Cuando Xavier se detuvo frente al imponente hotel en el que se llevaría a cabo la fiesta de World TV, y el cual también, como prácticamente el ochenta por ciento de la ciudad, era propiedad Alex, Camila sintió que el cuerpo le temblaba por completo. Todas las personas que bajaban de los diferentes coches, lucían radiantes, espléndidas, y ella temió no estar a la altura, aun cuando Mary le había asegurado, una y otra vez, que estaba perfecta. Sintiendo el corazón en un puño, Camila se despidió de Xavier, prometiéndole que lo llamaría en el momento en el que decidiera volver, y se encaminó hacia la entrada del lujosísimo hotel. Al entrar al salón del hotel, Camila se encontró sumergida en un ambiente de lujo y de sofisticación, al que no estaba acostumbrada, ya que, a pesar de que se había criado con dinero, nunca se había asistido a eventos de aquella magnitud. El espacio estaba decorado con elegancia, con grandes arañas de cristal que colgaban del techo, bañando todo con una luz s
Tras enviar un mensaje rápido y recibir la respuesta que necesitaba, Irina observó, desde su «escondite» a la vista de todos, cómo Camila y Leo se acomodaban en los sofás, sumergidos en una animada charla.Sin poder evitarlo, alzó una ceja y sonrió de lado, decidiendo que era hora de hacer su entrada triunfal.Con paso decidido, y dispuesta a todo, Irina se acercó a donde se encontraban Camila y Leo, con expresión serena, aunque por dentro se mantenía completamente alerta. —Hola, Leo —saludó con una sonrisa, antes de volverse hacia Camila—. Hola, querida, ¿qué tal estás?Camila la miró con suspicacia, mientras apretaba los puños y su mandíbula se tensaba. ¿Qué diablos hacía esa mujer allí; y qué quería?—Bien, hasta que llegaste —respondió Camila alzando la barbilla, no dejándose intimidar—. ¿Qué haces aquí?—¿Se conocen? —preguntó Leo, sorprendido, con los ojos abiertos de par en par, mientras alternaba la mirada entre ambas mujeres.Camila suspiró y asintió, sin apartar la mirada d
Cuando Camila salió al patio interno del hotel, sintió que la decisión había sido contraproducente.Mientras caminaba hacia un pequeño banco que se encontraba en uno de los laterales del jardín, un nuevo y más potente mareó la invadió y sus piernas comenzaron a flaquearle. Antes de que pudiera reaccionar y hacer algo para no caer, sintió que un par de brazos fuertes la rodeaban por la cintura y la alzaban en el aire.Camila sintió una ligera opresión en el pecho, mientras un torbellino de imágenes pasaba a su alrededor, en aquella especie de trance en el que se había sumergido.¿Quién la había tomado en brazos y dónde diablos la estaba llevando?A duras penas, logró enfocar sus ojos en el rostro del hombre, pero no pudo ver con claridad. Su vista estaba completamente borrosa y apenas podía percibir la cara de la persona que la tenía en brazos.—¿Alex? —preguntó, confundida, en un susurro apenas audible.¿Qué hacía Alex allí y a dónde iban? ¿Qué diablos le estaba pasando? ¿Por qué se s
En medio de la noche, Camila se despertó, sintiendo un nudo en la boca del estómago, mientras un peso extraño le oprimía el pecho.Abrió los ojos con lentitud, y comprobó que se encontraba en una habitación apenas iluminada por las luces que atravesaban la ventana.Mientras intentaba recordar qué había pasado, sintiendo que su mente aún estaba demasiado nublada y que el agotamiento estaba aún presente, miró su pecho y se encontró con un brazo masculino sobre ella.El corazón le dio un vuelco en el pecho y comenzó a respirar con dificultad, al recordar pequeños fragmentos difusos. La confusión se apoderó nuevamente de ella, mientras intentaba separar la realidad de la neblina que eran sus recuerdos.«¿Qué pasó? ¿Por qué no puedo recordar con claridad?», se preguntó, sintiendo que la ansiedad la invadía de pies a cabeza.Completamente aterrada, apartó la mano del hombre y se sentó en la cama, antes de mirar a aquel sujeto.Por lo poco que podía recordar, ella había sufrido un extraño at
Cuando el taxista estacionó frente a la mansión, Camila le abonó el viaje y se bajó del coche, sin esperar el cambio.Rápidamente, abrió la reja que la separaba de los jardines de la villa y se encaminó hacia la vivienda, con paso lento y vacilante, mientras la neblina que invadía su mente, la cual no había desaparecido por completo, se mezclaba con el peso de la vergüenza y la confusión. Cada paso que daba en dirección a la vivienda, era como un recordatorio de lo que había sucedido aquella noche; una noche que quería borrar por completo, no solo de su memoria.Decidida a darse una ducha y meterse en la cama, abrió la puerta y se adentró en la mansión. Sin embargo, aquella idea desapareció cuando vio que Alex se encontraba allí, esperándola con una expresión fría de furia contenida.Alex la escudriñó con una mirada intensa, buscando respuestas en su rostro. ¿Dónde diablos se había metido y por qué llegaba a esas horas? ¿Acaso no le había dicho a Mary que solo estaría un par de horas
Camila sintió que un nuevo escalofrío la recorría de pies a cabeza y el mundo a su alrededor se detenía, al ver que Alex había encontrado el papel en el que figuraba el resultado positivo de su embarazo.—Dime, ¿por qué me lo has ocultado? —insistió Alex, con la voz llena de ira y de decepción.Camila permaneció en silencio sin saber qué decir. Sus ojos se clavaron nuevamente en las palabras impresas, mientras sentía que sus piernas le fallaban. No obstante, se obligó a continuar de pie, mientras el resultado de su embarazo temblaba en sus manos.—¡Dime qué diablos es esto! ¿Estás embarazada y soy el último en enterarme? —exclamó Alex, perdiendo los estribos.Después de llegar a la mansión, se había encaminado hacia la habitación de Camila, esperando encontrarla allí. Sin embargo, el dormitorio lo había recibido vacío y silencioso.En ese momento, obedeciendo un impulso, Alex había comenzado a revolver todos y cada uno de los cajones y bolsos de Camila. Si bien había sido consciente d
Alex observó con incredulidad cada uno de los videos, sintiendo que aquello debía de ser una broma de muy mal gusto. Sin embargo, la fecha y la hora que aparecían en la esquina inferior derecha le indicaban que habían sido grabados la noche anterior. Su rostro reflejaba una mezcla de ira, confusión y dolor, sin poder apartar la mirada de la pantalla, donde veía a Camila entregarse a Gabriel, su hermano, sin oponer la más mínima resistencia, e incluso parecía disfrutar de aquel encuentro.Alex bufó, sonriendo de manera sarcástica.El corazón le latía con fuerza, sintiendo aquello en lo más profundo. Si bien se había intentado mentalizar de que Camila no le importaba, no podía evitarlo que sí lo hiciera y se sentía horriblemente traicionado; porque no solo aparentemente lo había engañado, sino que, para colmo de males, lo había hecho con su hermano, con uno de los sujetos que más detestaba sobre la faz de la tierra. De repente, un sentimiento de furia lo invadió. Sin pensarlo ni una s
Camila abrió los ojos de par en par, y lo miró boquiabierta, completamente incrédula. —¿Qué? ¿Qué estás queriendo decir? —Lo que escuchas, Camila. Pensé que eras otro tipo de mujer, pero me has demostrado que me equivocaba. —¿En serio? ¿Acaso no te estás describiendo a ti mismo? Tú fuiste quien quiso casarse conmigo. Te lo recuerdo, por si lo has olvidado. Tú me hablas de ser una cualquiera y no me quieres creer que realmente fui abusada por ese monstruo que tienes como hermano, pero tú puedes estar con Irina sin que yo diga nada. ¡Eres un maldito, Alex! —exclamó Camila. Ya no tenía sentido agachar la cabeza. Si él pensaba destruirla, moral y psicológicamente, ella no se quedaría de brazos cruzados. —Deja de decir estupideces y haz algo bueno. Te ordeno que te marches de mi vista. No quiero verte más. Tendrás ese hijo, llevará mi apellido, pero no quiero saber más nada de ti —sentenció con dureza. Camila se sintió aturdida, mientras un puñal invisible se clavaba en su corazón.