Tal vez fue mala idea aceptar la oferta de mi jefe de cocinar su comida a diario, nunca pensé que alguien podía ser tan exigente con lo que se le da de comer, al dia siguiente de haber aceptado la oferta, justo cuando llegué me encontré con una serie de hojas bien puestas dentro de un folder que me indicaban lo que le gustaba y lo que no, algunas cosas a las que era alérgico, la temperatura a la que debían estar los alimentos y un sinfín de cosas.
— Como se nota cuando alguien nació en cuna de oro — dije para mí.
Eran las siete de la mañana, yo siempre era la primera en llegar porque una de mis actividades era preparar las diferentes estaciones de preparación, el jefe de cocina llegaba cerca de las 10 al igual que el resto de los empleados de la torre, asi que me sentía segura de hablar yo sola, porque yo juraba que estaba sola.
— Lo tomare como un halago — esa voz me hizo brincar del susto
— ¡Señor! — exclame completamente roja —, no lo escuche entrar.
— Me doy cuenta — respondió riendo un poco—. Quería asegurarme que recibieras la lista, por lo que veo asi fue
— Si, aquí la tengo — alce un poco las hojas aparentando estar bien.
— Tengo hambre — me dijo de repente
— Tome asiento, hare algo rápido
Di un par de vueltas en mi lugar antes de sujetarme el cabello y darle una rápida ojeada a la lista, tenia que hacerle algo de desayunar, miré de reojo a la zona del comedor, ahí estaba el que yo supuse seria su asistente esperando pacientemente por él, luego vi al jefe con sus ojos bien puestos en mí, me pone nerviosa.
Suspire y me dedique a preparar algo que pudiera agradarle, algo sencillo, imagino que alguien con tan buen físico cuida la cantidad de comida que mete en su boca, asi que hice un desayuno ligero, fue la primera vez desde mi graduación que alguien me observaba tan fijamente a la hora de cocinar, quise romper la tensión del momento.
— Señor, ayer no pude preguntarle ¿Cuál es su nombre? — pregunté mirándole apenas unos segundos
— ¿No sabes mi nombre? — pregunto sorprendido
— La verdad es que no — admití.
— Me llamo Howling Wood — contesto
— No tiene un nombre común — declaré riendo bajito.
Puse las cosas en una mesa cercana, le indique que se acercara hasta ahí y asi lo hizo, una vez termine de poner todo frente suyo me aparte para seguir con mi trabajo mientras él podía comer tranquilamente.
— ¿Dónde aprendiste a cocinar? — me pregunto
— Mi mamá me enseño y después estudié gastronomía — le comencé a contar mientras pelaba unas cebollas—, a ella le enseño mi abuela, la comida ha estado muy presente en mi familia, es la mejor forma que tenemos de hacer felices a los demás.
— Y tienen razón — respondió entre bocados.
Le sonreí de forma sincera, él solo se me quedo viendo como un niño pequeño que esta mas concentrado en comer que en otra cosa, luego devolví la vista a lo que hacía, tenía que ser cuidadosa en mi trabajo.
— Me alegra que le guste mi comida — confese
— Se siente como comida casera— contesto—, me recuerda a mi madre
— ¿Su madre?
— Si, ella murió cuando yo era pequeño y mi madrastra no cocinaba mucho— me comento terminando de comer.
Iba a preguntar al respecto, pero él se puso de pie primero, se acomodo el saco del traje negro que llevaba esa mañana, luego paso la servilleta por sus labios, yo me quede mirando en silencio, luego de limpiarse la boca fue que devolvió la vista a mí.
— Agradezco la comida, esperare la siguiente en mi oficina, llévela usted, señorita
— Si, señor.
— Dime Howl — me dijo formando una sonrisa de medio lado
No me dejo responder de nuevo, solo me quede viendo cómo se marchaba, estaba completamente ida en mis pensamientos, su nombre me daba mil vueltas por la cabeza hasta el punto de hacerme sonrojar como tonta.
— Howl — susurre.
Lance una risa tontita al aire, para quitarme mi estado actual me concentre en lo que estaba haciendo en la cocina, mis compañeros comenzaban a llegar y no podían notar algo diferente en mí, que vergüenza si supieran que me gustas nuestro jefe luego de haberlo visto dos veces nada más.
— Violet, ya casi es hora de subir el almuerzo del jefe — me dijo uno de los meseros
— Si, ya lo estoy terminando — exclame poniendo las cosas sobre una bandeja.
— ¿Vas a llevarlo tú? — pregunto mi jefe
— Eh, si, a mi no me da miedo el jefe — respondí sonriente—
— Bien, no tardes, esta noche hay junta arriba y tenemos que subir la cena para todos
— Ya vengo.
Tomé la bandeja para ir rápidamente al elevador, ahora entendía porque desde la mañana veía tanta gente ajetreada y pocas visitas al comedor, deben estar todos muy estresados por la junta de hoy en la tarde, que bueno que no quise estudiar para ejecutiva, no se manejar muy bien el estrés de las oficinas, me dan ganas de llorar solo de ver a las secretarias en esos tortuosos tacones ir y venir por todos lados.
Salude de nuevo a la muy amigable secretaria del señor Howl, esta vez ni me contesto solo me hizo señas con la mano de que pasara a dejar la comida, estaba muy ocupada sacando copias que luego acomodaba en un folder de color azul.
— Su almuerzo, señor — dije al entrar.
Ahí estaba él, estaba concentrado revisando papeles, sin el saco del traje, esa camisa blanca le queda muy bien al cuerpo, no mentía cuando dije que tenia buen cuerpo, se ve muy lindo asi, tan metido en sus asuntos.
— Ponla ahí, por favor — señalo una mesita a un lado, de inmediato obedecí.
— ¿Necesita algo más? — pregunte
Alzo los ojos a mí, como pensando en que iba a pedirme, por un momento me imaginé un escenario muy erótico a lo que abrí los ojos de inmediato, tuve que deshacerme de eso porque me vio raro, ay no que vergüenza, yo solita me delato con las cochinadas que pienso, como nadie decía nada di unos pasos atrás para irme.
— Si tengo algo que pedir— sus palabras me detuvieron
— ¿Si, señor?
— Quédate hoy hasta las nueve — me pidió—, después de la junta, quiero que vayas conmigo a un sitio
— ¿Señor?
— No te hare daño — cambio el tono a uno mas coqueto—. Confía en mi
Solo moví la cabeza en afirmación antes de literalmente salir huyendo de esa oficina, ese hombre coqueto va a acabar conmigo, no puedo creer que pueda ser de esa manera tan natural, seguramente tiene muchas mujeres detrás suyo, seguro solo me hace medianamente caso para quitarse el aburrimiento, no hay manera de que alguien como yo pudiera lograr sentimientos en un hombre como él
Eran casi las nueve, estaba escondida en el baño de mujeres porque no quería que nadie se diera cuenta que yo seguía aquí, me fui corriendo para fingir que estaba por irme, luego volví y aquí me quede, estoy mirando el mismo foco desde hace un rato, me duele el estómago de los nervios.—No entiendo… ¿Por qué me pidió eso? — me preguntaba constantementeSuspire y tome mis cosas, me cambiaba la ropa siempre al terminar de trabajar, asi que en este momento estoy vistiendo unos jeans azules y una camisa blanca de tirantes, hace demasiado calor en esta temporada, mas de lo usual asi que quería algo fresco.Al cinco para las nueve salí de mi muy elaborado escondite, me acomode mejor el cabello sobre un hombro, mire para todos lados, ya no había nadie, asi que me encamine a la entrada principal, no sabía dónde vería a Howl asi que solo seguí mi intuición.Estaba ahí de pie mirando por si alguien se acercaba, ya era la hora acordada, me puse mas nerviosa, de pronto un auto se estaciono frente
— No se como debo comportarme ahora — me decía mientras me veía al espejo.— ¿Con quien hablas? — mi hermano entro mientras comía un pan.— Conmigo mismo — dije volteando a verlo—, deja que continue— Estás loca— se burlo— Y tú, feoSalió entre risas, no podía contarle que anoche me estuve besando con mi jefe en el letrero de Hollywood y que fue él quien me había traído a casa, tuve que inventarme una excusa, dije que nos quedamos celebrando en el trabajo por el cumpleaños de un compañero y que uno de ellos me trajo a casa junto con su esposa.No me gusta mentirles a mis padres, pero mi papá en especial es algo…difícil en el tema de los hombres, asi que es mejor que pensaran que alguien mas me trajo, aunque esto hizo que no pudiera dormir en toda la noche de los nervios, no sé cómo serán las cosas hoy en el trabajo, casi me paso de estación por quedarme dormida en el tren, no sé si hoy estará en la cocina también desde temprano.Entre con cierta emoción en mi pecho, mire a todos lado
Tuve que correr de vuelta a la cocina cuando corte la llamada con Howl, estaba demasiado nerviosa y a ala vez aun asustada por como se comportaba mi jefe de cocina, no tenía que decir mucho, sus expresiones corporales o su manera de verme me decía todo, yo siempre lo había considerado un buen jefe, pero ahora me doy cuenta de que es un hombre envidioso y que solo quiere tener la atención para él.Cerca de las dos de la tarde terminé de emplatar el almuerzo de Howl, quería llevarlo yo misma pero mi jefe estaba como loco exigiéndome los platillos asi que tuve que mandar al mesero que anteriormente había estado hablando con el CEO.—Violet, termina eso, en cualquier momento vendrán los de arriba — me dijo mi jefe que acomodaba sus propios platos en una de las barras de metal.—Ya he terminado señor— dije, solo estaba limpiando los bordes de los platos—, los pondré junto a los suyos—Si, pero aparte, no los quiero tan cerca de los míos — escupió, los demás cocineros le veían con algo de m
Lo intente, de verdad lo intente, pero me fue muy imposible contenerme, sé que le pedí esperar, porque no me sentía lista, pero esa basura solo duro una hora mas o menos, tal vez un poco más, entre más me tenía en sus brazos mas me estaba derritiendo en ellos.Y no fue su culpa, claro que no, fui yo la que se lanzo encima suyo, incluso él me pregunto miles de veces “¿Estás segura?” pero la mujer estaba tan caliente que no podía pensar, solo quería sentir más de ese hombre y vaya que probé todo lo que pude, nunca me sentí tan deseada, sus labios recorriendo mi cuerpo desnudo, sus manos marcando el ritmo de mis caderas, su voz gimiendo mi nombre de manera incesante, fue el mejor encuentro que tuve en mi vida.No quería irme de su casa, pero tuve que hacerlo, nos fue muy difícil separarnos, habíamos iniciado una pasión desbordante que no íbamos a ser capaces de controlar, porque fue como si nuestros cuerpos estuvieran perfectamente hechos el uno para el otro, nos volvimos uno solo, ahora
Estaba acomodando las cosas en una mesa del parque, siempre se realizaba esta fiesta en el parque del barrio, había un sinfín de gente, me saludaban y yo devolvía los saludos, miré la hora, estaba nerviosa porque Howl debía llegar pronto, como si fuera magia el teléfono sonó por una llamada suya, respondí de inmediato.—Hola — dije muy feliz ——Mi señorita — respondió, se me erizo la piel — Estoy aquí, pero hay mucha gente, vine al parque, supuse que era aquí.—¿En que parte estas? Iré por ti — dije mirando a todos lados.—Pues, hay una fuente — dijo entre leves risas—, aunque si me están viendo muy raro.—Ya voyCorrí hasta donde había una fuente, efectivamente un mar de gente se divertía ahí, pero en especial estaba una persona que no quería ver, Cesar, mi exnovio, ahí estaba con sus amigos viendo como un policía a Howl que me esperaba sentado al borde de la fuente, llevaba consigo un ramo de flores.—¡Violet! — Howl grito mi nombre al verme.Corrí hasta él, lo abrace con fuerza y H
Fue una maravillosa celebración, creo que no había pasado un día tan feliz como el de esa noche, Howl estuvo hasta el anochecer, ayudo a mis padres a recoger las cosas, incluso llevo cajas de vuelta a mi casa, volvimos cerca de las nueve de la noche, mi madre estaba ya cansada así que lo mejor fue regresar.— Gracias por la ayuda, Howl — le dijo mi madre—, quédate a cenar— ¿No es una molestia? — pregunto él.— Para nada, entra muchacho— le insto mi padre al darle una palmada en la espalda.Yo me conduje a la cocina para ayudar a mi padre con la comida, cuando mi madre se encontraba ya cansada, era mi papá el que cocinaba para nosotros, mis hermanos ayudaban a Howl a guardar las mesas en la cochera, en el acto le iban contando sobre algunas otras festividades, también le comentaban sobre cosas que me gustaban, que cosas no.— Son muy pocas cosas las que no le gustan— exclamo riendo bajo— a diferencia de mí, que soy como un niño mimado— Eso es porque vives en un am
Hacer el amor con Howl es maravilloso, el hombre sabe muy bien lo que hace, me ha entregado una clase de placer que desconocía por completo, algunos hombres son torpes cuando te tocan, son bruscos, pero él no, se toma su tiempo para recorrer mi cuerpo con sus labios, me quita la ropa con una suavidad que me estremece.Yo me derretía en sus brazos, no paraba de gemir su nombre, Howl me sostenía fuertemente en sus brazos hasta que la posición cambio quedando yo encima suyo, moviendo mi cuerpo sensualmente sobre el suyo, sus manos recorriendo mi espalda pasando por delante sujetándome de los pechos, él repetía mi nombre en gemidos por igual, nos volvimos uno solo y terminamos abrazados cuando él termino dentro de mí.— Olvide sacarlo— dijo Howl— No creo que suceda algo — respondí—, voy a buscar algún método, para estar más protegidos.— Vale, haremos una cita, iremos los dos— beso mi frente y me sonrió— ¿se te paso el enojo?— Si, pero eso no te quita lo tramposo — abult
Dormí de forma maravillosa luego de esa cita, me sentía en las nubes, no quería separarme de Howl, pero tuve que hacerlo, me regreso a casa cerca de las seis de la tarde, saludo a mis padres y luego de marcho, me dijo que tenia una cena con su familia a la que desgraciadamente no podía faltar.Al siguiente día me prepare como de costumbre para ir al trabajo, sujete mi cabello y tome mi bolso después, me despedí de mamá, para salir de prisa a tomar el tren, cuando llegue a la estación me quede mirando la hora en el teléfono, tenia un mensaje de Howl.“Buenos días, mi amor, ten un excelente día, te veré para el desayuno” Sonreí como boba ante ese simple mensaje que no vi las cubiertas de los periódicos que estaban justo a mi lado, subí a mi tren para poder llegar hasta la famosa torre de los Wood, en el camino iba mirando por la ventana, tenía los audífonos puestos, me gustaba escuchar música de camino al trabajo principalmente para no quedarme dormida en el vagón, tengo que trasbordar