El chófer detuvo el auto, Warrick se bajó y le tendió la mano a Madelaine como todo un caballero que era. La joven simuló una reverencia haciendo que este elevara sus labios en un amago de sonrisa, pero el gesto no duró mucho pues volvió a su rostro serio. Sin embargo, la chica había visto aquello y no podría olvidar la preciosa sonrisa que tenía su "jefe."
Ingresaron al lugar que derrochaba lujo en todas partes, un hombre de traje les dio la bienvenida y después de revisar la lista que tenía en manos, les permitió la entrada. Madelaine lucía radiante esa noche, y Warrick se arrepintió de haberla traído consigo, aunque sus motivos para estar acompañado era importante.El gran salón donde de encontraban la mayoría, contaba con una tarima que seguramente hablaría el anfitrión de la noche. Aún melodía suave sonaba, el ambiente era agradable al parecer de Warrick que no acostumbraba a esos sitios tan llenos de gente estirada presumida.A lo lejos divisó al señor Holland, era el nuevo cliente de su compañía, así que aprovecharía de hablar con él de algunas cosas de trabajo.—Necesito conversar con el señor que está allá, ¿Será que puedo dejarte sola por un momento y no te moverás de aquí? —la joven se hizo la ofendida.—¿Disculpa? —alzó una ceja mirándolo de mala manera—. Sé comportarme, así que puedes ir a hablar con quién sea que quieras. Estaré en la mesa de aperitivos.Madelaine le dio la espalda y caminó hasta la mesa que tenía comida de si basta. No entendía porque preparaban tanto si al final y al cabo los presentes no tocaban nada. Todos eran iguales, el dinero los hacía arrogantes, nada más veía como las mujeres se miraban con hipocresía y le daba náuseas. Al menos ella se quedaría en un rincón que nadie la viera, se conocía lo suficientemente bien y sabía que no se quedaría callada si opinaban algo de su comportamiento.Tomó un pequeño plato y se sirvió una gran montaña de comida, todo olía exquisito, no iba a abstenerse de comer solo porque al resto le parecía de mala educación. Le importó un rábano lo que pensaran los demás de ella y se dispuso a comer.***El evento lucrativo finalizó de manera excelente. Se logró el objetivo principal, recaudar fondos para algunos orfanatos y escuelas que tenían necesidad. Los invitados habían sido muy generosos al colaborar con altas cantidades de dinero que a más de uno les sobraba. Warrick por su parte, le gustaba ayudar en este tipo de convenciones sin importar donar lo que fuera necesario para ver sonreír a esos niños.Luego de la recaudación, los presentes se quedaron charlando y bailando. El joven Harrington llevaba rato buscando a Madelaine, pero no la encontró por ningún lado del gran salón. Angustiado pensado que quizás le habría ocurrido algo, salió al jardín y divisó su silueta en uno de los bancos. A su lado se hallaba un hombre, apresurado, caminó hacia ellos y se plantó al frente de ambos. Pero al ver de quién se trataba, la sangre le hirvió, no podía creer que Madelaine se encontrara a solas con ese hombre. De seguro la jovenno tenía ni idea de quién era, pensó.—¿Qué haces aquí? —le reclamó a la chica que se sobresaltó al escucharlo.—Warrick, que susto —dijo poniendo su mano en el pecho—. Salí a tomar aire, me estaba sofocando allí adentro.—Ya. ¿Y él qué? —señaló con su mentón a Dimitri, el hombre que se encontraba a su lado—. ¿También necesitaba aire fresco?El nombrado sonrío, llamando la atención de la joven Madelaine que notó la tensión entre ambos hombres.—Hola Warrick, tiempo sin verte —saludó Dimitri extendiendo su mano, pero Warrick la ignoró—. Vaya, aún sigues siendo igual que antes. ¿Cómo está Diana? Me enteré que regresó a la ciudad.Harrington apretó su mandíbula, acortó la distancia que los separaba y le sonrío con suficiencia.—Eso pregunto yo, ¿Qué tal les ha ido? Según las noticias, será tu nueva socia, ¿No es así? —se miraron fijamente, era un batalla de miradas para ver quién la apartaba primero.Madelaine decidió intervenir, ambos hombres se les notaba que querían lanzarse puñetazos.—Warrick —lo llamó y este giró su cabeza hacia la joven—. Vamos a bailar, me encanta esa canción.Mintió agarrando su mano y lo apartó lejos de Dimitri.—Nos vemos luego —dijo el hombre a la distancia.Estando en el interior del gran salón, Warrick detuvo a Madelaine. Estaba enfadado con ella, solo le pidió que no se moviera del lugar, e hizo todo lo contrario.—¿Qué te sucede? —espetó Madelaine soltándose de su agarre.—Tu me sucedes, me sacas de quicio. Este lugar está lleno de hombres que no les importa aprovecharse de chicas jóvenes como tú. ¿Ah, pero tú qué haces? Vas y sales tomar aire con este imbécil —revuelve su cabello exasperado.Madelaine se cruza de brazos claramente molesta por su actitud exagerada.—Estaba aburrida, solo quería distraerme. Además, no tenía idea de que ese hombre me seguiría hasta que lo vi sentado a mi lado —se excusó—. Y si sabes cómo soy, ¿Para que me trajiste contigo? Me debes una explicación.Warrick resopló sonoramente.—Vale, es cierto. Pero no me harás más preguntas, confórmate con lo que te diga —la joven iba a rechistar pero Warrick se le adelantó—. Sin objeciones. Tenía que venir con una acompañante, como habrás notado, la mayoría de los invitados están casados y tienen familia. No podía ser la excepción, todos piensan que mantengo una relación con alguien.—¿Y no es así? —la chica no pudo evitar curiosear.—No, por supuesto que no. Y si lo hiciera no es de tu incumbencia —la joven le sacó la lengua de manera infantil—. El punto es que en este tipo de reuniones solo te toman en cuenta si ven que estás formalizado con alguna mujer o que sé yo. Y no podía permitirme ser excluido, es muy importante para mí el motivo de estos actos lucrativos.Madelaine se le quedó mirando, quería preguntarle por qué era importante para él. Pero prefirió morderse la lengua.—Oh, entiendo —se limitó a decir—. Entonces yo soy como la chica falsa que todos creen que sale contigo, ¿Me equivoco?—No, estás en lo cierto. Pero solo será para que no comiencen a sospechar, es un pequeño favor qué harás por mí y yo te pagaré. Además, no es necesario gritar a los cuatro vientos que eres mi novia, solo a los invitados más importantes que andan pendiente de cotillar la vida de los demás. Así les cerraré la boca y me dejarán en paz —comentó tomando una copa de champagne que le ofreció el camarero.—¿Y por qué no contraste a otra chica? De seguro hubiese aceptado estar contigo por tres horas —se burló Madelaine batiendo sus pestañas fingiendo inocencia ante la mirada reprobatoria de Warrick.—No haría tal cosa, luego es un lío quitármelas de encima. Preferiría venir solo antes que contratar a cualquiera —la chica soltó una carcajada al ver la mueca que hizo al decir aquello.—Vale lo pillo, eres irresistible ante cualquiera que sería complicado no enamorarse de ti —bromeó Madelaine haciendo que Warrick le guiñara un ojo con coquetería siguiéndole el juego—. Aunque también podría ser que eres tan insoportable que nadie se atreve a pasar unas horas a solas contigo.—Eso diría yo de ti, señorita revoltosa —atacó Warrick.—Podré ser revoltosa, un peligro andate o lo que sea. Pero al menos a mí no me miran todos como si me odian —señaló Madelaine refiriéndose a los presentes que veían a Warrick de forma despectiva.Este chaqueó la lengua sin interesarle en lo más mínimo las malas miradas del resto.—¿Quieres irte ya? —le preguntó a la joven al verla pasear la vista con aburrimiento por el gran salón.—Estoy algo cansada, recoger uvas no es tan fácil que digamos, eh —mostró sus manos que tenían pequeños rasguños.Warrick las tomó entre las suyas inspeccionando las marcas rojas.—¿Te hiciste daño? —la joven negó sin apartar sus delgados dedos de las grandes manos de las de él.El tacto tibio de su palma le envío una corriente eléctrica por todo su cuerpo. Pero no le prestó atención a esas sensaciones que experimentaba cuando tenía cerca al mejor amigo de su hermano.De pronto una voz femenina los hizo soltarse. Era una mujer alta y pelirroja que cami
A la mañana siguiente, Madelaine despertó radiante y de muy buen humor. Se levantó de la cama, cepilló sus dientes y bajó a desayunar. Aún las empleadas no se habían despertado, así que decidió preparar el desayuno de todos, incluido Warrick. Ella no era experta en la cocina, pero sabía defenderse en lo básico, ya que su hermano Stephen le había enseñado, él era un amante de la gastronomía y por lo tanto aprendió del mejor. Haría bastante comida, en una sartén sin aceite, añadió el beicon, cubrió con un poco de agua y encendió el fuego al máximo hasta que hirvió el agua. Mientras, en otro sartén añadió un poco de mantequilla y frió los huevos. Preparó tortitas que fue colocando una tras una formado una torre alta. También colocó tostadas francesas en el desayuno. La joven Madelaine se desenvolvía en la cocina, movía las caderas al ritmo de la música que escuchaba desde su reproductor de Spotify. Le había subido tanto el volumen a la canción, que no escuchó los pasos que provenían de
—No tienes por qué disculparte, no dudes en acudir a mí si lo necesitas. Siempre estaré para ti, lo digo en serio —aseguró esbozando una sonrisa. Se miraron fijamente, ninguno de los dos tenía indicios de apartarla. No hasta que el móvil de Warrick interrumpió aquel momento.—E-eh, terminaré de servir el desayuno —dijo Madelaine alejándose lo más posible de Warrick. Él asintió con la cabeza.—¿Sí? —contestó la llamada dirigiéndose al living.La joven soltó el aire que no sabía llevaba retenido. Su mente aún procesaba lo que había ocurrido hace minutos. ¿Estaba soñando? Se preguntó mentalmente. Emplató el desayuno de ambos y se sentó a comer para apaciguar a su estómago que gruñía. Warrick que tenía rato hablando con uno de los encargados de su viñedo, no prestaba atención a lo que el hombre le decía. Su mente estaba en la escena de Madelaine y él hace minutos atrás. Su cabeza no paraba de repetir en lo que le dijo, ¿Estará siempre para ella? ¿Es en serio Warrick? ¿En qué estabas p
Los rayos de luz se filtraban por la rendijas de las persianas. Había mucha claridad en la habitación y Madelaine no tardó en despertarse sintiendo calor, sobre todo en su cintura que estaba rodeada por algo. Parpadeó varias veces acostumbrándose a la iluminación, sintió una respiración en su cuello que la hizo sentarse en la cama con brusquedad. Giró la cabeza y ahogó un gritito, en su cama yacía Warrick profundamente dormido, tenía el cuello un poco torcido, por la posición en la que estaba se notaba que había dormido mal. Lo más seguro es que se le dificultaría moverlo. La joven se sintió mal, los recuerdos de anoche le cayeron como un balde de agua fría. El hombre que dormía plácidamente a su lado, se quedó cuidándola toda la noche. Madelaine se quedó admirando su perfil, llevándose por sus impulsos, acercó la mano a su rostro y acarició su mejilla con suavidad. Tenía una poco de barba insipiente que le causó cosquillas en su palma. Sus facciones varoniles le daban un aspecto may
—Gracias —musitó un tanto incómoda al estar bajo el escudriño del matrimonio Holland.Warrick notando la incomodidad de la chica, rodeó su cintura y la acercó a su cuerpo. Aquel gesto no se lo esperaba Madelaine, así que tuvo que hacer un esfuerzo para simular su asombro y actuar con naturalidad.—Sí, la verdad es que su belleza fue una de las cosas que más me encantó de ella —confesó Warrick sonando como todo un enamorado.—¿Ah sí? ¿Y cuál es la otra cosa que te encantó? —decidió preguntar Madelaine siguiéndole el juego.—Lo maravillosa que eres —soltó sincero.La joven alzó las cejas sin esperarse aquello.La verdad es que sus palabras la habían tomado por sorpresa. Lo miró a los ojos y no pasó por desapercibido ese brillo inusual que fue remplazado rápidamente al tornarse oscuros.Los Holland se dieron cuenta de la atracción que transmitían aquella parejita de tórtolos. Así que no dudaron en despedirse, excusándose de que tenía una reunión a la cual asistir. Pero Warrick sabía que
—Dime —apremió Madelaine simulando que no le ponía nerviosa tenerlo cerca. Mientras se paseaba con solo ese pantalón. Estaba afectando la estabilidad mental de la chica.—Vamos a ver una película.—Umm, vale —aceptó Madelaine—. Pero con una condición.Warrick bufó.—¿Por qué siempre tienes que poner condiciones? —se quejó.—Me gustan —se encogió de hombros—. En fin, vemos una película y tú tienes que comerte un pedazo de pizza.Harrington se negó a hacer tal cosa.—No comeré eso. ¿Sabes la cantidad de calorías que contiene una sola porción? —la joven volcó los ojos.—No lo sé, eso es irrelevante para mí —agregó la chica.—Pero no para mí. Así que paso —concluyó Warrick dirigiéndose al living.Madelaine lo siguió detrás, tenía que convencerlo de probar aunque sea un pedazo de pizza. Iba a insistir si era necesario. Justo tocaron a la puerta, debía ser el repartidor, pensó la joven acercándose a la entrada.—Buenas noches —saludó el muchacho, apenas la chica abrió. Le tendió la dos caj
—¿Y qué? ¿Te gusta? —fingió estar tranquilo, simulando que estaba relajado.—No lo sé. Es muy pronto para definir lo que siento cuando estoy con él, pero seguro lo descubriré más adelante —mintió la joven aguantando las ganas que tenía de reírse. Si era verdad que le tenía un cariño a Cris, pues lo veía como un hermano menor. No tenía sentimientos hacia él más allá de una amistad. Además que el muchacho estaba enamorado de una de sus compañeras de clases y Madelaine se ofreció a ayudarle a tener una cita con la chica. —Oh, claro, entiendo —dijo levantándose del sofá y acercándose a la joven—. Pues, me temo que eso no será posible.—¿Sí? ¿Y eso por qué? —preguntó la joven alzando su mentón, quedando a pocos centímetros del rostro de Warrick.—Está prohibido involucrarse sentimentalmente entre mis empleados —demandó mirándole fijamente a los ojos. —¿Es en serio? —dió una risilla la joven sin poder creer lo estricto que era el mejor amigo de Stephen—. ¿Y qué pasaría si alguien rompe l
Emoción como también nervios, adrenalina que se disparó. Ella sería en parte la responsable de que Madelaine y Warrick no se les olvidará jamás ese primer beso, dónde solo la luna y las estrellas fueron testigos de aquel primer beso. Se separaron por falta de aire en sus pulmones, la mirada de Warrick transmitía todo. Y allí la joven supo que si no la apartó fue porque él deseaba lo mismo que ella.O eso pensó Madelaine.—No —habló Harrington con voz ronca—. Esto no está bien.—¿Qué? —preguntó la joven mirándolo—. ¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo?—Todo —soltó levantándose. Madelaine lo imitó para estar casi a su altura—. Tu hermano me mataría si descubre que te he besado.—¿Eso es lo que temes? ¿Que mi hermano no apruebe lo que su mejor amigo siente por su hermana menor? ¿Es eso? —exigió Madelaine enfadada—. Y si es porque nos hemos besado, pues no tiene por qué enterarse. Somos dos adultos, no tenemos que pedirle permiso a nadie.—Lo sé, créeme que lo hago. Pero no quiero lastimarte