¡DROGADA!

Charlie le había hablado de la amazona, sin embargo, le oculto que era su propia sobrina, Aarón sentía que esa mujer era como un carbón encendido en su trasero. No la soporto en la fiesta, mucho menos teniéndola a su lado en todo momento, a menos que le diera lección que la sometiera.

—¡Tu nueva socia! —Sara lo analiza, su cerebro trabaja rápidamente.

—Deja de pendejadas, sé que me conoces de antes, ¿acaso me has investigado? —ella se burla.

—Tan importante te consideras, no te equivoques, mi tiempo es oro para perderlo en cosas de poco interés. —ella sabe darle donde más le duele. Su ego.

Aarón tenía ganas de írsele encima, esa mujer necesita una buena lección, dijo entre sí, sabe que ella está armada, la mujer es peligrosa, pero la tentación es más fuerte, él se dirige a la barra y sirve dos copas, en una de las copas, hecho un polvo sin que ella lo notara.

Sara siempre va a un paso delante de él. Sabe que él planea algo, así que no baja la guardia en ningún momento, al verlo venir con ambas copas, lo observa, él le extiende una, pero ella decide tomar la otra, no es tonta.

—Salud. —Aarón le choca la copa, con una sonrisa malévola— Por la nueva socia.

—Gracias. —Sara, lo observa, esperando que él la beba primero.

Él se empinó de un solo sorbo, la bebió, talvez es paranoia de ella, pero no se puede confiar de nadie y menos de él, al ver que se tomó toda la copa que él le estaba ofreciendo a ella. Significa que no le puso nada, así que ella le dio un sorbo pequeño a la bebida y la puso en la mesa.

—Entonces, eres española de nacimiento o te mudaste después.

—No hablo de mi vida privada, si no hay nada más que decir, me marcharé. —ella se levanta, al dar dos pasos se sintió mareada, maldijo en sus adentros cuando se dio cuenta de lo que le pasaba, siente que el piso se le mueve y no enfoca muy bien las cosas—¿Que me diste?

—¿Que le pasa, señorita amazona, acaso se siente mal?

—Eres un gilipollas, poco hombre.

—Con mujeres como tú, no hay otra manera.

Ella avanza queriendo llegar a la puerta y gritarle a Paolo, pero no pudo dar un paso más, está a punto de caer cuando sintió que la sujetaron, su cuerpo se siente tan liviano, quiere volver a emprender el camino, pero no puede dar un paso más, le cuesta articular, palabras.

—Así te quería tener, mansa y dispuesta a todo, completamente a mi disposición, me estás hartando desde el primer momento que te vi, y ni te imaginas las ganas que te tengo, nadie en su sano juicio me ha retado como lo has hecho tú.

—Te voy a… matar si me tocas. —amenazo con una voz poco audible.

Aarón reía mientras la carga caminando hacia una puerta trasera que tiene en la oficina, la lleva en sus brazos, ella ha perdido el conocimiento, él tiene una habitación escondida detrás de la oficina, la deposita en la cama, se ríe al verla tan indefensa.

—Eres tan hermosa, pero irritante, te gusta hacerme enfadar y con eso has desatado la bestia que hay en mí.

Le quito los zapatos y la coloco bien en la cama, busco unas esposas, y le ubico una en cada mano, esposándola de cada extremo de la cabecera de la cama, acaricia su cabello y le quita la coleta, dejando su cabello suelto, con su mano aprieta sus mejillas para hacerle resaltar su boca la cual le besa.

«No se siente lo mismo, dejaré que despiertes para que nos divirtamos un rato, ya veremos si eres tan fría como presumes, no sabes el demonio que has desatado»

Entretanto, Charlie va detrás de Fabricio rumbo al lugar donde está el cargamento, al subirse al auto del joven, nota que no le da el rostro, sonríe por lo que piensa hacer.

—¡Es lejos a donde vamos!

—No, es cerca de aquí. —Fabricio no podía ni siquiera hablar decentemente con él.

Charlie posó su mano en la pierna de él, quien acelera al sentir su mano invasora que le acaricia la pierna, él de a poco sube la mano, llegando hasta la entrepierna y dejando su mano ahí, noto que Fabricio no hacía nada para detenerlo, eso le da luz verde.

—¡Me gusta!

—¿Cómo es eso posible?

—¿Quieres probar? —el joven guardo silencio— Te llevaré al cielo si es posible, solamente dime que quieres. — asintió con la cabeza afirmativamente— Detén el auto, conduciré yo.

Fabricio se detuvo y se bajó del auto cambiando de asientos, Charlie tomo el timón y condujo a un lugar donde nadie los molestará. Esta oportunidad no la va a desperdiciar, sabe que Sara se sabe proteger sola, además está confiado en que dejo gente cuidándola, esperando una orden de ella.

Aarón, complacido con el giro que ha tomado la situación, salió de la habitación dejando inconsciente a Sara, sobre la cama, su mente retorcida está maquinando las infinidades de forma que la puede hacer pagar sus impertinencias y su rebeldía, según él es una pequeña lección la que le quiere dar para causarle temor. Sale sonriendo en busca de una cuerda que tiene en su escritorio, las ideas que se le vienen a la cabeza son retorcidas, cuando encuentra la cuerda sonríe de forma burlesca, con pasos firme camina hacia la habitación, al entrar mira a la mujer convulsionando y con espuma blanca en su boca. Suelta la cuerda dejándola caer al suelo, y se le acerca a ella.

—¿Mujer, que tienes? —la sacude para que reacciones, pero el cuerpo de ella tiembla sin control y la espuma sale con mayor frecuencia, Aarón toma su celular y le marca a su médico— Te quiero aquí ya, deja lo que haces, es una emergencia.

Llamo a su amigo Erick, es el único en quien confía, trata de hacerla volver en sí, ella no deja de convulsionar, a los minutos llega el médico, quien al verla se asusta. De inmediato saco sus utensilios y puso mano en ella.

—¿Qué demonios le hiciste a esta mujer?

—Solo le di una droga para dormir. Eso fue todo.

—¿Estás loco? Está teniendo una mala reacción a eso, la mujer ha de estar medicada.

—¿Por qué dices eso? —Aarón camina de un lado a otro nervioso.

—Por la forma en que ha convulsionado, tenemos que llevarla al hospital. No puedo atenderla aquí.

—¿Por qué no la puedes atender aquí?

—Aarón, no es un juego, esta mujer está a punto de morir, hay que hacerle muchas intervenciones para salvarla.

—¡Está bien! ¡Está bien! —Aarón le tomo en brazos, ella es liviana, salieron, por un lado, donde no alertara a la gente de Charlie. La subió a su camioneta, le dijo al chofer que lo llevara al hospital donde trabaja Erick, el doctor se fue en su auto detrás de ellos.

Al llegar al hospital él mismo la baja en brazos y la coloco en la camilla, el doctor rápido le dijo a la enfermera que era una sobre dosis y que prepararan todo. Aarón toma de inmediato el celular. Es algo que no puede ocultar, ella puede morir por su culpa, eso sería una guerra.

—¡Halo!

—Fabricio, dile a Charlie que su sobrina está en el hospital, dejen lo que estén haciendo, ya te envió la dirección.

Fabricio y Charlie están a punto de entrar a un resort, cuando él recibió la llamada de su hermano, de inmediato le dijo a Charlie lo que pasaba, Maldijo en sus adentros por haberle arruinado el momento, pero su sobrina lo necesita.

—Llévame a ese hospital, juro que, si el maldito de tu hermano tiene que ver en eso, lo mato.

—¡Cálmese, primero hay que ver que paso!

—No es la primera vez que ese estúpido le hace daño a ella, solamente que ahora la situación es diferente, ella no está sola.

—¿Aarón, la conocía de antes? —Charlie se quedó mudo, había hablado de más por el enojo.

—Él está acostumbrado a maltratar las mujeres, solo que esta vez esta mujer no está sola, es un decir, jovencito. —van rumbo al hospital, Fabricio conduce hacia la dirección que le envió su hermano.

—En eso tiene razón, hace tiempo conocí una chica muy amable, pero como siempre mi hermano lo tiro todo a la basura con su forma de ser, ojalá la chica este bien, si es que no está muerta, mi hermano la ha querido encontrar, creo que le importa mucho. Ella se llamaba Sara.

—¿Tú la conociste?

—Si, lamentablemente, también era prisionero de mi hermano en ese entonces, ella me cuidó mucho, siempre le mire moretes en su cuerpo, la chica sufría al lado de él, mi hermano tiene graves problemas psicológicos, no soy quién para juzgarlo.

—Tú también sufriste como él. —Fabricio de inmediato lo miro, como si fuera un libro abierto, Charlie supuso que sí— No tienes por qué temer, pero sé que todavía no me tienes confianza, espero que algún día sepa a lo que le temes.

—Es algo personal, ni es de su incumbencia.

—De ahora en adelante todo lo que te pase es de mi incumbencia, a mí me puedes decir lo que sea, no hoy, ni mañana, sino cuando me tengas confianza, yo te quiero ayudar Fabricio, quiero ser tu apoyo. —el joven afirmo con su cabeza, esas palabras traspasaron su interior y llegaron a su corazón, tanto que no se dio cuenta de que las lágrimas caían por sus mejillas, fue ahí donde Charlie comprendió que estos hermanos tienen un gran secreto que los atormenta— Detén el auto.

Fabricio de inmediato detuvo el auto, realmente su vista se ha nublado, Charlie lo atrajo hacia él y lo abrazo. —Me importas mucho, muchacho. —Fabricio sintió la sinceridad de las palabras de él.

—Estoy roto por dentro, al igual que mi hermano, aunque buscamos sanar de diferentes maneras, es difícil.

—Tranquilo, no estás solo, déjame ser parte de tu sanación.

—¿No comprendo por qué usted actúa de esta forma?

—Ya te lo dije, me gustas mucho.

—Yo… —Fabricio se detuvo, no siente la confianza aun de decirle que él también se siente atraído hacia él— Mejor terminemos de llegar al hospital.

—Está bien, pero yo conduciré, tú únicamente, guíame.

Charlie ahora estaba más interesado en el joven, no la embarraría con él, irá despacio hasta conocer porque este joven se siente roto, eso lo tortura por dentro, porque desea que él se abra en sus sentimientos, sin embargo, será paciente con él.

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