíes de tu suerte, el joven es peligroso. Esa carita de ángel es su fachada.
—¡Crees que no lo sé! Ese joven es un reto para mí.
Charlie aún no está al cien por ciento seguro si el joven responderá a sus sentimientos, tampoco quiere acabar con un tiro entre sus ojos, sin embargo, se ha dejado besar y tocar por él, todo eso lo meditaba en su cabeza, buscará la forma de pasar más tiempo junto al joven.
Al llegar al hotel Sara busco el celular especial con el que llama a casa, uno que su tío le dio para que nadie rastree sus llamadas, ese celular es especial porque es solo para llamar a su nana y saber de su hijo, estar lejos de él la entristece, está acostumbrada a estar pendiente de su hijo en todo momento.
Como toda madre, quisiera estar junto a su bebé y verlo crecer día a día, pero la venganza la ha segado por completo, solo vive para hacer pagar a Aarón por todo lo que le hizo en el pasado. Solo necesita una pequeña provocación para volarle la cabeza, aunque ahora que es líder de la mafia, le será imposible hacerlo, pero él no huirá de su ira, esta vez se enfrentará a su peor pesadilla. *Al día siguiente* —¿Me podrías encontrar un conjunto que sea blusa y pantalón? Solo llevaré mi arma pequeña. ¿Me guardas la navaja? Después de lo de aquel día no creo que se atreva a algo conmigo. —Tenga mucho cuidado, aunque sepa defenderse, recuerde que es mujer, y las fuerzas de un hombre lo superan. Le recomiendo que nunca permanezca sola con ese tipo. —No te preocupes, voy a cuidarme. Después de que se vistió, Lucia le hizo una coleta alta y le maquillo de forma natural. Al verse al espejo, muchos pensamientos cruzaron por su mente. Uno de ellos es volverlo loco con el juego de la seducción.
Charlie le había hablado de la amazona, sin embargo, le oculto que era su propia sobrina, Aarón sentía que esa mujer era como un carbón encendido en su trasero. No la soporto en la fiesta, mucho menos teniéndola a su lado en todo momento, a menos que le diera lección que la sometiera.—¡Tu nueva socia! —Sara lo analiza, su cerebro trabaja rápidamente.—Deja de pendejadas, sé que me conoces de antes, ¿acaso me has investigado? —ella se burla.—Tan importante te consideras, no te equivoques, mi tiempo es oro para perderlo en cosas de poco interés. —ella sabe darle donde más le duele. Su ego.Aarón tenía ganas de írsele encima, esa mujer necesita una buena lección, dijo entre sí, sabe que ella está armada, la mujer es peligrosa, pero la tentación es más fuerte, él se dirige a la barra y sirve dos copas, en una de las copas, hecho un polvo sin que ella lo notara.Sara siempre va a un paso delante de él. Sabe que él planea algo, así que no baja la guardia en ningún momento, al verlo venir c
Charlie no podía imaginarse como fue que ella terminó en la clínica, se imaginaba el peor de los escenarios, maquinaba que si Aarón la lastimó de nuevo no se lo perdonaría. —Aquí es. —dijo Fabricio al estar cerca del hospital privado. —¡Vamos a ver qué barbaridad hizo tu hermano! Entraron al hospital buscando información en recepción, le indicaron que esperaran en la sala de espera hasta recibir información por el médico que la atiende, en eso Aarón los vio y se les unió. —¿Qué demonios, pasó? —indaga Charlie, molesto. —Tu sobrina tuvo una convulsión. —¿Por qué? —Charlie está a punto de irse a los golpes. —Por culpa de una droga. —Qué carajos estás diciendo, ella no es ninguna drogadicta. —Le di ketamina. —se rasca la cabeza. —Pedazo de basura, como te atreviste. —Fabricio lo retiene para que no golpee a su hermano. —Ella me retó, es una malcriada, crees que me voy a dejar insultar por una mujer y que no reciba su merecido. —Imbécil. —Charlie le dio un izquierdazo que aven
Al llegar al club exclusivo, Charlie se sentó en la barra y pidió un trago, mientras degustaba su vino mirando fijamente el cristal de la copa, él no se sacaba de la cabeza a Fabricio, toma de un sorbo el contenido de la copa, cuando alguien se le sienta a la par. —Me costó dar contigo. —Charlie queda helado al oír esa voz, era tan familiar. —¿Qué quieres? —A ti. —¡Lárgate! Antes de que mis hombres te den un tiro en la cabeza. —Dame una oportunidad de explicarte. Te juro que si me escuchas… —¡¡Explicar qué!! Que te desapareciste con casi todo mi dinero, estás loca con presentarte ante mí. —No tuve opción. —Charlie golpea la barra llamando la atención de los que los rodean, mira a todos lados, tira el dinero sobre la barra y se marcha, la mujer que se ha presentado ante él es nada más que su amante por cinco años. Quien un día sin decir nada tomo su dinero de la caja fuerte, quien ella le robó la clave y se marchó desapareciendo. —Charlie, por favor, escúchame, solo eso te pido,
Aarón está ansioso para verle la cara de la amazona, para él esa mujer es todo un enigma, no la investiga porque es familia de Charlie y por código no es bueno meterse a problemas con la familia de algún socio, pero esa mujer saca lo peor de él. La ve a través de las cámaras de seguridad que está entrando en el edificio completamente sola, eso lo ve raro, pensó que Charlie le montaría todo un show reclamándole y todo eso, pero en vez de eso ella entra sola a su edificio. —Hermano, la sobrina del señor Charlie, ya llego. —Que entre, déjame a solas con ella. —Hermano, no vayas a hacer ninguna tontería. —No lo haré, solamente quiero hablar con ella. Fabricio solo hizo un ademán con la cabeza negativamente, abrió la puerta y Sara está parada del otro lado, ella le sonrió al verlo, a lo que él le devolvió el gesto, se hizo a un lado para cederle el paso. —¡Buenos, días, señorita! —Hola, Fabricio. —¿El señor Charlie no la acompaño? —Hoy no, tuvo una emergencia personal. —¿Él está
Una semana ha pasado desde que Fabricio vio por última vez a Charlie y su supuesta familia, desde ese día no se deja ver y cuando por casualidad se encuentran, él solamente lo saluda con respeto sin darle oportunidad de hablar a solas, quiere olvidarse de todo y tratarlo como un socio más de su hermano. Aarón se ha portado cordial con Sara, ahora que ella se está metiendo en lleno al negocio es más participativa, y al parecer las opiniones de ella tienen peso entre los demás, lo único que no le gusta es el acercamiento del alemán hacia ella. —Me enoja ver a ese alemán que parece perro detrás de ella. —¿De quiénes hablas, hermano? —Fabricio está con Aarón en la oficina, Charlie y Sara se acaban de ir. —De la amazona. —Ah, Christine, desde cuando tú la tratas como si fuera una desconocida y porque te interesa su relación, es una mujer atractiva, tiene derecho a dejarse cortejar. —Esa mujer me tiene intrigado, hay algo en ella que me es familiar, no sé qué, pero juro que lo voy a av
De inmediato él obedeció sin decir nada, Fabricio bajo las escaleras y se asomó por uno de los ventanales, Sara se mantuvo en el segundo piso, resguardada por Paolo. —¿Qué está pasando? —Paolo se comunica vía comunicadores. —Nos están disparando de diferentes direcciones, aún no sabemos quién. —Sara escuchó, no puede ser Aarón pensó. —Son los hombres de Albert, no supuse que la atacaría tan pronto, la vio vulnerable. —Fabricio subió hasta donde está ella, de inmediato le envió un mensaje a Aarón, mientras que Sara le notificó a su tío— Esta casa tiene alguna salida trasera. —Si la hay. —Paolo de inmediato les mostró el camino— Les haré tiempo para que se alejen, trataré de resistir hasta que vengan los refuerzos. —¡¡No, tú vienes conmigo!! —Señora, el joven Fabricio la ayudará, si nos vamos todos nos alcanzarán más rápido, mientras que si ellos creen que aún estamos en la casa los retrasaré un poco y eso les dará ventaja, joven Fabricio proteja a la señora. —No te preocupes, con
Robert arribó a su hogar de seguridad en el área de la playa, en un monumento de rocas, cuyo trayecto es sumamente difícil de alcanzar, a pesar de que posean conocimiento de las cuevas ocultas para alcanzar una rápida y sin estar escalando entre rocas filosas. El individuo hizo que las mujeres que atienden su hogar se trasladaron a su habitación a Lucía, quien no dejó de llorar en ningún momento. Ella optó por establecer una conversación con las damas que la acompañaban, sin embargo, no tenían la habilidad de hablar su idioma. La hicieron que se quitara la camisa que llevaba, para meterla en el jacuzzi. Lucía miraba a todos lados queriendo ver algo con que defenderse, porque ese baño sabe a dónde la va a llevar. Las chicas la empiezan a enjabonar y usar fragancias relajantes. Por un momento, olvidó su situación al oler y sentir lo tibia que está el agua. —¡¡Por favor ayúdenme a salir de aquí!! —las chicas sonreían y asentaban con la cabeza— ¿No me entienden? —No entendemos lo que e