Capítulo especial: Aleksandra Vólkov Le di un último mordisco a la manzana que tenía entre mis manos y lancé lo que quedaba de ella tan lejos como pude. El viento comenzó a soplar, por lo que me agarré fuerte de las ramas del árbol y cerré los ojos, disfrutando de la maravillosa sensación que dejaba el mismo al golpear mi cara suavemente y alborotar mi cabello. Damien, por otro lado, estaba en lo más alto del árbol comiendo manzanas, y aunque me había invitado a estar con él allá arriba, preferí quedarme a mitad del árbol. Me gustaban un poco las alturas pero no a ese extremo. Al abrir mis ojos, noté como el sol comenzó a desaparecer entre las montañas y recordé que ya tenía mucho tiempo fuera de casa, por lo que bajé rápidamente del árbol y me senté en el suelo a colocarme los zapatos. —¿A dónde vas, muñequita? —preguntó él desde las alturas. —A casa, en unas horas caerá la noche y mamá puede molestarse si regresa y no me encuentra en mi habitación —respondí preocupada.A los po
Con rapidez, toqué el hombro de Evan y como pude lo desperté. Obviamente él estaba tan sumido en su sueño que no se había dado cuenta que ya era de noche y debía irme a mi casa. —Damien, levántate que ya es tarde y me tengo que ir. Se acomodó en una posición más cómoda y tomó mi brazo más fuerte. ¡Joder!Lo hacía porque no quería que me fuera. Así que reuniendo las pocas fuerzas que tenía, jalé mi mano y me levanté logrando que su espalda tocara el piso. Cómo era de esperarse, abrió los ojos y me miró con cara de pocos amigos. Lo ignoré y saqué mi pequeño teléfono de mis bolsillos, apague la alarma y al ver la hora casi entro en pánico. Así que comencé a caminar tan rápido como mis piernas me lo permitieron dejando a Evan detrás. No había avanzado mucho cuando sentí sus pasos detrás de mí. —¡Aleksandra! —gritó mi nombre a mis espaldas con evidente molestia. Decidí no hacerle caso y continuar mi camino, si me apresuraba un poco tal vez lograría llegar a tiempo y no descubrirían q
Me gusta pensar que Dasha y Alek se salvaron mutuamente, pero que fueron ustedes quienes me salvaron a mí, porque tenía nueve años sin poder escribir más de dos párrafos para un libro sin dejarlo a medias, nueve años sintiéndome impotente al no poder cumplir mi sueño de ser escritora, nueve años donde el miedo me paralizó por completo y no me dejó salir de mi zona de confort. Ustedes me salvaron porque cuando decidí ser parte de la familia de Buenovela, lo hice con mucho miedo y temiendo recibir malos comentarios por parte de los lectores, pues sé que aún tengo muchas cosas que aprender con respecto al mundo de la literatura, hay cosas que no sé, que se me pasan por alto a la hora de escribir y muchas otras que me faltan corregir. Pero ustedes solo ignoraron todo eso y decidieron darme una oportunidad, creer en mí, en los personajes de este libro, pero, sobre todo, en mi talento. Y les juro que más agradecida y afortunada no me puedo sentir al leer todos los comentarios que veo me de
A partir de este comunicado, la historia de Aleksandra y Damién será publicada. (Le cambié el nombre porque se me olvidó que ya tenía un personaje con el nombre de Evan, JAJAJAJAJAJAJAJA. La despistada 2.0 entrando al chat XD) Y bueno, las actualizaciones serán diarias y en esta nueva historia ustedes decidirán qué es lo que va a suceder en cada capítulo, porque aunque nunca se los dije, Sergei nunca iba a ser el malo de la trama, pero gracias a sus ideas y comentarios se me ocurrió darle otro giro a todo JAJAJAJAJAJJAJA, así que ya saben. Entonces nos estaremos leyendo por los comentario jjsjsj Por cierto, las preguntas y escenas que quedaron pendientes en la historia de Dasha y Alek, serán reveladas en los libros de Vlad y Logan que ya pronto estarán disponibles por acá mismo. Sin más que mencionar, les dejo el capítulo 1 de La Obsesión Del Demonio Ruso. Besos. :3
Dasha Petrov El agua fría cayendo por todo mi cuerpo me hizo dar pequeños brinquitos en la pequeña ducha, aun así, resistí lo más que pude y traté de eliminar todo el jabón que había esparcido por mi cuerpo segundos antes. Unos fuertes golpes en la puerta principal me hicieron cerrar la ducha de golpe y maldecir por lo bajo al recordar que hoy me tocaba pagar la renta y no tenía el dinero completo. Vladimir; el dueño del pequeño departamento donde vivía, de seguro me echaría por estar tan atrasada con el pago y si lo hacía, estaría aún más jodida. Tomé la pequeña toalla que minutos antes había dejado encima del inodoro, la enrollé por todo mi cuerpo y corrí de puntillas hasta la puerta. No abrí por obvias razones, pero eso tampoco me impidió poder hablar y dar razones de mi pago. —Vladimir lo siento, acabo de salir de la ducha y no te puedo abrir la puerta —grité a través de la misma y al no escuchar respuesta alguna, proseguí —: Tengo solo la mitad del pago, prometo trabajar horas
Dasha Petrov Cerré la puerta de mi habitación con cautela y sin pensarlo demasiado, encendí el teléfono —de Alek, el mafioso que se encontraba herido de bala en mi habitación. —, y marqué el número que me había indicado unos segundos antes de salir de mi habitación. Una vez que habíamos llegado a la casa —a duras penas— lo había dejado en mi habitación para que descansara mientras su familia volvía por él, que cabe destacar apenas y podía hablar por el dolor, pero aun así nos las habíamos arreglado para subir las escaleras del edificio sin ser vistos por algún vecino curioso. Antes de dejarlo descansando, me aseguré de colocar suficientes trapos en sus heridas para que no sangraran demasiado y así evitar una posible hemorragia. No era doctora y enfermera, pero gracias a los consejos que él mismo me había murmurado entre dientes, lo pude ayudar un poco más. Me senté en la silla de mi pequeño comedor-cocina, coloqué el enorme teléfono en mi oreja y esperé pacientemente que la person
Alek Vólkov Dos meses después. Golpeé con fuerza el saco de boxeo en un inútil intento de sacar toda la furia que corría por mis venas. Mi cuerpo se encontró cubierto por el sudor, mis músculos dolían por la cantidad de horas que tenía en el gimnasio entrenando sin tomar un descanso, pero aun así no quería parar. Uno de los cargamentos de droga más importantes que iba a la frontera con México, fue capturado por la policía y justo ahora se encuentran investigando al respecto. Varios de mis hombres se encuentran siendo interrogados en este momento y, aunque no me preocupa ser delatado, mi furia se debe a que perdimos millones de dólares por un mínimo error. Me habían llamado a tempranas horas de la mañana para informarme sobre ello y gracias a eso mi humor no era el mejor. Intenté olvidarme del tema por todos los medios, pero fue prácticamente imposible, teniendo en cuenta que la cantidad de dinero que había perdido había sido grande. Fue por ello que decidí ir al gimnasio de
Dasha Petrov Habían pasado aproximadamente dos meses desde que había vuelto a saber nada de Alek, moría por volver a saber de él, pero al final la timidez me había ganado y terminé guardando la tarjeta que me había dado Vlad dentro de mis libros más viejos. Y, aunque intenté llamarlo, luego de pensarlo —demasiado para mi gusto— finalmente no reuní el suficiente valor para hacerlo. Pero aun así eso no impidió que fuese el protagonista de mis pensamientos y más oscuras fantasías. Algo que jamás admitiría en voz alta. Salí de mis pensamientos en cuanto el Dj le subió más a la música, que cabe destacar la misma minutos antes ya sonaba lo suficientemente fuerte logrando aturdirme más de lo común. Juro que, si seguía así, terminaría por reventar me los tímpanos en un segundo, traté de relajarme como pude y continúe limpiando la mesa sucia de cerveza. Me faltaban pocas horas para poder salir a descansar, lo que me hizo sonreír por lo bajo y darme ánimo mentalmente para no salir corriend