Fiesta

Emiliam termino su llamada y volvió a donde estaba Sol. 

— Perdón, tengo que ir a una fiesta de Ava. Apenas me acaban de avisar y tengo que pasar por dos amigas. 

— Entonces, posponemos la clase.

— Si, lo siento de verdad. Igual te puedo pagar el día, si quieres te deposito.

— No — no podía sacar una tarjeta al nombre de Agustina — preferiría en efectivo.

— Bueno, si te acomoda eso. 

Tomo su tarjeta y saco un par de billetes, se los dio en la mano. Sol, guardo el dinero y se dispuso a salir del departamento. 

— Espera — la alcanzo y tomo del brazo — no quiero que dejes de venir. Sé que no me fallaras.

— Señor Smith, necesito de su compromiso. No quiero que me deje por ir a sus fiestas, quiero que dedique lo necesario para poder avanzar, no estaré toda la vida siendo su maestra. 

— Sé que tienes compromisos, entiendo y pondré todo de mi parte.

— Perfecto. 

La joven subió al elevador y toco el botón para poder bajar. Al salir del gran edificio, tomo su celular y vio que tenía varios mensajes de Violeta comentándole lo de la fiesta y que quería que la acompañara. Sabía que debía apurarse antes de que llegara Emiliam llegara a la casa.

— ¿Dónde estabas? — Violeta se ponía los aretes, mientras Sol entraba.

— Te dije que con mis amigas de la escuela — Sol se había quitado todo lo que la hacía ver diferente.

— Arréglate, iremos a una fiesta en la playa. Parece que a Ava le encantan las fiestas temprano.

Sol se fue a su cuarto y tomo un traje de baño, se pondría un vestido blanco.

— Lista.

— Bien, Emiliam ya estará por nosotros en unos minutos. Vamos bajando.

Ambas chicas tomaron sus bolsos y se dispusieron a esperar a Emiliam en la calle. Este llego en su auto y se subieron ambas.

— Qué bueno que se animaron — decía Emiliam, le dio un corto beso a Sol — Bueno vamos.

Emiliam arranco y tardaron como hora y media en llegar. Durante todo el camino, Sol pensaba en el comportamiento de su jefe y alumno. No sabía cuál era la razón de sus acciones, le parecía raro, sin contar, que necesitaba saber los sentimientos que tenía por Violeta. Empezaba a sospechar que tenía amantes o alguna chica con la que pasaba el rato, pero, si era verdad sobre la relación que tuvo con Ava, ella debería estar celosa. 

— Sol, ya llegamos. Baja.

De tanto pensar, no se dio cuenta de que habían llegado. Al bajar vio una mansión, tenía un estilo muy elegante. 

— Qué bueno que llegaron — Agenes se acercaba con Camilo, ambos con trajes de baño — Sol, este es mi futuro marido. 

— Camilo — se presentó y le dio la mano — un gusto

— Ava ya esperaba que vinieran. Estaba ya muy ansiosa y quería comenzar. 

— Vamos, no es bueno hacerla esperar — dijo Emiliam.

Unos empleados de la casa les indicaban donde se podrían cambiar. Sol se miraba al espejo, no estaba muy convencida respecto al traje rojo de una pieza. 

— Sol — Violeta tocaba la puerta del baño donde estaba Sol — Ya apúrate.

— Voy.

Al final decidió ya salir así, aunque, no se sentía demasiado cómoda. Caminaba por la casa, hasta que vio la puerta que daba al jardín y todos ya estaban en la fiesta. 

— Hola — Charles se acercó a Sol — que bueno que viniste a la fiesta, pensé que no lo harías.

— No me preguntaron si quería venir, solo me dijeron que tenía que.

— Bueno, eso es lo de menos. Lo importante, es que nos vamos a divertir.

Charles le ofreció una copa a Sol, está la tomo y bebió un trago. Se acercaron a los demás y empezaban a bailar. Agnes y Camilo se acercaban a tener plática con ellos; se empezaba a sentir cómoda ya con los amigos de su jefe.

— Violeta es muy mandona — le decía Agnes — pero bueno es tu amiga.

— Un poco, pero le ayuda mucho y le tengo aprecio de verdad.

— Es una dramática — le decía Charles sin dejar de tomar — si fuera Emiliam, ya la hubiera terminado.

— Pero no lo eres — le dijo Camilo y todos rieron — además, se ve que se quieren. Ya duraron mucho y de cierta forma, no era de tener novia formal.

— ¿Emiliam? — preguntó Sol

— Si, solo salía con chicas, pero no formalizaba. Tal como Charles — le decía Agnes — cuando conoció a Violeta, eso cambio.

— ¿No intento algo contigo o Ava? — pregunto Sol.

Por un momento se quedaron callados.

— No — le respondió Charles — nunca con las amigas.

La curiosidad creía en la mente de Sol, no estaban siendo del todo sinceros.

— Vamos por más tragos — Camilo hablo y Agnes lo acompaño.

— Como te podrás dar cuenta, somos muy unidos. Sin malos rollos, ni nada — le dijo Charles con una sonrisa.

— Si, lo mismo me pasa con Violeta. Somos como hermanas.

— No creo mucho en eso — Charles jugaba con su bebida — ella es muy mandona y gruñona.

— Para nada, es un poco estricta. Pero solo eso.

— Si tú lo dices — le respondía con su sonrisa tan perfecta — espero a tu novio no le moleste, que estés aquí.

— Es mi novio, no mi dueño.

— Vaya, no me imaginaba eso.

— ¿Piensas que soy sumisa? —  le preguntaba Sol con un poco de juego.

— No, pero tampoco que fueras rebelde — Charles le dio una mirada coqueta.

— Bueno — soltó una risa la joven — pero eso, no significa que lo voy a engañar y menos, contigo.

— Yo no te estoy diciendo eso, pero, me podrías regalar una cita.

— No — Emiliam se acercó — creo que ya te dijo que tiene novio. Además, no quiero que distraigas a mi colaboradora.

— Vaya, Emiliam nunca me había prohibido nada.

— Bueno, ella es la amiga de mi novia y trabaja conmigo.

Charles solo le dio una sonrisa a Sol, se fue dejándola con Emiliam. 

— Sé que no debí decirle eso, solo que conozco a mi amigo. Sé que no se rendirá. 

— Gracias, lo tendré en cuenta — se iba a ir, pero Emiliam tomo su brazo con delicadeza — creo que eres una chica que vale la pena y no merece que jueguen contigo. 

— Sí, entiendo — Emiliam aún no la soltaba y ella no le decía nada, no quería que lo hiciera.

— Eres la amiga de mi novia y por eso trataré de que tu estancia sea de lo mejor — la soltó y solo le dio una sonrisa.

— Que bien. 

Sol se metió a la casa, empezó a recorrerla mientras buscaba a Violeta.

— ¿Te perdiste? —  le hablo Ava.

— Buscaba a Violeta — le respondió.

— Claro, la estás buscando. Yo creo, que — se iba acercando a Sol — te querías robar algo. 

— Para nada, creo que me juzgas sin conocerme.

— Ni quiero, no me interesa hacerlo. Por más que Emiliam me obligue, no te aceptaré.

— Solo déjame en paz — Sol se iba a ir, Ava se interpuso en su camino — no tan rápido, quiero confirmar que no te llevas nada.

— No traigo ropa en la cual pueda ocultar cosas — Sol iba a pasar, pero Ava volvió a impedirlo.

— Gatita, no te vas — Ava la tomo de la cintura y la pego a su cuerpo — tengo que revisar que no lleves nada.

Sol estaba espantada, no sabía qué hacer ni que decir. Trato sé quitar las manos de Ava, pero esta espesaba a pasar las manos por su cintura, hasta llegar a sus pechos y con sus dedos recorrer el escote. Metió su mano adentro del traje y jugaba con el pezón derecho de la chica. Sol dio un pequeño gemido.

— No me equivoque, eres una zorra — Ava no la soltaba.

Bajo una de sus manos a su parte intima, sin descuidar los pechos. Rozaba su parte baja en forma de círculos, Sol no quería sentir placer, pero, era inevitable.

— Ven — Ava guiaba a Sol a una habitación. 

Sol no sabía ni que estaba pasando, solo se dejó guiar por la mujer.

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