Alek Vólkov Le di una última calada al cigarro que tenía entre mis labios y con rabia lo lancé fuera de mis vista, sin importarme muy poco a donde había ido a parar la colilla del mismo. Sólo quería saber de Dasha, joder. Por culpa de un maldito error de parte de mi equipo, ese bastardo la tiene consigo y haciéndole quién sabe qué. ¡Maldición! Logan Romanov es un peligroso psicópata que, para mí m*****a desgracia, es uno de mis peores enemigos. Y, como guinda del pastel, le robé un gran cargamento de armas de todo tipo, logrando desatar toda su furia. Por lo que era obvio que buscaría la manera de atacar de alguna manera, teniendo en cuenta que había intentado recuperarlas sin éxito alguno, pues me encargué de eliminar todo rastro de las mismas. Pero, por un mínimo error de parte de mis hombres, Logan había descubierto que había sido yo quién le había arrebatado sus preciados juguetes, porque sí, el tipo creía que las armas de fuego eran juguetes y disfrutaba usarlas con s
Alek Vólkov Miré con furia la pantalla del enorme televisor que tenía frente a mí y quise tener en frente a Logan para poder estrangularlo hasta el cansancio. La imagen de Dasha se encontraba en la enorme pantalla, y lo que más me jodió fue ver cómo se encontraba atada de manos y pies, llorando sin consuelo y con varios golpes en su rostro. Mataría a los responsables de ello, lo juro. Me encontraba nuevamente en la sala de operaciones, por lo que todo mi equipo estaba observando el vídeo junto a mí, aunque más que observarlo, lo que hacían era tratar de rastrear la dirección IP para intentar descifrar de que lugar de Rusia estaba trasmitiendo en vivo. —Mataré a ese, Bastardo —murmuré para mí mismo con los dientes apretados. —El vídeo no se reproduce por la mala conexión que tiene el tipo, entonces eso solo quiere decir que debe estar en un lugar alejado de la civilización y, probablemente, abandonado —explicó con rapidez uno de los mejores hackers presentes en la sala. El m
Dasha PetrovMe sobresalté al sentir unos pasos cerca de donde me encontraba y abrí los ojos rápidamente para confirmar mis sospechas; Logan se encontraba a escasos pasos de mí, mirándome fijamente con una sonrisa siniestra en el rostro. Lo miré de vuelta asustada y él solo comenzó a hablar solo y a reírse de sus propias palabras. Sus hombres se encontraban de pie en los mismos sitios dónde los había visto la última vez. Y la verdad es que no sé si han pasado días o tan solo horas. Luego de la droga que me inyectó, desperté desorientada y luego me volví a dormir cuando me obligaron a hacerlo a fuerza de amenazas. Cómo cosa rara, no me habían vuelto a golpear más y únicamente se acercaban a mí solo para darme agua o comida, para nada más. Logan se perdió durante algunas horas o quizá días, la verdad no lo sé a ciencia cierta. Pero verlo de pie frente a mí, solo lograba ponerme los nervios de punta pues sabía que en cualquier momento podría arremeter en mi contra ya que por lo que
Dasha Petrov Al escuchar las palabras de Logan, y sin poder evitarlo, me ahogué con el gran bocado de comida que tenía en la boca y desesperada busqué con la mirada el vaso con agua que minutos antes había visto en la mesa. Continúe tosiendo ante la atenta mirada de los presentes, que cabe destacar apenas y me prestaban atención o se preocupaban en ayudarme a poder resolver mi pequeño problema. Pero, para mí buena suerte, Logan me tendió el vaso con agua a los pocos segundos y sin dudar demasiado, lo tomé rápidamente y me tomé un gran sorbo de agua, logrando aliviar mi más reciente malestar. —Gracias —susurré lo más bajo que pude, solo para que él pudiera oírme. Extrañamente, solo me sentía cómoda con él dentro de aquella habitación, por lo que no deseaba ni mirar a aquellos hombres que parecían querer matarme solo con la mirada. Me respondió con una sonrisa amable —que más bien parecía una mueca maliciosa— y me hizo señas para que continuara comiendo. Y así hice, pues aunq
Alek Vólkov —Y listo, eso sería todo —terminó de explicar Evan y lo miré de vuelta con cara de pocos amigos. —La idea parece descabellada, pero creo que tienes razón —comentó Vlad a mi lado, logrando que lo mirase de vuelta. Nos encontrábamos todos reunidos en el despacho de la mansión discutiendo sobre el maravilloso plan que Evan quería que llevaramos a cabo para poder traer a Dasha de vuelta a casa, sana y salva. —¿Se están escuchando? ¿Cómo pretenden que me convierta en socio de un tipo que tiene secuestrada a mi mujer? —Sé que tal vez para tí asimilarlo sea difícil, Alek. Pero es la única manera que tenemos para poder traer de vuelta a Dasha y, a su vez, mantener el cargamento de armas en nuestras manos. —Ese tipo no es de fiar, Vlad —murmuré con desconfianza —. Y sabes perfectamente que él en particular odia trabajar con nadie, por lo que ofrecerle que se convierta en nuestro socio me parece algo completamente loco y no estoy de acuerdo con ello. Prefiero recuperar a Das
Dasha Petrov—Un solo movimiento en falso y serás tú quién pagará las consecuencias, cielito lindo —amenazó Logan antes de arrastrarme consigo hasta la salida de la habitación. Hacía horas me había mandado a arreglar con al menos tres estilistas, cosa que me parecía demasiado raro, pues se suponía que estaba secuestrada, no de vacaciones. Los tres estilistas habían llegado muy temprano, diciendo que debían apurarse pues por órdenes de su jefe, en este caso Logan, yo debía estar lista antes del anochecer pues tenía un evento importante al que no podía ir como una huérfana. Mi cabello lo habían arreglado en un hermoso moño alto y elegante, tenía un vestido de gala color dorado, largo y con una enorme abertura a un lado de mi pierna izquierda. Los enormes tacones que me habían colocado no me permitían caminar con facilidad, pues no estaba acostumbrada a utilizarlos con frecuencia y era la primera vez que usaba unos tan altos. Aún así, decidí no mencionarle nada de ello a Logan y con
Dasha Petrov(Maratón 1/3)—Miráme, Dasha —exigió Alek y lo obedecí. Al instante me topé con el hermoso azul de sus ojos y me sentí embrujada por los mismos, pues eran tan hipnotizantes que se me hacía imposible dejar de mirarlos. —¿Qué te hizo ese tipo además de golpearte? Quiero saberlo todo —exigió nuevamente.Inmediatamente mi corazón comenzó a latir frenéticamente al ser consciente de su pregunta, pero aún así y por segunda vez; lo obedecí y decidí responderle. —Para mi sorpresa y buena suerte, me trato mejor de lo que me esperaba, pues según él le había caído bien a su tal amigo Peter y que por complacerlo, me trataría como a una reina —expliqué rápidamente y noté como la expresión de Alek cambió completamente, se tornó oscura y llena de ira, si es que eso aún era posible, pues había podido observar que desde hacía rato su humor no era el mejor y que cada vez su furia aumentaba aún más. Nos encontrábamos en la habitación de la mansión, pues desde que habíamos llegado no me h
Dasha Petrov (Maratón 2/3) —Quiero intentar algo contigo esta noche, ángel —dijo Alek besando mi cuello. Y justo cuando iba a preguntarle qué era eso que quería intentar conmigo, de un solo movimiento se volteó y me acostó en la cama, quedando así encima de mí. Lo miré sorprendida por su más reciente acto y enredé mis piernas en su cintura, pues yo también moría por intentar cosas con él. Y no precisamente cosas de Dios. —¿Esta noche seré tuya? —En cuanto la pregunta salió de mis labios, quise reírme y, a su vez, golpearme por no pensar en lo que decía. —Ya eres mía, ángel —respondió con seguridad aún mirándome a los ojos —. Esta noche simplemente disfrutaré de tu cuerpo, que por cierto, ya me pertenece —añadió y mi excitación creció aún más, si es que eso era posible. Y sin más, me quitó la camisa que ya estorbaba entre ambos. Alcé los brazos y noté como su mirada se tornó oscura al ver mis pechos ya expuestos ante él. Su mirada se asemejaba a la de un depredador a pun