¡Hola! Este es el último capítulo especial sobre personas fuera del círculo de Noah y Elizabeth.
Elizabeth fue ingresada al hospital por el fingido desmayo y aunque el doctor que la atendió, se dio cuenta al revisarla que todo era mentira, guardó silencio hasta salir de la habitación y poder hablar con Noah. No podían intervenir a menos que el paciente pidiera ayuda, pero él era el médico de la familia. —Damian vendrá a esta misma habitación en unos minutos y no hay ningún daño en él. No tragó humo porque lo sacaron a tiempo. El desmayo fue por la impresión de las llamas, pero vendrá el pediatra que lo trató y comentará mejor las cosas —le informó el doctor. —Vale, me alegra saber que está bien. Fue algo bastante duro —tensó la mandíbula, de solo imaginar el temor de su pequeño—. En cuanto a Elizabeth, ¿Ella está bien? Mira, presiento que algo anda mal y por la manera en que la encontré en el baño... —Ella está despierta, puedes preguntarle mejor las cosas, pero el desmayo fue provocado por la impresión o cansancio. Ella me comentó que vinieron de un viaje de dieciocho horas y
Elizabeth tomó una ducha que la relajó más de la cuenta. Demoró un tiempo, pero se había lavado completamente. Los toques de Alexis y la manera en como la había olfateado como si fuera un perro, le habían causado asco.Ella lo había idolatrado durante toda su relación, solo que nunca se percató de la verdadera personalidad que tenía ese hombre. Jessica nunca lo soportó, pero ella, cegada por las migajas de amor que le ofrecía, eran suficientes para la inexperta chica del campo.Más de una vez se lo repitió con desprecio Alexis.Vió a Noah salir del baño en paño, ponerse un bóxer, un mono gris, una camisa blanca y unos calcetines. Ella ya estaba en la habitación y sí, aunque su vista fue directo a los tatuajes de él, no quiso preguntar el significado de cada uno.Noah sintió la mirada de Elizabeth, pero cuando se giró a verla, ella estaba tratando de secar su cabello. Debido al yeso le era más difícil poder manejarlo y eso la frustraba más de la cuenta.—¿Vas a salir otra vez? —pregunt
Elizabeth, Damian y Noah, habían dormido los tres en la misma habitación. El pequeño, cuando abrió sus ojos por primera vez, se sintió feliz de verlos a los acostados a su lado. Él se sentía seguro y muy amado por todos, pero en ese instante, Damian era el niño más afortunado del universo.Ante sus ojos, Elizabeth era como su madre y ahí se encontraba ella, cuidando de él, mientras dormía.Jugó con su cabello en silencio, dándole suaves caricias a su bonito rostro. Ella era muy bonita y era su mamá porque también tenía el cabello rubio.«Papá es feo», pensó, al ver a Noah dormido, que tenía la almohada cubriendo su cabeza.Se sentó en la cama, le dió un beso en la mejilla a Elizabeth y besó el hombro de su padre.Iría a buscar a Gabriella para que lo alimentara. Ya había salido el sol y era hora de que le dieran de comer.—¿Para dónde vas, Damian? —le preguntó su padre, quitándose la almohada de la cara.El niño lo vió, pero lo ignoró.—¿Todo está bien? —Elizabeth se despertó y miró a
Noah quería hacer algo especial para Elizabeth, pero los dos habían quedado agotados del viaje y se quedaron dormidos hasta el día siguiente. Era gracioso porque sí, después de hacerla conocer la isla y caminar por horas, regresaron al yate y cayeron rendidos. Los primeros rayos de sol golpearon los ojos de Elizabeth, que trataba de adaptarse a la luz, mientras tomaba una taza de café. Dubrovnik era hermoso. Nunca había imaginado que podía pisar en algún momento de su vida, las costas de Croacia. Ella estaba sentada en las escaleras que daban a la cubierta del yate. Hacía un poco de frío, pero no se atrevía a caminar sola por ahí. Le daba terror caerse y ser asesinada por delfines.Elizabeth estaba feliz de estar con Noah. Él era tan diferente a como una vez su mejor amiga lo describió y hasta el que ella conoció. Sonrió escuchando las gaviotas porque se había dado cuenta de que amaba la parte fría y amorosa de Noah O'Brien.—Así que los bonitos amaneceres aquí, te han robado de mi l
Todo había sido perfecto, el viaje, las conversaciones, lograr conocer esa parte de Noah que mantenía oculta a todo el mundo, la había hecho feliz. Elizabeth estaba muy enamorada de su jefe y por primera vez, después de salir de la relación con Liam, pudo sentir que era recíproco.Por supuesto que era terca, pero debía cerciorarse de que, en serio, él la quisiera, aunque sea, una milésima de lo que ella sentía.Por esa razón, el miedo se apoderó de la pobre chica, cuando mencionó a Alexis y saber que había descubierto la amenaza que le hizo, metiendo a Damian. Y no, ella no sabía de lo que era capaz de hacer Noah, pero sí sabía de lo que era capaz Alexis.Noah intentó acercarse para apagar la música, pero asustó a Elizabeth. Él sonrió porque le pareció gracioso que ahora ella le tuviera miedo. Pero no estaba asustada de él. Tenía miedo de lo que pudiera hacer Alexis.—Solo voy a buscar mi celular para detener la música. No te voy a lastimar, si es lo que estás pensando —dijo, con una
Hace casi una semana que Noah y Elizabeth dejaron de verse. Se suponía que ella se iría por unos días, pero estando con su familia, le pidió más tiempo para pasar con ellos. Tenía más de dos años que no los veía y le resultó reparador, ellos eran su lugar seguro y le encantaba compartir su día a día. Noah quiso que Liam la llevara, pero ella no lo permitió. A sus padres no les gustaba el escándalo y llamar la atención, no era parte de la familia Evans. Noah no había recibido ningún mensaje o llamada de su parte. Él sabía que no había buena cobertura, pero no esperaba extrañarla tanto.—Ella está bien, solo fue a donde su familia a disfrutar unos días de descanso —se dijo así mismo, mientras iba a la sala de juegos.Cada día que pasaba eran momentos angustiantes para él. Había decidido meterse de lleno en su trabajo, pero una de sus prioridades se había ido a otra parte y tranquilo, no lograba estar. Sebastian había conseguido más información de lo que esperaban. Liam estaba ayudando
Habían transcurrido nueve días desde la última vez que supo de Elizabeth. Por más que trataba de explicarle a su hijo que ella regresaría, Damian no le creía. En la mansión todo el mundo la echaba de menos, pero al parecer, a la rubia se le había olvidado el camino de regreso a casa.—¿Lloró menos esta vez? —preguntó Ian, Noah negó con la cabeza, tomando un vaso de agua de la nevera.—Son muchos días fuera y él ya estaba acostumbrado a la presencia de Elizabeth diariamente. Es difícil para nosotros adaptarnos a su ausencia.—¿Cómo crees que se siente él? Yo sigo insistiendo, deberías ir a buscarla —Noah le pasó una botella de agua a su amigo.—Se siente abandonado. Así estuvo antes y terminó con fiebre —admitió—, pero no puedo ir a buscarla porque ella me lo pidió. Elizabeth necesitaba ver a su familia.Noah hizo una mueca de desagrado al probar el agua. Tenía un sabor extraño y desagradable.—¿Qué pasó? ¿Por qué tienes esa cara de asco? —Creo que esto está vencido —revisó la etiquet
Había una diferencia muy latente entre Elizabeth y Noah de la noche anterior. Él logró dormir después de diez noches en completo insomnio y ella, por primera vez, en muchos meses, había perdido el sueño. No paraba de reproducir las palabras de Alexis y esa mujer. Su mente la estaba atormentando tanto, que todo su mundo empezó a dar vueltas. Elizabeth, a la mañana siguiente, se desmayó y no tuvo apetito durante la primera hora del día. Todo le daba asco y solo quería volver a casa con Noah y Damian. Sus padres se habían preocupado y le pidieron a su hija menor que la llevara de regreso a la ciudad. Así también, ella buscaba en donde instalarse para empezar sus pasantías. Charlotte viajaría sola mientras encontraba en donde vivir. —¿Te sientes mejor ahora, Eliza? —su hermana estaba pálida—. Déjame llamar a tu novio. Él debe saber que estás enferma.Ella negó con la cabeza.—Es mi período. Está por llegarme y cuando tengo mucho estrés me pongo así —justificó, su mal estado de salud.N