Estos últimos días han sido muy buenos para mí, terminamos de mudarnos a la casa de Santa Mónica, nuestra hija es feliz con su nueva habitación, además de que su abuelo la lleno de juguetes así que tiene una casita para jugar en el patio, la vigilamos cuando sale ahí por miedo a que caiga en la piscina, aunque Howl le ha estado enseñando a nadar los fines de semana, él ya volvió al trabajo, así que por las mañanas me quedo en casa con la niña. La fiesta en casa de mis suegros fue un completo éxito, me hizo feliz que mi hermano volviera con Jolyne, todos vimos desde la ventana cuando ellos hablaban en los rosales, les deseamos buena suerte en su relación, se les ve muy felices, incluso salieron en una revista hace un par de días, los vieron durante una cita en el centro de Los Ángeles. — Vamos, amor, vamos a sorprender a papá. Le coloque los zapatos a Hortense, salimos de casa y la coloque en el auto, Howl quiso comprarme uno para evitar que estuviera usando el tren con la niña, n
Mi vida ha sido un sube y baja de emociones siempre, nunca pensé que podría encontrar el amor verdadero en mi trabajo, estaba muy idealizada a que terminaría casado con alguien del barrio y que ahí continuaría mi vida, todo cambio cuando el atractivo CEO de la empresa donde trabajaba entro a mi vida, con sus hermosos ojos azules, el cabello castaño y una sonrisa de ensueño, vino a transformar todo lo que conocía, me enseño lo que es amar de verdad, muy pocas cosas he agradecido a la vida, pero sin duda que Howl llegara es algo de lo que puedo agradecer bastante. Tenemos dos maravillosos hijos, nuestro segundo hijo nació en diciembre, poco antes de navidad, era un saludable niño al que llamamos igual que su padre: Howling, yo di a luz después que Rose, ella tuvo también un varón, nuestros hijos solo se llevaban apenas unos meses de diferencia. Al principio fue un poco difícil adaptarnos al ritmo del nuevo bebé, dormía demasiado y a veces tuve que despertarlo para que comiera, me preoc
Jolyne: Hay muchas cosas que siempre jure que no haría en mi vida, nunca quise casarme o tener hijos, aunque mis padres llevan una buena relación, me di cuenta de que, en la realidad, muchas parejas terminan odiándose, yo tuve parejas a las que odie. La vida me bendijo con un bueno cuerpo, pero muchos hombres solo me vieron como un par de buenos senos y buen trasero, nadie me tomaba en serio y sufrí mucho. Mi primer novio lo tuve en la preparatoria, pensaba que era el amor de mi vida que íbamos a casarnos y ser felices eternamente, la vida me dio un duro golpe de realidad, después de que le di mi virginidad desapareció, no volví a verlo más, llore muchísimo, yo tenia apenas 16, pensaba que todos los hombres eran iguales, por eso nunca los tome en serio, me divertía con ellos, tomaba relaciones esporádicas que en su mayoría se basaban en lo pasional y luego me iba, así vivía y me funcionaba a medias, todavía tenía un vacío emocional, pero pensaba que de esa forma al menos me aseguraba
Cuando veo a mi esposo jugando con nuestros hijos, no puedo evitar sentirme enormemente feliz por todo lo que tengo, nunca, ni en mis mas locos sueños, imagine que tendría todo esto, un esposo amoroso, dos hermosos hijos, una carrera en ascenso, me siento como en la mas hermosa fantasía, no podría pedir más. — Deberías venir con nosotros — me llamaba Howl desde la piscina. — Me convencieron — entre con ellos y ayudaba a Hortense que nadaba con sus flotadores puestos. Los niños reían y jugaban con nosotros, Howl bebé tiene casi tres años ahora, habla muchísimo, aunque no se le entiende mucho, sigue yendo a la guardería todavía, está por entrar el jardín de niños, por la tarde esta con mis padres o a veces con mis suegros, mi suegro en especial adora cuidar de los niños, tanto de los míos, como los de Rose y también de las gemelas de Jolyne, las cuales son preciosas, son como pequeños clones de mi hermano. En cuanto a mi trabajo, el restaurante ha conseguido muy buenas críticas
—Por favor…deja de llamarme asi. — repetía—Señorita — me llamaba— Mi señorita…—Déjame ir … — mi voz se tornaba en una suplica—No…eres mi señorita Mi nombre es Violet, tengo 23 años, vivo en Los Ángeles, nací y me crie aquí, soy la menor de tres hermanos, mido 1.59cm, tengo cabello largo y negro, me gusta teñirlo asi de oscuro, es ondulado, tengo un cuerpo sorprendente, eso se lo debo a los genes de mi mamá, ella fue reina de belleza, estudie para ser una gran chef aunque las cosas no están yendo muy bien por ahora, tuve que graduarme antes porque mis padres necesitaban de mi ayuda; comencé trabajando en restaurantes pequeños, como no tenia experiencia era lo mejor que podía encontrar, sin embargo, se me presento una gran oportunidad, logre entrar como cocinera en la cafetería de una gran empresa que maneja una larga cadena de hoteles y restaurantes, si me esfuerzo aquí podría trabajar en uno de esos restaurantes, tienen cinco estrellas, son muy elegantes, eso me daría una gran pag
Tal vez fue mala idea aceptar la oferta de mi jefe de cocinar su comida a diario, nunca pensé que alguien podía ser tan exigente con lo que se le da de comer, al dia siguiente de haber aceptado la oferta, justo cuando llegué me encontré con una serie de hojas bien puestas dentro de un folder que me indicaban lo que le gustaba y lo que no, algunas cosas a las que era alérgico, la temperatura a la que debían estar los alimentos y un sinfín de cosas.— Como se nota cuando alguien nació en cuna de oro — dije para mí.Eran las siete de la mañana, yo siempre era la primera en llegar porque una de mis actividades era preparar las diferentes estaciones de preparación, el jefe de cocina llegaba cerca de las 10 al igual que el resto de los empleados de la torre, asi que me sentía segura de hablar yo sola, porque yo juraba que estaba sola.— Lo tomare como un halago — esa voz me hizo brincar del susto— ¡Señor! — exclame completamente roja —, no lo escuche entrar.— Me doy cuenta — respondió rie
Eran casi las nueve, estaba escondida en el baño de mujeres porque no quería que nadie se diera cuenta que yo seguía aquí, me fui corriendo para fingir que estaba por irme, luego volví y aquí me quede, estoy mirando el mismo foco desde hace un rato, me duele el estómago de los nervios.—No entiendo… ¿Por qué me pidió eso? — me preguntaba constantementeSuspire y tome mis cosas, me cambiaba la ropa siempre al terminar de trabajar, asi que en este momento estoy vistiendo unos jeans azules y una camisa blanca de tirantes, hace demasiado calor en esta temporada, mas de lo usual asi que quería algo fresco.Al cinco para las nueve salí de mi muy elaborado escondite, me acomode mejor el cabello sobre un hombro, mire para todos lados, ya no había nadie, asi que me encamine a la entrada principal, no sabía dónde vería a Howl asi que solo seguí mi intuición.Estaba ahí de pie mirando por si alguien se acercaba, ya era la hora acordada, me puse mas nerviosa, de pronto un auto se estaciono frente
— No se como debo comportarme ahora — me decía mientras me veía al espejo.— ¿Con quien hablas? — mi hermano entro mientras comía un pan.— Conmigo mismo — dije volteando a verlo—, deja que continue— Estás loca— se burlo— Y tú, feoSalió entre risas, no podía contarle que anoche me estuve besando con mi jefe en el letrero de Hollywood y que fue él quien me había traído a casa, tuve que inventarme una excusa, dije que nos quedamos celebrando en el trabajo por el cumpleaños de un compañero y que uno de ellos me trajo a casa junto con su esposa.No me gusta mentirles a mis padres, pero mi papá en especial es algo…difícil en el tema de los hombres, asi que es mejor que pensaran que alguien mas me trajo, aunque esto hizo que no pudiera dormir en toda la noche de los nervios, no sé cómo serán las cosas hoy en el trabajo, casi me paso de estación por quedarme dormida en el tren, no sé si hoy estará en la cocina también desde temprano.Entre con cierta emoción en mi pecho, mire a todos lado