Haidar se levantó temprano esa mañana, dejando a Brenda durmiendo plácidamente en la cama. Tenía asuntos que atender, y no podía quedarse mucho tiempo. Con cuidado, salió de la habitación, se dio una ducha rápida, se vistió y salió del apartamento sin hacer ruido.Había citado a Tyler en una cafetería cercana. Cuando llegó, vio al rubio esperándolo en una de las mesas más alejadas, lo suficientemente discreta como para evitar oídos indiscretos. Tyler le hizo un gesto con la mano para indicarle dónde estaba, y Haidar se acercó con su habitual caminar seguro.—Señor Abdelaziz —saludó Tyler, poniéndose de pie por cortesía.—Tyler —expresó Haidar con seriedad, sin molestarse en devolver el gesto. Su tono era frío y cortante, y su mirada intensa no se apartaba del rubio.Tyler volvió a sentarse, algo nervioso la actitud del árabe. Haidar tomó asiento frente a él, pero no dejó de mirarlo fijamente, como si intentara atravesarlo con la mirada. Tyler, por su parte, parecía cada vez más intimi
Brenda subió al auto cuando su esposo se lo indicó, asegurándose de colocarse el cinturón de seguridad antes de que se pusieran en marcha. Durante el trayecto, notó el silencio profundo que Haidar mantenía. No era común que él estuviera tan callado, y eso despertó su curiosidad. Parecía que algo le estaba afectando, pero no quería arruinar el día con preguntas innecesarias. Quizá todo era un invento de su cabeza.Al final decidió hablar. —Estoy muy emocionada por este día. Comprar cosas de bebé… nunca creí que podría ser tan emocionante —admitió con una sonrisa cálida.Haidar la miró de soslayo, una ligera sonrisa apareció en sus labios.—Tampoco creí que terminaría involucrándome en algo como esto. De haber sido de otra forma, probablemente habría encargado a alguien más que se ocupara de estas cosas. Pero… sin duda, no hay nada mejor que hacerlo nosotros mismos.—Es lo bonito de todo esto —contestó Brenda, animada—. Podremos escoger ropa para ambos sexos: para nuestras niñas y nues
Tyler llegó a su departamento y cerró la puerta con un golpe seco. Apoyó su espalda contra la madera y exhaló profundamente, como si necesitara liberar todo el peso que sentía sobre sus hombros. Se pasó una mano por el cabello, despeinándolo aún más, y soltó un resoplido al darse cuenta de lo que había hecho. Había perdido todo. Sabía, desde el principio, que involucrarse con Marlene y brindarle la información que ella quería solo traería consecuencias negativas. Pero aun así, lo hizo, pensando únicamente en el bienestar de su hermana. La decisión se había basado en protegerla de cualquier daño, especialmente del que sabía que Marlene era capaz.Se dejó caer en el sofá con un cansancio que no era físico, sino mental. Cerró los ojos y dejó que su mente lo arrastrara al pasado, a los momentos en los que había conocido a Marlene. La relación entre ellos había comenzado muchos años atrás, cuando compartieron clases en la universidad. Por un tiempo, incluso llegaron a tener una amistad, au
Aquel día, Madelaine finalmente se había mudado con Jamal. La emoción que sentía era palpable, no cabía en su pecho la felicidad por comenzar una nueva etapa a su lado. Jamal terminó de llevar las últimas cajas a la habitación y se acercó a Madelaine, quien lo observaba con una enorme sonrisa en el rostro. El hombre no pudo resistirse y se inclinó para dejar un beso cariñoso sobre sus labios.—Te amo tanto, Madelaine —dijo Jamal con ternura—. No te imaginas lo contento que estoy de que ahora vivirás conmigo, bajo el mismo techo.Madelaine lo miró con ojos brillantes.—Bueno, aunque me da mucha curiosidad saber si soy la primera persona a la que le dices que viva contigo aquí, en tu departamento.Jamal sonrió y tomó la mano de Madelaine entre las suyas.—Realmente eres bastante curiosa —bromeó—. Pero sí, tú eres la primera novia que traigo a este lugar. Incluso yo mismo me sorprendo de estar viviendo esta etapa a tu lado.—Te lo agradezco —respondió Madelaine, emocionada—. También est
Haidar resopló por enésima vez, visiblemente frustrado.—¿Qué pasa? —cuestionó Jamal, notando el estado de ánimo de su amigo.Haidar lo miró con seriedad.—Tyler es la persona que le brindó información a Marlene. Le dijo absolutamente todo sobre la relación que tengo con Brenda, incluso sobre que seremos padres de trillizos. Todo eso ahora lo sabe por Tyler. Es un traidor.Jamal frunció el ceño, incrédulo.—¿Cómo demonios se atrevió a hacerte algo así? No comprendo cómo una persona puede dejarse corromper por el dinero. ¿Qué tanto le pudo haber ofrecido Marlene para que terminara traicionándote, a ti que le has dado toda tu confianza?—Supongo que esta vez no se trata de dinero, sino de una amenaza directa que le hizo Marlene a Tyler —explicó Haidar—. Ya sabes que Tyler tiene una hermana estudiando enfermería en Italia. La cuestión es que Marlene lo amenazó con hacerle algo a su hermana. Quizás las amenazas de Marlene solo eran para asustarlo, y no eran verdaderas, pero Tyler terminó
La mañana llegó otra vez, y Mónica se estaba arreglando frente al espejo para su primer día de trabajo. Sin embargo, al mirar su reflejo, por un momento no se reconoció. Era como si estuviera viendo a una persona completamente distinta. La ropa que llevaba puesta, tan elegante y cuidada, contrastaba con los viejos uniformes de limpiadora doméstica que solía vestir. Ahora se veía diferente, sentía que era diferente. Su corazón latía con nuevas aspiraciones, otros objetivos, y una ilusión renovada. Por primera vez en mucho tiempo, miraba la vida con una perspectiva distinta.Mientras se ajustaba la camisa blanca metida dentro de una falda lápiz negra, recordó con gratitud el gesto de Dylan. Días atrás, él se había preocupado una vez más por ella, enviándole ropa y accesorios. Al principio, Mónica se sintió avergonzada. No era fácil aceptar que alguien, prácticamente un desconocido que ahora consideraba un amigo, se tomara tantas molestias por ayudarla. Sin embargo, sabía que Dylan solo
Dylan se cruzó de brazos, su mirada estaba fija en Karla, quien aún tenía los ojos abiertos de par en par, indignada. —Karla, deberías mantener la compostura y evitar este tipo de escenas. También tienes que dar el ejemplo en este lugar. ¿Crees que Mónica lo hizo a propósito? ¿Que realmente su intención era volcar el café sobre ti? Claramente fue un error, y deberías dejarla tranquila. Karla apretó los labios, furiosa. Miró a Dylan con incredulidad, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. —¿Me estás diciendo que esto es culpa mía? —replicó, alzando la voz—. ¿Ahora soy yo la culpable de que tu incompetente asistente me haya arruinado la ropa? Dylan no perdió la calma, pero su tono se volvió más severo. —No la insultes. Ni siquiera te lo estoy pidiendo amigablemente, Karla, te lo estoy exigiendo. Muestra respeto hacia una persona que, al igual que tú, está trabajando aquí. ¿Te fue mal en tu último caso? ¿Estás frustrada? Eso no es problema mío ni de mi asistente. Así que
—¿Por que no?… Te puedo ayudar, como si este fuera el único lugar al que podrías ir —bromeó Dylan, aunque su tono era delicado. —Creo que ya has hecho demasiado por mí. Solucionaré esto por mi cuenta —expresó, intentando sonar firme, aunque su voz temblaba ligeramente. Dylan la miró con seriedad y negó con la cabeza. —Estoy seguro de que no tienes idea de lo que vas a hacer en este momento. Así que permite que yo te ayude. Subiré algunas de tus cosas al auto, lo más importante, y todo lo demás lo enviaré a buscar mañana temprano. ¿De acuerdo? Mónica inspiró hondo, intentando procesar lo que estaba pasando. —Sinceramente, no quiero ser una molestia. Dylan, has hecho demasiado por mí desde el incidente en la oficina, y ahora pretendes ayudarme con algo que no debería ser un problema para ti. Dylan suspiró, inclinando la cabeza hacia un lado. —¿Quieres que mañana mi día sea todavía más ajetreado? —dijo, cruzando los brazos—. Quiero asegurarme de que tú, como mi asistente, puedas