Ariam se estaba preparando para la cena, había seleccionado cuidadosamente un vestido elegante pero a la vez discreto. Mientras se observaba en el espejo, pensaba en los dobles intereses de Aurelio, mientras que ella no podía evitar pensar en cómo sacar provecho de su circunstancia y asegurar el mejor porcentaje para sí misma.Ariam se colocó de lado para observar sus marcas. Las heridas en la espalda habían sanado de forma satisfactoria, casi volviéndose imperceptibles. La piel ya comenzaba a lucir suave y radiante, como si el tiempo se hubiera esforzado en borrar cualquier rastro de aquella angustia.Pasó sus dedos delicadamente por la zona, solo quedaban pequeñas cicatrices apenas visibles.La mirada de Ariam se encontró con la de Derek, quien la observaba con admiración y ternura. Sus ojos se entrelazaron en un gesto cómplice, y Derek se acercó lentamente, rodeándola con sus brazos protectores. Sus manos acariciaron suavemente la piel que había sanado.—Estás preciosa. —Le dijo mi
Las mesa estaba decoradas con un mantel blanco impecable y había candelabros que iluminaban la habitación con una luz tenue.La cena comenzó de manera exquisita con una selección de aperitivos cuidadosamente preparados para deleitar los paladares más exigentes. Sobre la mesa, se encontraban pequeños platillos con una variedad de sabores y texturas, representando la riqueza culinaria de Colombia.Entre los aperitivos destacaban los "buñuelos", pequeñas bolitas de masa frita hechas a base de queso y harina de maíz, que se deshacían en la boca liberando un interior suave y lleno de sabor. También se servían "empanadas", deliciosas bolsitas de masa rellenas de carne, pollo o queso, que al ser mordidas liberaban un relleno jugoso y aromático.Otro aperitivo que se encontraba en la mesa era el "patacón", una tradicional preparación colombiana a base de plátano verde frito y aplastado, servido con diferentes salsas como guacamole o hogao, una salsa de tomate y cebolla sofrita. El contraste
Las muñecas de Ariam eran un deleite para los sentidos, sus contornos suaves y esbeltos parecían haber sido diseñados específicamente para encajar perfectamente en las manos de Derek. Con una mezcla de anhelo y devoción, sus labios buscaron la delicada piel interna de ambas muñecas, depositando besos ardientes que dejaban un rastro de calor a su paso.Las bragas de encaje rojo que Ariam llevaba, estaban empapadas y humedecidas por la excitación compartida. Derek las tomó entre sus manos, admirando la textura sedosa y el aroma embriagador que emanaba de ellas. Con movimientos deliberados, las enroscó alrededor de las muñecas de Ariam, atándolas con firmeza al cabecero de la cama. El suave roce de la tela contra su piel sensible hacía que ella se estremeciera, consciente de su completa entrega y sumisión. Ahora, ella estaba completamente a su merced, incapaz de escapar de su dominio.Ariam yacía tumbada de espaldas, ofreciéndole sus pechos respingones como una invitación irresistible. S
A la mañana siguiente, Ariam emergió de su sueño temprano, sumergida en la penumbra de la habitación. Sus ojos se posaron con suavidad en el rostro sereno de Derek mientras descansaba. Era una visión de belleza masculina, una obra de arte esculpida por los dioses. Observarlo de esa manera, tan relajado y apacible, despertaba en ella un sentimiento de admiración y un deseo incontenible. Parecía un ángel... pero no uno ordinario, sino un ángel con un toque de maldad, una seducción excesiva que emanaba de cada poro de su piel. Derek era un ser demasiado sexy y atractivo para resistirse.Ariam decidió levantarse y salir a correr un rato, sin esperar más, se levantó, se colocó una ropa deportiva adecuada se calzó las zapatillas deportivas y se aventuró a correr por los vastos jardines de la mansión de Aurelio. Cada paso resonaba en su interior, llevándola a un remolino de recuerdos de la noche pasada en la que Derek la hizo gritar su nombre en éxtasis, una y otra vez. Él era un hombre dota
Cassandra era una mujer elegante y adinerada, adaptada a la vida lujosa y peligrosa que acompañaba a su esposo, Aurelio, el poderoso capo colombiano. Su rostro de cabellos oscuros y ojos verdes reflejaba la sofisticación y el misterio que la envolvían. Pero detrás de esa fachada de poder y glamour, había un vacío en su corazón.Casandra, el atentado que sufrió Casandra había dejado secuelas devastadoras en su vida, había perdido la memoria por completo. Aquel desafortunado incidente no solo le había arrebatado su vida en el presente, sino que también había borrado por completo los recuerdos de su pasado. Cada día era una lucha constante, ya que Casandra se encontraba inmersa en una travesía en busca de su propia identidad, tratando de reconstruir los fragmentos de su pasado perdido.Con el paso del tiempo, pequeños destellos de memoria comenzaron a emerger lentamente en la mente de Casandra. A medida que su memoria se reconstruía, descubrió con asombro la existencia de dos hijas. Sin
Ariam mantuvo su mirada fija en el rostro de su madre mientras un suspiro profundo escapaba de sus labios. Con voz temblorosa, le comunicó a Casandra la trágica noticia de que Danis y su padre habían fallecido recientemente. Un silencio pesado llenó la habitación, y Casandra quedó atónita, incapaz de procesar la impactante revelación. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y su cuerpo quedó paralizado por la conmoción. Un torbellino de emociones encontradas invadió su ser, dejándola sin palabras y con un nudo en la garganta.Un profundo dolor se apoderó del corazón de Casandra, envolviéndola en un torbellino de emociones incontrolables. Sus ojos se llenaron de lágrimas que amenazaban con desbordarse, y un nudo doloroso se formó en su garganta, dificultando su respiración. Fue un momento abrumador, enfrentarse a la pérdida de una hija que nunca tuvo la oportunidad de conocer, y también a la noticia del fallecimiento de su esposo, aunque su memoria no le permitiera recordar su relación j
Derek recibió una llamada inesperada de uno de sus informantes más confiables, un hombre que se había infiltrado en las filas de los Yakuza. La voz del informante estaba cargada de urgencia y emoción contenida mientras le revelaba un secreto que haría temblar los cimientos de la poderosa organización.—Jefe ¡tenemos información de alto valor! Hemos descubierto un alijo de drogas oculto en Arizona, es muy valioso para los Yakuza.Los ojos de Derek se iluminaron con anticipación mientras escuchaba atentamente los detalles que su informante tenía para ofrecer.—Sigue hablando, necesito todos los detalles. — con una voz firme y controlada—¿Dónde exactamente se encuentra este alijo?—Está escondido en una bodega abandonada en las afueras de Tucson. Parece que los Yakuza planean ir a recuperarlo mañana por la noche. Es su tesoro mejor guardado, jefe.Derek asimiló la información, visualizando mentalmente el escenario que se avecinaba. Esa era una oportunidad única para debilitar a los Yakuz
Una vez que se completó la venta de la droga y se distribuyó el dinero entre las diversas organizaciones que colaboraron en su obtención, Derek se encontró frente a una montaña de efectivo que representaba un poder inmenso. Sus ojos centelleaban con determinación mientras sopesaba cuidadosamente las opciones que se desplegaban ante él.El dinero, dispuesto en montones ordenados sobre la mesa, reflejaba los frutos de su audacia y astucia.Decidió destinar una parte de esos fondos para fortalecer y expandir su propia organización. Contrató nuevos hombres y les proporcionó los recursos necesarios, asegurándose de entrenarlos para que se convirtieran en una fuerza temible y leal a su causa. La lealtad era un valor que Derek valoraba por encima de todo, y estaba decidido a rodearse de hombres en quienes pudiera confiar plenamente.Además, decidió invertir en nuevas operaciones y expandir su alcance más allá del tráfico de drogas. El contrabando, la extorsión, el juego y otros negocios lucr