Mi bala le hace saltar el arma de la mano, incluso noto que perdió un dedo, y antes de que reaccione de nuevo o intente sacar alguna otra, le doy dos tiros más: uno en el hombro y otro en la rodilla, ninguno letal. Con eso hecho, prácticamente salto hacia él y pateo su cabeza, haciendo que quede desmayado. Cuando ya no se mueve, respiro profundo y me quito el cabello de la cara, revisando que todo esté quiero y en su lugar. Al mismo tiempo, Mailena se acerca luego de levantarse con un poco de dificultad debido a la cinta que aún sostiene sus brazos. Su mirada molesta se intercala entre Demetrius y yo. -¿Por qué lo dejaste vivo? ¡Él ya debería estar muerto! -Aún lo necesito con vida. -¿Por qué? ¿Estás loca o qué? -Porque esto todavía no termina, y quiero todos y cada uno de los datos y ubicaciones de sus seguidores que pueda conseguir para exterminarlos definitivamente. Cuando salgamos de éste sitio, él va a convertirse en algo así como un juguete masticable para perro, solo
-¡DENSE PRISA, LA HEMORRAGIA NO SE DETINE! ¡LA ESTAMOS PERDIENDO!-¡SANGRE 0 NEGATIVO, AHORA!-¡LA BALA DAÑÓ LA AORTA TAMBIÉN, ESTÁ CAUSANDO TAPONAMIENTO CARDÍACO, LA SANGRE SE ESTÁ ACUMULANDO RÁPIDO!-¡SUCCIÓN!-¡HAY FIBRILACIÓN VENTRICULAR!-¡LA PEREMOS! -¡NO TE RINDAS HELA!-¡RESUCITAOR! -¡NO REACCIONA!-¡OTRA VEZ!-¡NADA!-¡DE NUEVO!Bip-bip, bip-bip, eso es lo único que escucho, nada más. Todo está negro y siento el cuerpo pesado, como si tuviera cadenas muy gruesas en cada extremidad, incluso en el cuello y la cintura, empujándome hacia abajo. Noto la boca pastosa y la garganta adolorida, por lo que, obviamente, no estoy muerta, pero si juntamos todo lo que nombré antes, solo hay un sitio (que apesta a desinfectante) en el que me puedo encontrar ahora mismo, y ese es el hospital. Mis párpados son como lápidas de concreto, me cuesta la vida el alzarlos para tener un atisbo siquiera de mi entorno, y en cuanto noto la vía en mi brazo y la pila de cables conectados a mi persona,
Seis meses después:Clavo el cuchillo en el pecho del infeliz y, cuando veo que ha muerto definitivamente, me limpio los restos de sangre del rostro y retiro la hoja del cuerpo, limpiando el escarlata en su ropa antes de guardarlo de nuevo en su funda. Uno menos, casi termino. Saco mi teléfono, voy a la lista que tengo y tacho el nombre de los cuatro que acabo de eliminar, viendo que solo quedan unos veinte a los que tengo que hacer desaparecer. He avanzado mucho en poco tiempo y, si sigo así, para el mes que viene, habré terminado mi cacería definitivamente. Salgo de la lista, veo la hora y maldigo internamente al ver que se me fue el tiempo, si no me apuro, llegaré tarde y odio ser impuntual, por lo que simplemente tomo mis cosas y salgo del club por la ventana tal y como entré, o sea, sin que nadie lo note, metiéndome a mi auto y arrancando a toda velocidad. En cuanto llego a mi "casa" de aquí, estaciono en el garaje con una derrapada y bajo corriendo hacia el interior del lugar
El hombre trajeado corre hacia la oficina todo lo rápido que puede, siendo seguido por un séquito de otros cuatro hombres también de traje, solo que con auriculares disimulados y con las cartucheras con sus armas quedando expuestas por las americanas de los trajes abiertos y despreocupados por haber un tema más importante entre manos.El primer hombre no podía creer que había ocurrido una vez más, ¿cómo era posible? Se suponía que estaba con protección, ¿cómo es que había podido ocurrir? ¿Es que tenía a un grupo de completos inútiles bajo su mando? Maldita fuera su suerte... No importaba, ya luego lidiaría con ese problema, ahora necesitaba llegar y pronto, era su prioridad. Y con eso en mente, acelera el paso todo lo que puede y por fin alcanza su destino, abriendo la puerta de golpe, sin importarle el ser delicado en ese momento, encontrando un
-Vamos, ponte de pie, tengo que ponerte las esposas para que vayas a la sala de visitas. No puedes hacerte de rogar.Afino a punta que acabo de doblar y reviso con la mirada al idiota de Shon, el cual es nuevo, tiene a penas un mes trabajando aquí, y parece haberse olvidado momentáneamente de con quién está hablando.-Aún no respondes mi pregunta, ¿quién querr&iac
-Algo por el estilo. Quiero que te hagas pasar por mi hija hasta que quien quiere llevársela caiga. Aunque no es precisamente un cumplido a mi parecer, estás clasificada como una de las asesinas más mortíferas e implacables conocidas hasta la fecha, aún con tu juventud, por lo que imagino que, si te haces pasar por ella y, quien quiere llevársela, ve lo que haces y cree que Mailena puede defenderse, podrían finalmente desistir o, en su defecto, te podrías encargar del tema.-¿Y por qué haría eso? ¿Qué podría llegar a tener de llamativo para mí? P
Paso las hojas una por una, leyendo que ese maldito está siendo bastante persistente y tendré que averiguar si ésta chica es la primera o si tiene a alguna otra persona bajo sus garras. Si lo que planea es lo mismo que hace años, entonces una de dos, o tiene a más o está intentando llevarse a varias a la vez.Me parece increíble que no desista, y bastante patético, si me lo preguntan, como si realmente fuera a conseguir su objetivo, solo le falta decir que desea conquistar el mundo... Me recuerda a ese ratón blanco de caricatura, con sus planes de todas las noches para conseguir su objetivo. Obviamente todos fallaban siempre y con éste infeliz no va a ser diferente. Soy una asesina, no una "heroína" de caricatura o comic, sin embargo, tengo cuentas qué saldar con ese desgraciado y un deber que he dejado bastante de lado últimamente.No importa, ese idiota morirá
-Así que la Primera Dama no está feliz, ¿no es así?-Hela...-Bien, ya estoy previendo lo que va a pasar. Por la forma en la que reaccionó cuando su asistente le avisó, usted es un pollerudo, ella es quien lo domina, y lo más probable es que le insistirá para quitarme de esto y que desista de éste plan, pero le comento una cosa, soy su mejor opción para encargarse de ese infeliz. Cualquier otra persona la va a tener prácticamente imposible para eliminar la amenaza, mas yo no, y como extra, no pienso dejar que nadie más me quite el placer de matar a ese desgraciado, así que como consejo, le diré que, antes de que ésta cosa aterrice, será mejor que haya encontrado sus bolas y las reacomode en su lugar, porque si deja que su esposa gane y yo no intercambio lugar con su hija, su destino no va a ser precisamente feliz cuando Demetrius se la lleve. Usted decide, y