Paso las hojas una por una, leyendo que ese maldito está siendo bastante persistente y tendré que averiguar si ésta chica es la primera o si tiene a alguna otra persona bajo sus garras. Si lo que planea es lo mismo que hace años, entonces una de dos, o tiene a más o está intentando llevarse a varias a la vez.
Me parece increíble que no desista, y bastante patético, si me lo preguntan, como si realmente fuera a conseguir su objetivo, solo le falta decir que desea conquistar el mundo... Me recuerda a ese ratón blanco de caricatura, con sus planes de todas las noches para conseguir su objetivo. Obviamente todos fallaban siempre y con éste infeliz no va a ser diferente. Soy una asesina, no una "heroína" de caricatura o comic, sin embargo, tengo cuentas qué saldar con ese desgraciado y un deber que he dejado bastante de lado últimamente.
No importa, ese idiota morirá y eso es lo que interesa ahora, voy a hacer que se arrepienta de todo lo que hizo y me cobraré cada cicatriz...
La chicharra suena y la puerta se abre, mostrando a Dave ésta vez, lo que me hace sonreír de lado.
-¿Qué le pasó a tu compañero? No me digas que se enojó por tener una pequeña línea en su mejilla... Por favor, ni que fuera tan guapo, y además, dicen que a las mueres les gustan las cicatrices.
-Hela, no empieces, solo vamos, ¿sí? Vas a salir de aquí, no te pongas pesada ahora.
-Uy, qué amargado, y yo que estaba por decir que iba a extrañarte.
-Vamos de una vez, al fin me libraré de ti y tu fastidioso sarcasmo y particular sentido del humor.
-Quéjate cuanto quieras, ambos sabeos que vas a echarme de menos.
Dave pone los ojos en blanco y suspira con cansancio, haciéndose a un lado para que pueda pasar y con carpeta en mano, cruzo hacia el exterior de éste cuarto de concreto y acero, guiñándole el ojo con diversión mientras enfilo hacia la sala donde almacenan las pertenencias de los presos. En cuanto esa caja se abre frene a mí, no puedo evitar sonreír con satisfacción de, por fin, poder quitarme éste estúpido mono naranja y reemplazarlo con la ropa que prefiero usar.
Pantalones de vaquero obscuros a la pierna, botas tipo borsegos con cordones y taco negros, camiseta con el logo de metálica, mi chaqueta favorita de cuero y mi gorro de lana del mismo color, haciendo resaltar mi cabello rojo. Recuperar mis aros también es motivo de alegría, mi labio se sentía vacío sin la argolla que tengo en el inferior izquierdo y era raro no sentir el tintineo de las cadenitas de mi oído derecho.
Muchos dirían que un buen asesino, es aquel que pasa completamente desapercibido, aquel que está ahí, pero tú no lo sabes, aquel al que confundes con facilidad con un transeúnte común y corriente o con el tendero de una tienda, sin embargo, en la actualidad, los jóvenes hacen cosas muy locas con su estilo para sobresalir, hasta podría jurar que por lo menos la mitad de todos ellos se ha teñido el cabello (como mínimo) una vez, si no es que lo lleva de colores todo el tiempo. Entre ellos, solo soy una más... Y para el resto existen las pelucas.
Junto con mi ropa está mi billetera con mis documentos y algunos billetes, mi teléfono (sin batería obviamente) y una agenda que, evidentemente, nadie entendió para qué es, lo que me deja tranquila. Como he dicho hasta ahora, liga de idiotas...
Guardo todo y salgo por la puerta hacia la salida, sintiendo el aire fresco y el sol dándome en el rostro.
-Aaaaaaah... La libertad.
Una tos "disimulada" llama mi atención y me encuentro con mi contratador y su asistente esperándome en, bueno, un helicóptero... Interesante. Con mi rostro de póker habitual, termino de acortar la distancia y me detengo delante de ellos, quienes me observan de arriba abajo con el ceño fruncido de curiosidad.
-¿Qué? ¿Esperaban un atuendo completo de vinil, con botas de taco aguja y un guardapolvo largo de cuero y todo en un obscuro y sexy color negro? Por favor... No es práctico, hace demasiado ruido y, como detalle, si no está debidamente preparado, pellizca en lugares incómodos.
Paso por su lado caminando hacia el pájaro metálico y juro que casi puedo escuchar su risa por mi declaración. Una vez abordo, ellos también suben y dan la orden de partida, haciendo que esto se mueva.
-¿A dónde iremos ahora?
-Necesitas un cambio de imagen. Si bien mi hija ya ha tenido el cabello corto como lo tienes, nunca lo ha tenido ni lo tendrá de ese color.
-Qué amargado, resalta mis ojos... Y la sangre se disimula mejor cuando lo tienes así.
-No interesa, aunque no eres ella, tendrás que fingir que lo eres y hay un código en cuanto a imagen, y la tuya no entra en él. Si quieres tener la posibilidad de encargarte de Demetrius, tendrás que seguir las normas.
-Ya qué... Pero no usaré ropa del color de las florecitas. Si me quieren vestir con colores pastel o como una muñequita, prenderé fuego a lo que sea que me traigan. Lo advierto, sé dónde conseguir materiales incendiarios con mucha facilidad.
-Está bien, supongo que es justo. Podríamos decir que mi esposa ha buscado un estilo más adulto para nuestra hija y por eso el cambio.
-¿En serio usa tanto esos colores?
-Le gusta lo delicado y suave.
-Entonces éste trabajo será mucho más complicado de lo que esperaba, y no precisamente por Demetrius...
Luego de eso, pasamos el resto del viaje (que habrán sido un par de horas), un rato explicándome algunas de las actividades de a quien voy a reemplazar y cosas importantes sobre ella y el resto en silencio mientras permanezco hundida en mis pensamientos, una mezcla de recuerdos que me llenan de ira, con las posibilidades de lo que pasará y de la futura muerte, que me hacen sentir más tranquila.
En un momento, el presidente y su asistente hablan bajo y veo al primero frotarse el rostro con cansancio para luego dar una orden al piloto.
-¿Qué ocurre?
-Cambio de planes, iremos directo a la casa.
-¿Por qué?
-Porque mi esposa ha puesto el grito en el cielo cuando se enteró de todo eso.
Esa afirmación me divierte, aunque mantengo mi rostro serio; su mujer parece ser de esas que manipulan a su marido para obtener lo que quiere y, si no está feliz conmigo, va a hacerle la vida imposible para que cambie. Va a ser una pena, porque no voy a irme, no me interesa a quién le moleste o no.
-Así que la Primera Dama no está feliz, ¿no es así?-Hela...-Bien, ya estoy previendo lo que va a pasar. Por la forma en la que reaccionó cuando su asistente le avisó, usted es un pollerudo, ella es quien lo domina, y lo más probable es que le insistirá para quitarme de esto y que desista de éste plan, pero le comento una cosa, soy su mejor opción para encargarse de ese infeliz. Cualquier otra persona la va a tener prácticamente imposible para eliminar la amenaza, mas yo no, y como extra, no pienso dejar que nadie más me quite el placer de matar a ese desgraciado, así que como consejo, le diré que, antes de que ésta cosa aterrice, será mejor que haya encontrado sus bolas y las reacomode en su lugar, porque si deja que su esposa gane y yo no intercambio lugar con su hija, su destino no va a ser precisamente feliz cuando Demetrius se la lleve. Usted decide, y
-Solo habla, Hela, las cosas están ya bastante tensas como para que te pongas en modo sarcástica. Los guardias ya me advirtieron sobre tu forma de ser.-Uy, qué amargo. En fin, supongo que será lo mejor.-¿Y bien?-Sencillo: primero que nada, como dije, hablando de inútiles, no quiero que esos me estén fastidiando. Tu hija será una florecita indefensa que los necesita por si se rompe una uña, pero yo soy capaz de romperme un brazo o recibir una bala en el cuerpo y asistirme sola, así que no los quiero rondándome ni molestando por lo que sea que haga. Pueden acompañarme como a ella y fingir que hacen su trabajo, sin embargo, en lo que a mí respecta, si se meten en mi camino, recibirán lo suyo como cualquier otro... No trabajo en equipo, no le necesito, solo están para la fachada, no para estorbar, ¿estamos en claro?-Supongo que es ac
La cara que me devuelve la mirada desde el espejo la reconozco, salvo por las cejas ahora rubias, pero el resto, ni por asomo...Cabello rubio, piel limpia de tatuajes, perforaciones vacías... Dios mío, realmente he desaparecido bajo de la imagen de una niña hija de papi. Me acabo de deprimir.-Wow, realmente el parecido es asombroso, aunque hay algo que hace que no pueda creer aún que es la Señorita.-Eso es porque tú fuiste quien me tiñó el cabello y tapó las obras de arte de mi piel.-No es eso, es algo en sus ojos... Algo obscuro. No sé bien qué, pero ahí está.-Si hubieras vivido lo que yo, créeme que estarías igual.-Puedo creerlo... vi lo que oculta ahí atrás.Eso me pone en alerta y la observo a través del espejo con gesto serio, a lo que ella alza las manos como disculpándose.
Camino por el pasillo, la sonrisa que me generó enfrentarme a esa mujer (ahora mucho más pequeña), no se borra de mi rostro, y reviso el camino, memorizándolo e intentando ignorar la molestia de estar con trajeados al frente y a mi espalda. ¡VAMOS! Lo más peligroso aquí soy yo y no voy a lastimar a nadie... A menos de que alguien me moleste lo suficiente, ¿es necesario que estén rodeándonos? Empiezo a sentir claustrofobia. ¿Cómo es que al presidente y a su hija no les molesta esto? ¿Los escoltan incluso al baño? Un poco de privacidad, por favor.Finalmente llegamos a nuestro destino, el cuarto de la princesita, el cual (por suerte para mí quizás) no tendré que usar normalmente, tendré mi propia habitación, mas debo conocer a fondo por si alguien viene. Intentaré a toda costa que eso no ocurra, no quiero tener que fingir ser esta debilucha
Me delineo como he visto que hace Mailena y me observo en el espejo, si no supiera que soy yo, en serio podría llegar a pensar que estoy viendo una foto de ella y no mi reflejo en el espejo. Me he pasado los últimos seis días me los he pasado estudiando sus maneras, sus ademanes, sus respuestas, y he interrogado a sus guardaespaldas para que me dijeran la verdad. No importa cómo se comporte con su familia o en público, todos tenemos dos caras, y ellos conocen ambas, por lo que los presioné para que me contaran cómo se comporta con sus amigos y conocidos para que nadie pueda sospechar de quién soy.Resulta que con sus amigas en un tanto odiosa, del tipo que tiene arranques idiotas de molestar a otros por su posición, lo cual va a joderme al tener que hacerlo porque solía golpear a personas como ella. Me costará no sacar a flote la ira al ver a sus amiguitas haciendo esas estupideces, porque tend
-No creo que alguien pueda decir que no estás lista.-Si puedo engañar a sus propios padres, creo que nadie más dudará que soy ella, ¿no?-Imagino que no. Pero eso no quiere decir que no debas una disculpa.-¿Por qué? ¿Por hacer mi trabajo bien? ¿O por demostrar, a quien dudó de mí y me insultó, que soy mucho mejor de lo que creen?-Tienes que admitir, que te pasaste de la raya.-Yo no le dije que viniera a defenderme a mí, ¿o sí? Fue su elección, tan convencida estaba de que yo no podría jamás imitar correctamente a su hija. Lo hice tan bien, que ni ella no supo quién era quién y hasta me eligió a mí. No veo una necesidad de una disculpa por hacer lo que debo y hacerlo perfecto.El Presidente suspira y simplemente niega con la cabeza, sabiendo que tengo razón en lo que d
-Bueno, la verdad es que...-¿Qué? ¿Que ella quiere quedarse aquí?-Sí.-No me sorprende, y mucho menos el que usted esté considerando aceptar eso, parece que no recordara realmente cómo es su hija.-Ella solo...-Solo está interesada en "mantener su imagen", a costa de la posibilidad de que la rapten. ¿A usted no le importa realmente o me trajo aquí por pura diversión?-No puedes hablarle así al Presidente.-Sí, sí que puedo, porque no voy a desperdiciar mi tiempo en un trabajo que, ya de antemano, sé que saldrá mal porque, mi contratador, no es capaz de mantener a su hija bajo control. Que no es capaz de decirle que no a sus caprichos por el bien de su protección y su vida. Si vamos a empezar así ya, entonces, con su permiso, yo me retiro.Estoy por darme la vuelta, cuando su voz me d
Las armas de los de seguridad automáticamente salen de sus fundas y me apunta, haciendo que los observe con una ceja alzada, ¿esto es en serio? No puedo evitar poner los ojos en blanco y cuento hasta diez para mantener la calma, porque si hay algo que me saca de quicio, son los idiotas, y ahora estoy literalmente rodeada, ¿es que no usan el cerebro? Respiro profundo un par de veces, hasta que creo que puedo mantener completamente bajo control mi instinto asesino y vuelvo a centrar mi atención en el estúpido que inició esto.-¿Aliarme con esa escoria? Nunca, ni es sus más dulces sueños. Ese maldito hizo de mi vida un infierno y por perseguirlo para eliminarlo, es que terminé en la prisión. Si me reuniera con él, solo sería para matarlo, no para ayudarlo, lo quiero ver tres metros bajo tierra o, incluso, siendo devorado por buitres, no vivito y coleando, así que será m