~~~Ana.Juro que creía que había olvidado el rencor que le tenía a este hombre por todo lo que le había hecho a mi familia, sin embargo, ahora que lo tengo en frente, que sé que no ha muerto, toda la rabia acumulada durante los últimos ocho años vuelve a mí de golpe, mientras que mi cuerpo empieza a temblar, pero no de miedo, sino de odio puro.Está más avejentado, como si, repentinamente, le hubiera caído un millón de años encima y ahora me pregunto si su apariencia de años atrás no se debería a su conexión con la bestia, una que ahora debe estar rota, evidentemente.Cuántas víctimas le habrá ofrecido y por qué ahora se encuentra aquí, en un lugar que es peligroso para cualquiera, esté o no la bestia.Y trato de abalanzarme hasta él, pero una mano puesta en mi pecho me detiene.―Y es estúpido de tu parte buscarme en este abismo, ¿no te parece? ―se burla Levy de él, mientras lo veo escupir en el suelo―ni siquiera tenías certeza si iba a venir o no―le señala.―Y es por esa razón que e
~~~Levy.No les diré lo que hice para salir de este inmundo hueco con la bestia, y mucho menos que Ana se entere.Sí, estaba desesperado. Había muchos peligros para ella y para mis hijos, si es que no salía yo de aquí, así que hice lo que tenía que hacer, incluso si eso significaba que la bestia saliera también.Y ahora miro a Casius y sus ganas de esperarnos aquí para... no sé ni para qué, si se supone que Aradia lo está buscando para matarlo.Quizás él está tan interesado como nosotros en acabar con ella, para que así se termine la amenaza en su contra.―No nos sigas haciendo perder el tiempo en este lugar y dinos de una buena vez en dónde está el cuerpo―le exijo y él me mira y hace un bufido.―Bien, salgamos de aquí y te lo diré―resuelve al fin, dándome una mirada suspicaz― ¿no supondrás que lo dejaría aquí, en donde gente como tú lo querría, ¿no es cierto? ―me indica―no, lo llevé a un lugar seguro, sin embargo, ahora necesito de ti y tu ejército, ya que, como sabes, ya nadie quie
~~~Levy.―Sigo teniendo la curiosidad, Levy―me dice Casius, mientras seguimos por la ruta que nos llevará a Sombra Oscura, una que no he querido tomar por mucho tiempo.Sí, siempre he sabido cómo regresar, algo que nunca le diría a Aradia, porque temía que ella quisiera apoderarse de la manada, de una buena vez y por todas.Prefiero que esté en manos de mi tío, a que sea gobernada por un ser tan diabólico y ancestral como ella. Eso es lo que ella quiere, controlar todo el mundo de los lobos.Tuve que convencerla para que no lo hiciera, que mejor sería que mis hijos estuvieran juntos, así tendríamos la excusa perfecta para invadir, que los verdaderos herederos reclamaban su trono.Lo único que quería era tener a mis hijos conmigo, para poder comenzar con mi plan.Sigo ignorando a Casius, pero él parece que no quiere sacar el dedo de la llaga.―Sé que uno de mis ancestros creó a la bestia para que el espíritu lo habitara, sin embargo, siempre me dio curiosidad por saber cómo lo hizo―se
~~~Ana.―Lo sabía―le digo a Levy entre cabreada y angustiada―mis hijos siempre estuvieron en peligro con esa mujer―le reclamo, pero él mueve su cabeza de lado a lado, al tiempo que los hombres de Leandra cierran el espacio con sus armas, para intimidarnos.―Solo cálmate, por favor―intenta sosegarme, pero está muy equivocado si piensa que solamente sus palabras pueden hacerlo―créeme, me encargaré de que todo salga bien―asegura, como si pudiera siquiera hacerlo.― ¿No has visto el arma de esos tipos? ―me burlo de él, aunque en realidad, no me río para nada―ellos son los hombres de tu prima, y si nosotros estamos así, ¿cómo estarán mis bebés? ―le recalco, tratando de que la voz no se me quiebre o que alguna lágrima se me escape, por la angustia que ahora me embarga. Necesito ver a mis hijos y comprobar que esto es así, que pueda volver a abrazarlos y saberlos seguros.Entonces, unas sombras salen de los árboles y la sangre me hierbe a medida que muestran sus caras.―Has hecho muy bien t
~~~Ana.Estoy atónita, al ver todas las pruebas frente a mi cara, y si Levy intenta negarlo nuevamente, seré yo quien me ponga de parte de su tío, quien parece tener la razón.Ese niño es el hijo de Levy, ya no me cabe la menor duda.― ¿Y qué se supone que has puesto como si fuera una prueba, tío? ¿Qué ese niño se parece mucho a mí? ―le dice con sorna, haciendo que yo frunza el ceño― ¿o se te olvida que tú y yo nos parecemos mucho? ―le recuerda y eso es verdad― ¿Qué mi madre y tú eran gemelos? ―le señala y yo ahora trago en seco―no, tío, el parecido entre tú y mi madre era muy grande, como para que uno de tus hijos pudiera parecerse a mí―le recalca.―Y esa es la duda que hace que mi plan sea perfecto―se burla ahora Lesley― ¿es tu hijo o el mío? Una duda que puedo arreglar, con varias personas que le digan a todos que en realidad es tu hijo, de hecho, ya todo el mundo en Sombra Oscura duda que Macarena ha muerto, porque, si Violeta y Ana están vivas, también ella podría estarlo, ¿cier
~~~Ana.Las sombras van dibujando la forma de la persona más importante de la manada, luego de Levy, quien ahora tiene el ceño fruncido.También noto que los hombres de Leandra ahora van directos a apresar a Lesley y a Casius y aún peor, porque se van directo hasta donde está la propia Leandra, pero no la toman a ella, sino a su acompañante, a quien le colocan un arma en el cuello.―Lo siento, padre, pero sigo siendo una hija leal a Sombra Oscura y en cuanto entendimos que venían para acá, me encargué de avisarle a la Sabia del concejo para que estuviera preparada―le cuenta Leandra todo su plan y quedo sorprendida mirando a Levy, quien me da un asentimiento de cabeza―también se pueden llevar a Sebastian, quien es otro esbirro de mi padre, a pesar de que soy su esposa―le pide a los guardias cargada en desprecio por aquel hombre, quienes en seguida lo amarran.―Siempre has demostrado tu lealtad, Leandra, a pesar de tu propia familia, quienes ahora sé que nunca le importó nada, todo por
~~~Ana.Estoy en la casa de la manada de Sombra Oscura, un lugar al que prometí no volver a venir.Del cual me escapé haciéndome pasar por muerta, porque solo eso podría salvarme a mí y a mis hijos no natos.Y ahora me río de la ironía de que este sea el único lugar seguro para todos, uno en el cual la bestia no tiene ni idea de que estamos, o es lo que todos esperamos.―Ya lo he dicho, no me separaré de mis bebés―le digo a Levy, en cuanto intentan llevarse a mis hijos a una habitación―tampoco pretendo usar mi antigua recámara―le espeto, en cuanto noto hacia a dónde nos dirigimos.Porque esa habitación tiene un pasadizo secreto que conecta con el cuarto de Levy y no pretendo que el intente visitarme por la noche siquiera, como si entre él y yo no hubieran pasado tantas cosas.De pronto, siento un escalofrío que me recorre la piel, solo de recordarme en aquel hospital en donde me mantuvo encerrada por tanto tiempo, todo por sus miserables celos.En donde le pedí a Peyton que me sacara
~~~Ana.Levy se quita rápidamente de encima de mí, en cuanto nota lo enojada que estoy por la manera en que está asaltándome, así, en mitad de la noche.―Lo siento―termina por susurrarme, al tiempo que me muestra la puerta del balcón por donde supongo que debe haber entrado―por lo que te ha dicho la Sabia así, sin más―señala, y cuando ve que no me muevo de la cama, lo veo tragar en seco―quisiera conversar contigo, si eres tan amable―me indica y me ofrece su mano, pero no pretendo tomarla, así que él la retira, pero se levanta de mi cama y vuelve a hacer un ademán para que lo siga.―Asumo que no te irás de aquí, sin que te escuche, ¿no es cierto? ―me mofo de él, quien traga en seco, así que no me lo pienso otra vez y lo acompaño hasta donde me indica, para que mis hijos no se despierten.Entonces, noto que él no me puede mirar a la cara, así que trata de fijar sus ojos en la distancia, para luego mirar al piso.―No ha sido para nada romántico que la Sabia haya dicho que debemos casarn