Un latigazo impactó con fuerza sobre su espalda, sacudiéndola bruscamente de su letargo en medio de una maraña de dolor. De sus labios, un grito desgarrador escapó, llevando consigo el eco de su agonía.Allí se encontraba, atada de manos a un poste situado en un rincón de la lúgubre habitación. La cuerda, delicada pero firme, se enroscaba varias veces alrededor de sus muñecas, mientras su rostro permanecía pegado al poste, apenas a escasos centímetros del suelo.Su melena caía en cascada cubriendo su rostro, intentando en vano apartarla para poder vislumbrar su entorno, pero sus esfuerzos resultaban infructuosos.Un nuevo azote se abatió sobre ella, haciendo que su cuerpo se contrajera de manera espasmódica ante el dolor y que un alarido desgarrador escapara de sus labios. Pudo sentir cómo la sangre manaba de las heridas en su espalda, recorriendo sus brazos hasta caer al suelo, formando un rastro escarlata.—¡Grita, maldita zorra! ¿Te gusta esto, verdad? —vociferó el hombre que la so
Derek, al enterarse del secuestro de Ariam, experimentó una oleada de ira que sacudió cada fibra de su ser. Como un hombre con habilidades letales y un pasado marcado por la violencia, sabía que debía utilizar todos los recursos a su disposición para encontrar a su mujer y hacer pagar a aquellos que osaron arrebatarla.Derek se sumergió de lleno con su determinación férrea, consciente de que no había tiempo que perder. Cada minuto que pasaba sin tener a Ariam a salvo era una tortura insoportable para él. Como un hombre de recursos ilimitados y conexiones poderosas, activó su red de contactos dentro de la hermandad del golfo.Derek se rodeó de hombres y mujeres dispuestos a hacer lo que fuera necesario para encontrar a los responsables.Una vez listo, el equipo comenzó la cacería de los responsables. No había descanso ni tregua, solo la sed de justicia guiaba sus pasos. Derek lideraba el frente, decidido a encontrar respuestas en el lugar donde todo había comenzado: el casino clandesti
La desesperación, implacable reveladora de la verdadera naturaleza humana, exhibió los colores más oscuros en aquel hombre. Siempre que el miedo se presentaba, su cobardía se dejaba ver, un signo inequívoco de su debilidad. El dueño del local se convirtió en el perfecto ejemplo de ello.—Tu destino ya ha sido sellado. Sin embargo, por una vez en tu miserable existencia, tienes la oportunidad de hacer algo bien y salvar una vida, en lugar de arruinarla como has hecho siempre.Derek conocía los secretos que envolvían a aquel hombre. No había sido seleccionado para realizar subastas de tal magnitud por su habilidad física, sino por su astucia despiadada. No existía límite alguno para él, ningún individuo se encontraba a salvo de sus maquinaciones. Esta realidad no justificaba que Derek no sintiera ni una pizca de empatía al enfrentarlo. Era un hombre malvado, sí, pero también lo era Derek, en cierta medida.Cuando el hombre negó con firmeza, cerrando los labios en señal de resistencia, D
El cuerpo de Ariam estaba lleno de dolor agudo y punzante. Cada inhalación se convertía en un tormento que le robaba el aliento, mientras el frío penetraba en su piel hasta lo más profundo de sus huesos. Su mirada recorrió la habitación en busca de algún indicio de las otras chicas que estaban allí antes de que se desmayara, pero no encontró rastro de ellas. Se sentía completamente sola, abandonada en aquel lugar oscuro y siniestro.Encogiéndose sobre sí misma, Ariam apretó con fuerza el poste al que estaba atada, en un intento desesperado por mantener el poco calor que le quedaba en su cuerpo maltratado. A pesar del intenso dolor que la recorría, se negaba a ceder a la debilidad y al miedo. Cerró los ojos y concentró toda su energía en un último esfuerzo por acercar sus rodillas al pecho, buscando un poco de alivio en medio de aquel infierno. Al abrir los ojos, se encontró con la visión de sus manos, que mostraban las marcas de su tormento.Sus muñecas, aún sujetas por una cuerda del
Ariam, fue llevada rápidamente al hospital en Indonesia. Después de recibir latigazos terribles, había perdido mucha sangre y estuvo inconsciente durante tres días. También sufrió fuertes golpes en la cabeza.El panorama era desalentador. Ariam tenía heridas profundas en su espalda por los latigazos. Además, los médicos estaban preocupados por su cabeza y querían asegurarse de que no hubiera una lesión grave allí.Los doctores se esforzaron al máximo para ayudar a Ariam. Le dieron transfusiones de sangre para reponer la que había perdido y asegurarse de que su cuerpo se mantuviera fuerte. También le hicieron un montón de pruebas para evaluar cómo estaba su cabeza y darle el tratamiento adecuado.Durante todo ese tiempo, Derek estuvo a su lado, apoyándola sin descanso. Estuvo allí día y noche, cuidando de ella.Poco a poco, Ariam comenzó a mejorar. Su cuerpo empezó a sanar y, finalmente, salió del estado de inconsciencia.El secuestro de Ariam y su posterior rescate se convirtió en el
Ariam se estaba preparando para la cena, había seleccionado cuidadosamente un vestido elegante pero a la vez discreto. Mientras se observaba en el espejo, pensaba en los dobles intereses de Aurelio, mientras que ella no podía evitar pensar en cómo sacar provecho de su circunstancia y asegurar el mejor porcentaje para sí misma.Ariam se colocó de lado para observar sus marcas. Las heridas en la espalda habían sanado de forma satisfactoria, casi volviéndose imperceptibles. La piel ya comenzaba a lucir suave y radiante, como si el tiempo se hubiera esforzado en borrar cualquier rastro de aquella angustia.Pasó sus dedos delicadamente por la zona, solo quedaban pequeñas cicatrices apenas visibles.La mirada de Ariam se encontró con la de Derek, quien la observaba con admiración y ternura. Sus ojos se entrelazaron en un gesto cómplice, y Derek se acercó lentamente, rodeándola con sus brazos protectores. Sus manos acariciaron suavemente la piel que había sanado.—Estás preciosa. —Le dijo mi
Las mesa estaba decoradas con un mantel blanco impecable y había candelabros que iluminaban la habitación con una luz tenue.La cena comenzó de manera exquisita con una selección de aperitivos cuidadosamente preparados para deleitar los paladares más exigentes. Sobre la mesa, se encontraban pequeños platillos con una variedad de sabores y texturas, representando la riqueza culinaria de Colombia.Entre los aperitivos destacaban los "buñuelos", pequeñas bolitas de masa frita hechas a base de queso y harina de maíz, que se deshacían en la boca liberando un interior suave y lleno de sabor. También se servían "empanadas", deliciosas bolsitas de masa rellenas de carne, pollo o queso, que al ser mordidas liberaban un relleno jugoso y aromático.Otro aperitivo que se encontraba en la mesa era el "patacón", una tradicional preparación colombiana a base de plátano verde frito y aplastado, servido con diferentes salsas como guacamole o hogao, una salsa de tomate y cebolla sofrita. El contraste
Las muñecas de Ariam eran un deleite para los sentidos, sus contornos suaves y esbeltos parecían haber sido diseñados específicamente para encajar perfectamente en las manos de Derek. Con una mezcla de anhelo y devoción, sus labios buscaron la delicada piel interna de ambas muñecas, depositando besos ardientes que dejaban un rastro de calor a su paso.Las bragas de encaje rojo que Ariam llevaba, estaban empapadas y humedecidas por la excitación compartida. Derek las tomó entre sus manos, admirando la textura sedosa y el aroma embriagador que emanaba de ellas. Con movimientos deliberados, las enroscó alrededor de las muñecas de Ariam, atándolas con firmeza al cabecero de la cama. El suave roce de la tela contra su piel sensible hacía que ella se estremeciera, consciente de su completa entrega y sumisión. Ahora, ella estaba completamente a su merced, incapaz de escapar de su dominio.Ariam yacía tumbada de espaldas, ofreciéndole sus pechos respingones como una invitación irresistible. S