-Así que la Primera Dama no está feliz, ¿no es así?
-Hela...
-Bien, ya estoy previendo lo que va a pasar. Por la forma en la que reaccionó cuando su asistente le avisó, usted es un pollerudo, ella es quien lo domina, y lo más probable es que le insistirá para quitarme de esto y que desista de éste plan, pero le comento una cosa, soy su mejor opción para encargarse de ese infeliz. Cualquier otra persona la va a tener prácticamente imposible para eliminar la amenaza, mas yo no, y como extra, no pienso dejar que nadie más me quite el placer de matar a ese desgraciado, así que como consejo, le diré que, antes de que ésta cosa aterrice, será mejor que haya encontrado sus bolas y las reacomode en su lugar, porque si deja que su esposa gane y yo no intercambio lugar con su hija, su destino no va a ser precisamente feliz cuando Demetrius se la lleve. Usted decide, y hágalo rápido.
Quiere replicarme, en serio que sí, lo noto y hasta la piel se le ha puesto un tanto rojiza, creo que nadie le había hablado así en un buen tiempo, sin embargo, eso fue una bofetada de realidad: si quiere mantener a su progenie a salvo, tendrá que anteponerse a esa mujer y plantarle cara, o de lo contrario, las cosas terminarán bastante mal.
-Mire, es muy simple, ¿quiere que su mujer se enoje ahora y luego se lo agradezca cuando todo esto termine, o prefiere que se ponga feliz ahora "porque ganó" y luego lo culpe a usted por no haber hecho nada para mantener a su hija a salvo cuando Demetrius logre su objetivo y la pierdan? Porque se lo aseguro, ella le echará toda la culpa a usted, se desligará de toda responsabilidad y usted será el único que cargue con el peso de lo que le ocurra a Mailena. Es así de fácil.
-Sr. Presidente...
-Está bien, me guste o no, sé que tienes razón, y sí, tú cumplirás con ésta misión sin importar lo que mi esposa diga, prefiero que mi mujer proteste ahora y mi hija esté a salvo finalmente, a que algo le pueda pasar por no poder entender que esto será lo necesario.
-Buena decisión. Ahora, será mejor ir a verla y terminar pronto con esto, luego me teñirán el cabello y me darán una buena y abundante base de maquillaje para cubrir mis tatuajes y estudiaré lo referido a su hija con detalle.
-Espero que seas muy buena actriz.
-En cuanto estudie a fondo cómo se mueve, actúa y hasta responde a diversas situaciones, no notará la diferencia. Algo que debe aprenderse rápido si debes pasar desapercibido, es saber adaptarse.
-Por lo menos no tienes el acento ruso de la r marcada al hablar.
-He vivido en muchos países a lo largo de mi vida, nunca adopté ningún idioma como materno realmente, sin embargo, hablo varios.
-Supongo que era algo necesario en tu... profesión.
-Puede decirlo, no se corte, soy una asesina a sueldo, una muy buena y estoy orgullosa de serlo.
-Será mejor dejar la conversación aquí...
-Como prefiera.
Aunque no sonrío, sí que estoy divertida y me mantengo en silencio solo para que se tranquilice, porque sé que lo que se viene va a ser una guerra y que, luego de mi "pequeño empuje", será aún peor. Así pasamos el resto del viaje hasta que finalmente aterrizamos y bajo del armatoste para ir al interior de su "pequeña Casa Blanca"; ya he estado aquí, hace quizás unos dos o tres años, pero nadie lo sabe. Mientras caminamos, reviso cada centímetro de los pasillos de forma disimulada, notando sutiles cambios aquí y allá desde mi última visita, hasta que llegamos al lugar donde nos esperan unos cuantos trajeados completamente serios y dos mujeres, una mayor, que debe de rondar los cuarenta y, por supuesto, mi espejo aniñado, ambas revisándome con la mirada y, obviamente, sin que les guste ni un pelo lo que están viendo.
-Lisa...
-No.
-Y aquí vamos...
-Tú cállate, eres una asesina y no te quiero aquí ni cerca de mi hija. Y en cuanto a ti, no puedo creer que realmente hayas hecho esto y sin consultarme, ¿es que te volviste loco? ¿Cómo se te ocurre?
-Trato de proteger a nuestra hija, y ella es la única que puede encargarse de Demetrius. Te guste o no, Hela es la única opción que nos queda.
Debería enojarme por su mandadera a callarme, no suelo permitir esas cosas, mas estoy bastante divertida como para intervenir por el momento, aunque no lo dejaré pasar por una segunda vez.
-Estás completamente loco, ella ni siquiera se parece a Mailena, ¿cómo se supone que va a hacerlo?
-Si hubieras esperado a los cambios de imagen que estaban programados, no estarías diciendo eso. Su rostro, sus rasgos, incluso sus ojos... Hela es igual a Mailena, y en cuanto sus tatuajes queden cubiertos y su cabello cambie a rubio, no habrá diferencia alguna.
-Estás loco si crees que esa cosa podrá parecerse siquiera a mi bebé.
-Pues entonces necesita anteojos, señora... Y antes de que siquiera se atreva a volver a decir que me calle, porque no lo dejaré pasar otra vez y nadie, repito, nadie me da órdenes, le aseguro que, una de dos cosas pasará: yo me quedaré, haré mi trabajo, y Demetrius morirá en mis manos, lo que asegurará la vida de su hija, o volveré por donde vine, y usted se despedirá de su hija quizás para siempre, porque es evidente que, ese grupo de inútiles que los custodia no sirven para nada, porque de lo contrario, yo no estaría aquí y no me necesitarían.
-Tú...
-Por cierto, hablando de inútiles, ahora que lo recuerdo, creo que es buen momento para hablar de un par de condiciones que voy a poner y que no van a poder rechazar.
-¿Cuáles? ¿De qué hablas?
-Pues es muy simple...
-¿Realmente vas a escuchar a esa mocosa irrespetuosa?
-Lisa, por una vez, cierra la boca y déjame hacer lo necesario para proteger a mi hija, porque aunque parece que tú estás dispuesta a perderla por tu necedad, yo no, y si tengo que ceder en algunas cosas para que esto funcione, lo haré. ¿Cuáles son tus condiciones, Hela?
Una sonrisa estira lentamente mis labios y noto la ira de la mujer, la cual es evidente que hierve por dentro ante lo que acaba de hacer su esposo.
-Son solo tres, no es tan grave... Quizás.
-Solo habla, Hela, las cosas están ya bastante tensas como para que te pongas en modo sarcástica. Los guardias ya me advirtieron sobre tu forma de ser.-Uy, qué amargo. En fin, supongo que será lo mejor.-¿Y bien?-Sencillo: primero que nada, como dije, hablando de inútiles, no quiero que esos me estén fastidiando. Tu hija será una florecita indefensa que los necesita por si se rompe una uña, pero yo soy capaz de romperme un brazo o recibir una bala en el cuerpo y asistirme sola, así que no los quiero rondándome ni molestando por lo que sea que haga. Pueden acompañarme como a ella y fingir que hacen su trabajo, sin embargo, en lo que a mí respecta, si se meten en mi camino, recibirán lo suyo como cualquier otro... No trabajo en equipo, no le necesito, solo están para la fachada, no para estorbar, ¿estamos en claro?-Supongo que es ac
La cara que me devuelve la mirada desde el espejo la reconozco, salvo por las cejas ahora rubias, pero el resto, ni por asomo...Cabello rubio, piel limpia de tatuajes, perforaciones vacías... Dios mío, realmente he desaparecido bajo de la imagen de una niña hija de papi. Me acabo de deprimir.-Wow, realmente el parecido es asombroso, aunque hay algo que hace que no pueda creer aún que es la Señorita.-Eso es porque tú fuiste quien me tiñó el cabello y tapó las obras de arte de mi piel.-No es eso, es algo en sus ojos... Algo obscuro. No sé bien qué, pero ahí está.-Si hubieras vivido lo que yo, créeme que estarías igual.-Puedo creerlo... vi lo que oculta ahí atrás.Eso me pone en alerta y la observo a través del espejo con gesto serio, a lo que ella alza las manos como disculpándose.
Camino por el pasillo, la sonrisa que me generó enfrentarme a esa mujer (ahora mucho más pequeña), no se borra de mi rostro, y reviso el camino, memorizándolo e intentando ignorar la molestia de estar con trajeados al frente y a mi espalda. ¡VAMOS! Lo más peligroso aquí soy yo y no voy a lastimar a nadie... A menos de que alguien me moleste lo suficiente, ¿es necesario que estén rodeándonos? Empiezo a sentir claustrofobia. ¿Cómo es que al presidente y a su hija no les molesta esto? ¿Los escoltan incluso al baño? Un poco de privacidad, por favor.Finalmente llegamos a nuestro destino, el cuarto de la princesita, el cual (por suerte para mí quizás) no tendré que usar normalmente, tendré mi propia habitación, mas debo conocer a fondo por si alguien viene. Intentaré a toda costa que eso no ocurra, no quiero tener que fingir ser esta debilucha
Me delineo como he visto que hace Mailena y me observo en el espejo, si no supiera que soy yo, en serio podría llegar a pensar que estoy viendo una foto de ella y no mi reflejo en el espejo. Me he pasado los últimos seis días me los he pasado estudiando sus maneras, sus ademanes, sus respuestas, y he interrogado a sus guardaespaldas para que me dijeran la verdad. No importa cómo se comporte con su familia o en público, todos tenemos dos caras, y ellos conocen ambas, por lo que los presioné para que me contaran cómo se comporta con sus amigos y conocidos para que nadie pueda sospechar de quién soy.Resulta que con sus amigas en un tanto odiosa, del tipo que tiene arranques idiotas de molestar a otros por su posición, lo cual va a joderme al tener que hacerlo porque solía golpear a personas como ella. Me costará no sacar a flote la ira al ver a sus amiguitas haciendo esas estupideces, porque tend
-No creo que alguien pueda decir que no estás lista.-Si puedo engañar a sus propios padres, creo que nadie más dudará que soy ella, ¿no?-Imagino que no. Pero eso no quiere decir que no debas una disculpa.-¿Por qué? ¿Por hacer mi trabajo bien? ¿O por demostrar, a quien dudó de mí y me insultó, que soy mucho mejor de lo que creen?-Tienes que admitir, que te pasaste de la raya.-Yo no le dije que viniera a defenderme a mí, ¿o sí? Fue su elección, tan convencida estaba de que yo no podría jamás imitar correctamente a su hija. Lo hice tan bien, que ni ella no supo quién era quién y hasta me eligió a mí. No veo una necesidad de una disculpa por hacer lo que debo y hacerlo perfecto.El Presidente suspira y simplemente niega con la cabeza, sabiendo que tengo razón en lo que d
-Bueno, la verdad es que...-¿Qué? ¿Que ella quiere quedarse aquí?-Sí.-No me sorprende, y mucho menos el que usted esté considerando aceptar eso, parece que no recordara realmente cómo es su hija.-Ella solo...-Solo está interesada en "mantener su imagen", a costa de la posibilidad de que la rapten. ¿A usted no le importa realmente o me trajo aquí por pura diversión?-No puedes hablarle así al Presidente.-Sí, sí que puedo, porque no voy a desperdiciar mi tiempo en un trabajo que, ya de antemano, sé que saldrá mal porque, mi contratador, no es capaz de mantener a su hija bajo control. Que no es capaz de decirle que no a sus caprichos por el bien de su protección y su vida. Si vamos a empezar así ya, entonces, con su permiso, yo me retiro.Estoy por darme la vuelta, cuando su voz me d
Las armas de los de seguridad automáticamente salen de sus fundas y me apunta, haciendo que los observe con una ceja alzada, ¿esto es en serio? No puedo evitar poner los ojos en blanco y cuento hasta diez para mantener la calma, porque si hay algo que me saca de quicio, son los idiotas, y ahora estoy literalmente rodeada, ¿es que no usan el cerebro? Respiro profundo un par de veces, hasta que creo que puedo mantener completamente bajo control mi instinto asesino y vuelvo a centrar mi atención en el estúpido que inició esto.-¿Aliarme con esa escoria? Nunca, ni es sus más dulces sueños. Ese maldito hizo de mi vida un infierno y por perseguirlo para eliminarlo, es que terminé en la prisión. Si me reuniera con él, solo sería para matarlo, no para ayudarlo, lo quiero ver tres metros bajo tierra o, incluso, siendo devorado por buitres, no vivito y coleando, así que será m
-Bueno, la verdad, es que no confío en ella.-¿Por qué? Que desconfíe de ti es normal, hasta yo lo hago, solo que no pongo demasiadas objeciones porque yo fui quien te trajo, pero ella solo quiere que nuestra hija esté a salvo.-Con todo respeto, Sr. Presidente, su mujer es una manipuladora, por si no se ha dado cuenta. Por lo que he investigado sobre ella...-¿La investigaste?-Como a todas las personas que han estado a mi alrededor en estos días.-Por Dios...-La cosa es que, en lo que he averiguado, su mujer ha cambiado mucho desde que usted se metió en la política y empezó a tener cargos. Pasó de ser una mujer sencilla y tranquila, a una que tiene su mente puesta en el poder.-¿Y por qué debería ser eso motivo para que te de sus datos? ¿Estás insinuando que ella pudo tener que ver con lo que ha estado pasando