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La otra cara del señor Howl

— No se como debo comportarme ahora — me decía mientras me veía al espejo.

— ¿Con quien hablas? — mi hermano entro mientras comía un pan.

— Conmigo mismo — dije volteando a verlo—, deja que continue

— Estás loca— se burlo

— Y tú, feo

Salió entre risas, no podía contarle que anoche me estuve besando con mi jefe en el letrero de Hollywood y que fue él quien me había traído a casa, tuve que inventarme una excusa, dije que nos quedamos celebrando en el trabajo por el cumpleaños de un compañero y que uno de ellos me trajo a casa junto con su esposa.

No me gusta mentirles a mis padres, pero mi papá en especial es algo…difícil en el tema de los hombres, asi que es mejor que pensaran que alguien mas me trajo, aunque esto hizo que no pudiera dormir en toda la noche de los nervios, no sé cómo serán las cosas hoy en el trabajo, casi me paso de estación por quedarme dormida en el tren, no sé si hoy estará en la cocina también desde temprano.

Entre con cierta emoción en mi pecho, mire a todos lados, pero no logre verlo, me sentí triste no lo negare, mejor jale mi reja de papas para empezar a lavarlas, cuando de pronto unos brazos me tomaron por detrás, el aroma lo reconocí de inmediato, casi se me sale el corazón.  

— ¿Me estabas buscando? — pregunto Howl

— La verdad si, pensé que hoy no vendría a desayunar

— No iba a perderme eso por nada del mundo — beso mi mejilla antes de soltarme y sentarse justo enfrente de mi—, de hecho, tuve que venir muy a prisa, hoy me levanté tarde

— Eso veo, no está peinado — dije señalando su cabello desordenado.

— Deja de lado esa formalidad, háblame de manera casual, después de todo estamos conociéndonos mejor ¿no?

— Es algo difícil — admití

— Si seremos novios no puedes hablarme asi — exclamo con seguridad

— ¿Novios? — me quede perpleja

— Claro que si — él me sonrió de forma amplia —, es mi intención.

Me puse toda roja y mejor deje de lado las papas para ponerme a preparar el desayuno de Howl, él seguía riendo y de vez en vez me decía que era un precioso tomate, habla mucho en realidad, creo que está mostrándome como es realmente, es algo infantil a mi parecer, pero, si se siente en suficiente confianza conmigo como para mostrarse de esa manera, entonces lo dejare ser, debe ser difícil aparentar ser perfecto todo el tiempo.

— Toda la noche solo pensaba en tu comida — paseaba por la cocina mientras hablaba—, también en la fiesta del cinco de mayo, pienso que debo llevar un regalo porque es una fiesta, pero no sé qué llevar.

— No es necesario el regalo

— Pero, quiero hacerlo, mi madre decía que jamás hay que llegar con las manos vacías — afirmo—, además, es mi primera fiesta latina, estoy muy emocionado ¿Cómo debo vestirme?

— Solo ve con ropa cómoda y no tan lujosa — estaba sirviendo ya la comida.

— Entendido, estuve investigando un poco sobre el barrio donde vives — volvió a su asiento como niño pequeño— ¿Eres de alguna banda?

Esa pregunta me hizo reír bastante, fue mas por la naturalidad en que lo pregunto, no sé, pero sin duda eso me había hecho el dia entero, él me miraba como si no entendiera porque me reía tanto.

— Si, pertenezco a una banda y si somos novios tendrás que ser de la banda también — dije riendo.

— ¿Podre estar en la banda? — pregunto con emoción— ¡Que emoción! ¡Siempre quise estar en una banda!

— Te lo juro, no eres para nada el hombre que dicen que eres — confese entre mis risas.

— ¿Eso te disgusta?

— No, no — aclare de inmediato—. Me hace sentir especial que me muestres este lado, a mí.

— Eres la primera que ve quien soy realmente — confeso tomándome de las manos—, para todos soy el despiadado Howling, el cruel que trata mal a todos, porque debo serlo, porque desde que tengo memoria se me exigió ser perfecto y ser duro, pero no lo soy, odio serlo—, solo podía ver sinceridad en sus ojos, me derrite este hombre—. Puedo ser yo mismo contigo, déjame serlo, quiero gustarte por quien soy de verdad.

— Conmigo jamás tendrás que fingir— pose la mano en su mejilla—, conmigo siempre podrás ser completamente quién eres, aquí estas seguro

Me abrazo ocultando el rostro en mi pecho, me tomo por sorpresa esa acción suya, sin embargo, lo abrace de vuelta, me hacia sinceramente feliz que él pudiera sentirse asi conmigo, que sintiera la confianza de desinhibirse estando a mi lado, creo que con cada momentito que pasa, me siento más atraída por mi jefe.

El momento romántico duro poco ya que mis compañeros alertaron con su presencia al ingresar por el comedor hablando a todo volumen, nos separamos y él se quedo sentado comiendo su desayuno, al entrar a la cocina se quedaron mudos al ver al CEO ahí sentado desayunando.

— Señor, que honor — mi jefe se acercó de inmediato sonriendo nervioso— ¿a qué debemos su presencia?

— Quería desayunar, me gusta el trabajo de ella — dijo con voz seria sin verme—. Me maravilla saber que por fin contratas gente competente para esta cocina.

— C…claro señor — respondió aun con nervios—, ella es novata todavía, pero hace buen trabajo, se aprendió las recetas rápidamente.

— Es tiempo que las cartas cambien, quiero tus ideas hoy por la tarde — Howl me miro de reojo—. Que ella te ayude

— ¿Qué? P…pero señor…yo soy el chef principal

— ¿Estas cuestionando mi decisión? — Howl llevo su mirada ahora a mi jefe —, haz lo que te digo o estarás despedido

Mi jefe me miro con molestia, pero tuvo que cambiar la expresión de inmediato porque Howl seguía mirándolo a su vez con gran seriedad, había terminado de comer, se puso en pie tomando su saco, acercándose peligrosamente a mi jefe.

— Si haces algo que afecte el desempeño de esa chica, tu y yo tendremos muchos problemas — le dijo con una voz que hasta a mi me dio miedo—, en esta empresa le damos la oportunidad a los nuevos talentos a desarrollarme profesionalmente y a obtener ascensos, tú también fuiste novato una vez.

— Lo entiendo, señor — respondió mi jefe.

— Tú — le hablo a uno de los meseros que corrió hacia donde estaban—, si él le hace algo a la chica, me lo dirás, si no, también tendrás problemas

— ¡Si, señor! — exclamo duro el mesero.

— Asi me gusta — Howl se volvió a mi— Gracias por la comida, espero mi comida a tiempo.

Solo afirme con la cabeza, su aroma se quedo en el aire aun cuando él ya había salido de la cafetería, me daba miedo mirar a mi jefe, pero me arme de valor y solo note que él estaba sacando unas hojas para escribir sus ideas para la carta nueva, yo no dije nada, continue con mi trabajo pelando papas.

— Te dejare un espacio para que escribas tus platillos, al final prepararemos todos y el señor Howling tomara la decisión —me dijo

— Si, señor.

— No creas que lo hago porque me gusta la idea — me dijo mirándome feo.

— Lo siento— dije agachando la cabeza.

— Solo eres una cocinera con suerte

— Señor…yo también soy chef — dije bajito.

— ¡Esta es mi cocina! — me grito molesto—

Aprete los ojos cuando me grito, me dio mucho miedo, pero no iba a rendirme tan fácil, mi sueño es ser una chef de alto nombre asi que no me puedo dejar intimidar por él, alce la vista y le sostuve la mirada, no me deje, termine y deje las papas en la barra de metal.

— Ya vengo

— Si tardas, estás despedida

— No se va a deshacer tan fácil de mi

Hable con una seguridad que jamás había sentido antes, fui hasta el baño casi volando, cuando estuve ahí me tome el pecho respirando muy rápido, Dios Mio, esto de ser dura no me sale tan bien como a Howl, justo me sonó el teléfono, era número desconocido, pero igualmente respondí.

— ¿Sí?

— ¿Te está molestando? — esa voz.

— No, aunque ira tras mi cabeza, no debiste decirle que me diera espacio en la carta

— ¿Por qué no? Violet, tienes mucho talento, quiero que hagas mas que pelas papas o cebollas.

— ¿De verdad crees que tengo talento?

— Lo tienes, estoy muy seguro, esta noche espérame a las siete, iremos a mi casa, quiero que cocinemos juntos.

— ¿Tú casa?

— Si, no te hare nada malo, señorita — se burló—, nos vemos más tarde.

No me dejo responder, había cortado la llamada, me quede mirando en el espejo del baño, otra vez estaba toda roja, no puedo creer que conoceré el lugar donde vive.  

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