¡Holaa! ¿Cómo están? Me alegra muchísimo poder saludarlxs y, además, saber que les está gustando la historia de Dasha y Alek. He leído por ahí que quisieran un maratón, y créanme que estoy trabajando en ello, pero justo ahora me encuentro en proceso de mudanza y ha sido un completo estrés el escribir y cumplir con mis responsabilidades diarias. Pero, aún así, les prometo que muy pronto tendremos doble maratón. Esto en agradecimiento por todo su apoyo, puesto que ya el libro tiene 10k de leídas y la verdad es que me encuentro muy feliz y agradecida con todos ustedes, de verdad. Pd: No olviden dejar sus opiniones en cada capítulo, leerlos me anima a seguir. Y por último, recuerden tomar awita, los tqm. 💙
Dasha Petrov Miré por última vez a los alrededores de la casa y cuando me aseguré de que no había ningún guardia de seguridad cerca, corrí tan fuerte como mis piernas me lo permitieron hasta el área trasera de la mansión. Me escondí al lado de una columna de la casa cuando sentí la presencia de alguien cerca y traté de respirar de manera normal intentando que mi frenético corazón dejara de latir tan rápido, algo completamente imposible teniendo en cuenta que había corrido más kilómetros de los que podía resistir. Para mi desgracia, la mansión tenía demasiadas hectáreas de terreno y áreas verdes, por lo que mi plan de querer escapar de la misma se estaba haciendo algo difícil, pero no imposible. Aún así, decidí no rendirme y cuando volví a confirmar que los guardias que estaban cerca ya se habían ido, volví a correr nuevamente hasta el portón de la salida. Luego de que Alek saliera de la mansión como alma que lleva el Diablo, me quedé en la habitación con los nervios de punta y sin
Dasha PetrovLas crudas palabras de Drew aún resonaban en mi cabeza, logrando que las lágrimas brotaran de mis ojos sin sesar. —Sabes que te considero parte de mi familia, Dasha. Eres como la hermana menor que nunca tuve y créeme que lo que te digo no es por maldad, al contrario —tomó mi rostro entre sus manos, como también tenía por costumbre hacer Alek, y me obligó a mirarlo—. Cuando me enteré de que estabas saliendo con alguien, te juro que me alegré demasiado por tí, hasta fui a tu antiguo departamento a buscarte para que me contarás todo, pero Vladimir me comentó que ya no estabas viviendo ahí. —Luego de una fuerte discusión que tuve con él, me corrió y desde ese día estoy viviendo con Alek —expliqué luego de unos segundos. —¿Y ese tal Alek te trata bien? —Acarició mis mejillas con sus pulgares y cerré los ojos por unos segundos al disfrutar la sensación. —Como nadie nunca lo había hecho —admití por primera vez en voz alta. —¿Y siempre supiste que era un mafioso? ¿O te enter
Holiii, ¿Cómo están? Espero muy bien. Solo paso por acá para comentarles que si ven el capítulo 27 repetido, se debe a un pequeño error de mi parte al publicarlo. Ya estoy viendo como solucionarlo para así poder seguir actualizando. También aprovecho para mencionarles que se vendrán muchos más capítulos +18 sobre Dasha y Alek. Así que nos estaremos leyendo por ahí, hermanas JAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJJA De igual manera los invito a comentar qué tal les pareció y dejarme sus opiniones al respecto, pues eso me anima a seguir escribiendo. Pd: Gracias por leer y comentar, ayer me divertí muchísimo leyéndolos, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Los tqm.
Dasha PetrovUn jodido calambre en mi pierna izquierda me hizo despertarme con incomodidad. Abrí los ojos lentamente y traté de acostambrame a la luz que entraba por la ventana, tapé mis ojos y alcé mi cabeza intentando descubrir qué carajos hacia que mi pierna doliera tanto. Al instante lo supe. Alek se encontraba encima de mí, invadiendo mi espacio personal y más dormido que bebé recién nacido. Sonreí al verlo y sin poder evitarlo acaricié su rostro con delicadeza y tratando de no despertarlo. Pero, la alegría me duró poco, pues el calambre continúo con su labor y recordándome el por qué me había despertado primero Alek, quién siempre lo hacía primero que yo. Con delicadeza intenté levantarme y quitarme su enorme cuerpo de encima, pero él al instante me apretó más fuerte contra él en un agarre posesivo. Es que hasta dormido era así de posesivo conmigo. En otras circunstancias, hubiera bromeando comparándolo con una vieja en motocicleta, pues cabe destacar que las mismas se agar
Alek VólkovMiré con cara de pocos amigos a la joven muchacha que nos estaba atendiendo y juro que quise estrangularla en ese preciso instante, pero me contuve por la gente que nos veía y por Dasha. —No te pedí vestidos para que mi mujer muestre hasta las ganas de vivir, creo que fui lo suficientemente claro contigo cuando te especifiqué lo que buscábamos —solté con amargura.—Le traje lo único que se ajustaba a todos sus requerimientos, señor Vólkov —dijo con nerviosismo, logrando enfurecerme aún más. Miré los horrorosos vestidos sin mangas y quise envolverla en ellos y mandarla a Singapur, pero nuevamente me contuve y pensé mejor las cosas. —Llevate esos vestidos de mi vista y tráeme algo decente —ordené con voz dura.Si iba a pagar, al menos tenía derecho de exigir. —Alek, creo que no es necesario montar un espectáculo aquí solo por unos vestidos sin mangas, de verdad —repitió Dasha por enésima vez en lo que iba de tarde. —Claro que sí es necesario, estoy pagando y tengo derec
Dasha Petrov—¿Cuál te gusta? —preguntó la muchacha encargada de la tienda de celulares en la que me encontraba, mostrándome una variedad de los mismos. Alek había insistido en que debía tener un dispositivo móvil, por lo que luego de la íntima escena que tuvimos en aquella lujosa tienda de ropa, me trajo hasta una tienda de celulares para que escogiera uno que me gustara. Me había dejado sola desde hacía ya varios minutos, pues recibió una llamada importante y salió a atenderla, prometiendo volver lo antes posible y dejándome en compañía de uno de sus guardaespaldas, quién se encontraba a pocos pasos de mí cuidando cada uno de mis movimientos. —No lo sé, todos son muy bonitos —dije con duda al ver los hermosos dispositivos frente a mí. —¿Te gusta tomar fotos? —su pregunta me tomó desprevenida. —Eh… No lo sé —respondí sincera. —Mira, si te gusta tomar fotos este teléfono te conviene más —tomó entre sus manos uno de los celulares, el mismo era rojo y era algo grande y me lo tendi
Dasha Petrov Miré todo con atención y quise llorar al comprender que me encontraba en medio de un galpón abandonado, atada de manos a pies y siendo observada por más hombres de los que me podría imaginar. Todos estaban de pie en sitios estratégicos con armas en sus manos, apuntándome obviamente. El sitio olía a orine, nicotina y a polvo, y mirando todo a mi alrededor, pude confirmar que tal vez por aquí habían pasado más personas de las que podía imaginar.Hacía calor y, además, habían muy pocas ventanas y la luz era muy escasa, por lo que poder mirar a mi alrededor con claridad se estaba volviendo un reto. Mi cabeza dolía por los tantos golpes que había recibido en la misma y también por todo el rato que llevaba llorando y pidiéndoles que me dejaran irme a casa. Pero, para mí desgracia, ellos solo me ignoraban y me golpeaban cómo les daba la gana. Me encontraba sentada en una incómoda silla de metal, atada de pies y manos y con una mordaza en la boca, misma que me habían quitado