Lo siento por la ausencia, tuve unos días pesadisimos, pero ya pude arreglar todo y estaré de vuelta.
Nuestra luna de miel fue maravillosa, a pesar de que no pude realizar varias actividades debido a mi embrazo, la pasamos muy bien, conocimos muchos lugares de la isla que son verdaderamente preciosos, así que todo el mes que pasamos aquí fue increíble, al irnos nos dimos cuenta que mi vientre ya comenzaba a verse ligeramente mas hinchado, fuimos al médico estando aquí y nos confirmo que tenia casi tres meses de embarazo, como no tenía el estrés de mi primer embarazo por ocultarlo, supongo que el bebé quiso hacer acto de presencia antes.La mañana en que salíamos de regreso a Los Ángeles, nos encontrábamos armando las maletas, el padre de Howl nos llamo temprano para decirnos que iría a recogernos al aeropuerto, que no le dijéramos a nadie que hoy volvíamos, quería realizar algo y necesitaba de nuestra ayuda.— ¿De que crees que se trate? — pregunte a Howl.— No lo sé, mi padre es muy reservado en varias cosas — me ayudaba a abrochar mis zapatos.— Espero que no sea nada malo,
Cuando llegamos a casa de mis padres fuimos bombardeados con preguntas, preguntaban sobre porque me veía más llenita así que les dimos la noticia antes de que la supieran en la reunión familiar, como no puedo ocultarle nada a mis padres les contamos el plan que teníamos con mi suegro, mi madre no se sorprendió, ella sabia ya del tema por boca de James, Hortense de inmediato se aferro a su padre, mientras ellos jugaban me quede en la cocina con mis padres, note que ya tenían cajas de mudanza armadas.— Mi suegro me dijo de la casa en Santa Mónica, me alegro mucho por la noticia.— No queríamos aceptar — dijo mi padre—, pero llegamos a un acuerdo, me siento muy en deuda con él, había traído su auto a revisión y…— ¿Qué paso? — pregunte al ver preocupación y tristeza en el rostro de mi padre.— Alguien se dio cuenta de la presencia del carro en el taller, entraron una noche y se llevaron todo — completo mi madre—, tratamos de averiguar quienes fueron, pero nadie supo darnos i
Estos últimos días han sido muy buenos para mí, terminamos de mudarnos a la casa de Santa Mónica, nuestra hija es feliz con su nueva habitación, además de que su abuelo la lleno de juguetes así que tiene una casita para jugar en el patio, la vigilamos cuando sale ahí por miedo a que caiga en la piscina, aunque Howl le ha estado enseñando a nadar los fines de semana, él ya volvió al trabajo, así que por las mañanas me quedo en casa con la niña. La fiesta en casa de mis suegros fue un completo éxito, me hizo feliz que mi hermano volviera con Jolyne, todos vimos desde la ventana cuando ellos hablaban en los rosales, les deseamos buena suerte en su relación, se les ve muy felices, incluso salieron en una revista hace un par de días, los vieron durante una cita en el centro de Los Ángeles. — Vamos, amor, vamos a sorprender a papá. Le coloque los zapatos a Hortense, salimos de casa y la coloque en el auto, Howl quiso comprarme uno para evitar que estuviera usando el tren con la niña, n
Mi vida ha sido un sube y baja de emociones siempre, nunca pensé que podría encontrar el amor verdadero en mi trabajo, estaba muy idealizada a que terminaría casado con alguien del barrio y que ahí continuaría mi vida, todo cambio cuando el atractivo CEO de la empresa donde trabajaba entro a mi vida, con sus hermosos ojos azules, el cabello castaño y una sonrisa de ensueño, vino a transformar todo lo que conocía, me enseño lo que es amar de verdad, muy pocas cosas he agradecido a la vida, pero sin duda que Howl llegara es algo de lo que puedo agradecer bastante. Tenemos dos maravillosos hijos, nuestro segundo hijo nació en diciembre, poco antes de navidad, era un saludable niño al que llamamos igual que su padre: Howling, yo di a luz después que Rose, ella tuvo también un varón, nuestros hijos solo se llevaban apenas unos meses de diferencia. Al principio fue un poco difícil adaptarnos al ritmo del nuevo bebé, dormía demasiado y a veces tuve que despertarlo para que comiera, me preoc
Jolyne: Hay muchas cosas que siempre jure que no haría en mi vida, nunca quise casarme o tener hijos, aunque mis padres llevan una buena relación, me di cuenta de que, en la realidad, muchas parejas terminan odiándose, yo tuve parejas a las que odie. La vida me bendijo con un bueno cuerpo, pero muchos hombres solo me vieron como un par de buenos senos y buen trasero, nadie me tomaba en serio y sufrí mucho. Mi primer novio lo tuve en la preparatoria, pensaba que era el amor de mi vida que íbamos a casarnos y ser felices eternamente, la vida me dio un duro golpe de realidad, después de que le di mi virginidad desapareció, no volví a verlo más, llore muchísimo, yo tenia apenas 16, pensaba que todos los hombres eran iguales, por eso nunca los tome en serio, me divertía con ellos, tomaba relaciones esporádicas que en su mayoría se basaban en lo pasional y luego me iba, así vivía y me funcionaba a medias, todavía tenía un vacío emocional, pero pensaba que de esa forma al menos me aseguraba
Cuando veo a mi esposo jugando con nuestros hijos, no puedo evitar sentirme enormemente feliz por todo lo que tengo, nunca, ni en mis mas locos sueños, imagine que tendría todo esto, un esposo amoroso, dos hermosos hijos, una carrera en ascenso, me siento como en la mas hermosa fantasía, no podría pedir más. — Deberías venir con nosotros — me llamaba Howl desde la piscina. — Me convencieron — entre con ellos y ayudaba a Hortense que nadaba con sus flotadores puestos. Los niños reían y jugaban con nosotros, Howl bebé tiene casi tres años ahora, habla muchísimo, aunque no se le entiende mucho, sigue yendo a la guardería todavía, está por entrar el jardín de niños, por la tarde esta con mis padres o a veces con mis suegros, mi suegro en especial adora cuidar de los niños, tanto de los míos, como los de Rose y también de las gemelas de Jolyne, las cuales son preciosas, son como pequeños clones de mi hermano. En cuanto a mi trabajo, el restaurante ha conseguido muy buenas críticas
—Por favor…deja de llamarme asi. — repetía—Señorita — me llamaba— Mi señorita…—Déjame ir … — mi voz se tornaba en una suplica—No…eres mi señorita Mi nombre es Violet, tengo 23 años, vivo en Los Ángeles, nací y me crie aquí, soy la menor de tres hermanos, mido 1.59cm, tengo cabello largo y negro, me gusta teñirlo asi de oscuro, es ondulado, tengo un cuerpo sorprendente, eso se lo debo a los genes de mi mamá, ella fue reina de belleza, estudie para ser una gran chef aunque las cosas no están yendo muy bien por ahora, tuve que graduarme antes porque mis padres necesitaban de mi ayuda; comencé trabajando en restaurantes pequeños, como no tenia experiencia era lo mejor que podía encontrar, sin embargo, se me presento una gran oportunidad, logre entrar como cocinera en la cafetería de una gran empresa que maneja una larga cadena de hoteles y restaurantes, si me esfuerzo aquí podría trabajar en uno de esos restaurantes, tienen cinco estrellas, son muy elegantes, eso me daría una gran pag
Tal vez fue mala idea aceptar la oferta de mi jefe de cocinar su comida a diario, nunca pensé que alguien podía ser tan exigente con lo que se le da de comer, al dia siguiente de haber aceptado la oferta, justo cuando llegué me encontré con una serie de hojas bien puestas dentro de un folder que me indicaban lo que le gustaba y lo que no, algunas cosas a las que era alérgico, la temperatura a la que debían estar los alimentos y un sinfín de cosas.— Como se nota cuando alguien nació en cuna de oro — dije para mí.Eran las siete de la mañana, yo siempre era la primera en llegar porque una de mis actividades era preparar las diferentes estaciones de preparación, el jefe de cocina llegaba cerca de las 10 al igual que el resto de los empleados de la torre, asi que me sentía segura de hablar yo sola, porque yo juraba que estaba sola.— Lo tomare como un halago — esa voz me hizo brincar del susto— ¡Señor! — exclame completamente roja —, no lo escuche entrar.— Me doy cuenta — respondió rie