Capítulo117
Muy pronto, las esperanzas de Desislava se fueron desmoronando como migas de pan.

Afuera se encendieron hogueras, y la puerta de la cabaña fue abierta de manera violenta. Una imponente figura, cargada de una inmensa presión, entró lentamente.

A pesar de que estaba de espaldas a las llamas del exterior, Desislava pudo distinguir su silueta. Sabía perfectamente quién era: Ordos, el mariscal y generalísimo del Reino del Oeste con quien había firmado el tratado en Ciudad Real.

Desislava temblaba incontrolablemente, apoyada contra la pared, mirando aterrorizada a Ordos. Cuando firmaron el tratado en Villa Desamparada, ese hombre le había dado una impresión de valentía y nobleza. Aunque imponía respeto, también había algo refinado en él, y todas las negociaciones se llevaron cabo con rapidez y eficiencia.

Había cláusulas que ella misma propuso y que él aceptó sin dudar, con una sola condición: que ella liberara a su prisionero una vez firmado el tratado. En ese momento, Ordos parecía demasi
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP