Ambos se extrañaron inexplicablemente. Elizabeth estaba más sensible de lo normal y tocar sus pechos la hacía explorar de sensaciones diferentes. Noah la besó con pasión, necesidad, lujuria. Ella era en ese momento para él, como el único alimento sobre la tierra, y sí, Elizabeth necesitaba que él la devorara completamente.A él no le molestaba su peso, pero la sintió más ligera que días atrás. Entendió que su rostro demacrado se debía a que ella pudo haber estado enferma. Elizabeth estaba sentada sobre sus muslos con las piernas abiertas, rompió el beso mientras sus manos acariciaban sus pechos, haciendo movimientos circulares y apretándolos ligeramente, sus pezones despertaron al mismo tiempo que su piel se erizó. Eran preciosos, al igual que la mujer que amaba. A pesar de haberlos tocado y probado antes, esa noche eran más que perfectos. Deslizó sus manos por sus costados, sintiendo la tibieza de su piel, Elizabeth estaba sedienta de él, se inclinó hacia Noah, besándolo con pasión
Noah había pasado la mejor noche de su vida. Hicieron el amor tantas veces, que supuestamente, cayeron rendidos al salir el sol. Él estaba terminando de vestirse para buscar a Damian en sus clases de defensa personal.Era un buen sábado y pretendía disfrutarlo con su chica. Era la primera vez en muchos días que amanecía sin náuseas y con buen humor. Al terminar de poner sus zapatos, su celular empezó a sonar, miró la pantalla del aparato y le pareció extraño que el vigilante de su departamento lo estuviera llamando.Llamada telefónica:—¿Todo bien, Andrés? Es bastante raro que me llames. ¿Hubo algún problema en el edificio? —le preguntó, al atenderlo.Miró el lugar en donde Elizabeth había dormido la noche anterior, y se levantó de la cama.—No, en el edificio no ha sucedido nada. Pero se trata de la chica que estaba viviendo en su departamento. Vino muy temprano y sacó varias maletas de ahí. Le he preguntado si necesitaba de mi ayuda, pero amablemente se negó.Noah frunció el ceño si
Un mes de completa agonía para Noah y contacto cero con Elizabeth. Él ya no recordaba que era dormir o estar tranquilo. Sus malestares estaban latente día tras días y de esa misma manera, él nunca dejó de ir a la policía para que reabrieran el caso de Aurora. —¿Cómo que no puedes hacer nada? ¡Ella me robó dinero e intentó asesinar a mi hijo! ¿Por qué no la meten presa? ¡También fingió su muerte! —le gritaba al detective, que había ido a su oficina. —Hay que investigar y tengo que analizar lo que ustedes me den, Noah. Tengo que seguir órdenes y ya ha pasado mucho tiempo del caso de Aurora. Cuando mi jefe me permita retomarlo, podré ayudarte, pero mientras tanto, debo seguir recolectando pruebas para cuando el momento llegue —el detective quería ayudarlo, pero se escapaba de sus manos. —Tengo que esperar a que Aurora le haga daño a mi mujer y a mi hijo. Claro, eso tiene más sentido —se levantó de su silla y fue en busca de un vaso de whisky, solo que al llegar al bar, recordó, que nad
Aunque era un evento familiar, Noah acostumbraba que sus empleados, disfrutaran el día. Se contrataba a otras personas, para que ellos tomaran un descanso y compartieran como familia. Esa había sido una tradición desde que Damian nació, solo que a su antigua mujer, por supuesto que no le gustaba.Damian no paraba de reír y estar feliz porque Elizabeth, su persona favorita después de su padre, si había ido a su cumpleaños. El pequeño estaba cumpliendo por fin seis años y estaba a solo pasos de la adultez.—Ya soy casi un adulto, papá. No necesitas tomar mi mano para yo subir al castillo inflable —se dirigió a Noah, que intentaba ayudarlo.—Claro, pero todavía no tienes altura para subirte. Eres un adulto pequeño y quiero ayudarte —su hijo lo miró serio.—Le diré a Elizabeth... Yo ya soy un adulto —dejó que lo subiera y se fue a disfrutar de su momento.Noah se acercó a su mujer y ambos veían la sonrisa de Damian. Él no podía creer que sería padre de nuevo. Nada más con imaginarlo, sent
El mundo les sonreía a los dos, parecía que todo era un sueño en donde podrían vivir felices para siempre. Damian había regresado al colegio y Noah asistió a la entrevista, durante el último mes, aunque el trabajo se le había hecho imposible, su padre había decidido retirarse y con el compromiso de Elizabeth y él, la compañía pasaba a sus manos. Noah pasaba a ser el hombre más influyente e importante de Londres. Le llevó años, pero por fin, había logrado lo suyo. Su legado recién empezaba.—¿Cuándo te vas a Alemania? —le preguntaba a su amigo, que también debía asistir a la entrevista—. ¿No te parece que estás posponiendo demasiado la mudanza?Ian termina de acomodar su corbata, ya que a él le tocaban las sesiones de fotos.—Estoy en eso, Noah. Solo que no he encontrado algo en Alemania que me anime a ir —frunció el ceño, ante esa respuesta.—¿El dinero no te mueve a irte? —lo mira con sorpresa—. ¿Qué te retiene en Londres? Y no es que me incomoda, pero últimamente estás viniendo mu
Elizabeth estaba en silencio viendo como la persona que ella, una vez quiso, se había convertido en alguien tan repugnante. No podía entender o tal vez, no quería entender que ese sujeto, guardara tanta maldad.Ella no lloraba por más que así lo deseaba. Su orgullo, sus deseos de ver como ese hombre se hundía, no la dejaba respirar. Tenía tanto miedo de hacer algo y que Alexis tomara represalias contra Damian, que solo respiraba y tragaba.—Tengo hambre, Eliza —le susurraba Damian en el oído.No sabía cuánto tiempo había pasado desde que estaban encerrados en el salón, pero ella también tenía hambre. —Alexis, en uno de esos bolsos, hay unas galletas. Damian tiene hambre y...—¿Quieres que los busque? —se burló—. ¿Me estás pidiendo un favor ahora?—No. Solo que dejes que él vaya por sus galletas. Es pequeño todavía y no sabe aguantar lo suficiente —le explicó.Alexis tenía un bolso también, lleno de muchas cosas. Aurora le dijo que lo usara, pero se le había olvidado. Miró al niño y a
La cuenta regresiva para todos ya estaba dada. Noah había escuchado la conversación, para cuando recibió la llamada de Aurora. Después de todo, era su hijo al que estaba lastimando. ¿Por qué ella no sentía remordimientos o dolor al verlo llorar? ¿Tan mal hombre y esposo había sido con ella? Noah tenía tantas preguntas, que le parecía inhumano, que justo una madre, atentara contra su hijo. Él entendía que podía haber hecho todo mal, pero era su sangre. Noah no podía soportar ver a su hijo con gripe, porque ese malestar apagaba a su amado hijo. Pero era increíble que Aurora no pudiera sentir nada. Tres años tenía Damian cuando ella fingió su muerte... —Noah, nosotros estaremos cerca. No creas que dejaremos que Elizabeth salga herida —le informaba Liam. —Era francotirador en el ejército, así que un movimiento pequeño lo notaré y daré de baja a quien me ordenes —intervino Ethan. Noah estaba agradecido de las personas que lo acompañaban, pero él solo quería sacar a su mujer y a sus h
La situación en el colegio fue completamente controlada por la gente de Noah. Ellos sabían que debían hacer con Aurora y Alexis. En el hospital estaba Noah recibiendo atención médica, después de negarse completamente, porque no quería separarse de Elizabeth, pero ambos, tenían que recibir ayuda. Él tuvo que recibir sutura, pero la suerte había estado de su lado. La bala entró y salió, sin hacer ningún tipo de daño. En el caso de Aurora, ella sí tenía daños en su cuerpo. No se culparía a Noah porque se tomó como defensa personal. Damian se encontraba con Gabriella, esperando a que su padre se sentara, Todo era una locura, pero el niño se estaba tranquilo. A diferencia de Noah, que no podía caminar de un lado al otro. —Noah... —el detective lo llamó—. Siento mucho venir en este momento, pero quería darte información sobre lo sucedido. —Claro, te escucho —las manos del castaño, no lograban estar tranquilas. Estaban llenas de la sangre de Elizabeth y su hijo. Su corazón dolía de so