~~~Levy.Sé que debí haberme callado, sin embargo, no puedo evitarlo.La amo y solo quiero que ella me tenga confianza, que ya no me vea como su enemigo.Que sabe que puede contar conmigo.Y me lo ha dejado muy claro: todos estos días juntos, luchando lado a lado, codo con codo, adivinando el movimiento del otro y apoyándonos cada vez que el otro caía, no ha servido de nada.Pero, no importa, porque me ganaré su corazón y, pase lo que pase, ella comprenderá que estará protegida junto a mí, al igual que nuestros hijos y, quien sabe, quizás en el futuro, podríamos tener otros hijos, los que inunden nuestras vidas, igual que lo están haciendo Levan y Lennon.Por lo pronto, me toca resignarme, mientras veo como su figura se pierde en la distancia, apresurada por ir en busca de nuestros pequeños, al igual que me siento yo, lo único que aparentemente nos une, ya que ella no me quiere.¿Será cierto? ¿Qué habré acabado todas las posibilidades entre nosotros?Sé todo lo mal que me he comporta
~~~Ana."Después de todo lo que hemos pasado, no creo que el vestigio de Aradia nos pueda hacer ningún daño", me dice Ateba, quien está a punto de desplegar todo su poder sobre mis hijos, quienes siguen gimiendo entre sus fiebres, al tiempo que Levy me toma del brazo, pero le palmeo el dorso de la mano para tranquilizarlo.―Ten mucho cuidado, ¿quieres, Ana? ―me dice y yo respiro profundo, al tiempo de que Ateba no puede esperar más y se poza sobre ellos, envolviéndolos en un haz de luz, buscando en ellos alguna parte de la bruma que desplegaba Aradia, mientras que la Sabia mira con asombro cómo ha aumentado mi enlace con mi loba interior, sin embargo, también noto que frunce el ceño, como si no se estuviera esperando tanto despliegue de luminiscencia.―Cada vez está más conectada con su yo en el mundo astral―me comenta y yo no tengo tiempo para preguntarle de qué rayos me está hablando. Solamente tengo tiempo para ver a mis hijos."Están limpios", me dice Ateba, para mi tranquilidad
~~~Ana.La Sabia se queda callada por un momento y luego asienta con la cabeza, como si se hubiera dado cuenta de que voy en serio.―Debería comunicarse con la Diosa Luna, si es que queremos curar a sus hijos, mi Luna―me indica, pero hay algo que me deja pensando al respecto, puesto a que ya la he escuchado anteriormente, y sé que la Diosa no se involucrará en esto.Y ahora miro a mis hijos, quienes se ven muy mal, en tanto que una de las sirvientas está intentando darle algo para que coman.―Es inútil―nos dice la sirvienta, y enseguida Peyton le coloca algo en la venoclisis que tiene cada uno en sus bracitos―esto tiene todos los nutrientes que ellos necesitan―indica, al tiempo que me corta la respiración y Levy me toma de la mano, pero no estoy muy segura si es para darme valor o si es él quien necesita que yo le dé apoyo.―No lo lograremos de esa manera, Sabia―le digo finalmente, sin embargo, hay una idea descabellada que se me pasa por la cabeza―quizás si nos mudamos de inmediato
~~~Ana.Levy se abalanza directamente sobre el cuello de Casius, casi al punto de arrancárselo, y como si tuviera que hacer mucho esfuerzo, se detiene al último instante.―Es ridículo en lo lastimero que te has vuelto, que es difícil de creer que eras un alfa todopoderoso en Luna Escarlata y que ahora, con solo mi presencia te proteges para no ser lastimado―se burla Levy, mientras lo toma por el cuello―pero, no tengo tiempo para pensar en eso, sino para que deshagas todo ese mal hechizo que Aradia hizo con sus runas―le dice directo a la cara, al tiempo que se aparece Amadeo.― ¿Me mandó llamar, mi alfa? ―le indica con una reverencia y Levy ahora le pasa a Casius, como si fuera un trapo viejo.―Quiero que tomes a esta basura y la metas en un calabozo, así sea que tengas que devolverte a Sombra Oscura para ello―le pide y este asienta con la cabeza―que en un rato te acompañaré a torturarlo hasta que hable―le añade, pero Casius se nota aterrado, como si tuviera derecho a ello.― ¡No! ¡Es
~~~Levy.Esto se ha salido de control.Sí, quiero que Ana me ame y sí, también quiero que mis hijos se recuperen, pero no estoy dispuesto a que esto sea una imposición para ella.Si estuviera en su posición, lo tomaría de esa forma, después de todo, ¿no me ha dicho hasta la saciedad de que nuestros hijos son lo más importante en este mundo para ella? ¿Qué haría lo que fuera porque estén bien, incluso, hasta sacrificar su propia vida, con tal de que estén sanos y a salvo?―Ella tiene que quererlo, Sabia, de otra forma, esto no funcionará, ni siquiera si lo hacemos por nuestros hijos―le digo, interponiéndome entre ambas―sin embargo, estoy seguro de que Ana está dispuesta a todo por ellos, y yo también lo haré, con tal de que nuestros hijos puedan volver a ser quienes eran, antes de que Aradia se encargara de colocarles esa marca en sus cuerpos―le aseguro a la Sabia, aunque en realidad, estoy mirando a Ana, quien desvía la mirada por un momento.―No tengo más nada qué decir, mis amados
~~~Ana.La repentina partida de Peyton, me da una oportunidad para volver al salón en donde se encuentran Levy y la Sabia, puesto a que quiero saber qué es eso tan urgente que Levy quería decirle y que no podía escuchar.Me muero de curiosidad, pero, en especial, porque quiero estar prevenida, ya que no quiero volver a ser víctima de las decisiones del que ahora es mi marido oficial, todo gracias a las relaciones de nuestros espíritus lobo, así que toco la puerta y me disculpo con ambos, indicándoles los nuevos acontecimientos.―Él necesita ayuda para organizar su manada, mi alfa, y creo que es justo que le demos algún tipo de apoyo. Quizás uno de sus betas pueda apoyarlo, recomendaría a Ezra, quien es él más capacitado de todos―le indico y él mueve su cabeza de lado a lado.―Ezra es mi mejor aliado en esta manada y hay muchas cosas de la cual se encarga personalmente―me responde, aunque no es tosco en su respuesta como estoy tan acostumbrada y me pregunto qué tanto tiene que ver la
~~~Ana.En cuanto me recupero del asombro por todas las flores en mi habitación, voy directo a ver si encuentro alguna tarjeta. Estoy segura de quién las ha enviado, primero que nada, porque nadie se atrevería a darle a la Luna de la manada, la reina Luna, un regalo como este, sabiendo lo celoso que es Levy, y, segundo, porque él está tratando de... no sé en realidad lo que quiere, puesto a que, si estoy segura de algo, es que él no me ama, solo lo hace por posesión o porque en verdad quiere mucho a mis hijos y quizás, conquistándome, logre que aflore algún sentimiento en su pecho por mí.De todas formas, me sigue matando la curiosidad, y en cuanto veo el sobre con la tarjeta, lo abro de inmediato."Podría hablar de cuánto me enamoras,o de tu luz, más viva que las flores.Sería insuficiente mil clamores;mi voz no bastaría tantas horas.Mejor será que en versos te declarelo eterno de este amor, que no se pare."L.Me ha dejado sin palabras.Sin embargo, no permitiré que se salga co
~~~Levy.La actitud de Claudia ante Ana es desafiante y me pregunto si no conoce la fama que tiene mi temperamento, en especial, porque se aprovecha de su estatus de madre y de que hay público a nuestro alrededor. Sin embargo, hay un punto importante aquí y es que, si actúo como suelo hacerlo, Ana me verá como el mismo de siempre y no como una persona nueva, capaz de ponerla por encima de todo.A pesar de que es lo menos que se merece esta mujer, por la manera en que ha tratado a Ana, a mí Luna, una mujer que no tiene nada que ver con el rencor que ella pueda tenerme ahora, por su frustración, al darse cuenta de que ni mi tío ni ella pudieron salirse con la suya.―Sé por lo que estás pasando, Claudia, y si estuviera en tus zapatos, también blasfemaría tan altaneramente como lo estás haciendo, a sabiendas de que hay un hijo pequeño de por medio y que cualquier cosa que haga, sería tomada como un ataque hacia él, ¿no es así? ―le indicó, tratando de ser lo más paciente posible, algo que