~~~Levy.La manera en que Ana está reaccionando me ha golpeado muy fuerte en el corazón.Sí, lo sé, ella no confía en mí y estoy muy seguro de que me he ganado esto a pulso, porque he sido quien la ha lastimado más.Pero, no sabía hasta qué punto mis acciones la habían afectado.― ¿En serio me crees capaz de hacer una cosa como esa? ―le pido saber, quizás con más rudeza que la debida, sin embargo, sigo sin entender todo esto.― ¡No tienes derecho a ofenderte, en cambio, yo sí que puedo esperar cualquier cosa de ti! ―me responde, ofuscada y tratándome de quitar a mis hijos, en una pelea que estoy seguro de que no puede ganar.Pero, se atreve a desafiarme y eso habla mucho de ella y de cómo ha cambiado en todo este tiempo.―No te lanzaré al abismo, en cambio, ambos debemos ir juntos hasta allá abajo―le aclaro, y ella sigue desconcertada―si dudas tanto de mí, bajaré primero, para que te des cuenta de que no te miento―le aseguro esta vez y ella frunce el ceño, confundida.― ¿Y mis niños?
~~~Ana.―Debemos apresurarnos, o se hará de noche―me dice Levy, mientras sus hombres disponen de las cuerdas para que bajemos.Solamente, Ezra, Amadeo, Levy y yo lo haremos, como si ese sitio no fuera para nada peligroso. Sí, lo sé, la bestia ya no se encuentra, pero no conocemos ese apestoso hoyo, como para pensar que ahora se ha vuelto seguro repentinamente.Levy me da un asentimiento de cabeza y todos vamos por las cuerdas y llegamos hasta el fondo del abismo, o eso creo, porque aquí no se ve absolutamente nada, a pesar de que hemos traído unas linternas. El aire enrarecido y casi que irrespirable, igual que la última vez, con olores pestilentes, como de muerte.―Quédate cerca de mí―me ordena Levy, quien me toma fuerte por el brazo, en donde creo que me ha dejado un morado.―Siempre es así contigo, ¿no es cierto? ―le digo molesta―y yo puedo caminar sola, no necesito que me apretujes tan fuerte―le espeto, y él parece que finalmente entiende lo que no me gusta.Y ahora me pone la ma
~~~Ana.Juro que creía que había olvidado el rencor que le tenía a este hombre por todo lo que le había hecho a mi familia, sin embargo, ahora que lo tengo en frente, que sé que no ha muerto, toda la rabia acumulada durante los últimos ocho años vuelve a mí de golpe, mientras que mi cuerpo empieza a temblar, pero no de miedo, sino de odio puro.Está más avejentado, como si, repentinamente, le hubiera caído un millón de años encima y ahora me pregunto si su apariencia de años atrás no se debería a su conexión con la bestia, una que ahora debe estar rota, evidentemente.Cuántas víctimas le habrá ofrecido y por qué ahora se encuentra aquí, en un lugar que es peligroso para cualquiera, esté o no la bestia.Y trato de abalanzarme hasta él, pero una mano puesta en mi pecho me detiene.―Y es estúpido de tu parte buscarme en este abismo, ¿no te parece? ―se burla Levy de él, mientras lo veo escupir en el suelo―ni siquiera tenías certeza si iba a venir o no―le señala.―Y es por esa razón que e
~~~Levy.No les diré lo que hice para salir de este inmundo hueco con la bestia, y mucho menos que Ana se entere.Sí, estaba desesperado. Había muchos peligros para ella y para mis hijos, si es que no salía yo de aquí, así que hice lo que tenía que hacer, incluso si eso significaba que la bestia saliera también.Y ahora miro a Casius y sus ganas de esperarnos aquí para... no sé ni para qué, si se supone que Aradia lo está buscando para matarlo.Quizás él está tan interesado como nosotros en acabar con ella, para que así se termine la amenaza en su contra.―No nos sigas haciendo perder el tiempo en este lugar y dinos de una buena vez en dónde está el cuerpo―le exijo y él me mira y hace un bufido.―Bien, salgamos de aquí y te lo diré―resuelve al fin, dándome una mirada suspicaz― ¿no supondrás que lo dejaría aquí, en donde gente como tú lo querría, ¿no es cierto? ―me indica―no, lo llevé a un lugar seguro, sin embargo, ahora necesito de ti y tu ejército, ya que, como sabes, ya nadie quie
~~~Levy.―Sigo teniendo la curiosidad, Levy―me dice Casius, mientras seguimos por la ruta que nos llevará a Sombra Oscura, una que no he querido tomar por mucho tiempo.Sí, siempre he sabido cómo regresar, algo que nunca le diría a Aradia, porque temía que ella quisiera apoderarse de la manada, de una buena vez y por todas.Prefiero que esté en manos de mi tío, a que sea gobernada por un ser tan diabólico y ancestral como ella. Eso es lo que ella quiere, controlar todo el mundo de los lobos.Tuve que convencerla para que no lo hiciera, que mejor sería que mis hijos estuvieran juntos, así tendríamos la excusa perfecta para invadir, que los verdaderos herederos reclamaban su trono.Lo único que quería era tener a mis hijos conmigo, para poder comenzar con mi plan.Sigo ignorando a Casius, pero él parece que no quiere sacar el dedo de la llaga.―Sé que uno de mis ancestros creó a la bestia para que el espíritu lo habitara, sin embargo, siempre me dio curiosidad por saber cómo lo hizo―se
~~~Ana.―Lo sabía―le digo a Levy entre cabreada y angustiada―mis hijos siempre estuvieron en peligro con esa mujer―le reclamo, pero él mueve su cabeza de lado a lado, al tiempo que los hombres de Leandra cierran el espacio con sus armas, para intimidarnos.―Solo cálmate, por favor―intenta sosegarme, pero está muy equivocado si piensa que solamente sus palabras pueden hacerlo―créeme, me encargaré de que todo salga bien―asegura, como si pudiera siquiera hacerlo.― ¿No has visto el arma de esos tipos? ―me burlo de él, aunque en realidad, no me río para nada―ellos son los hombres de tu prima, y si nosotros estamos así, ¿cómo estarán mis bebés? ―le recalco, tratando de que la voz no se me quiebre o que alguna lágrima se me escape, por la angustia que ahora me embarga. Necesito ver a mis hijos y comprobar que esto es así, que pueda volver a abrazarlos y saberlos seguros.Entonces, unas sombras salen de los árboles y la sangre me hierbe a medida que muestran sus caras.―Has hecho muy bien t
~~~Ana.Estoy atónita, al ver todas las pruebas frente a mi cara, y si Levy intenta negarlo nuevamente, seré yo quien me ponga de parte de su tío, quien parece tener la razón.Ese niño es el hijo de Levy, ya no me cabe la menor duda.― ¿Y qué se supone que has puesto como si fuera una prueba, tío? ¿Qué ese niño se parece mucho a mí? ―le dice con sorna, haciendo que yo frunza el ceño― ¿o se te olvida que tú y yo nos parecemos mucho? ―le recuerda y eso es verdad― ¿Qué mi madre y tú eran gemelos? ―le señala y yo ahora trago en seco―no, tío, el parecido entre tú y mi madre era muy grande, como para que uno de tus hijos pudiera parecerse a mí―le recalca.―Y esa es la duda que hace que mi plan sea perfecto―se burla ahora Lesley― ¿es tu hijo o el mío? Una duda que puedo arreglar, con varias personas que le digan a todos que en realidad es tu hijo, de hecho, ya todo el mundo en Sombra Oscura duda que Macarena ha muerto, porque, si Violeta y Ana están vivas, también ella podría estarlo, ¿cier
~~~Ana.Las sombras van dibujando la forma de la persona más importante de la manada, luego de Levy, quien ahora tiene el ceño fruncido.También noto que los hombres de Leandra ahora van directos a apresar a Lesley y a Casius y aún peor, porque se van directo hasta donde está la propia Leandra, pero no la toman a ella, sino a su acompañante, a quien le colocan un arma en el cuello.―Lo siento, padre, pero sigo siendo una hija leal a Sombra Oscura y en cuanto entendimos que venían para acá, me encargué de avisarle a la Sabia del concejo para que estuviera preparada―le cuenta Leandra todo su plan y quedo sorprendida mirando a Levy, quien me da un asentimiento de cabeza―también se pueden llevar a Sebastian, quien es otro esbirro de mi padre, a pesar de que soy su esposa―le pide a los guardias cargada en desprecio por aquel hombre, quienes en seguida lo amarran.―Siempre has demostrado tu lealtad, Leandra, a pesar de tu propia familia, quienes ahora sé que nunca le importó nada, todo por